XLIII . Gracias
31 de Agosto 1943
Su boda solo fue una muestra del amor que se tenían, un sello a sus compromisos ya hechos por sus acciones.
No cambió en nada el fuerte e evidente amor que se tenían, casados o no ya eran felices, ya se querían para una eternidad.
—Chúuk píimo'=¿Tiene suficiente carbón en el horno?—Preguntó Olivia moviendo el alimento en la olla de barro.
Chile quemado, tamales y empanadas darían ese día en la isla.
Varias mujeres y hombres le estaban ayudando a preparar todo para celebrar con la pareja que por fin estaban casados.
Pero no venían solos Koyopa' estaba ayudando también, ya enterada de la ayuda a esa pequeña sociedad Maya.
K'ukulk'an por su lado estaba afuera ayudando a acomodar todas las mesas alrededor de la escuela para así poner lonas y los cubrieran de aún un sol de verano.
—Wa táan ma'alo'ob tu láakal=Si, está todo bien.—Respondió la mamá de Juan ayudando.
—Ts'o'ok Meente'ex le waajo'obo', ts'o'ok óol Ko'ox janal=Ya hagan las tortillas, ya casi vamos a comer.—Ordenó metiendo el dedo al guisado que sabía demasiado bien a su gustó.
Por primera vez en varias semanas escuchaba música que no fuera Maya.
No le molestaba pero venía de un lugar completamente diferente al de ellos que escuchar algo en español y de una radio la tenían cantando mientras terminaba de cortar las papas.
La señal no era buena, pero era suficiente.
—Ts'o'ok táan echando waaj Olivia=Ya están echando las tortillas Olivia.—Le aviso.
—Ma'alob, ka'a xi'iko'ob tuláakal u lelo' tumen yaan u beel Niib, Ma'ili' ti' u u enfríe tuláakal=Bien, vayan a eso todas porque tiene que ser muchas, antes de que se enfríe todo
—Ko'ox=Vamos.—Contestó con una sonrisa dejándola sola en la cocina del jefe de la aldea.
Ahí la gente mayor no entendía a la perfección el español, pero disfrutaban escucharlo en las únicas dos radios que tenían.
"No no no yo no me resignare no
A perderte nunca
Aun que me castigues
Con ese desprecio
Que sientes por mí
No no no yo no me resignare no
A perderte nunca
Aun que me supliques
Que amor ya no insista
Y me vaya de ti"
Cantaba lo poco que recordaba de aquella canción del aclamado Adán Luna, el arte mexicano algunas veces cruzaba las fronteras y la música de ese hombre comenzaba a ir lejos.
Desgraciadamente, por el racismo que se vivía los estados del norte siempre negarían que escuchaban su música y consumían su cine.
En toda la mañana que estuvo ahí cocinando no había visto a Yamil.
Y entre el laborioso trabajo que hacía no pensó en preguntar por ella.
Fue interrumpida por K'ukulk'an que entró por la puerta trasera de la cocina y apretó su trasero con ambas manos haciéndola reír para casi al instante poner las manos en su cadera y besó su cuello.
—¿Todo esto es mío?—Mordió su cuello ambos riendo—.Te ves deliciosa en mandil ¡¿Cómo es eso posible?!
—Eso es solo porque me ves con ojos de amor.—Él rio y puso ambas manos en el vientre de su esposa viéndola cortar las verduras.
—No, no creo que sea por eso, me gustas mucho mi vida.—Dejo un beso en su mejilla apenas viendo de perfil su sonrisa.
—Oye ¿Has visto a Yamil? No la he visto en toda la mañana.—Preocupada, volteando su cabeza a su hombro derecho donde él descansaba el mentón.
—No Jats'uts, no la he visto.—Ella frunció un poco el ceño ¿Dónde estaba? Namor lo pensó un poco—.Dime que debo hacer y ve a buscarla.
—¿Seguro?—Se secó las manos en el mandil.
—Si puedo, sólo dime qué debo hacer.
— Solo termina de picar estás papas.—Volteo a él empezando a quitar el mandil mientras lo decía— Y las hechas al guisado, debe ser pronto, antes de que empiece a hervir.—Pero él siguiendo con su juego meloso y al ver qué no podía quitar el nudo llevó con ella sus manos a la espalda manteniéndola presa en un beso, uno tierno y sensual donde ambos luchaban por encontrar ritmo y control.
Logró desarmarlo él y así ella ponerlo en el cuello de su esposo—Regresó rápido.—Asintió él dejando un beso en su frente.
—¡Le dices que se venga a comer!
—¡Si!—Le mando un beso y salió corriendo.
Corrió entre las casas, esperando tal vez verla ayudando pero no la vio por ningún lado.
Llegó a su casa pero ahí tampoco estaba.
Salió preocupada viendo a un matrimonio salir de su casa con sillas hacia el centro.
—Ka Yamil u yojéelo'ob tu'ux yaan=Disculpe ¿Y Yamil? ¿Saben dónde está?—Se acercó a ellos que aún caminaban.
—Bejla'e' ma' tu p'ataj weenel máak u chan paalo' táan ook'olnajen u ook'olnajen, wa bin, jach ma'alob=Hoy no dejó dormir a nadie, su bebé estaba lloré que llore, si se fue ¡Mucho mejor!—Le dijo el esposo a Olivia dejándola atrás.
Aún había quienes juzgaban a Yamil por cómo fue que se embarazó, por cómo era ahora una mamá soltera.
Toda la responsabilidad de crianza había caído sobre ella, pero no solo esa, también la de la sociedad que la juzgaba y la acusaba de puta, inmadura y mala madre.
Pero había un lugar en el que podía llorar su pequeña hija y nadie de la aldea la escucharía.
Corrió directo a la orilla del mar donde estaba su casa.
Cuándo estuvo cerca pudo escuchar la voz de Yamil cantando, así que se tranquilizó y comenzó a caminar más lento recuperando su respiración.
Llegó viéndola acostada, con su hija en brazos mirando a la nada.
—Yamil ¿Estás bien?—Se puso de rodillas ante ella tomando su mano.
— Si, solo, estoy muy cansada.—Respiro profundo para que las lágrimas amenzaran con salir—.Perdón por venir acá, es que, estaba llorando y moleste a muchos en la aldea.
— Está bien, que bueno que viniste aquí así tú y tu hija pueden estar tranquilas.—Yamil levantó su espalda de la cama y se echó a llorar, Olivia se sentó a su lado y la abrazo—.Sé que es difícil, perdón por dejarte estos días.
—Está bien, tú tienes esposo y obligaciones allá, solo, te extrañé mucho.—Olivia dejo un beso en su frente y mantuvo el abrazo.
—¿Vamos a comer? Trajimos comida para celebrar con todos que nos casamos.—Yamil negó en su pecho?
—Yo no quiero comer con ellos.
—¿Qué te hicieron?
—Fueron a gritarme que me fuera, que si mi hija no dejaba de llorar me echaban, pero es que...—Respiro con coraje.
—No no Yamil, no tienes qué justificarte, ellos no tienen porqué tratarte así. Namor y yo hablaremos con el Jefe para que se dejen las cosas en claro, a ti no tienen porqué decirte nada.—Yamil se abrazó a ella más fuerte, dejando sus lágrimas en el vestido verde que llevaba Olivia.
—Tuve que volver a darle leche para que durmiera Olivia.—Soltaba jadeos, con un llanto desesperado que a Olivia le rompía el corazón.
Por días Yamil había intentado quitarle la leche de seno, pero la niña estaba tan acostumbrada que lloraba por la leche y ayer fue la gota que derramó el vaso, no sólo para la gente que escuchó el llanto por más de tres horas, también para Yamil que en su desesperación y estrés le volvió a dar el seno.
Se sentía como una mala madre verdaderamente, no podía con la carga que era tener una hija y eso la hacía sentir tan culpable empezando por el hecho de no poder calmarla cuando llora.
—No te preocupes, puedes volver a empezar.—Acariciaba su espalda, dejando que llorará, que sacará toda su preocupación y estrés con ella—.Mira ¿Qué te parece si vamos a comer? Mientras escúchanos música para que te distraigas, puedo jugar y cuidar a tu niña mientras tú disfrutas, puedo prestarte a mi esposo para que bailes.—Rieron juntas.
—Eso se oyé bien.
— K'ukulk'an es un gran bailarín.—Yamil se separó del abrazo para mirarla.
—No sé que haría sin ti, eres la amiga que necesitaba y de verdad te voy a extrañar cuando llegue el otoño.—Se abrazaron de nuevo ahora Olivia también llorando.
— K'ukulk'an me dio permiso de venir a verte una vez al año, vendré a ver cómo has crecido tú y tu niña, cómo eres feliz. No nos dejaremos de ver, te lo prometo.—La dejo calmarse, aún en el abrazo y cuando la oyó dejar de llorar en bajito volvió a insistir—¿Vamos?
—Si, vamos.—Se limpió las lágrimas y se levantó con su hija en brazos.
—Es mía por unas horas, dame.—Abrió los brazos y se la dejo cargar.
Así el ruido de unas pisadas sobre la arena llamaron la atención de las amigas que vieron llegar a Ujo'.
—Yamil ¿Quieres venir?—En la puerta dijo, viendo a Olivia así poniéndose nervioso.
—Si, ya vamos.—Viéndolo.
—Hola Olivia.—Con una tonta sonrisa pasando su mano a la nuca, nervioso.
—Hola Ujo', bueno, vamos.
Los amigos siguieron a Olivia que cargaba a la niña dormida, no despertó ni con el cambiar de brazos.
Estaba muy cansada por todo el llanto que liberó a altas horas de la noche.
Namor seguía acomodando las mesas y cuando vió a su esposa llegar con Ujo' nació su celo.
Así que se acercó.
—Hola Ujo'—Él le devolvió el saludo y se fue entre la gente para Namor mirar a una cansada Yamil—¿Estas bien niña?
—Estoy bien mi señor, gracias.—Bajo la mirada con pena ante su segura imagen decadente.
—Anda ve a comer y a divertirse con Ujo', yo me hago cargo.—La alentó Olivia señalando a Ujo'.
— Gracias.
Ella se fue y dejó a la pareja sola, con Namor haciéndose preguntas.
—¿Qué le pasó?—Preguntó guiandola de la cintura, con la bebé en brazos.
—Creo que no podemos hacer mucho, solo tal vez pedirle al Jefe de la aldea que procure más unión entre su gente. Hoy en la noche casi la corren porque su hija lloraba y estaba desesperada.—Namor asintió.
Marimba, tambores, teponaztle, maracas, sonaban en la alegre fiesta donde compartían alimentos.
Las pláticas entre todos no faltaban, todos comían gustosos entre ellos Olivia y Namor que alimentaban a Lool que ya había despertado.
— Ahhh.—Abría la boca graciosa Olivia para la bebé también hacerlo—¡Qué rico!
La tenía sentada en la mesa así haciéndole más rápido tomar la comida.
Al menos la pequeña le había dado el tiempo de comer, porque ahora estaba más que activa.
—¿Y si vas a bailar con Yamil?—Pidió Olivia viendo a su amiga aburrida, Ujo' estaba muy junto con Koyopa'.
—¿Yo?—Sorprendido.
—Por favor, solo te voy a prestar por un rato.—La niña gritó buscando la atención de Olivia.
La mayoría de las mujeres con las que había estado, eran más que celosas.
Pero ella, tan naturalmente le pedía que bailará con Yamil y el día de la boda que bailará con otras no fue algo que le molestará y mucho menos que actuará meloso con las mujeres del pueblo.
Entonces sabía que algo estaba haciendo bien, sabía que la amaba.
Le sonrió feliz y beso.
— De acuerdo, pero después me toca bailar contigo.—Olivia asintió y lo vio levantarse.
Bailó con Yamil, con algunas señoras de la comunidad que tenían un pequeño gusto culposo con él.
Olivia sonreía al verlo bailar divertido, mientras cargaba a la niña sobre sus piernas.
Lool, flor, era el nombré de la pequeña de ya dos años y medió, ya era grande y empezaba a balbucear cada vez más.
Le pegó en la espalda mientras la tenía cargada, así liberando el aire y así fue.
El llanto que le vio a Yamil, lo obvio difícil que era criar a esa niña, le permitió recordar lo difícil que era cuidar a su hermana y lo difícil que sería cuidar a su hija, aún le asustaba pensar que una persona estaba creando y lo amaba aún sin conocerlo o conocerla.
— Ven.—Se acercó Namor tomando su mano.
Aunque quiso poner resistencia fue muy tarde cuando tomó su cadera y mano libre comenzando a bailar mientras ella tenía a la niña en brazos que reía por el baile.
—Luces muy bonita como mamá.—Le besó la mejilla siguiendo con el baile.
— Gracias, tú también, comiendo mientras la cargabas fue una imagen muy bonita.—Él le devolvió la sonrisa besando su frente.
— Zacil se puso muy celosa, tuve que bailar con ella antes de que durmiera en los brazos de su mamá.—Olivia rio y negó, viendo ya otro lugar que no fueran los ojos chocolate de su marido, todos los miraban.
—Es una chica muy celosa, no la culpo, yo también lo estaría si no supiera que me amas.—Se dieron un beso para Lool pedir los brazos de Namor.
—Que bueno que lo sepas Jats'uts, eres la única que vive en mi corazón y fantasías.—Le susurró esto al oído.
—Esta vez no solo quiero dormir.—De la misma manera melosa.
—Vámonos ahora.—Fingió irse, jalando su mano para que ambos se rían.
—En un rato.—Namor en su risa asintió, besando su boca y así dando por terminada la melodía.
Después de eso Olivia bailó con Yamil y Namor se fue a sentar con la pequeña mientras platicaba con algunos y la niña saltaba en sus muslos mientras chupaba una paleta.
—Ujo' se pone insoportable cuando está celoso, cómo si fuera otra persona, ni porque tenía con él a esa bonita Koyopa'—Olivia rio y le dio una vuelta.
—Soy una mujer felizmente casada para desgracia de él.—Ambas rieron.
—Espero que mi Lool no fuera un estorbo.—Con pena, dándole una vuelta a Olivia con dificultad por su altura.
—No lo es, es una dulce niña, eso es, algo traviesa pero es un niña, no debes sentirte mal por sus comportamientos, su llanto o necesidades, es un niña y haces lo mejor por ella.—Yamil se secó una lágrima para abrazarse—.Si quieres puedes usar la casa de la orilla desde ahora, yo no la uso así que...
— No, claro que no, es tuya y no quiero más problemas con los de aquí.—Aún bailaban.
—Bueno, la propuesta ya está, antes de que Namor y yo nos vayamos hablaremos con el Jefe, son una sociedad y por lo tanto debe haber unión, no voy a permitir que tú o alguien más sufra ese tipo de trato, tan, inhumano y sin una pizca de empatía.
— Gracias.—Le negó y siguieron bailando
La noche ya empezaba a llegar, el cielo se puso oscuro y lo único que iluminaba la fiesta eran velas.
No había electricidad pero seguían disfrutando del buen clima, comida y compañía.
Era una tarde feliz, no solo celebraban la boda del rey, también los logros que habían tenido desde ese tierno marzo de primavera hasta los pocos días que faltaban para el otoño.
Era tiempo de despedirse y eso fue la reunión, una despedida.
—Ka'anen=¡Me canse!—Se quejó Juan después de bailar con sus compañeros y llegar con ambas maestras que bebían agua de jamaica que a primera instancia no les pusieron atención por estar platicando
—La corona tenía esas hermosas plumas verdes y azules, tal como la hermosa historia que me había contado él, con esa hermosa voz narradora.—Presumió Olivia al recibir la pregunta de ¿Cómo era su corona?
Esto Juan lo escuchó así que fue corriendo hacia Namor que estaba comiendo arroz con leche y convidando con la pequeña niña que aún tenía energía.
—Wa je'el u k máako' cuente jump'éel leyenda=Si si ¡Que nuestro señor cuente una leyenda!—Insistió Juan con sus amigos que apoyaron su causa.
—Xook k junp'éel tsikbal= ¡Cuéntenos un cuento!—Insistió una niña con su amigo Juan—Táak k bejla'e' wu'uyik u To'one' bey Olivia Mantats'=¡Queremos ahora escucharlo nosotros como Olivia siempre!
Se había vuelto su lindo ritual en el que se contaban historias así él compartía más de su mundo maya y submarino. Rio viendo a su esposa a lo lejos distraída platicando con Yamil.
—Ma'alob, kulen=Esta bien, siéntense
Los niños no esperaron dos veces y lo hicieron así gritando que todos vinieran a escucharlo y sacando de su plática a su esposa.
Todos ahí se dirigieron, unos sentados en sus sillas otros parados y otros junto a sus hijos.
—Ma'alob=Bueno.—Miró a Olivia entre la gente para sonreírle y proseguir con su voz grave y narradora que era una de las tantas cosas que mantenían enamorada a Olivia—Ya'ab lejanas ti' le muestras, bey je'el bix ti' k k'iin, habían ka'atúul enamorados tu juraron yaakunaj eterno, u jump'éel talamil u mantener yaakunaj u mantener siendo u leti' je'el kíimil ti' jach yáax batalla.
Xochiquetzal tu yilaj ja'abo'ob le k'atun yéetel u k'iino'ob jk'aamikubaa le terrible noticia u u yaakunaj kíimik ka j-bey guerrero, tu taan u kíimil ts'o'ok u beel, ti' perteneció ti' uláak' máak, juntúul u le engañó wa'alik ti' u u yaakunaj kíimik ka j-Ba'ale' u jump'éel k'iin suut yéetel u tropa ti' números reducidos yéetel vencida, Ba'ale' kuxa'an ka chu'upul u orgullo tuméen ts'aik tuláakal bey, le enamorada enojada yéetel apenada huyó tu taan u tuus u yíicham yéetel tu taan u su'utalil u ts'o'ok yantalto'on sido uláak' máak, u yíicham le tu ch'a'ajo'oltaj ka seguido ti' le guerrero Azteca, combatieron, u humillaron, juntúul tuméen u enojo saber leti' puksi'ik'al u ko'olelo' ti' pertenecía yéetel uláak' tuméen u le habían arrebatado, le azteca ganó ka tu p'ataj bin le moribundo Tlaxcalteca ti' kaxant u lool, le tu kaxtaj, kíimil, chúumuk le valle, kíimil su'utalil, u chi'ibal, u angustia ka te'elo' ti' tu ch'a'ajo'oltaj jurando yaakunaj eterno coronando le yéetel loolo'ob yéetel venerando u wíinkilil yéetel copal.
Nojoch bin u sorpresa le kajnalo'obo' ka tu yilajo'ob líik'il u ti' le valle ka'ap'éel witso'obo', juntas, jump'éel viva yéetel uláak' muerta, Popocatépetl yéetel Iztaccíhuatl, le witso' humea yéetel le ko'olelo' dormida, múuch' utia'al u eternidad yéetel u lo náach le mentiroso xeen a le amantes, líisik xan bey witso'.= En tierras lejanas a las muestras, así como a nuestro tiempo, habían dos enamorados que se juraron amor eterno, un amor difícil de mantener siendo que él podría morir en campo de batalla.
Xochiquetzal lo vio partir a la guerra y a los días recibió la terrible noticia de que su amor había muerto como guerrero, ante su muerte se casó, le perteneció a otro hombre, a uno que la engañó diciéndole que su amor había muerto pero que una tarde volvió con su tropa en números reducidos y vencida, pero vivo y llenó de orgullo por dar todo de sí, la enamorada enojada y apenada huyó ante la mentira de su esposo y ante la vergüenza de ya haber sido de otro hombre, su esposo la siguió y seguido de él el guerrero Azteca, combatieron, se humillaron, uno por su enojo de saber que él corazón de su mujer le pertenecía y otro porque se la habían arrebatado, el azteca ganó y dejó ir al moribundo Tlaxcalteca para él buscar a su flor, la encontró, muerta, en medio del valle, muerta de pena, de dolor, de angustia y ahí le siguió jurando amor eterno coronandola con flores y venerando su cuerpo con copal.
Grande fue la sorpresa de los pobladores cuando vieron levantarse en el valle dos montañas, juntas, una viva y otra muerta, Popocatépetl e Iztaccíhuatl, la montaña que humea y la mujer blanca, juntos para la eternidad y a lo lejos el mentiroso ve a los amantes, levantando también como montaña.
—Le witso'obo' yaano'ob=¿Esas montañas existen?—Preguntó uno de los niños agrupados.
—Wa yaano'ob, Morelos, Puebla yéetel le noj u México ku le estados cruzan a witso'obo'=Si existen, Morelos, Puebla y el Estado de México son los estados que cruzan estás montañas
—Ma' merecían le tu Xul=No merecían ese final.—Dijo Juan.
—Ma', ma' u merecían, ku amaban xaan le bin u ba'alo'=No, no lo merecían, se amaban, tal vez ese fue su error.—Lo aceptó Namor.
—Yáakunaj mix yaan jump'éel ba'alo' Kukulkan=Amar jamás será un error K'ukulk'an.—Intervino Olivia con una sonrisa.
—Ohh In wa'alike' u yaan k ilik jump'éel ba'ate'el matrimonio=Ohh, creo que presenciaremos una pelea de matrimonio.—Bromeó uno de los presentes para todos echarse a reír.
El viento silbaba y danzaba con las palmeras y árboles que había en la isla así cómo el cabello de Olivia se movía, podía jurar que su olor llegaba a él como un abrazo.
—Ko'oten waye'=Ven aquí.—La llamó meloso entre la gente estirando el brazo.
La gente soltó una risa un poco más fuerte mientras ella rodeaba el círculo y llegaba con él que enredo ese brazo en su cintura.
—Bejla'e' venimos celebrar k ts'o'ok u casado yéetel xan in chuun yéetel le despedidas, u celebrar tuláakal ba'alo'ob ku máan ti' le ki'ichpam yáax k'iino' ka verano=Hoy venimos a celebrar que nos hemos casado y también a empezar con las despedidas, a celebrar todas las cosas buenas que pasaron en esta hermosa primavera y verano.—Hablo Namor, mirando a todos.
—Táan k jach agradecidos yéetel tech in máako', ma' in wojel ba'ax sería ti' to'on, ma' sabíamos necesitábamos U u áantajti'=Estamos muy agradecidos con usted mi señor, no sé qué sería de nosotros, no sabíamos que necesitábamos de su ayuda.—Acompañó la plática el Jefe de la aldea que abrazaba a su esposa a lado—U secretos táan u salvo yéetel to'on, Mantats' u recordaremos=Créame que sus secretos están a salvo con nosotros y siempre lo recordaremos.
—In máako' Kukulkan, k jach ki'imaktal u yóolo'ob u wilej felizmente beel yéetel u yilik bix xan k beneficiamos=Mi señor K'ukulk'an, estamos muy felices de verlo felizmente casado y de ver cómo ambos nos beneficiamos.—Agregó un padre de familia dándole una sonrisa sincera al Rey.
—U bella aldea tu ts'áaj teen asab ti' ku esperaba tu beetaj teen yaantal alab óolal ti' le wíiniko'obo' waye' ka'anal yéetel lelo' u tojol ya'ab=Créame, su bella aldea aportó más de lo que esperaba, me hizo tener esperanza en la gente de aquí arriba y eso vale mucho.—Regreso el agradecimiento.
—Taak in ts'aik Nib Te'exe' taatae' yéetel u paalalo'obo' tumen Je'e in jóol u tuukule' yéetel casa tumen ts'áaten jump'éel kúuchil tu'ux u yu'ubike' in ma'alob.=
Quiero darles las gracias a ustedes papás y a sus niños por abrirme las puertas de su mente y casas.—Les sonrió a todos Olivia con lágrimas naciendo—Taak in ts'aik Nib Te'exe' taatae' yéetel u paalalo'obo' tumen Je'e in jóol u tuukule' yéetel najo'ob=Gracias por darme un lugar donde podía sentirme bien.
No era que no quisiera Talokan, es que sentía un hermoso amor por la aldea, era lo más cercano a su vida de antes, pero con amor, uno donde el viento pegaba en el rostro de manera más hermosa. Antes se movía de estado en estado, de casa en casa, buscando tranquilidad, amor, pero fue algo que no halló y ahora encontró.
Tenía amigos, se sentía útil ahí, era todo para ella ese lugar.
Los alumnos se levantaron hacia la maestra para abrazarla quedando bajos a ella, Olivia les acarició la cabeza, o la mejilla y la nariz, los iba a extrañar.
—Tech, tuméen ts'áaj tuláakal tech educación k paalal tumen táan a semanas, ti' prometemos u ma' dejarán kaambal=A usted, por dar todo de usted a la educación de nuestros hijos por estas semanas, le prometemos que no dejarán de aprender.—Dijo una mamá conmovida.
—Leti' kin pa'atik=Eso espero.—Rio para limpiarse las lágrimas.
—Yuumbo'otik k'aam u utsil bix ken in jats'uts=Gracias por aceptar de la mejor manera a mi Jats'uts.—Todos aplaudieron felices.
Después de eso fueron abrazada la pareja, no solo de gracias, también celebrando su matrimonio y deseándoles la mejor de las suertes en su etapa de esposos.
—Ya nos vamos, solo espérame voy a hablar con el jefe.—La alentó dejando un beso en su frente mientras todos ya metían lo de la fiesta a sus casas.
—Vamos, hay que ver lo de Yamil, no voy a dejar que la sigan tratando así.—Lo siguió.
—Pero...
—Vamos.
Fueron tomados de la manos hacia la casa del hombre que también metía sus mesas, sillas y utensilios de cocina.
Hablaron con él y supo oír, solo esperaban que escuchará, ya que eran cosas muy diferentes.
Dieron las razones exactas desde —¿Le gustaría que a su esposa la tratarán así?— Hasta —Es la maestra y como tal se le tiene que respetar.—
—Corre con Yamil, ahora te alcanzo.—La despidió queriendo hablar con el hombre a solas.
—¿Qué escondes K'ukulk'an?—Él negó y dio un beso en sus labios rápido para verla salir.
Miró al hombre un momento y salió para asegurarse de que ella se había ido y así era, regresó con él para hablar.
Mientras tanto Olivia cargaba a Lool acompañando a Yamil a casa, se le notaba el cansancio y le dolía la cabeza de tanto estrés en ella.
—Mejor vamos a la orilla allá pueden dormir más tranquilas.—Insistió con la pequeña jugando las perlas en su cuello.
—No Olivia, es demasiado, esa es tuya y ahora está calmada y cansada, espero en los Dioses que hoy no lloré.—Se negó.
—Bueno, solo prométeme que cada vez que lloré irás allá y si alguien vuelve a molestarte me lo digas.—Yamil asintió con una sonrisa agradecida.
—Gracias, sabes, valoró mucho el hecho que no me trates como una inmadura niña, no cómo todos aquí.—Olivia asintió, sabía a qué se refería.
—No lo tomes mal, pero eres una niña, las condiciones de la vida te han hecho una mujer, una mucho más madura que las de aquí o yo.—Ambas rieron ya estando enfrente de casa—.Bueno, me voy a casa...
—¿Mañana vienes?
—Mañana vengo, tenemos que seguir dando clases ¿No? Y lograr que los niños digan ácido desoxiribonucleico.—Yamil rio sin comprender.
—¿Qué es eso?
—Primero hay que aprender a decirlo.—La abrazo poniéndose a su pequeña altura—.Nos vemos mañana, buenas noches.
Ambas se fueron por su lado, Olivia fue caminando tranquila, no quería arruinar lo que sea que hablaba Namor con el jefe así que se centró en los sonidos de la noche, cómo grillos y el baile de la hierba, cómo el mar calmado que los rodea y les daba la existencia cómo lugar tranquilo.
—¡Hola!—Llego corriendo Ujo' poniéndose a su lado.
—¡Hola! ¿Ahora quieres hablarme? Has estado evitandome.—Sonrió incómodo.
—Eres mujer casada y tú y yo sabemos mis intenciones contigo.—Olivia no respondió ni se inmutó siguió viendo hacia al frente—.Pero, te veo muy feliz y eso me gusta...
—Lo soy, gracias.—Volteo a él con una ligera sonrisa—.Pero Ujo' creo que te deje las cosas muy claras esa tarde, tú y yo solo somos amigos, si es que tú quieres, pero te voy a pedir que no se repitan esos coqueteos o indirectas...
—Si, lo siento, solo venía a decirte que posiblemente me vaya...
—¿¡Que!?—Ella se giró está vez sí interesada en hablar con él.
—Ko'ox Olivia=¡Vamos Olivia!—Llegó Koyopa' con ellos para jalarla del brazo.
—¡Adiós!—Se despidió él mientras veía como se la llevaban.
Camino con ella más calmada, viendo como las velas de las casas ya estaban siendo apagadas y como antes de meterse a dormir la despedían.
Aún no había luna en el cielo, el nuevo ciclo empezaba, pero aún así era linda esa penumbra.
La tierra bajo sus pies le producía cosquillas y la brisa del mar cada vez más se sentía.
—Láayli' ma' táan u jóok'ol=¿Aún no sale?—Olivia al llegar con Koyopa' a la casa del Jefe.
—Ma', ba'ale' ma' taak ka'ach in yaantal tin juunal, kin kutal extraña u yaantal waye', ma' jach bix ti' le najo'.=No, pero no quería estar sola, me siento extraña de estar aquí, no es como en casa.—Miró todo como temiendo que algo saliera de entre la oscuridad.
—Ti' teen lela' asab bix wotoch=Esto para mí es más como en casa.—Koyopa' asintió y a través del respirador sonrió, se sentaron afuera de la casa.
—Kin wilik u waye' tuláakal a k'áato'ob=Veo que aquí todos te quieren.—Olivia asintió no muy convencida.
—Wa ka ma', láayli' u yane' le je'el in wu'uyik renuentes Ba'ale' u óol tuláakal le máasewáalo'obo' wa=Si y no, aún a algunos los puedo sentir renuentes, pero a la mayoría, si...
—Tin wiknal in séen contado ba'alo'ob ma'alob yéetel k'aak'as ti' teechi'=A mi me han contado cosas buenas y malas de ti.
—Tu cuáles a k'áati' creer=¿En cuáles prefieres creer?—Volteó a ella abrazándose por el repentino frío que sintió.
—Bey ma' K'ajóolt a tuméen je'el u páajtal in t'aan a ti' teech ma'=Antes de conocerte, porque ¿Puedo hablarte de tú, no?—Olivia asintió con una sonrisa de labios—U creer a colo le k'aak'as t'aano'ob ku Ba'ale' in wa'alike' u ma'=Podía creer que eras como las malas lenguas decían, pero creo que no.
—Ma'alob, entiendo u ma' ti' leti'ob agrade tu Xul ma' ya'ab u u kaabe'=Bueno, entiendo que no les agrade, al final no soy de su mundo.—Alzando los hombros, tratando de restándole importancia mientras abrazaba sus piernas.
—Ts'o'ok u teech yéetel xan óol tuláakal le máasewáalo'obo' táan jach ki'imak u yaantal reina yéetel jump'éel bey Teeche' ma' in wilik ti' leti'ob moleste ya'abtal=Ya lo eres y también la mayoría está muy feliz de tener reina y una como tú no veo que les molesté más.—Olivia asintió decidiendo creer—Ka bix u biin le k'uben t'aano' utia'al Ixchel=Y cómo va la carta con Ixchel?—Ambas rieron.
—Uts u bin, k apuntó u túuxtik le=Va bien, estamos a punto de mandarla.—Rieron más.
—Le áak'aba'. U éejenil ma' molestaré asab ka' k bin waye'=¿Esta noche? De acuerdo, no molestaré más después de irnos de aquí.—Rieron viendo a Namor salir para ambas levantarse—Yaan u ts'o'okol, in na' k'a'ana'an yaantal preocupada=¡Al fin! ¡Mi madre debe estar preocupada!
Ambas comenzaron a caminar y Namor fue detrás de ellas.
—Teene' táan in preocupado, ch'úupalo'! Teene' Sáam táaj preparada a ts'o'okol beelo' yéetel le heredero Litza yéetel Bejla'e' kin wilik teech yéetel Ujo=Yo estoy preocupado ¡Niña! Yo ya tenía preparada tu boda con el heredero de Litza y ahora te veo con Ujo'—Eso hizo recordar a Olivia lo último que le dijo, Koyopa' se echó a reír reír.
—In adicción le xiibo'obo' K'ukulk'an=Mi adicción son los hombres K'ukulk'an.—Eso hizo reír a ambos y Olivia seguía en sus pensamientos.
No sabía porque la puso así tal noticia.
Pero la que más se acercaba era el sentimiento de despedir gente de su vida, algo que jamás le había gustado y que siempre la dejaban afectada.
—¿Estás cansada?—Se puso a su lado Namor quitandole de sus pensamientos.
—Si un poco, solo, algo mareada.—No mentía del todo, los síntomas de embarazo seguían y no la habían dejado, solo había aprendido a dejarlos pasar.
—Ya vamos a dormir.—Le beso la mejilla ya los tres metiendo los pies al mar.
Nadaron esos kilómetros que separaban la isla de Talokan, dejaron a Koyopa'a las afueras de Talokan y ellos fueron a casa.
No le iba a decir que estaba así por Ujo', ambos sabían lo que él quería con ella y un par de veces se mostró celoso, no le diría, no quería que se sintiera así o inseguro.
—Algo tienes Jats'uts=Bonita.—Buscando su mirada mientras caminaban en el camino que esquivaba el espejo de agua.
—Si ¿Qué hablaste con el jefe y que yo no podía oír?—Esquivo eso.
—Es una sorpresa, si te digo ya no lo será.—Le dio una sonrisa coqueta—¿Aún te sientes mareada?—Se puso delante de ella besando su cuello.
—No, solo fue en ese rato.—Rio mientras lo decía, la barba que él tenía le daba cosquillas.
—Creo que ya tenemos que ir con la partera a que sigan nuestro embarazo por cualquier cosa.—Siguió con sus besos, hablando contra su piel así arrancándole un jadeo.
—Si, solo hay que pedirle discreción.—Ahogó un grito cuando la mordió—.O tal vez nos estamos arriesgando mucho...
—Me urge decirle al mundo que tienes un hijo mío dentro de ti.—Él movimiento de sus dedos era perfecto para comenzar a subir el bonito huipil verde que hacía juego con su cabello cacao, piel blanca y ojos miel.
—Quieres presumir que soy tuya ¿Mmm?—Preguntó con una voz que destilaba placer con solo unos besos.
Él la levantó manteniendo un beso mientras entraban a la choza, tenía el vestido hasta la cintura así permitiéndole a él apretar sus muslos y capturar con sus manos su trasero regordete.
La besaba con hambre, si hubiera podido, la noche de ayer no habrían dormido.
—Crees que soy tuya, cuando te tengo como mi sirviente.—Rio ella en el beso, mordiendo los labios del Dios.
Se sentó en la cama, pasando las manos por sus muslos mientras el beso seguía, quitó la blusa del huipil dándole la imágen de sus senos, decorados por estrías en los bordes, con sus pezones erectos sintiendo como su polla se endurecía del gusto.
—Pide lo que quieras y yo lo haré.—Se sonrieron, soltando ella una coqueta risa dándole un beso más.
—Tan mío ¿Verdad?—Puso la mano en el pecho del Dios acostandolo, él aun perdido en sus ojos y senos.
—Tan tuyo Jats'uts=Bonita.—Ella bajó por otro beso, uno casto, uno donde él apretó las manos en sus caderas así restregandola en su erección, soltando un gemido grave en el beso.
Se removió una vez más, posando las manos en el pecho de K'ukulk'an, poniendo sus sus senos sobre su pecho, dando lentos movimientos, él abrazándola, no queriendo que parara, unos cuántos roces, besos lo tenían como un sufridor, gimiendo, debajo de ella.
Dejó de abrazarlo para poder mirarlo desde arriba, dando movimientos de adelante atrás así teniendo sus dedos en el inicio de sus calzoncillos, mirándolo mientras él apretaba sus muslos y gemía.
Se levantó sobre de él y bajó los calzoncillos liberando su dolor, que miraba al cielo y la reclamaba.
Sobre sus rodillas fue hasta su cara, aún tenía la falda verde del huipil y como lo ponía al Dios verla así.
Pero antes de ponerse sobre la boca de su esposo, que producía agua de antojo, recordando su dulce sabor, cómo sentía sus fluidos en la boca después de correrse, se le antojaba tanto, estaba chupando sus labios como si fuera a comer el mejor los banquetes.
Ella paró y se dejó caer sobre su cuello, viendo como sonreía satisfecho ante el trató que le daba. Puso las manos en sus rodillas, viendo como tomaba ambos senos y se los mostraba. Le nació una nueva fantasía con ellos, ver su polla entre ellos, atrapada, sintiendo su suavidad, eso era su cuerpo, su templo, su Diosa, el dueño de cada fantasía.
Podía respirar aún teniéndola en la tráquea, le encantaba ese dolor en ella, ahuecó las manos para una masajear su clítoris que descansaba sobre su garganta,la vió retorcerse y rio para sí mismo.
Con la otra mano tomaba la suya, aceptando cada trato como algo más que deseo, sino amor, conexión.
Se levantó de ahí dejando el espejo de sus ganas en su cuello, camino por fin a su boca, atrapado entre sus piernas y vestido.
Si iba a morir asfixiado que mejor entre sus muslos...
Tomó su cintura y comenzó a hacerla bajar, ella acomodando la falda, preparándose para sentir la boca que la invitaba al cielo.
No se terminó de hundir cuando dió una buena lamida, ella gimió y rio dejándose ir toda.
Y ahí estaba él, perdido entre sus muslos, las manos en los muslos que eran las puertas del paraíso, que le ofrecían un banquete. Su nariz estaba en una posición perfecta, rozando el inicio de su dulce punto.
Lamía, besaba, chupaba, mordía, viendo el color verde de la falda y el ya bonito movimiento de sus caderas sobre su boca.
Oía sus agudos gemidos, imaginando su bonito rostro desfigurado por el placer que le estaba dando.
Él llevó una mano a su miembro, manteniendo la otra en su muslo y se comenzó a masturbar, lento, suave, repartiendo el líquido preseminal de su rosado glande, bajaba y subía la mano con una velocidad lenta, estirando y bajando la piel morena de su pene.
La tenía para él, sus gemidos, su sabor le eran suficiente para llegar a ese estado.
En uno de sus ya bruscos movimientos de cadera le puso el clítoris en la boca, se permitió succionar y acercarla al final, ella no se quitó, balbuceó algo para sí misma y llevó la mano al cabello del Dios.
—¡Lame!—Pidió en desespero, quería ese orgasmo.
Se pellizcaba su pezón derecho, sintiendo las cosquillas de su barba, el frío de su perforación, la húmedad de su lengua ágil que podía meter y sacar, que podía abarcar toda su intimidad, que la comía con hambre atroz, cómo si sus jugos fueran chocolate.
Quería llegar con ella así que aumento el movimiento de su muñeca sobre de él, lamiendo con más paciencia para permitirse sentir.
—¡No, no!—Gritó desesperada ante el calor sobre su vientre, sintiendo su corrida nacer, usando el eco de aquella cueva por primera vez con él.
Llegó cuando mordió un labio mayor, se dejó ir sobre su boca, dejándose temblar sobre su cara, tratando de recuperar el aire ante el orgasmo que la abandonaba. La tomó de la cintura para que lo dejara salir.
Él por su parte dejó toda su corrida sobre abdomen y su mano, tenía hilos de semen, salió de entre sus muslos recuperando el aire y viendo la imagen de ella tomándose de la cabecera, recuperando el aire y fuerzas.
Sería Dios ahora.
La mano que tenía con las lágrimas que pedían su caliente coño la puso en su boca, ella no rechisto, pasó toda la lengua en esos hilos dulces de semen chupando mientras él acomodaba su cuerpo.
Con una mano le pidió que se sostuviera sobre sus rodillas, al menos mientras pudiera, cuando pensó que había terminado de lamer como un gato tomó sus caderas y las hizo hacia adelante.
—¿Te dije que tienes un bonito culo, mi amor?—Le beso el hombro dando una pequeña nalgada mientras ella se sostenía de la cabecera y él se guiaba hacia su coño en lluvía.
Comenzó a entrar, sosteniendo sus caderas, echando la cabeza para atrás cuando sintió como se abría paso en esa cavidad mojada, rugosa, caliente y ya palpitante. En cómo sus paredes y labios comenzaban a abrazarlo, cómo empezando a sudar por él. Se dio ese momento para él, para sentirla por completo.
Estaba muy mojada, preparada para él, pero eso no le quitaba la sensación de sentir entrar algo tan grande, no solo de longitud, su grueso que la hacía llorar. Relajo la espalda, sus músculos y entro por completo, chocando con ese lugar esponjoso dentro de ella.
—Tu sirviente.—Puso sus grandes manos morenas en su vientre, manteniéndola en su lugar—¿Tengo derecho a follarte cómo me plazca? ¿Puedo?
—Si, házlo.—Para dejar escapar un jadeo cuando él empezó a retirarse produciéndole cosquillas.
—Tan tuyo.—Repitió volviendo a enterrarse-
Metió los dedos en su cabello y con un movimiento de ellos obtuvo tener su cabello sujeto en una coleta, jalo de este y empezó a moverse. No perdía el contacto físico o verbal con ella, no era su juguete, era su esposa.
Dejaba chupones en su espalda, entrando, saliendo lento, permitiéndole que se acostumbrara, sintiendo como su coño se engrosaba más y lo dejaba pasar como un pescado por las manos.
—Que bonito coño mi amor, qué bonito gimes, que bonito eres mía.—Al oído besando su cuello mientras solo hacia un movimiento de cadera.
Olerla, probarla, besarla era su adicción y justo había hecho eso esa noche, después de tanto desearlo, estaba con ella dentro del paraíso, mostrándose su amor de una forma menos tierna, pero igual de sincera y con conexión.
Estaba embriagado, en su sabor, besos, gemidos, perdido en ella, no quería salir de ahí nunca, era como estar en sus brazos pero de una manera pecaminosa.
La velocidad comenzó cuando la sintió lista y en realidad a estocadas de llegar por lo sensible que ya la había dejado, enterró los dedos de una mano en la carne de sus caderas y empezó a entrar y salir mientras besaba su espalda.
El chocar de sus cuerpos hacía ruido, pero el que más lo guiaba era el de sus fluidos.
Los senos de ella se movían con libertad y sus jadeos eran cantados por cada arremetida.
—Ah-ah-ah-ah.—Repetía casi con ritmo, soltando gemidos agudos cuando pegaba más fuerte de lo que debía en su punto esponjoso.
Ambos teniendo una sonrisa ante las sensaciones auditivas, físicas, emocionales.
Ella brillando por el sudor en su piel blanca, como una rosa con rocío y él, cómo un chocolate derritiéndose.
Dio un último jalón a su cabello cacao para tomar con ambas manos su cadera y empezar a moverse más rápido, enterrando no solo su miembro a lugares escondidos sino también los dedos en su ya carnosa cadera.
Ella perdió él control, sus piernas y rodillas fallaron así que él la mantuvo en su lugar, casi echada sobre él.
—¿Estás cerca verdad Jats'uts?—Sabía que lo estaba y para hablarle solo hacia tiernos movimientos de caderam
—Si.—Dijo agotada sintiendo ya ese dolor en el vientre nuevamente.
—Hazlo cuando quieras mi amor.—Le dejó un beso en la mejilla y siguió con sus arrepentidas.
No pudo más cuándo pellizcó su pezón y le habló al oído, con esa voz dos octavas más grave, pareciendo débil, destilando placer, chocando ese suspiró sobre su oído.
—Solo yo te hago sentir así y tú a mí...
La contracción de sus músculos vaginales también lo enviaron a disparar chorros de semen dentro de ella, haciendo un mar dentro. Respiro rápido con ella, después de escucharla dejar ir un grito perverso, cómo pidiendo auxilió para atraparla al dejarse ir, aún dando nulos movimientos.
Se acomodo para tirarse a la cama, él detrás de ella y saliendo, dejándola recuperarse.
Se abrazaron, sus manos sobre el pecho de ella, siguiendo sus respiraciones.
—¿Estás bien?—Olivia asintió en silencio soltando una risita—Te amo Jats'uts.
—Te besaría si no fuera porque no me puedo mover.—Soltó una risa respirando con dificultad.
Namor soltó sus manos y dejó su cuerpo tendido para besar sus labios, su mano descansando sobre su vientre, un beso que expresaba su amor.
—Te amo K'ukulk'an.—Dijo al terminar el beso, teniendo la mano en su fuerte brazo que mantenía la mano en su vientre.
Esta la subió al rostro de su esposo, pasó los dedos por su mandíbula, dibujando con ellos su barba, tuvo un momento la palma sobre su mejilla, la subió a su frente y alborotó sus rizos, cómo queriendo guardar cada facción de su rostro moreno.
Él le sonrió sin entender ante sus tiernos cariños, beso su naríz y después de nuevo sus labios, uno más tranquilo.
—Tú también eres muy bonito.—Término el beso y él tomó su cuerpo para meterla entre las mantas.
No olvidaba que esperaban un hijo, olvidaba que debía de empezar a cuidarla más, cómo darle sus correctas horas de sueño.
Ella descansó su espalda y soltó un suspiro cuándo él llegó y la abrazó poniendo de nuevo la mano en su vientre.
—Tienes que dormir.—Le pidió subiendo por un último beso y verla asentir.
—De acuerdo.
Y durmieron abrazados, tranquilos, cansados, sudados pero relajados al haber disfrutado esa página más de su relación, la fascinación por el cuerpo del otro.
Dejando aquí un pequeño dato Adán Luna es el nombre en la primera parte de la carrera de Juan Gabriel.
Solo que como hablamos de diferente universo puse este nombre y en diferente año 😁
Y quiero agradecerle a IsraelReyes215 por tan bello reconocimiento a mi historia 😭
Hizo un dibujo con demasiado "simbolismo"
Las perlas están en el cuello de la "Serpiente Emplumada" y en la rama de "Olivo" El colibrí es Olivia😭
Los ojos de estos personajes intento hacerlos de acuerdo al color de ojos de Olivia y Namor ❣️
Intento hacer la forma de un corazón con la grande serpiente emplumada y aunque tal vez no sea visible se entiende que está alrededor del colibrí para cuidarlo.
Muchas, muchas, muchísimas gracias por este dibujo, lo llevaré en mi corazón 😭
Gracias por leer! ♥️
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