—¿Cómo te fue en la escuela? —Lea llegó a mi lado mientras preparaba un sándwich en la cocina— Me enteré que viste a Teddy hoy.

Dejé el plato con la comida hecha a la mitad. Sentí mi cuerpo paralizarce y todos los recuerdos de hace minutos volver a mi con disgusto.

—¿Kook?—me observó.

—Me fue bien.—reaccioné, dejando el pan arriba de los ingredientes del medio.

—¿Sí? Porque Teddy no contesta mis mensajes hace tiempo. —lleve el sándwich a mi boca para evitar hablar, levanté mis hombros y seguí mi camino a la sala.

Escuchaba sus pasos seguirme por atrás, como si me quisiera sacar información a toda costa, sabiendo que algo sucedió hoy. Debe ser un instinto de hermana mayor.

Pero no quiero hablar de lo sucedido, Lea también es amiga de Teddy, sería incómodo que luego todos sepan que fui rechazado en la puerta de una cafetería, mientras la lluvia nos mojaba como en una típica película de amor. Jamás creí que esas cosas si sucedieron en la vida real, hasta que lo comprobé de la peor manera.

Llevaba mi uniforme mojado, al igual que el cabello pegado a mi frente.

—¿Te encuentras bien?—se sentó a mi lado en el sofá, con su mirada insistente.

—Noona, estoy perfecto.—respondí, sin mirarla y con la comida en la boca.

—¿Pelearon?

Ojalá hubiera sido sólo eso.

—Kook...

—¡Sólo deja de insistir, me aturdes! —me levanté del sofá, dejando el plato en la mesa del centro, sentía la furia instalarme nuevamente en mi. Luego, reaccione, era a Lea quien le grite, mi hermana mayor— L-Lo siento.

—Está bien, —me tranquilizó— necesitas tiempo, puedes ir a tu habitación y bañarte.

Subí las escaleras sintiendo mi garganta doler por estar reteniendo las ganas de llorar nuevamente, aún no logró entender como se olvida de alguien a quien amas mucho.

Teddy es quien me hace sonreír, la quiero. Tengo que esperar un par de meses para cumplir mi mayoría de edad.