Y así, durante una semana fui recordando a todos con facilidad, menos al chico bicolor, que poco a poco recordé algo, pero no mucho.
Estamos entrenando y quise usar mi particularidad pegajosa pero... PORQUE NO IBA?
Me explicaron que se trataba de que se recuperaria con el tiempo, pero tenía la que quemaba.
En la cafetería, surgió un imprevisto, que si, me hizo recordar al bicolor. El me besó, sus suaves labios se posaron sobre los míos y correspondi, en ese momento, lo recordé todo.
Salí de clase, excepto eso, nada muy importante. 
Caminé un poco y... Pude ver una silueta que se me hacía familiar. Iba sola, porque así de gilipollas soy. Pase al lado de esa persona y me tropecé, pero cuando iba a caer me sostuvieron.
-Oh... Gracias, soy un poco torpe.-levante mi vista y ahi estaba el, Dabi. Le mire y el estaba sonriente, le abracé y el correspondió. -Pedazo de tonto! Te echaba de menos... Desde que me aleje no os volví a ver...
-Estoy aqui vale? Me alegra saber que cumples tu sueño y, almenos no me evitas. Te acuerdas cuando viste a Tomura? Le sento mal que te portaras así con el-levante mi vista y retrocedí un poco-El... Se sentía mal porque el nunca te hizo daño y siempre te cuido, aunque siempre obedecía al idiota de tu padre.
-Yo... También es de entender que como alguien me viese me mataban... Literal.-de repente escuché pasos.
-Dabi vámonos ya, me aburren las call...-no siguió hablando porque me vio.
-Hola Tomu-sonrei y me acerque a él aunque retrocedio un poco y se tapo la cara, iba sin su manos.
-Vete ___-le abracé y entonces el correspondió. Levanté la mirada y toque con un dedo su cara
-Kawaii-dije riendo.
Después de unos minutos me aleje con una sonrisa, se supone que ellos son los malos, peor fueron quienes me cuidaron y criaron junto a Yaozouh, pese a que el fuese su enemigo... Querían lo mejor para mí. Me podrían haber matado o, haberme dejado en las sucias garras de mi padre, pero no lo hicieron, y por eso les debo muchísimo...