XLV . Llorona

13 de Septiembre 1943

Casi dos semanas pasaron, más rápido de lo que hubieran querido pero aún así las aprovecharon no solo el poco tiempo que les quedaba en la isla sino también disfrutando cómo matrimonio, juntos.

Ya habían comenzado a hacer arte en las paredes de su hogar y en la pirámide y justo en ese momento estaban admirando su arte, echados en la cama, con sus manos juntas viendo el mural en el techo.

- Mañana, no darás clases.-Le aviso besando su mano.

-¿Por qué?-Algo adormilada, boca arriba.

- Te tengo una sorpresa.-Le sonrió a su lado, nervioso.

-¿Una sorpresa? ¿Qué es K'ukulk'an?

- Si te digo entonces no sería una sorpresa.-Olivia rio.

- Bien, no insistiré más en que me digas.

- Solo, mañana nos vamos temprano a la isla...

- De acuerdo, mañana vamos. Ah y no te he dicho ¿Verdad?-Se giró a él mostrándole sus ojos miel.

-¿Qué cosa?

- En la isla han estado raros, ayer me quedé un poco más de lo normal y ya me estaban pidiendo que me fuera, incluso se fue Yamil dejándome, tomó a su niña en brazos y se fue después de que mencioné que el sol se estaba ocultando.-Él también se giró a ella extrañado.

- Que raro, mañana hay que preguntarles.-Beso su frente tiernamente.

- Si.

- Mañana antes de irnos pasamos con el Jefe.-Ella asintió para que Namor le diera un beso apresando su cintura.

14 de Septiembre 1943

Estaban saliendo del mar, tomados de la mano y con las olas demasiado fuertes, había un huracán en la costa de Veracruz, a Yucatán por lo pronto solo llegaban los movimientos bruscos.

Ella aún no sabía cuál sería la sorpresa, ni porque de los evidentes nervios de Namor, pero lo seguiría y no pondría peros.

-Chéen jueguen waye', ma' u ka'a xi'iko'ob náach=Solo jueguen aquí, no se vayan lejos.-Pidió una mujer a sus pequeños que se quejaron fuera de casa.

-Ts'o'ok u k'iinil na'=Ya es de día mamá.-Insistieron.

-Mak a chi'=Silencio.-Los miro acusativa para los niños reír y también ella-Ka meentik in óoltaj, ka'a xi'iko'ob báaxal waye' naats'il=Y haganme caso, vayan a jugar pero aquí cerca.

-Ma'alob=Bien.-Los niños se giraron para ver a los Reyes ellos llegando, a Olivia apenas les dio tiempo saludar.

-U tuukul a ko'olelo'=¿Qué ocurre mujer?-Preguntó Namor viendo cómo aún la Madre preocupada seguía con la mirada a sus hijos asustada-Le kúuchila' jach jach seguro=Este lugar es muy seguro.-Tomaba la mano de Olivia.

-Wa, ba'ale'=Si, pero...-Pronunció para el jefe hacerse presente.

-In máake', je'el u páajtal k t'aan, Ma'ili' ti' u u ka'a xi'iko'ob, Béet=Mi señor ¿Podemos hablar? Antes de que se vayan ¿Por favor?-Miró a los Reyes de Talokan así demostrando su miedo y falta de saber; la pareja se miró al mismo tiempo.

-Ko'ox=Vamos.-Dijo Olivia para seguirlo.

La familia del jefe apenas desayunaba así que fueron recibidos con una taza de café para acompañar la plática, aquella cocina era pequeña pero muy bonita por los adornos de barro y paz del lugar.
Olivia se quemó la lengua y vio cómo el jefe comenzó a hablar después de que su mujer ya los acompañara.

-Ku beetik ya'ab k'iino'ob, ti' jump'éelili' kuchil-p'isib áak'ab jo'op u tin xikin gritos=Hace ya varios días, a una misma hora de la noche, se comenzaron a oír gritos.-La pareja se vio de nuevo ahora también extrañados-Ma' a'alej ti' leti'ob ba'al ka tratamos u p'atik u asunto paajtal ka chéen ku yúuchul jela'an ka'atéen yéetel jump'íit xáantal=No les dijimos nada y tratamos de dejar el asunto a un lado cuando solo sucedía rara vez y poco rato.

-Ba'ale' ts'o'ok ma' bey=Pero ya no es así.-Prosiguió por él su esposa-Le llanto Ti' le súutuka' ts'o'ok le wu'uymaj tuláakal le áak'ab, Mantats' ti' le medianoche mentik kex jump'éel p'isib=El llanto ahora ya es escuchado todas las noches, siempre a la medianoche, alrededor de una hora.-Partió su pan en dos.

-Le gritos yéetel lamentos yaan aterrorizada ti' tuláakal le aldea, le gritos ku helan k'i'ik'el chéen wu'uy le=Esos gritos y lamentos tienen aterrorizada a toda la aldea, son gritos que helan la sangre de solo oírla.-Siguió el Jefe.

-Bix le=¿Cómo es?-Preguntó Olivia llegando a ella el recuerdo de una famosa leyenda Mexicana.

-Chéen le k oído yéetel wilmaj náach...tso'otsel chowaktako'ob, box, jump'éel jats'uts huipil yéetel joyas tumen u wíinkilal Ba'ale' Amal áak'ab Taas jump'éel atuendo yaanal, yich mix jach wilmaj ts'o'ok u bisik jump'éel bóoch, escondida, tu brazos ku bisik juntúul t'u'ul=Solo la hemos oído y visto de lejos. Cabellos largos negros, un hermoso huipil y joyas por todo el cuerpo pero cada noche trae un atuendo diferente, el rostro jamás es visto ya que lleva un reboso, escondiéndose, en sus brazos trae un conejo.-Conto el Jefe.

-Máax tu ya'alaj u ka'ach teech, tuméen le jats'uts vestidos=Alguien mencionó que era usted por los bonitos vestidos.-Dijo la mujer a Olivia, haciéndola sonreír ante la rara situación contada.

-Jach xane' Máax ku xíimbal ichil le najo'ob, yook'ol yéetel gimiendo ba'axi' ti' le realeza tumen le bello ba'ax ta wilaj=Es claro que quien camina entre las casas, llorando y gimiendo es de la realeza por lo bello que viste.-Pronunció Namor con el ceño fruncido, tratando de tener una explicación-Jach juntúul waya'as=¿Es un fantasma?

-Yóok'ol=Llora.-Olivia mirando a la señora-Ba'ax ku yawat=¿Qué es lo que grita?

-Jump'éel su'utalil=Una pena.-Confirmó la mujer.

-Yóok'ol tuméen u paalal, "yan paalal míos adónde yaan in ta'ak" "yan paalal míos adónde yaan in bisik" "yan in paalal bey yaan in salvar" "paalal míos yaan k biin náach" "Ba'ax yaan ti' te'ex in paalalo'ob"Leti' jump'éel lamento Chuup yéetel emociones=Llora por sus hijos "¡Ay hijitos míos¡ ¡¿Adónde los voy a esconder?!" "¡Ay hijitos míos! ¿¡dónde me los voy a llevar!?" "¡Ay mis hijos! ¡No mis hijos!" "¡Hijos míos tenemos que irnos lejos!" "¡Ay hijos cómo voy a salvarlos!" "¿Qué será de ustedes mis niños?" Es un lamento lleno de tantas emociones.-Contó el hombre.

-Bey lelo' k platicado yéetel tuláakal le u waye'=Al menos eso hemos platicado con todos los de aquí.-Dijo la mujer ya ni siquiera continuando su plato por el miedo.

-Ba'ax ku beeta'al tu taan le ba'ala'=¿Cuáles son sus implementaciones?-Preguntó Namor tomando de su café.

-Ts'o'ok u yojel, ma' jóok'ol ichil le áak'ab, encerrar u, le ku retar wa ba'al asi=Ya sabe, no salir durante las noches, encerrarse, no retarla o algo así.-Namor asintió, era lo único que podían hacer.

-K'eeban, k'a'ajalten jump'éel leyenda justamente beyli'obe' le tu tech in yile', juntúul ko'olele' yok'ol chúumuk áak'ab tumen u paalal, le llorona jach jump'éel leyenda Mexicana jach famosa, leti' k tsikbaltik to'on tal=Perdón, recuerdo una leyenda justamente igual a la que usted me cuenta, una mujer llorando en medio de la noche, por sus hijos, la llorona es una leyenda mexicana muy famosa, de ella hablamos tal vez.-Intervino Olivia contando y moviendo las manos sin querer.

-Tu 1500 u escuchaban le lamentos wa uts, bey lelo' in contaba in na' ku kajnalo'obo' vecinos u nats'tak beyo' ti' le Aztecas, ku ka'ach=En 1500 se escuchaban esos lamentos o bueno, al menos eso me contaba mi mamá que decían pobladores vecinos cercanos a los Aztecas, decían era.-Pauso un momento Namor ante lo que según el tlatoani de ese tiempo era un presagio a la caída de su imperio-Tonantzin le na' ti' tuláakal=Tonantzin la madre de todos.

-Ka'ach jump'éel presagio u ba'ax úuch ti' 1521=Era un presagio de lo que pasó en 1521.-La esposa del jefe poniendo un momento los ojos en la pensativa Olivia.

-Jach Ixchel=Es Ixchel.-Dijo de golpe la de ojos miel llamando la atención de Namor-Bis juntúul t'u'ul, ma'. Ixchel,llora tumen u paalal, leti' le na' tuláakal to'on=Lleva un conejo ¿No? Es Ixchel, llora por sus hijos, es la madre de todos nosotros...

-Yéetel u beeta'al waye'. Ixchel ma' k asustaría bey=Y ¿Qué hace aquí? Ixchel no nos asustaría así.-Con un tanto de risa ante el miedo.

-Chéen ma' ti' ka'a yanak sajakil, xaan ku tal u saludar=Solo, no le tengan miedo, tal vez ¿Viene a saludar?-Olivia no muy confiada.

-U ma'alo'ob saludo=Qué buen saludo.-Rio un poco la mayor.

-Bin códices, ku u ti' preguntaran ka'ach ba'ax in. U buscaba. Tuméen lloraba. Ma' ti' leti'ob yaan u mentik loob wa le Ixchel=Según códices, decían que le preguntaran ¿Qué era lo que quería? ¿Qué buscaba? ¿Por qué lloraba? No les hará daño si es Ixchel.-Namor de manera condescendiente intentando aminorar el miedo.

-Ma' k júupul ti' talamilo'ob=No nos arriesgaremos, solo, queríamos contarles estos extraños sucesos.

-Níib óolal=Gracias.-K'ukulk'an mirando a los dos jefes.

-Ma'alob, bin u mentik u junsúutuk Marioe' yaan u le kaajo'=Bueno, váyanse a preparar que en un rato Mario se va al pueblo.-El jefe con una sonrisa animando a la pareja.

-Je'el k ilikbaj xáantale', Yuumbo'otik le uk'aj chuuk waj=Nos vemos al rato, gracias por el café.-Olivia saliendo con él de la mano.

-Tak tu láak' in ko'olelo'=¡Adiós mi señora!-La despidió la mayor haciendo el intento de volver a comer.

Salieron viendo como cada vez más y más el sol subía. El aire de la playa se sentía demasiado fresco, más que otras veces.

- Así que vamos a ir al pueblo.-Emocionada, caminando con él de la mano hacia la casa cerca del mar.

-Si, iremos a pasarla bien, nos merecemos este descanso.-Ella asintió feliz.

-Es nuestra luna de miel.-Namor frunció el ceño con una sonrisa haciendo la pregunta de lo que era-.Es un viaje para los recién casados...

- Bueno, a eso iremos al pueblo, es lo más cercano a tu vida de antes ¿No?

- Si lo es.-Bajo la mirada viendo a esas bonitas alas de plumas blancas en sus tobillos-Pero ¿Qué vamos hacer con ellas?

- Las voy a vendar para ocultarlas.

-¿Eso duele? Si es así entonces no hay que ir.-Preocupada.

- No no duele, al menos eso espero y de verdad los zapatos sean cómodos.-Olivia asintió viendo al frente la casa.

Cuándo entraron la ropa estaba en la cama, perfectamente doblada, ella tomó la de tela verde extendiendo está, un vestido con falda en tablas anchas,.un bonito escote ovalado con cuello redondo que tenía un moño negro en el medio, las mangas eran tipo mariposa siendo un atuendo coqueto.
Ella le mostró una sonrisa, usaría algo de su antigua vida y eso le emocionaba.

-¿Cómo conseguiste esto?-Admirando el bonito diseño de vestido.

-Los mandaron a hacer en el pueblo.-Le devolvió la sonrisa, él también viendo el atuendo.

Olivia se extrañó, la última vez que fue al pueblo, ellos no vestían así de formal.

Namor no muy convencido se quitó sus joyas del cuerpo y puso la camisa blanca de manga corta, el pantalón era de color café demasiado ancho y los zapatos cafés y bien boleados a simple vista se le hacían algo demasiado incómodos.
Comenzó a abrochar cada botón con miedo y es que hace tanto que no veía ese mundo, que no fingía ser uno de ellos, que no los veía en su naturaleza...Tenía miedo pero se estaba atreviendo por Olivia al final eran los últimos días en la isla y no volverían a tener la oportunidad de ir a ese desconocido lugar.

Olivia por su parte se desvistió rápido, el vestido pasó con facilidad por su figura, destacando su cintura pequeña pero cuadrada, vientre apenas abultado, rio ante eso y al pasar su mano por su vientre se emocionó más, se dirigió al espejo a verse, le gustó lo que vió.

- Amo este vestido.-Se volteó a su esposo extendiendo la falda-¿Te gusta?

- Luces muy bella.-Le respondió terminando de abotonar ahora el pantalón.

- Mira esto.-Se puso de perfil mostrando el apenas abultado vientre, el primer cambio en su cuerpo.

-Ya se nota.-Emocionado y ella asintió feliz, se acercó poniendo una mano en este.

- Aunque me resulta un poco extraño que se note siendo tan pronto.-Ella para que su esposo besara sus labios y en un rápido movimiento apartándose.

- Se que ya deberíamos haber ido con la partera, pero será un problema si se enteran que fue antes del matrimonio.-Se quejó sacando del bolso de cuero que llevarían, las vendas.

- Aún podemos esperar, tranquilo, seguro será igual de fuerte que tú.-Se acercó a él-¿Te ayudo?

- Si, así será mi niña.-Ella negó con una sonrisa-.Y por favor Jats'uts=Bonita.-Le mostró una sonrisa dándole la larga venda en manos.

- Echate a la cama.-Para él sentarse y ella ponerse de rodillas-.Sigues con el deseo de que sea una niña entonces...-Con una sonrisa viendo dónde empezaría a vendar.

- Será una niña.-Aseguró.

- Muy seguro señor, K'ukulk'an.-Se burló para con sus dedos acomodar el ala dentro de la venda-¿Duele?

- No.-Respondió a su última pregunta-.Bueno, qué más da si es un niño, mejor para mí...

-¿En serio?-Fingiendo molestia, pasando la venda una y otra vez por su pie.

- Si, así buscaremos a la niña muchas noches más.-Olivia rio siguiendo con su acción.

Terminó con el primer pie y después con el segundo haciendo su mayor esfuerzo en no apretar demasiado y poner en buena posición el ala, él mismo se puso los zapatos y no hizo ningún gestó.

-¿Todo bien?-Ella mientras lo veía mirar sus pies cubiertos por esos zapatos.

- Todo bien Jats'uts.-Feliz acercándose por un besó en los labios, uno rápido-.Es raro no ver mis alas.

-Lo es...

Él se apartó para así también probar su caminar, no había molestia.
Se puso en cuclillas abriendo una pequeña caja de madera que a Olivia habían regalado, de ahí sacó unos tacones bajos color café.

- Pero mira que bonitos son...-Dijo emocionada acercándose a verlos- Son muy bellos, espero aún manejarlos bien.

- Te ves muy bonita.-Olivia rio dándole un tierno beso en los labios, tomando los zapatos para Namor besarle el cuello-.No sé qué sería de los hombres que estaban cerca de ti y te veían con esos bonitos trajes a la medida...

- No quieres saberlo.-Con pena ante lo que en el pasado leía en el diario.

-Hay que irnos.-Ella asintió y salieron.

Namor llevaba la bolsa de cuero donde llevaba el dinero necesario, Olivia sostenía los tacones aún con sus pies en la arena con una sonrisa emocionada.
Llegaron al otro extremo de la isla y vieron la lancha donde irían a la verdadera orilla.

-Ko'ox in máake', ts'o'ok u chunk'iintala'=Vamos mi señor ya es tarde.-Le dijo a Namor soltando la lancha de la arena y dándole un sombrero fino-Ma'alo'ob záastal k'iin in x-ko'olel=Buenos días mi señora.-Empujó la lancha.

-Ma'alo'ob záastal k'iin=Buenos días.-Amable para Namor pedir su mano.

-Sube...

Y así fue haciendo moverse un poco la lancha, subió con los tacones en mano y busco un lugar que no tuviera arena para no ensuciar el bonito vestido verde.
Ambos hombres la empujaron para con pasos grandes alcanzarla y también subir, empezaron a remar para ir platicando y Olivia viendo el agua con emoción.

-In chan uláak' áak'ab liik' u yok'ol yo'osal u yawat le ko'olelo'=Mi niña la otra noche se levantó llorando por el grito de esa mujer.-Contó el hombre.

-Le a wilmajij'=¿La has visto?

-Náachilo'ob, tuméen juntúul rendija le najo', wa je'el bix a'alab ti' yéetel nook'o'obo' finas=De lejos y por una rendija de la casa, si es cómo le dijeron, con ropas finas...

-Ku ts'aik teech sajakil=¿Te da miedo?-Preguntó Namor remando con él y con su poder sobre el agua haciendo más fácil el movimiento.

-Je'elo'oba' bix ma', yawat áak'ab, desesperada yéetel ma' ku xíimbal, flota=¿Pues cómo no? Grita en la noche desesperada y no camina, vuela.

-Ma' k'a'abéet a temer ti' chéen leti' juntúul na' kaxtik u paalal, ma' le beya'. Leti' ku yawat=No debes temerle, solo es una madre que busca a sus hijos no es así? Es lo que grita.-Siguió Namor, viendo a su esposa distraída en el extenso mar.

-Kun taal ka tin xikin u lamentos, entendería tuméen le sajakil=Deberia venir y oír sus lamentos, entendería porque el miedo.

-Ts'o'ok ma' t'aaniko'ob yo'olal le je'=Ya no hablen de eso.-Volteo Olivia hacía ellos-Ma'alob tin k, ka kula'anone' ti' u recomiendas k meentik=Mejor dinos. Cuando estemos ahí ¿Qué nos recomiendas hacer?

_Ma'alob, ka'aka'at kéen k'uchuko'one' u beeta'al jump'éel k'íiwik nojoch Chuup yéetel óok'ot, paax, jaanal=Bueno, en la tarde, cuándo lleguemos, se hace una plaza grande llena de baile, música, comida.-Dijo el hombre que vendía fruta en el lugar.

_Ka'aka'at=¿En la tarde?

-Wa ka=Si es que...

-Maak a chi' Marioe'
=Cállate Mario.-Pidió Namor sonriéndole a Olivia.

Ella le frunció el ceño cómo duda pero al final regresó sus ojos al agua para que ambos hombres siguieran platicando, Olivia metió una mano al agua y su esposo hizo que llegarán peces a nadar entre sus dedos, se giró con una sonrisa que él ya tenía para ella.

Irían más lejos, a un pueblo donde de verdad se sintiera sociedad.
Cuándo llegaron y cruzaron a toda esa gente Maya que los miraban extrañó por la vestimenta se subieron a una carreta, algo incómoda pero que los llevaría a su destino.
Mario controlaba el caballo y ellos iban con todo y la fruta debajo de una manta cómo protección del sol.

-¿Por qué no me lo dijiste?-Siendo cargada por él en sus piernas.

-Era una sorpresa y aquí estamos, aprovechando la oportunidad de tú sentir a tu antiguo mundo y yo conocer ese mundo.-Von una voz algo insegura mientras veía hacía afuera, no miraba sus ojos, estaba nervioso, ella lo notó así que tomó su rostro obligándolo a qué la viera.

-Todo va a estar bien, vamos a divertirnos, solo tenemos una tardé.-Él asintió besando su frente.

El clima lejos de la playa era un poco más caluroso, así Olivia sintiendo que se sofocaba mientras Namor parecía de lo más acostumbrado.
Cuándo llegaron Olivia por fin se puso los bonitos tacones, mirando sus pies dentro de estos, tenía una sonrisa y Namor se puso el sombrero, debía esconder mínimo esas orejas en punta.

K'ukulk'an ya había bajado para ayudarla, tomándola de la cintura y darle un beso cuando la tuvo abajo, el Sol de la 1 de la tarde sobre ellos estaba potente pero los árboles y casas del lugar daban un lugar fresco.

-Ka'a xi'iko'ob in yuumtsilo'ob Teene' je'el in descargar=Vayan mis señores, yo puedo descargar.-Mario bajando del caballo.

-Teech paklan yéetel túun k, áak'ab k recomiendas jump'éel ma'alo'ob posada=Te ayudamos y entonces nos vamos ¿En la noche nos recomiendes una buena posada?

El hombre acepto así que entre los tres empezaron a bajar las frutas de temporada, en especial mangos para vender, cultivados directamente de la isla, iba cada semana sin falta siendo que siempre tenía ventas, lo ayudaron a llevar todo al lugar de su puesto para ir después por su cuenta.

-¡Mira Namor!-Le señaló el baile en escenario.

-No me digas Namor.-Nervioso al no querer que alguien escuchará ese nombre que ha muchos es extraño.

-¿K'ukulk'an-Él sonrió incómodo, negando.

-Cómo quieras, menos de esas formas.

-Bien pero no estés nervioso, nadie sospecha nada.-Camino con él de la mano hacía el escenario con bailarines.

Unas muchachas con bonitos vestidos pasaron junto a ellos y pusieron sus ojos en el moreno de extraña perforación en la nariz, pero no fue eso lo que notaron sino su atractivo físico que rieron y lo saludaron no importando que Olivia fuera a su lado.

- Mira, incluso conquistas a las muchachas.-Rio fingiendo nulos celos.

-¿Qué? Claro que no, solo, se burlan de mi perforación

- Aja.-Rio al ver su rostro-Vamos, mira que bonito bailan.

Por ahí había asientos bonitos de madera donde algunos estaban admirando el baile, las mujeres traían largos vestidos blancos, con un mandil negro y colores vivos en el, el zapateado que hacían era rítmico y su pareja les coqueteaban bailando.
Veracruz, de ahí era el baile.

-¿Que hacen?-Ante ver sus pies jugaban en el piso con concentración.

Él ni siquiera le puso atención, estaba guiando los ojos por todos lados con nervios, tenía miedo a ese lugar que para él seguía significando peligro, estaba ahí por ella porque sería tal vez la única y última vez en la que se sentiría algo como casa, pero tenía miedo.

-Amor ¿Estás bien?-Tomó su rostro nuevamente queriendo que la viera.

- Si.-Miró sus ojos miel, tragando saliva nervioso.

En el escenario las parejas ya levantaban un moño de listón rojo que hicieron solo con sus pies, lo mostraban al público que ya aplaudía para después de un momento Olivia también hacerlo.
Aquel moño reflejaba el lazo que une a la pareja enamorada, que hacen juntos.

-¿Quieres que vayamos a pasear? O ¿Estamos bien aquí?-Besando la mejilla de Namor.

-Solo un rato más aquí, por favor.-Ella asintió volviendo a ver el baile.

Esta vez tomó un ritmo más lento por el vaso que fue puesto en las cabezas de las bailarinas que bailaban con suma concentración tratando de que estos no cayeran.
<-Me agarra la bruja, me lleva a su casa
Me vuelve maceta y una calabaza
Me agarra la bruja, me lleva al cuartel
Se sienta en mis piernas y me invita a comer>
Era la letra de la canción que bailaban con vasos de vidrio.

El baile terminó y cuando ella volteó el asintió y siguieron su paseo, había dejado que se calmará pero en todo momento tomó su mano.

Ropa, comida, joyas de fantasía, vendían en esa larga feria, en ese pequeño pueblo de Yucatán donde ahí había señal de radio así dando música en algunos puestos y en otros eran instrumentos en vivo.

-Mira, ven.-Namor al ver qué vendían su bebida favorita.

Esta bebida era a base de masa y coco, muy refrescante y rica por los pedazos de está fruta, suele decirse Pozole de Masa.

- Me da unos vasos, por favor.-Pidió Namor para que Olivia se distrajera en otra cosa.

En una mesa, al lado, un hombre de bigote, con concentración tallaba un bloque de madera, con agilidad formaba la barba de aquella máscara.
Y en su mesa tenía las diferentes etapas de aquellas caretas incluyendo su final.
Eran los rostros de hombres blancos y de ojo de color, tal vez con barba, bigote y sus dientes tenían la simulación de una corona de oro.

-Que bonita.-Halago Olivia para el hombre subir la mirada.

-Gracias señorita.-El hombre sintió que su rostro era como el de sus Españoles en madera.

El hombre miro a Olivia con orgullo porque apresiara de esa forma su trabajo, ella tomó una de las obras en la fase de "Bañado de cola"

-Asi endurezco la madera.-Compartio el hombre para ver llegar a ese hombre intimidante, Namor que beso la mejilla de Olivia.

-¿Qué madera es?-Indago colocando esa pieza en su rostro que le quedaba muy grande.

-Ayacahuite, señorita.-Dijo dejando su pieza en proceso sobre la mesa y levantarse para explicarle su trabajo. Al final era la única que en varias horas se había acercado a indagar tanto.

-¿De dónde viene usted?-Preguntó Namor ante la falta de asentó, poniendo sus ojos en unas máscaras chiquitas.

-De Tlaxcala mi señor, allá hacemos esto.-Con una sonrisa orgullosa.

-Eso es demasiado lejos.

-Pues si Jefe pero hay que buscar trabajo.-Para estrechar la mano con Namor mientras Olivia veía la madera ya moldeada sin preparación-.Carlos

-Tenoch.-Nervioso, aceptando su mano.

-Y la señorita ¿Es su novia?-Preguntó señalando a Olivia.

-No, es mi esposa.

Fue algo que Olivia no escuchó porque vio entre aquellas máscaras una mediana que señaló al artesano, dando una sonrisa a Namor para llegar con ella.

-Me gusta mucho esta, sería como para nuestro hijo amor.-Le dijo cuando puso una mano en su cintura.

-Si, es muy bonita.-La tomó viendo los bonitos ojos verdes de la pieza y lo pequeña que quedaba en su mano.

-¿Padres primerizos?-Indago el hombre.

-Si, será un niño.-Dijo Olivia con una sonrisa, retando a Namorm

-No, será una niña, tendrá sus ojos miel.-Señaló a Olivia que rio.

-¿Usted no es de aquí verdad señorita? Los ojos miel no son normales de verlos por aquí, solo en mis máscaras.-Ella negó con una sonrisa-

-Tienes una de estas con ojos miel ¿Carlos?-Preguntó Namor acariciando la cintura de Olivia con cariño y regreso la máscara a su lugar.

-Me parece que si, ahora la busco...

Busco en sus cajas de cartón que llevaba con él, mientras Namor le entregaba su vaso de agua fresca.

-Prueba la vas amar.-Imvitó poniendo un mechón de su cabello detrás de su oreja.

Así fue, probó el agua siendo dulce y con tiernas rodajas de coco que masticó, le dio una sonrisa y después un beso para que Carlos por fin encontrará la máscara.

- Si me permiten contarles la tradición.-Empezó, viendo a la pareja asentir- Las máscaras de huehue o viejo son hechas en Tlaxcala por una tradición, una burla para los hacendados españoles, por eso sus barbas y ojos de color, allá visten de traje y sombrero para bailar musica con muchas raíces españolas, así burlándose de su música. El carnaval en Tlaxcala es una cosa bella.-Presumio el hombre su estado.

-Debe ser muy colorido y bonito, empezando por estás increíbles máscaras.-Olivia tomando la de ojos miel que Carlos aún sostenía.

-Me la llevó ¿Cuánto va a ser?-Carlos dió el costo y se las dio entre papel de periódico.

-Gracias ¡Ame tu trabajo!-Olivia despidiéndose con Namor guiando por la cintura de Olivia.

-¡Muchas suerte con el nuevo integrante de la familia!-Les gritó con una sonrisa, viendo a la familia irse y persignarse con la nueva ganancia.

Caminaron un poco buscando donde sentarse para beber el agua y guardar la pieza de madera.

-¿Escuchaste? ¿Familia?-Con una sonrisa, haciéndola sentarse.

- Suena muy lindo.-Ambos tenían dibujada una sonrisa.

Por fin a una persona podían llamarle familia y que está en unos meses se haría más grande, después de años ellos podían llamar familia alguien y también al hijo que gestaba Olivia, esperándolo con alegría.

Solo estaban ahí, sentados, viendo pasar a las familias, disfrutando de aquella feria, era fácil reconocer a los turistas si vestían igual que ellos.
Enfrente de ellos paso un carro de una fruta que Olivia jamás había visto pero su color y las ganas de las abejas de estar cerca se le antojo de una manera grosera.

-¿Qué es eso?-Le preguntó a Namor que pasaba el trago de agua.

-Mamey ¿Quieres un poco?-Ella asintió y fue él a comprar ese antojo de su esposa

Cuándo volvió lo traía partido en cuatro para que le fuese fácil comer, cuándo la vió morder y dibujarse una sonrisa, supo que le gustó.

- Esta muy rico, es la primera vez que pruebo esto.

- Se cultiva mucho de él aquí en Yucatán, así como el mango es de tierra caliente...

- Podría ser mi fruta favorita desde ahorita.-Escuchando que tocaban campanas-¿Hay catedral?

-Si.-Casi rogando internamente no dijera "vamos".

-¿Podemos ir a verla?-Él asintió no muy convencido levantándose con ella.

Fue a dejar los vasos de la bebida ya que ahí no generaban demasiada basura y regresó tomando su mano obligando una sonrisa por tener que ir.
Olivia seguía comiendo, maravillada por la textura y el sabor de aquella fruta que la termino rápido antes de entrar a la iglesia, la tiró a un bote dejando ese sabor dulce en su boca.

-¿No duelen tus alas?-Preguntó entrando con él a la explanada del templo alto con arte barroco.

- No, están bien.-Caminaron unos metros más y Namor le dio un beso en la sien parando cuándo estaban cerca de la entrada de esa iglesia-Entra tú, yo te espero aquí afuera.

- Bien.-Resignada

Cuándo entro el clima era frío todo lo contrario afuera, santos por todos lados había, la mayoría con vestiduras de monjes o monjas.
Señora del Carmen
Santa Mónica
San Antonio
Algunos mirando arriba otros pareciendo mirarla, con las velas poniendo vida a sus ojos. Hasta el fondo de aquella iglesia había un Cristo Crusificado.

¿Te gusta ver un hombre desnudo, con cara de sufrimiento?
Él te dejó sola.

Aquellos pensamientos intrusos la hicieron ponerse incómoda en el lugar, quiso dejar de ponerles atención poniéndola ahora en el tacón contra el piso que hacía ese bonito sonido, coqueto.
Se sentó en una de las bancas persignándose antes.
Y nada, no venía nada a su mente, ninguna plegaria, ninguna penitencia, nada. Y no sabía a qué se debía ¿Demasiada tranquilidad en su vida? ¿Ya no creía? O había olvidado el ave María.

Prefirio irse y no dejar más tiempo solo a Namor que aún se veía notablemente nervioso, salió oyendo otro ritmo de música a lo lejos.

-¿Ese es un danzón?-Llamando su atención porque estaba perdido viendo el vuelo de los pichones.

-Es bonito.-Respondió con una sonrisa.

-¿Quieres bailar?-Se le acercó dándole un beso mientras él estaba contra la pared y tomaba con deseo su cadera.

- Vamos.-Le sonrio contra sus labios.

El parqué estaba lleno de parejas en su mayoría mayores que disfrutaban de su amor verdadero y durarero, ella lo guío, tomó sus manos poniéndolas en su cintura y se tomó de su cuello balanceándose con la canción.

- Siento que aquí todos me ven como un demonio.-Lo decía por su perforación en la nariz que se notaba y sus orejas puntiagudas que aún cuando estaban ocultas por el sombrero se sentía incómodo.

- Entonces ¿Soy la esposa de un demonio?-Rio y él sonrió negando.

- Se siente raro estar aquí.

- Hay que seguir disfrutando.-Trato de tranquilizar a Namor con un beso inocente-.No pasa nada.

-Bien.-Le dio un beso más y le dio una vuelta volviendo a bailar.

Más noche, tronaron fuegos artificiales mientras ellos comían palomitas, con el cielo en penumbras así dando ese espectáculo a sus ojos.
Ella sonreía, a él le parecía una actividad totalmente sin causa pero que robaba la atención de sus ojos chocolate sin remedio alguno, a su lado un trío tocó cerca y de la nada empezó su canción.

<No me cansaría
De decirte siempre
Pero siempre, siempre
Que eres en mi vida
Ansiedad, angustia
Desesperación>

K'ukulk'an le pidió su mano y al aceptarla se levantaron a bailar, abrazados, él respirando su olor y ella disfrutando de la protección de su abrazo.
Se besaron, un beso tierno probando su amor y la noche que los ponía de una actitud más romántica.

-¿Vamos a buscar a Mario para la posada?-Apenas separándose del beso cuándo aún seguía la música.

-Solo espera a que terminé la canción.-Le beso la mejilla para seguir escuchando.

"Toda una vida, me estaría contigo
No me importa en qué forma
Ni cómo ni dónde
Pero junto a ti"

Casi luego que acabó la canción que ellos se habían levantado a bailar entre besos, llegó Mario, con todo su puesto ya levantado para ir a una posada, cómoda y de confianza así que lo siguieron entre las calles aún concurridas, con faroles alumbrando a ese pequeño edificio de cuartos que sería suficiente por esa noche.
Pero en el camino, Olivia comenzó a sentirse débil, supuso que era sueño.

En el recibidor se podía oler la preparación de la cena, el lugar apenas un poco desgastado y sólo un sillón en el lugar.

Ya no estaba acostumbrada a los tacones, cuando se sentó y se sintió libre de las miradas quitó estos dando un suspiro, viendo a los dos hombres hablando con el dueño de la posada.
Tiró su cuerpo sobré el sillón casi quedando dormida.

- Ya está pagada.-Se acercó Namor viéndola acostada-.Ven aquí.-Terminando por cargarla para subir los escalones de madera.

Ellos en una recámara, Mario en otra, mientras el otro entró fácil para simplemente dormir el batallo un poco con aquella chapa que no sabía abrir y cuándo quiso pedirle ayuda a Olivia, ella ya estaba dormida.

-¿Necesitas ayuda?-Subía las escaleras una mujer que se hospedaba ahí.

-Por favor.-Pidió haciéndose a un lado con el cuerpo de Olivia.

La mujer abrió fácil y saco fácil la llave dándosela de nuevo, él le sonrió cómo agradecimiento entrando.

-Mi cuarto es el trece, por si sigue dormida.-Le dijo pero Namor le cerró la puerta en su cara.

La cama no era muy grande, el colchón no lo suficientemente blando, pero servía, la acostó dejándole la ropa y tapándola con una sábana mientras el con ansías se desvestía, incómodo de tener tela por todo su cuerpo.

Solo un foco en el techo los iluminaba, pero así de rápido se desnudo así de rápido durmió a su lado.
La abrazó, teniendo la tela de su vestido contra su piel siendo algo incómodo, pero aún así durmió.
Tenía miedo, incomodidad, eso durante todo el día nunca se fue, miraba a todos lados, sintió en todo momento la necesidad de protegerla, de más y ahora era lo mismo en la noche, teniéndola presa en brazos.

Ella, unas horas más, se despertó, con los brazos de Namor abrazándola, sonrió y llevó una mano a estos, acariciando, tenía calor así que como pudo se apartó de él, haciendo ruido con el rechinar de la cama.
Puso sus pies desnudos en la caliente madera desgastada y bajó el cierre del vestido quedando solo en ropa interior, pero también se liberó de ella mirando al moreno completamente dormido.
Puso su rodilla en el colchón para volver a acostarse pero él despertó de golpe.

-¿Todo bien?-Levantando toda su espada tomándola de los brazos.

-Todo bien.-Le sonrió y beso como confirmación-Deja de estar tan intranquilo, todo está bien.-Tomó su rostro y beso de nuevo.

Su rostro le quedaba muy lejos así que tomó ambas piernas abriéndolas para meterse entre ellas y tenerla a su altura, la beso entre esa silenciosa noche donde hasta el más mínimo ruido podía escucharse.
La luz de luna se colaba por la pequeña ventana rectangular, para decirle cositas bonitas, iluminando sus cuerpos desnudos juntos.

Él besaba su cuello mientras Olivia se obligaba a no jadear, las paredes eran de papel y cualquier ruido sería escuchado.

- Nos van a escuchar.-Susurro para que él pellizcaba su pezón derecho, ahogó un grito.

- No si no haces ruido.-Se separó de su cuerpo para tirarla a la cama.

El claro de luna acariciaba su abdomen, ahí dónde su familia comenzaba, empezaron en ese lugar sus besos, poniéndole las manos en su cintura, sintiendo ese rollito de grasa.
Sería rápido, no querían hacer más ruido del requerido.

Se acomodó a lado de ella y al pasar los dedos pudo sentir su excitación, ella jadeo al sentir como dos dedos atrapaban su clítoris.

- Shhh, no deben escuchar.-Ambos rieron en la oscuridad.

Quería ser tierno, no lastimarla ante su falta de lubricación, pero lo necesitaba, la adrenalina de que alguien los escuchará, de estar en un lugar casi desconocido para ambos resultaba provocativo.
Se subió sobre él, haciendo rechinar la cama, ambos rieron y él sintió su humedad acariciando su abdomen desnudo
¿Cómo le gustaba? ¿La amaba? Eso solo lo sabía él, pero era demasiado.

Se perdió en la forma de su clavícula adornada por esas perlas y la luna, en sus mechones de cabello sobre sus senos apenas distinguidos en la oscuridad, pero que conocía bien.

Ella se levantó un poco para dejarlo entrar, haciendo su intimidad su mayor esfuerzo para hacerlo resbalar, apretó los labios ante el placer y el dolor que le provocó su entrada.

-Ah-ah.-Balbuceó Namor presa de su coño apenas húmedo que le daba una sensación de placer que no controló.

-Shh.-Controlando una respiración acelerada y bajando a besarlo.

Se movía con cuidado, era casi imposible no soltar gemidos pero al menos habían logrado no hacer rechinar la cama, era un vaivén lento, cariñoso, dónde se tomaban de las manos y una sonrisa se daban en la oscuridad, la fricción de sus cuerpos desnudos con esa capa de sudor era solo una necesidad de ir más rápido.

La tomó del culo y comenzó a enterrarse así más profundo, haciendo que está vez en lugar de que cuerpo fuera de adelante a atrás diera un pequeño brinco sintiendo como tocaba profundo.
Estaban cerca, se estaban conteniendo para no gemir sus nombres, de no decir una palabra Santa que con gemidos fuera todo lo contrario.

Se acostó sobre él enterrando involuntariamente las uñas en la piel de su pecho, Namor aún guiaba sus movimientos, respirando a su oído de una manera que para Olivia era suficiente como gemido.

Y cuándo la velocidad aumentó un poco y así el ruido y sus respiraciones, llegaron, con un fuerte gemido disfrazado de jadeo.

-Shhh.-Rio con ella acostandola a su lado.

Olivia sentía un dolor en la garganta, cómo si todos esos gemidos y palabras de deseo estuvieran en su garganta.
Se abrazó a Namor, él beso su frente y acarició su espalda desnuda.

- Gracias por haberme traído aquí.-Con su respiración algo dificultosa.

- Se que será la primera y última vez que regreses un poco a lo que fue tu vida de antes, pero te prometo, que me esforzare para que tu vida en el mar sea feliz.-Ella negó dando un beso en su cuello.

- Ya soy muy feliz Namor.-Levantó su espalda para dar un beso en los labios del Dios-Y gracias por hacer esto por mi...

-Haría cualquier cosa por ti.-Le beso la mano que tenía en su pecho-.Incluso lo que no quisieras que hiciera por ti...

-¿Tengo que temer ante eso?-Dijo por la seguridad de sus palabras que denotaban odió.

-Tú no...-Pasó un mechón café detrás de la oreja de Olivia, sonriéndole.

Durmieron solo dos horas más para a las seis de la mañana partir de regreso, habrían estado más pero ella volvió a estar débil sintiendo que el cuerpo no le funcionaba.

-Me duele el cuerpo.-Se quejó bajando los escalones de la posada.

-Ya nos vamos, resiste un poco...-Cruzaron el recibidor para Mario dejar las llaves.

Otras veces había resistido horas fuera del mar, pero era diferente el clima cerca o lejos del mar.

-Llegaremos pronto.-Para tomarla en brazos ante su debilidad.

El camino fue nuevamente largó, cinco horas de camino eran demasiadas y apenas con un poco más de velocidad sobré el caballo llegaron una hora antes de lo previsto.

-Nos vemos en la playa.-Aviso Namor bajando de la carreta con su cuerpo.

Se abstuvo de correr, pero iba a paso rápido viendo como sus labios lucían resecos y respiraba con dificultad.
Cuando vio las olas a unos metros se permitió correr, con algo de miedo a que pudieran verlos, pero se sumergió con todo y su cuerpo devolviéndole la vida.
Respiró dentro como si no hubiera respirado nunca, sintió ese cambio de energía en el cuerpo, necesitaba del agua para vivir y era algo que antes se negaba a aceptar.

-Estás bien.-Sacando su rostro del agua junto con el de él, quitando sus cabellos cacao que no le permitían ver sus ojos miel.

-Bien, estoy bien, solo, me deshidrate.-Rio para ver llegar a Mario.

-Vayamos, tengo hambre.-Desamarro la lancha.

Y aunque le hubiera gustado seguir en el agua, junto con Namor subió a la lancha y fueron llevados hacia la isla donde hacían sus labores diarias como todos los días.

-Muchas gracias por llevarnos.-Le dijo Namor dando dinero a Mario.

-Gracias mi señor, espero que ya esté bien la señora, mejor vayan a las profundidades...

-En un rato, ve con tu familia y gracias

El hombre se fue para Olivia mirar a Namor, aún tenía su rostro cansado pero menos que hace un momento.

-Iré a preguntar que tal la noche y nos vamos.-Ella asintió-Corre a la orilla a mojarte.

Camino hacia el mar con algo de cansancio, se sentó en la arena donde las olas la acariciaron así sintiendo que la vida le regresaba y el aire tierno del mar la saludaba.

-Llegaron.-Atras de Olivia venía Yamil, con su hija en brazos.

-Si.-Volteo a ella con una sonrisa para que se sentará a su lado-¿Cómo estuvo la noche?-Le preguntó con una sonrisa.

-No ¿Cómo estuvo el paseo?

-Bien, estuvimos un poco paranoicos pero fue bonito cuando nos olvidamos de que no estábamos cerca del mar.

-Que bueno que la isla les pudiera brindar este paseo.-Olivia asintió-.Fui a tu casa en la noche, dónde nadie puede escuchar su llanto...y, la vi, al fantasma...

-¿La viste?-Atónita.

-Si.-Miró a su hija que manoteaba con el fantasma de una ola, empezaba a llorar de nuevo del miedo-Tuve que salir para ir a tu casa y la vi, de la nada, frente a mi...

-Y ¿Qué hiciste?-Yamil estaba temblando a su lado por el recuerdo de esa mujer fantasma.

-Le pregunte porque lloraba y...-Pauso largo con un puchero, temblando con un puchero en su boca-.Voló hacía a mí, me habló al oído y me dijo que debíamos irnos, después de eso, desapareció...

-Ven.-La abrazo ante el miedo pintado en su rostro.

-Dónde nadie escucha sus llantos...fue lo último que me dijo.-Lloró en el abrazo por el miedo sobre el fantasma.

-No hay que temerle...

Había que escucharla...













1."La Llorona" tiene muchísimas versiones pero para mí todas son cultura al ser una leyenda que vive desde hace mucho.
¿Qué les pareció está versión prehispánica?

2. La tradición de las máscaras de huehue si existe en mi Tlaxcala, aquí hay muchísimos artesanos pero el más antiguo del que se tiene registro es el señor Carlos Reyes Acoltzi (+)
Con mucho respeto está mención para la familia y sus hermosas creaciones.
Les recomiendo investigar sobre estás hermosas creaciones.
Hasta el momento son ya tres generaciones de artesanos que siguen manteniendo la tradición del carnaval.
Son preciosas estás caretas y varían en precios, he comprado unas chiquitas que se usan como adorno tal vez para tu escritorio y el artesano me contó que su tío, hijo del señor Carlos le enseño el oficio, no doy sus nombres por respeto a su privacidad.
Esto en el municipio de "San Pablo Apetatitlán" más específicos en el pueblo Tlatempan.
He hecho está investigación para compartir un poco de mi estado "escondido" en la República Mexicana
Te dejo el link del reportaje en comentarios! ❤️

MUCHAS GRACIAS POR LEER♥️

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