¿Y que sí no puedo dejar de pensar en ella? ¿Y que sí he estado enamorado de ella toda mi adolescencia? ¿Y que sí la amo? A pesar de todo eso, Teddy noona jamás me va a volver a mirar, sus ojos sólo ven lo que yo no quiero que vea. Soy un niño para ella, pero para mi noona es todo. ¿Qué haré ahora que me odia? ¿Debería odiarme a mí mismo también?

Aplaste mi rostro contra la almohadas, en verdad lo intentaba, pero no puedo. Lágrimas escapan de mis ojos, pero como si fuera un golpe a mi mala suerte, la puerta comienza a ser golpeada, asiendo quien era deje que pasará, sin atreverme a observaba mi hermana se sienta en la punta de la cama.

—Jungkookie...

—Lo sé. —gimoteé, avergonzado— Sé que noona no me ama, se que ya la cansé, sé que hago mal, pero no puedo evitarlo.

—Actuaste mal, que sientas algo por ella no te da el permiso de ir siguiendola a todos lados, o llenarla de mensajes. Ella te rechazó amablemente, porque eres importante para Teddy, pero no de esa manera.

—¿Qué haré? —me enderece en la cama, sentandome a su lado— ¿Cómo puedo seguir? Teddy no quiere verme ni en pintura, me aborrece.

—No es así. —Lea golpeó mi espalda con una pequeña sonrisa— Eres alguien importante para Teddy, sólo se sincero con ella, pidele disculpas y promete ya no insistir con ese tema.

—Mis sentimientos también son importantes.—dije.

—Lo son, pero comienzan a ser molestos cuando la otra personas ya se ve incómoda al respecto, cuando insistes todo el tiempo luego de un claro 'No.'

Comienzo a creer que el amor es sólo para los que le gustan sufrir.