4.
Así estuve hablando un poco con Todoroki, ambos eramos distantes, nuestro tono y firmeza se asemejaban. De un momento a otro, alguien había posado su mano en mi hombro.
- Hikage, podrías venir un momento, debo hablar contigo.-y ahí vi su rostro, le mire firme y asenti.
-Si, disculpa Todoroki.-deje mis cosas ahí y fuimos a una sala-Que ocurre Aizawa-san?
-Te enfrentaste al joven bakugo, cierto?-asenti- Utilizaste bien la particularidad, salió bastante fluido. La estas intentando poner en práctica?
-No, simplemente no iba a quedarme de brazos cruzados frente a un imbécil. Si me disculpas, debo volver, ya va a acabar la hora del almuerzo, con permiso-me fui sin más y volví a la mesa en la que estaba. Todoroki no pregunto nada, y de repente la campana sonó, indicando que debíamos volver a clases.
Cogí mis cosas y caminé tranquila a la clase. Sentí una mano posarse en mi hombro. Me gire y pude ver al chico de pelo pelirrojo y puntiagudo
-Hola, soy Eijiro Kirishima, lamento haber causado alguna molestia en tu enfrentamiento con Bakugo-dijo con una pequeña mueca de preocupación. Al fijarme en los detalles pude ver que sus dientes eran puntiagudos.
-No te preocupes Kirishima, te agradezco que quisieras evitar que sufriera algún daño, soy ____ Hikage, encantada.-le pude ver sonreír, su sonrisa era muy bonita.
-Me alegro que no estés enfadada! Me alegra poder hablar contigo-asenti, haciendo referencia a que estaba deacuerdo y entre a la aula.
Poco a poco volvian a entrar los alumnos. Bakugo se acercó a mí y me miro con el ceño fruncido.
-Siento lo de antes-dijo a regañadientes. Se le veía forzado, y me hizo algo de gracia. Extendió su mano y la estreche.
-No hace falta que pidas disculpas por obligación, aún así no le tomé demasiada importancia al asunto.- el asintió y se fue.
La clase paso normal, era una clase de lengua.
Ya, alfin, me iba a casa. Salí decidida y ahí había alguien más que comenzó a caminar a mi lado, Midoriya.
-Gracias por defenderme-dijo sonriendo.
-No es nada Midoriya, tampoco es tu culpa que Bakugo sea ignorante. Cómo está tu dedo?-dije sin mirarlo, aún que el mantenia su mirada en mi.
-Esta bien, gracias por preguntar.
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