Paso 23
Ya, una calesita da menos vueltas que tú! Prepárate, y no te tomes "tu tiempo".
-¿Es que todavía no sabes que tengo ojos en la espalda?
Me quedo pasmado. Se dio cuenta que yo estaba allí, ya no podía hacer marcha atrás. Aún seguía dibujando lo que pude identificar como una taza caliente de café que despedida un vapor que lucía delicioso, lo podía saborear aunque esté impregnado en un papel.
-Eh, sí claro...Lo olvidé por completo.
Aquello no fue una excusa, hacía más de una semana que estaba desconectado del mundo, un rato más asi y ya no recordaría mi nombre. No sabía en que día estaba, haber hallado la escuela fue un gran logro para mi. Y ahora estaba frente...bueno no, estaba de espalda a la que provocó mi depresión. Ella era la culpable, la única.
No debería estar allí, que idiota yo. Estaba claro que había hecho todo aquello a propósito. ¿Recién me estaba dando cuenta? Ingenuo. Claro, ahora todos los cabos sueltos se unían por fin.
Ella; hermosa, juvenil, popular, sencilla...
Yo; un nerd con lentes ridículos y con un estilo de "Diario" para guiar a cualquiera a la perdición.
Esto seguro era obra de Will, él debía de saber acerca de mi "maldición". Era un complot en mi contra, como los odiaba a ambos. ¿Qué hacía yo allí?
Marchate idiota, ¿Qué quieres? ¿Destruirte más de lo que ya te destruíste?
Tiene razón mi voz en la cabeza, debo marcharme, no puedo escuchar a aquella que me desmoronó, no quiero...
-Sabes, te extrañé.
Wow. ¿Eso era parte del plan? Espero que no.
Ay, ¿nunca voy a aprender? No me quiere a mi, no.
-Perdona si hice algo que te hirió, yo tampoco estuve muy bien la semana anterior, perdóname...Por favor.
Se había dado vuelta, me estaba mirando con aquellos ojos que te dejaban sin aire, con aquellos mechones revueltos que llenaban de vida el lugar. Dejó de lado su silla y vino a buscarme, yo me corrí hacia atrás.
Estaba cayendo en la cuenta que decía la verdad. Que aquello no era ningún plan malévolo con Will. Que yo era el culpable de aquello, yo había producido que ambos nos sintiéramos mal, yo me había ilusionado con nada más que una palabra. La primera persona que se daba cuenta de mi existencia, claro además de Nick.
Ser el culpable me aterraba, no quería que otra persona se sintiera como yo; engañada, herida, usada...
No podía soportar haberle hecho mal a aquella persona que con sólo ser ella me había enamorado. Con cada una de sus cualidades, sus perfectas imperfecciones, su alocada aura que te daba paz.
Comencé a negar con la cabeza, esto me estaba destruyendo más que cualquier cosa, más que su rechazo.
-No me hagas esto -sollozó-. Háblame, por favor, dime algo. No quiero perderte, ya perdí a mucha gente este año y no resistiría...
Ella siguió hablando, pero no la escuchaba, me hacía mal. Con su voz melodiosa me estaba diciendo que no quería perderme, Miranda no quería perderme. Sonaba bien, pero luego recordaba la nota, mi declaración y su desilusión.
Era un monstruo, y llegué a creer que me querría como yo a ella. Eso era lógicamente imposible.
Claro que es imposible, tú eres...tú y ella es genial!
Gracias yo, me alentás mucho. Podía dejar de lado a mi cabeza, pero tenía razón.
Shhh, cállate y escucha lo que tiene para decirte!
Claro...Eso. Reuní todas mis fuerzas, dejé mi temor de lado, frenético mi caminata en reversa y relajé mi rostro que delataba todos mis sentimientos juntos...o que lucía a que recién había visto a la Muerte propiamente dicha.
-...semana Nick y mi hermano me ayudaron con lo que te diría cuando regresaras, me hicieron entrar en razón, fui horrible contigo y
-No- fue la primer palabra que dije. Frené su palabrerío, no quería y no podía verla de esta manera, es más, creo haber visto más de una lágrima en su rostro...No quiero saber el mío.- , no voy a dejar que te culpes. La verdad es que si fuiste un poco...
-Directa? Mala? Despiadada?
-Ehh...Sí, todo eso. Pero yo no debí haberme declarado tan horriblemente y me siento como todo un estúpido. Perdóname, te juro que no me vas a perder. Hasta podríamos ser amigos, como antes. Yo tampoco me permitiría perderte, sos y fuiste...
-Bueno, gracias, entendí.- dijo secándose un par de lágrimas, yo sabía que no le agradaban los testamentos, pero debía explicarle todo.
-No, no entendiste, yo siento pena, no quería hacerte sentir asi. No pensé en las consecuencias, sólo en que te amo mucho y...
-Bueno - dijo con un tono más demandante-, no quiero llorar frente a nadie, no quiero que veas lo débil que soy.
-Eso es exactamente lo que no entiendes, sos perfecta, ni débil, ni malvada. Sos genial y nadie del mundo querría perder a alguien como tú, y juro que el que te trate mal se las verá conmigo porque...
¿Qué estaba pasando? ¿Por qué de repente todo se apagó? ¿Qué estaba sintiendo, qué era aquel hormigueo dentro de mi?
Miru me estaba besando, no entendía cuando había pasado o por qué, ya me había dejado muy en claro que conmigo no quería más que una amistad.
No me importaba, dejé que pasara lo que tuviera que pasar. Nunca había hecho algo así, pero se sentía bien. Por todas las películas que veía con mi madre supe que debía colocar mi mano en su cuello, pero para mi sorpresa, no tuve que pensar para realizar aquella acción. La primera vez que no pensé antes de actuar, y era realmente genial.
Pude acariciar su cabello enrrulado que era mi perdición, dejó de importarme mucho el beso, la estaba abrazando, éramos uno.
Poco a poco el beso fue acabando, aunque yo estuviera totalmente en contra de que pasara, sedo a elección.
Nos quedamos los dos inmóviles, creo que ninguno entendía bien que acababa de pasar.
Yo estaba muy seguro que no había sido un sueño ni nada parecido, pero quería saber por qué había pasado aquel...Lo que sea que fue.
Me rasqué la nuca y me interesé mucho en las baldosas del piso, nunca había notado lo lindas que son. Ella pareció hacer lo mismo, las palabras no hacían falta, por lo menos no ahora.
A veces, el silencio suele ser mejor que cualquier explicación.
Pasaron unos segundos, minutos, hasta que decidió hablar, por suerte ya que yo no lo haría.
-Perdón, no quiero confundirte. Yo también te amo mucho, pero no...No así. ¿Sabes? Una vez una persona me dijo que hay muchos tipos de amor y que no siempre es amor del bueno. A veces es un amor enfermizo, a veces un amor pasajero...nunca se sabe. No a todos se ama de la misma forma, tienes el amor a tu pareja, a tu familia, a tus amigos. Nunca son iguales, pero resulta ser el mismo sentimiento.
-Ya...-Aunque debería sentirme muy desilusionado, me sentía genial. Miru me amaba, quizás no cómo yo querría, pero con eso me bastaba.
-Yo, quería decirte por qué no puedo amarte de la misma manera que tú a mi. Pero luego tendremos tiempo para eso.
Es más vueltera que yo esta chica...
Pensé, y luego me dio gracia estar hablando conmigo mismo, por lo que solté una risa.
-¿Por qué reis? ¿Tan ridícula soy?
-No, para nada. Sólo me acorde de un chiste.-mi excusa fue genial...A veces me preguntaba cómo se me ocurrían cosas tan espectaculares. -Pero, ¿Por qué no quieres decirme ahora tu razón?
- ¿Cómo que "por qué"? Tenemos que celebrar tu cumpleaños, bobito. Todo el curso decoró tu salón para prepararte una fiesta. A petición de tu madre, de Nick, y como una disculpa de mi parte.
-¿Cumpleaños?
-Claro, 29 de Septiembre, tu cumpleaños. ¿Es chiste, verdad?
Lo había olvidado por completo, hoy cumplía años.
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Gracias por todo lectores, espero que lo disfruten.
Hace mucho no subo capítulos por lo que ya les comenté antes.
Les agradecería que, si les está gustando la historia, voten y dejen sus comentarios, siempre me llenan de alegría y ayudan mucho!!!
Adiós lectores!
Emma🌟
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