L . Acepto
Ana y Olivia se habían condenado, las dos habían tomado tal decisión, sacar de ese lugar a un hombre de la superficie que ya conocía Talokan.
Eso era peligroso para quién sea que lo pudiera meditar, pero su amor por ese hombre y su "egoísmo" pudo más, evitando cualquier posibilidad.
Llegaron a una orilla, segura por estar oculta entre piedras de mar de lo que era la costa de Veracruz, una de las más cercanas para así dejar de nadar, el cansancio había llegado.
Olivia con solo un botón hizo abrir el traje así liberando al tío Frank que al verse pisando la arena y él no debajo de ella, pudo sentir tranquilidad, la brisa marina era gentil y las estrellas en el firmamento se dejaban ver, como aviso de todas las posibilidades al dejarlo ir. El tío Frank volteó a Olivia que veía el escenario cercano a su vida de antes, melancólicamente.
Regresó con ella, tomando sus manos rápidamente ante el nuevo miedo que lo invadía.
—Hay que irnos, Jirafita.—Pidió alterado—.Esta es nuestra oportunidad, no hay nadie acá que te detenga para huir.
—¿De qué hablas tío Frank? No quiero huir, alguna vez así lo quise pero fue antes de enamorarme, casarme y esperar un hijo de mi esposo, debo volver a mi hogar, tú debés volver al tuyo.
—¡Hija, no, por favor! Debes venir conmigo, en ese lugar te hacen daño,no es tu hogar ¿Por qué no te quieres dar cuenta?—Regaño con miedo.
—Es mi hogar porque ahí está quien amo, es mi hogar porque ahí está todo lo que me sobra en esta vida.—Le explicó con un tanto de melancolía pero también queriendo explicar su felicidad en el mar—.Debes irte.
—Hija no por favor, ven conmigo, estoy seguro que te han hecho daño.—Y fue como si él supiera lo que había pasado, miró su rostro que degradó en recuerdos—.Ven conmigo.
—Solo abrázame y promete que harás todo para ser feliz.—Él iba a replicar pero la castaña se lanzó al abrazó.
—Estoy seguro que ese hijo que esperas ni siquiera viene del amor…
—Tal vez no, pero nacerá en él, tío.—Él negó en el abrazo y Olivia suspiro sintiendo las lágrimas salir de sus ojos, no solo por sus palabras ante el recuerdo de la traición sino también siendo consciente de una nueva despedida tendría lugar pero está vez si era para siempre, ahí era su hogar—.Debo regresar tío.
Pasó el dorso de su mano como pañuelo sobre sus ojos y se separó del abrazo. Estaba contenta de verlo vivo, de que estuviera cerca de al menos obtener tranquilidad.
—Pero antes de irme debo pedirte algo.—Pauso un momento con preocupación, mirando sus orbes azules—.No vuelvas nunca, no cuentes nunca ha nadie de este lugar, no digas nunca que yo sigo viva y de esta manera, no me hagas arrepentirme tío Frank de haberte hecho libre, estoy poniendo en peligro a todo Talokan.
—Pero hija…—De esa forma dijo: No acepto a tal locura de dejarte aquí.
—No vuelvas y haz lo que tengas que hacer para ser un poquito feliz.—Le dio una sonrisa tierna quitando su actitud de amenaza, él no imitó su sonrisa, solo recibió otro abrazó, cosa que no hizo él ante el shock de su penitencia—.Seamos muy felices…
—In ko'olelo' yaan k bin=¡Mi señora hay que irnos!—Gritó el hombre dentro del mar.
Olivia le dio una última sonrisa a su tío así también perdonó el pasado, su soledad vivida, pero no el futuro. Se fue, perdiéndose en el agua juntó con el soldado que después de insistirle ella se metió en el traje submarino el cuál le permitió descansar sus piernas e incluso su mente.
24 de Septiembre 1943
El sol estaba comenzando a llegar así como ellos a Talokan dónde tal noticia era la gota en el vaso para Mactzil sentir en peligro a Talokan e informar a quiénes también debían escuchar. Estos ya se dirigían a Talokan sin perder minutos importantes con la locura de creer que aún podrían detener eso.
Mientras tanto Namor seguía durmiendo, la respectiva pesadilla donde ella pedía perdón, ya la había tenido el día de su boda así que lo único que lo despertó fue el llanto sonoro de Lool que se disipó por el eco hermoso de la cueva.
Se levantó con prisa de la cama para llegar dónde se supone estaría siendo cuidada por Ana, ella ahí no estaba, llegó a la cama y se sentó para tomar en brazos a la pequeña y acurrucarla en su pecho. Tenía hambre.
Ruido se oyó por fuera y sus ojos se iluminaron al creer que era Olivia por su caminar, pero ahí apareció Yatzil, vestida, con lanza y una mueca preocupada por dentro de su respirador.
—¿Qué pasó Namor?
—No deja de llorar.—Se explicó moviendo su cuerpo para calmar a la niña.
—No Namor, Olivia, liberó a un preso.
—¡¿Qué?!—Se levantó con enojo aún teniendo a la niña en brazos.
—Aún no vuelve pero seguro no tarda, fue acompañada, de eso no hay que preocuparnos ahora, por lo que hay que preocuparnos es por los gobernadores, vienen para acá.
—Pero ¡¿Cómo se atrevió a hacer eso?!—Tal vez sus gritos y sus desestabilizados sentimientos hicieron que la niña llorara más fuerte.
—Tiene hambre.—Hablo Yatzil hacía la niña, sin un ápice de sonrisa o de hablar, también estaba decepcionada—.Necesitas a alguien que le dé de comer, una mujer acaba de tener a su bebé, podría darle de comer, le notificaré para que venga, y ven rápido, llegarán y querrán verte.
Todo había sido extremadamente rápido.
Así cómo Namor estuvo en espera de los gobernadores también de Olivia mandando soldados a los alrededores para traerla a su presencia.
Las personalidades llegaron a Talokan siendo escoltados por Mactzil que era la que había avisado de tal suceso.
Iban muy molestos y directo al castillo de Talokan dónde esperaban a ver al Rey, pero él estaba esperando a su esposa en una habitación del castillo antes de ir ante el salón donde indignados estaban los gobernadores.
Olivia, ella se haría responsable así cómo él de todo, porque realmente el aviso de peligro para Mactzil empezó cuando ayudó a tal aldea.
Olivia apenas llegada a Talokan los soldados la escoltaron al castillo, entonces supo que ya estaba enterado, no pensaba que vería a la pesadilla que era Itzayana.
—Le ajawo' le páa'tajo'=El Rey la espera.—La recibió una mujer haciéndola entrar a la habitación.
Cuando entró ahí estaba su esposo, sentado y sumido no solo en su decepción sino también en su enojó ¿Podía empezar a considerarla peligro?
Abusó no solo de la confianza que él le dio sino también la de su gente y eso era una decepción más fuerte.
—¿Qué fue lo que hiciste, Olivia?—Subió la vista a su esposa que se mantenía junto a la puerta por saber que él estaba molestó.
—Yo, solo pensé en mí.—Se acusó a sí misma.
—Eso hiciste.—Pauso con voz herida, mirándola delante, donde sus ojos miel tenían arrepentimiento y miedo por su reacción—.Y yo pensé que me habías entendido, me equivoqué, nunca te importó Talokan ni yo, siempre vas a estar atada a tu pasado.—Se levantó de su lugar acercándose a ella.
—Perdóname K'ukulk'an.—Comenzó a llorar subiendo las manos al rostro de Namor dónde había lágrimas pero él tomó estás alejandola.
—Siempre vas a pensar y soñar con lo que era tu vida y por más que me esfuerce, no eres feliz aquí.—Nego enojado sin saber explicar su herida—.Ni siquiera aprecias este lugar ¿Sabes el peligro en qué has puesto a Talokan?
—No, no, te prometo que a ninguno mi amor, él prometió no hablar de nosotros, yo solo…—Se justificó, llorando enfrente de él donde por primera vez él no la enredaba en brazos.
—Tú no me amas Olivia.
—¿Cómo puedes decir eso? Te amo, como nunca he amado a nadie ¡Perdóname!—Pidió desesperada.
—No, no me amas Olivia, haz puesto en peligro a MI GENTE A MI NACIÓN.—Subió el tono de su voz viendo las cosas desde su ángulo herido—.Y cuando les haces daño a ellos, me haces daño a mi.
—¿Y después de todo? ¿No he mostrado y dado lo suficiente de mi? ¿No he perdonado? ¿Llorado? ¿Escuchado y abrazado?—Lloró está vez sí viéndolo a los ojos, sintiendo cada palabra y sobre todo esa mirada que no conocía.
Así como Namor había vuelto a ver y hablar a la mujer que robó en ese barco así Olivia vió al hombre que no sentía nada por ella, ni siquiera pena ante su llanto arrepentido.
—¿Y yo? ¡He arriesgado más que solo mis sentimientos también a una nación entera! ¡Por ti!—La acusó en un grito, señalando.
—Perdóname K'ukulk'an, por favor.—Rogó abrazándose a él donde él no hizo ni siquiera verla.
—De verdad quisiera que vieras las cosas desde mi ángulo.
Entonces llegó Ana a protegerla, a escuchar esas palabras que ella sabía que en cualquier momento Namor revelaría, dañandola.
—¿Desdé cuál? ¡Dónde odiamos a todos y queremos matar por algo que pasó hace trescientos años!—Se secó las lágrimas delante de él.
—¡Te recuerdo que ahí perdí a mi madre, a mi padre y a toda posibilidad de ser libré! ¡Cómo tú!
—¿Qué puta libertad?—Lo acusó.
—Quiero protegerte pero no puedo hacer más que escuchar tu condena, Olivia aquí están los gobernadores y ellos quieren una explicación.—Miro sus ojos miel y la dejó sola.
Ahí de nuevo fue abandonada por quién la protegía, por ambos, Ana y K'ukulk'an, se fueron dejándola ver el mundo sin saber dónde ir, varios minutos estuvo ahí lamentándose, llorando, caminando de un lado a otro, maldiciendo todo lo que hizo.
Mientras tanto Namor estaba hablando con los gobernadores quiénes estaban atacando cada una de sus decisiones incluyendo la persona con la cual se casó.
—Mak a chi'ex Itzayana ma' táan in permitir u a dirijas u ka'a bey in watan ti' le reina=¡Silencio Itzayana! No voy a permitir que te dirijas de nuevo así a mi esposa, a la reina.—Regaño en la sala.
—Ba'ax ka respeto ti' je'el in yaantal ta yéetel le ko'olelo'. U puesto ti' talamilo'ob ti' tuláakal!=¿Qué respeto le puedo tener a ti y a esa mujer? ¡Han puesto en peligro a todos!—Estaba en su asiento, señalando.
—Ka acaso ma' k k beetik responsables=¿¡Y acaso no nos estamos haciendo responsables!?—Gritó mirando de manera retadora a la albina donde sus ojos azules tenían ira.
—Ma' a k'áat jump'éel enemigo tin yéetel Kukulkan=No quieres un enemigo conmigo K'ukulk'an.—Aviso entre dientes al moreno, sin importarle nada, ni su título.
—Tene' asab u juntúul Ajaw, in k'áat ka k'a'ajesik=Soy más que un Rey quiero que lo recuerdes.—Contraataco en su mismo tono.
Un momento todos en la sala se quedaron callados.
—In wa'alike' u lela' u puesto u Talokan ti' talamilo'ob, chéen ba'ale' ma' in wa'alike' ti' u beetik si'ipil asab u bey naciones yéetel wíiniko'obo' wáaj le barreras yéetel terrenos marinos=Creo que esto ha puesto a todo Talokan en peligro, pero no creo que haga falta más que como naciones y gente proteger las barreras y los territorios marinos.—Agregó el joven heredero.
—Lelo' k meentik ts'o'ok k ti' le mapa!=Eso vamos a hacer ¡Ya estamos en el mapa!—Volvió la actitud de Itzayana—Ba'ale' Teene' taak in justicia yóok'ol le reino=¡Pero yo quiero justicia sobre este reinado!
—Ba'ax a k'áat ti' in yéetel in watan=¿Qué quieres de mi y mi esposa?—Él tono de Namor no fue alto, fue una combinación de sarcasmo, egocentrismo y amenaza.
Itzayana no solo era conocida por su inusual belleza, también por su excelente forma de dirección en una nación así como su forma de lucha, pero sobre todo, su interés en Talokan y el coraje y amor que le tenía a cada una de las naciones. Era igual a Namor solo que él, estaba debilitado por unos ojos miel.
—Taak in paach le reinado ti' Olivia, ma' taak in sut ch'a' decisiones tumen táan sukbenilo'ob, ma' taak in wilik descendencia suya bey herederos a kúuchil, in paach tuláakal ku ts'áabal u desempeña=Quiero que dejen todos los privilegios de reyes, quiero fuera del reinado a Olivia ¡No quiero que vuelva a tomar decisiones por está mi nación! No quiero ver descendencia suya como herederos a tu lugar, la quiero fuera de todas las actividades sociales que aquí desempeña.—Dejó en claro la blanca en esa sala—.Ka ti' teech, k'a'abet a p'áatal desterrado=Y a ti, deberías quedar desterrado.
—Ts'o'ok, respeto utia'al u Kukulkan=¡Ya! ¡Respeto para K'ukulk'an!—Regaño Litza.
—Sería jump'éel ma'alo'ob líder, Teene' sería jump'éel bin yano'ob alfa yéetel in jach harta áalkab uts séeb bey je'el in! Tuméen yuuk'ik Teene' juntúul máak=Yo sería una buena líder, yo sería un tipo alfa ¡Y estoy harta de correr tan rápido como puedo! Porque si yo fuera un hombre.—Pauso viendo a todos en esa sala, con coraje—.Verían u leti'e' ma' laaj asab u le ajawo' le nuxi' sukbenilo'ob ts'o'ok mina'an ta ts'o'omej utia'al u ch'a' decisiones, ma' bey teen=Verían que él no merece más ser el Rey de esta gran nación, ya no tiene cerebro para tomar decisiones ¡No como yo!
El sentimiento de proteger a su nación estaba en sus palabras, pero también el odio y coraje hacía el "perfecto K'ukulk'an". Donde ella se sentía capaz de reinar.
—Je'el in wóotik=Acepto.—Termino diciendo Namor, acabando con el eco de las palabras de Itzayana.
—Ba'ale' in ajawo'=¡Pero mi Rey!—Se exaltó Litza.
—Yéetel jump'éel xanab condiciones=Con un par de condiciones.—Pidió.
Y aquí puedes dejar tus dudas sobre el final, si es que tienes. Responderé si no significa un peligro a spoiler jsjs
Te amo<3
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