30.

-Mama...-ella correspondió mi abrazo y después me aparté de ella, mire a Yaozouh y a Aizawa que estaban sonriendo y corrí a abrazarlos a ambos.
Toda la clase nos miraban extrañados, pero no me importaba.
Volví a mi sitio con una sonrisa y nos dieron tiempo para elegir o hacer grupos. Decidí que a lo mejor lo haría sola, así mi madre vería que realmente sigo su camino.
-Hikage-senti una mano en hombro-Equipo?
-Equipo-dije abrazándole. Sentí que Todoroki correspondió a mi abrazo.
El tiempo acabo y comenzamos a hacer el rescate. Me tocó con Yaozouh, mientras que los otros compañeros y héroes mirarían desde otra sala. Nosotros éramos el primer equipo. Los rehenes eran Uraraka y Izuku.
-Bien, el suele soltar espinas, por lo que intenta congelarlo. Lo principal es salvar a los chicos. -el asintió y empezamos con el combate.
Me acerque con rapidez a Yaozouh y el me comenzó a tirar sus espinas. Esquivé casi todas y entonces lo estampé contra una pared con tan solo fijar mis ojos en el, amo esta particularidad.
-AHORA-grite y Todoroki lo congeló.
Hice aparecer mis alas, y esquivando unas pequeñas espinas que el consiguió tirar, cogí a Uraraka y Izuku en brazos y me elevé. Los dejé en un sitio seguro-Quedaos un momento aquí, estaréis a salvo.
Volví a bajar y el tenia al bicolor, se estaban enfrentando cuerpo a cuerpo. Le volví a mirar fijamente y comencé con la tortura, pero algo más rápido y dolorosa de lo normal. Le soltó y se retorció un poco en el suelo.
Todoroki lo congeló de nuevo y disminuí el dolor que el sentía. Me acerque caminando. Toque su frente durante unos segundos y se quedó inconsciente, duraría unos minutos.
Todoroki le descongelo y le atamos.
Con mis alas aun al descubierto, subí y cogí a los dos "rehenes"bajando con ellos en brazos.
-SE ACABÓ! EL EQUIPO DE HEROES GANA-dijo All Migth por el pinganillo.
Guarde mis alas y caminamos a dentro. Al llegar, nos dieron la enhorabuena y me limité a sonreír y sentarme.
La clase paso entretenida, hice de rehén cuando Bakugo y Sero luchaban contra otro héroe.
Y si, me había quitado las 3 o 4 espinas que tenía clavadas.
La clase acabó y fui al vestuario, me cambié y caminé sin rumbo. Todavía no me creía que, había podido abrazar a mi madre después de 10 años...
-Oh, hola- el Invierano estaba a mi lado.
-Lo hiciste asombroso-dijo y me limité a sonreír.-Peeero. No quiero que te juntes a otros chicos.
-Que? Ni en tus sueños-dije riendo.
-Te lo prohíbo.-y sin más me besó, ahí, en medio de la vacía calle.
-Te diría que no te acercaras a otras chicas, pero igual no lo haces-dije riendo y volví a caminar. Llegamos a mi casa, donde me despedí de él con un pequeño abrazo y un corto beso en los labios que provocó un sonrojo en mi. Entre en mi casa.
-Que tal las clases hoy? Algo interesante?-dijo haciéndose el que no sabía.
-Oh, estuvo bien. Solo que luche contra un tonto.. Como se llamaba... Ah si, Porcupine. Parece el nombre de un cerdo -reprimi mi risa y seguí caminando hacia mi habitación.
-Que mala eres-dijo haciéndose el dramático.
-Callate dramática-grite desde el otro lado de mi habitación. Me cambié y caminé al salón pero...

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