XXIX . Tú y tu arrepentimiento hablando
Namor se levantó de la cama y tomó sus caderas pero al instante ella se alejó de él quitando las grandes manos del moreno aún dándole la espalda.
Se estaba preguntando si ¿De verdad valía la pena una explicación? ¿Merecía más su tiempo? ¿Tenía las fuerzas, el coraje para escucharlo ?
¿Existían palabras para explicar ese horrible plan?
Era consciente de como sus sentimientos poco a poco eran de amor, pero no fue conciente una vez más, de quien se estaba enamoró.
—¿Qué sucedió Jats'uts? Me estás asustando.
Olivia tenía los papeles contra su pecho, luchando por no soltar un sollozo más, pero al voltearse a él no pudo evitar soltarse a llorar.
¿Dónde estaban ellas? Que ahora la habían abandonado dejándola sola para sentir todo lo que la lastimaba.
Namor tomó su rostro en manos, limpiando las lágrimas que aún vivían en su mandíbula, Olivia sollozo y lloro en ellas, se alejo delicadamente de él para extenderle los papeles.
—¿Qué es esto Namor?—Le dijo con lágrimas muriendo en su cuello para Namor tomar su verdad.
Él miro esos papeles ya arrugados, mientras ella lo miraba. Quiso acercarse como muestra de que sabía de su culpa, del porque de sus lágrimas, pero ella se quitó.
—Juro que iba a decírtelo.—Dejó los papeles en la cama queriendo acercarse a ella.
—No, no se te ocurra tocarme más.—Lo aviso abrazándose a sí misma, temblando—¿Cuándo ibas a decírmelo? ¿Cuándo te diera ese hijo?
—¿Quién te lo dijo?—Desesperado, estando apenas a un metro lejos de ella, deseando encontrar palabras.
—¿Importa quién maldita sea?! Fue Mactzil, con quién también te acostabas ¡Con quién te burlabas de mi!—Se señaló a sí misma llorando más.
—No es como ella te dijo, déjame explicarte.—Para una vez más acercarse.
—¿No? ¿No?—Retadora para tomar los papeles de la cama y aventarlos—Estoy segura que cada puta letra son burlas.
Estaban en el lugar donde empezó todo, dónde hicieron, hablaron, de todo, ahora en lugar de sonreir ante los recuerdos, le repudiaba cada uno.
Su tono de voz había subido demasiado, tenía coraje, tenía tristeza, tenía decepción.
Él la veía llorar, haciéndose chiquita, no sabía cómo hablar, acercarse, la rompió, la culpa estaba, la vió taparse el rostro buscando que no la viera más así por él, llorando, con algunas páginas aún en su mano, el brazalete tocó su frente para así comenzar a quitarse este con muy poca delicadeza mientras lloraba más.
—Olivia, no.—Se acercó a ella poniendo una mano en su cintura, ella lo empujó del pecho y le boto el brazalete.
Se hizo chiquita, para llorar más, abrazándose, temblando, como un gato bajo la lluvia.
Namor la miraba, triste, queriendo besarla, besar sus lágrimas, encontrar palabras para enamorarla, convencerla.
—Ya todo tiene sentido.—Namor triste, quería acercarse a ella pero eso hizo que Olivia diera pasos atrás mientras pellizcaba su brazo—.Juro Namor que si te acercas más, te..
—Golpéame, me lo merezco, juro que iba a decirte, pero, no me dio tiempo..
—¿Qué? Embarazarme, ya lo sé todo, ya no hace falta que me expliques, solo quiero saber ¿Por qué?
Hablaba tranquila, con un nudo en la garganta, viendo como Namor se hacía chiquito ante ella.
—¿Por qué cuando yo te ame, cuando te conté todo, cuando te di lo que soy yo, cuando ya nada me protegía? ¡Solo tú!—Lo señaló acusativa.
Un segundo callados que parecieron horas, no había justificación, lo único que ahora podría decir Namor es "Estoy arrepentido".
—¡Cuando por primera vez, quise una familia!—Se cortó su voz en la última vocal, queriendo solo acabar con ella misma—¡Te atreviste a usarme! ¡En qué momento vas a reírte!?
Namor no hizo más caso, se acercó a ella, tomando sus muñecas como el primer acercamiento que tuvieron.
Los papeles se repetían una vez más, ella buscando alejarse de él, solo que ahora el pérdido en ella.
Tomándola con fuerza porque ella manoteaba.
—Te amo.—Soltó entre dientes, sosteniendo sus muñecas mientras ella las movía.
—Nunca me amaste Namor.—Dejo de moverlas para mirarlo con rencor, su aliento chocó en su rostro, mientras el miraba sus lágrimas—Solo eres tú y tu arrepentimiento hablando.
Lo rompió, salió una lágrima de su ojo chocolate por esa mujer que él amaba, había olvidado ese dolor de perdida, de traición, de tristeza porque alguien se fuera de su lado.
Pero ahora realmente se preguntaba ¿La amo?
Vió como Olivia al decir eso lágrimas de ambos ojos nacieron más y más.
—No me arrepiento.—Ella lloró más, está vez poniendo su cabeza en el pecho de Namor pero sin ceder, negando—.Porque si no, jamás me habría enamorado, jamás habría indagado tanto en ti.
—No sigas.—Pidió para mirarlo al chocolate de su mirada—.No sigas ¡No me ames más, no me busques, no me hables más, no quiero ya nada más contigo!
—No puedo dejarte ir tan fácil.—Llorando, sintiéndose patético, aún tomándola de las muñecas pero está vez con más fuerza por sus movimientos, incluso lastimandola, más de lo que ya lo había hecho.
—Tú no me amas Namor.—Nego triste.
—Llévame de vuelta a la noche en que nos conocimos.—Con esas lágrimas acumuladas para apoyar su frente en la de ella.
—Y entonces puedo decirme a mí misma ¿Qué diablos se supone que debo hacer?—Con suspiros y sollozos le dijo tratando de recuperar su respiración.
Él quería arreglar las cosas, regresar a esa noche en la que él la convenció de salir, para así, empezar con todo, pero está vez, hacerlo bien,amarla sin mentiras.
Y ella deseaba regresar a esa noche, para evitar enamorarse, para no sentirse como ahora, sabiendo exactamente que hacer, no enamorarse.
—Prefería ser una esclava, un sacrificio Namor, a volver a sentirme así, usada.—Con una voz cortada y con lágrimas queriendo nacer le confesó.
Por fin Namor soltó sus muñecas con cautela viéndola quitarse de esa posición acorrolativa, aspirando su aroma, preguntándose si esa era la realidad de las cosas, que él solo la acorralaba...
La vio irse, quedandose solo en esa habitación, por fin liberando esas lágrimas saladas, maldiciendo esa noche, pero también amándola por completo.
Le habría gustado pensar esa noche de ella que era. "Linda, tener la única intención de hacerla sentir cómoda.
Siendo la primera persona de la superficie con la que conversaba y no solo mataba, aunque fuera el plan en un principio no lo era más y eso le causaba interés"
Pero era solo algo que se relata a sí misma, lo único que pensó en esa noche, fue besarla, hacerlo ahí y cumplir con lo acordado.
Se sentía tan culpable recordando, sabiendo que si se habían burlado de ella, en más de una ocasión.
"—U ba'ax úuch táak u mantener ti' mukul tsikbal
Ba'ale' wa le kaajo' u yojel le Jets' óol u kun=Se que lo que pasó lo quiere mantener en secreto; Pero si el pueblo lo sabe la confianza se irá—Namor asintió mirando a la mujer, entendiendo su preocupación.
—Ba'ale', mire le ba'ala'=Pero, mire esto.—Dijo emocionada Mactzil y Namor la siguió con su rostro siempre serio.
—Yaan k te'ela', u ts'ook le' le páak'alo'. Jump'éel, bin kin le loobitubaj, láak' le ba'ax tu jantaj yéetel u ts'ook, jach k=Tenemos aquí, la última hoja de la planta. Una fue la que la hirió, otra la que comió y la última, es nuestra.—Rio divertida de la emoción.
—Ka tukultik meentik yéetel=¿Qué piensas hacer con ella?—Preguntó mirando esa hoja, plantada en tierra y con agua salada cubriéndola, con el milagro de su color y extrañeza aún visto.
—Ya'ab ba'alo'ob, ba'ale' tin yáax tuukul, k'a'abéet in wilik le ti' leti'=Muchas cosas, pero en primera idea, necesito verla a ella.—Le dijo con emoción."
Cuando claramente, ambos sabían que iban a hacer, ya lo habían hablado, desde la primera hora en que llegó.
Pero ahí estaban, Mactzil riendo y con una sonrisa.
Pero el tiempo, sus besos y palabras, hicieron que eso, dejara de importar y él cayera en ese juego, junto con ella.
Terminaron amándose.
Su llanto y pensamientos fueron interrumpidos por el entrar de Yatzil, enojada, viéndolo en el suelo llorando con el brazalete en la manos.
—¡¿Cómo te atreviste?!—Dijo con desprecio.
—Juro que no es como ella se los contó yo...—Se levantó mientras le decía pero ni siquiera lo dejo terminar cuándo un golpe en su mejilla aterrizó.
—¡¿De verdad quieres que te crea?!—Preguntó sacando el pecho, viéndolo indefenso con el brazalete en su mano—.Es increíble porque yo también caí en tu mentira de que la amabas y me creí todo el cuento de boda.
—Eso era verdad, juro que lo era, al entregarle ese anillo iba a decirle todo.
—Ya no te creo Namor, porque esto que le acabas de hacer a Olivia, también se lo hiciste a Mactzil ¡Ella también me hecho la culpa para dejar de ser mi amiga!
Desde antes de que Namor y Mactzil fueran algo, Yatzil ya era gran amiga de Mactzil, desde muy niñas, pero después de todo lo que pasó, su amiga le dejo de hablar para incluso odiarla
—Fui tonta en creer que no se lo harías a Olivia y tan tonta para creer que la habías olvidado.
—Yat, yo ya no la amo, ya no la necesito, solo a Olivia, yo siempre le fui fiel..
—¿Así? ¿Entonces por qué la engañaste de esta forma?—Lo vió guardar silencio con un rostro de arrepentimiento—.Yo ¡Óyeme bien Namor!—Le señaló acercándose a él—.Yo me voy a encargar de que te mantengas alejado de ella ¿Me escuchaste?
—¿Y si no? ¡¿Qué?!—Se puso a la defensiva igual que su prima, quitando su figura triste y débil para engruesar sus facciones—¡Es mía si yo lo digo!
—¿Si no que? Hago que todo Talokan se entere de que no eres el Rey perfecto, ella no es tuya, deja de molestarla, ya suficiente la lastimaste.
Sus miradas conectadas un momento, ambas de coraje pero la de Namor con también tristeza.
—Espero que te pidiera que no le hablaras más, porque eso mismo te pido yo.
Su prima salió, dejándolo solo hundido en su culpa y ahogado en sus lágrimas.
𓆝 . 𓆝 . 𓆝 . 𓆝 . 𓆝 . 𓆝
Olivia abrió la puerta del lugar en el que antes dormía, viéndolo abandonado, desordenado, viéndose sola en ese lugar.
Era como regresar a casa, después de una aventura, un sueño, una fantasía, mentiras.
Regresando ahí a sentirse vacía como el día en que llegó.
Sintiendo la misma emoción "traición".
Se sentó en la cama, viendo un bonito reloj junto a la puerta que ella no recordaba haber puesto, pero lo vio un momento, viendo que era en números que ella conocía.
Extrañada por eso se acercó a él y vio al minutero avanzar con la frente apoyada en la pared, escuchando su tik tak.
Nunca se había puesto a pensar tanto en el tiempo, tenía treinta años pero Olivia, tenía mínimo quince, todas las traiciones, traumas, abusos le quitaron edad, experiencia, sonrisas e ilusiones y cuando al fin tenía esa luz en sus ojos, fue arrebatada.
Era ella ahora, sufriendo, pero ella, viviendo, sintiendo y aunque no le gustaba, se sentía libre, ella, no escondida.
Se sentó en el suelo, junto a la puerta, tomó su muñeca derecha que le dolía por el apretar de Namor, tal vez una marca incluso quedaría al igual que en su corazón.
No estaba llorando, pero sentía todo y a la vez, nada, solo disociando, viendo un lugar indeterminado.
"¿El amor es real?"
Nadie y mucho menos ella podía decirlo ¿O si?
El amor, es como el chocolate, amargo al principio, dulce en medio dejando un regusto amargo al final.
Así fue el amor de ellos.
El amor es real, cuando sanas, cuando no pides más que solo paz para ambos.
El dolor no se iría, pero por primera vez deseaba ver a su amor, bailar con alguien más para poder ver su sonrisa.
No supo cuánto tiempo estuvo ahí, sintiendo, pero más valía llorar, pensar, recordar, sentir ,que guardar para llorar toda una eternidad.
Olivia lo amaba, tal vez entonces, tendría que dejar de ser Olivia.
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