Capítulo 19: Simplemente Tú


Cada mañana de 2022 me levantaba con una fuerte presión en el pecho diciéndome a mí misma «¿En qué estaba pensando cuando te dejé ir así? tan fácil».

El que Addison entrara a mi vida fue como un recordatorio de todo lo que había hecho mal con Maeve y me atormentó durante un tiempo.

Y cada vez que miro hacia atrás me doy cuenta que no manejé la situación de la mejor forma con ninguna de las dos, pero sobre todo con Maeve, pude haber respetado su espacio, sí, pero luego hablar las cosas tranquilamente en persona, decirle lo que siento y escuchar cómo se siente ella al respecto.

Ese fue mi error.

Acepté su miedo a la primera y me alejé creyendo que era la decisión correcta para ambas, aunque me doliera tanto tanto alejarme de ese modo.


Gracias por ser mi primera vez en todo. Me alegro que haya sido contigo y no con alguien más.

¿Te extraño? Sí, porque no he podido dejar de amarte. Ambas hicimos las cosas tan mal que estaba tan metida en mi propio dolor y nunca me detuve a pensar en cómo te sentías tú...

Me sentí decepcionada al momento que me dejaste porque no querías arrastrarme a tu tristeza, me molestó haber pasado por tanto para que pudiéramos estar juntas y al final me alejaste igual. Pero con el tiempo entendí que era necesario tenerte en mi vida en ese momento y que todo sucediera de la manera en que lo hizo, porque necesitaba crecer y madurar, saber lo que quiero y lo que no, aprender a poner límites a las personas, pensar por primera vez en mí...

Espero que podamos ser de esas segundas oportunidades que sí funcionan, que ambas sanemos lo suficiente para poder funcionar.


Escribí aquella carta que nunca envié el día de su cumpleaños en 2023, como una manera de limitarme a escribirle, de contenerme todo lo posible.

La echo muchísimo de menos, cada mañana desde 2022 me levantaba nostálgica al recordar que solo puedo verla unos segundos en mis sueños, cada tarde de 2023 me sentí culpable por pensar en todo lo que sucedió y en cómo sucedió, pero cada noche, cada noche era un infierno para mí. En ese tiempo mi corazón dolió hasta tal punto que ya no supe si estaba realmente enamorada o solo era apego.

Duele tanto que quema, me quema sentir, me asusta, ella lo era todo para mí desde un inicio, la quería tanto, que cuando finalmente le dije mis sentimientos, todo en mí se puso alerta y ya no era lo mismo.

Deseaba verla pero al mismo tiempo me aterraba la idea de hacerlo, anhelaba aunque sea el mínimo contacto con ella, pero el tenerlo me causaba niveles de ansiedad tan altos, que sentía que en cualquier momento moriría al tener tan solo un simple y tonto contacto visual.

Ella para mí se volvió como agua y fuego, deseaba acercarme, estar con ella, amarla en voz alta, como sé que puedo hacerla feliz dentro de su caos, pero sabía que si lo hacía, poco a poco la quemaría y ella apagaría mi llama hasta dejarme sin nada.

Intenté olvidarme de ella, no pude.

Intenté seguir adelante sin ella, cada día es más difícil.

Intenté no sentirme culpable por cómo se dio todo, ese día sigue quemando cada parte de mí como el recordatorio más grande de que todo fue mi culpa.

Y aunque ella me alejó, nunca dijo cosas hirientes o me trató mal para darme un motivo de odiarla, al contrario, se portó tan bien mientras estuvo a mi lado y luego respetó completamente mi espacio dejándome ir.

Y yo intento seguir respetando su decisión de no querer estar conmigo. Aunque me duela toda mi vida.

«Si piensas que esto te está afectando demasiado o crees que puede hacerlo, cuida mucho de ti. Eres una buena persona y nada de lo que hagan otras personas es tu culpa».

Sus últimas palabras regresaban a mi mente una y otra vez.

Fui una completa cobarde.

El último sueño que me acompañó durante toda la noche mientras dormía, con ella de protagonista, fue algo que se sintió tan real para mí y al mismo tiempo tan bonito.

Quería que sucediera realmente, tener una segunda oportunidad.

En el sueño estaba en casa de mis abuelos junto a mi madre, pero yo estaba buscando a mi hermano.

Maeve estaba ahí con alguien más, ella me miraba de reojo y yo también, tenía tantas ganas de hablarle, pero me contuve.

Cuando ella estuvo a punto de irse me pasó por un lado intentando hacer como si nada, luego se detuvo, se dio media vuelta y me tomó de la cintura acercándome a ella hasta abrazarme.

En eso, pronunció estas mismas palabras: «olvídalo, si no lo hago ahora, no lo hago nunca, pero necesito hacerlo».

Me abrazó con todas sus fuerzas y yo hice lo mismo sintiendo mi corazón latir a toda velocidad.

—Te echo mucho de menos —le dije.

En el sueño yo estaba muy feliz de estar cerca de ella, de volvernos a hablar... aunque lo último que me dijera en ese abrazo fuera «podemos seguir siendo amigas».

Lo acepté así, aunque yo quisiera algo más.

Estaba súper feliz a su lado y no me quise despegar de ella ni un segundo, amaba verla sonreír, amaba verla junto a mí tomando mi mano sin miedo alguno.

Luego, fuimos a mi habitación, estaba demasiado emocionada por compartir a su lado como antes. Todo volvería a ser igual, pero esta vez, más bonito.

En ese instante, mi padre llamó a mi puerta.

Yo me alejé de ella un poco nerviosa. Su rostro pudo dar entender que no le agradaba mucho la idea de tener a Maeve aquí conmigo, pero se la aguantaba, es mi invitada.

—Ya la cena está casi lista —nos avisó.

Yo asentí tomando su mano frente a él, más que todo para darle a entender que ella no se iría a ningún lado y se iba a quedar conmigo. Le guste o no.

Él entendió la seña y se retiró, yo por mi parte pude notar la manera en que la miraba en el sueño.

Tan boba, tan enamorada, mis ojos la enfocan con admiración, con ganas de bajarle cada planeta, cada constelación y llevarla hasta cada galaxia. Sentía muchísimo por una chica tan común y corriente, para mí lo era todo y más. La veía como todo y más.

Acaricié su mano con una sonrisa, ella rio nerviosa ante mi mirada y justo allí, quise besarla.

Pero terminamos separadas por dos personas y no la volví a ver porque me desperté.

Analicé toda la mañana ese sueño tan loco pero tan bonito al mismo tiempo. No me quería despertar, quería seguir viéndola, seguir hablando con ella, seguir entre sus brazos mientras me abraza con todas sus fuerzas.

Me levanté nostálgica, queriendo volver a la cama, volver a comunicarme con ella porque sabía que eso en la vida real jamás pasaría. Lo que me hizo ruido fue la última parte de ambas personas intentando alejarnos al final.

Así que lo interpreté como que todo ese acercamiento eran mis ganas de estar con ella porque aún no puedo olvidarla, y es que ni siquiera quiero hacerlo. Aquellas personas queriendo alejarnos es ella rechazándome si llego a hacer algún movimiento para volver. Ella cerrándome las puertas directamente diciéndome "no quiero estar contigo" o incluso el doloroso "ya no siento nada por ti, estoy con alguien más"

Eso o quizá mentirme a mí misma diciendo que en realidad por influencia de terceras personas nosotras nunca pudimos estar juntas.

Han pasado dos años desde que dejamos de hablar y yo realmente lo sigo sintiendo como si hubiese sido ayer... ¿por qué?

La última vez que la vi fue como una demostración a mí misma que las decisiones correctas también duelen, aunque no lo parezca, aunque todo se vea mal en el momento, siempre todo pasa por algo.

Y no te das cuenta sino tiempo después, de que aquella decisión que tanto te destruye, te estaba protegiendo de algo mucho peor.

Aunque mantuve la idea de volvernos a encontrar durante tanto tiempo, sabía que las segundas oportunidades sí existen, pero solo si ambas hemos sanado lo suficiente para volver a intentarlo, volver a conocernos, como si fuera la primera vez.

Porque a fin de cuentas, ella ha cambiado y yo igual. Aquella versión de ambas cuando estábamos juntas ya no existe, porque murió justo cuando tomamos distancia.

Ella siguió con su vida y yo con la mía, fui a terapia, analicé cada detalle de mí y me di cuenta que tengo mucho en qué trabajar, que yo también tengo problemas, que yo también la cago a veces.

Y es completamente válido.

Pero no puedo estropear mi proceso dando luz verde a retomar contacto con ella cuando no sé ni siquiera si ella sanó aunque sea un poco.

En mi caso, creo que no fue ninguna de las dos, ella no fue una mala decisión, tampoco una buena, aprendí que necesitaba conocer muchas cosas sobre mí y que fuera mi primera vez en todo, me hizo sentir cosas que no creo que en algún momento logren desaparecer, porque es parte de mí, de una nueva versión que nació gracias a ella.

Mi primer amor me enseñó lo dependiente que puedo llegar a ser emocionalmente y eso nunca es sano.

Aprendí a amarme, aceptarme tal cual soy y no juzgar ni reprimir ninguna de mis emociones.

Experimenté miedos que no sabía que era capaz de afrontar.

Viví momentos junto a ella que ahora regreso cada que puedo con nostalgia, pero sabiendo que volver solo me haría mas daño.

E imaginé escenarios a futuro junto a ella, pero llegué al punto en que puedo decir "basta" y pisar la realidad.

Simplemente tú me enseñaste que protegerme es el mejor regalo que me puedo dar a mí misma, no merezco seguir siendo lastimada en un lugar que sé que no me pertenece. Y no es tu culpa, es mía por seguir permitiendo eso.

Por no saber irme, por siempre regresar, por creer que esa versión idealizada que creó mi cabeza de ti, sigue existiendo... o que en algún momento llegó a existir.

En su graduación estaba ella observándome sin disimulo alguno, con esa mirada que grita "te echo de menos", no fui capaz de acercarme, aunque era todo lo que mi corazón anhelaba, entonces me pregunté: ¿por qué estoy tan tranquila? ¿Por qué no estoy entrando en pánico?

Porque entendí que aunque mis sentimientos gritan lo contrario, necesito prestar atención a lo que dice mi intuición.

Y mi intuición me dice que la deje ir, porque allí jamás sentiré la seguridad que tanto necesito ahora.

Porque luego de ver como actuó esa noche, igual que en mi cumpleaños, me di cuenta que sigue en el mismo lugar donde la dejé y no puedo regresar cuando ella sigue teniendo cosas pendientes consigo misma.

"Estoy bien" me acostumbré a decirle a todo el mundo.

No lo estaba, creo que pasarán muchos años para que yo pueda recuperarme y estar bien nuevamente.


—¿Por qué no te gusta que te llamen por tu nombre? Siempre te presentas como Maeve.

—Porque no me gusta mi nombre.

—Pero es lindo, a mí me gusta.

—Si, pues dichosa tú.

—Te voy avisando desde ya que me gusta ser única, así que como todo el mundo te llama Maeve, me veo en la obligación de ser la única persona que te llame por tu nombre completo, Maeve Amberlee.

—Ni mi madre me dice así, Brie.

—Mejor todavía —le sonreí, dándole una mirada inocente.


Recuerdos de esa primera vez me atormentan cada vez que mis pensamientos deciden divagar en aquel rincón que lleva su nombre en mi memoria.

Volví al presente intentando no pensar en aquellos recuerdos que tanto he evitado para no seguir atormentando mi corazón.

Ese día de su graduación ella parecía no querer dejarme ir, su rostro mostró tristeza, pero al mismo tiempo había rastros de decepción porque no terminaba de acercarme.

Sé que no esperaba esa reacción de mi parte, pero fue mi culpa, la he acostumbrado a que mi amor es eterno y siempre estaré disponible para ella.

Y aunque lo que siento por ella es tan lindo y tan fuerte pero al mismo tiempo tan real, no puedo seguir permitiendo que tenga ese tipo de acceso a mí.

No me puedo permitir seguir sintiendo tantas inseguridades que solo ella activa cuando ya me empiezo a sentir segura, realmente me ha costado demasiado salir de allí y no, no he dejado de quererla, no creo que pueda hacerlo porque lo que siento es muy intenso, no es ningún capricho, solo que... si lo sigo intentando jamás podré crear algo sano con alguien. Realmente necesito mi tiempo a solas y no seguir esperando por ella porque no he sanado. Y jamás lo haré si sigo regresando allí.

Nunca he querido hacerle daño, pero ella tuvo miedo, yo también lo tengo.

La diferencia es que la primera vez yo arriesgué todo por Maeve, estaba muerta de miedo y estuve en contra de mi propia familia por ella, pero su miedo en ese entonces pudo más y decidió alejarme para evitar conflictos que yo ya había aceptado enfrentar para estar con ella.

Y quizá jamás podré entender todo lo que ella pasó en ese momento, pero no esperaba nada y aún así logró decepcionarme esa noche de octubre.

Y no puedo permitir que alguien venga a romper mi paz solo porque no pueda encontrar la suya.

Mentiría si digo que esa fue la última vez que la vi, porque el destino se encargó de ponernos en el mismo lugar muchas veces, pero cada vez me ayudaba a darme cuenta que podía manejar la situación mejor que la anterior.

La primera estaría aterrada y solo me daría un ataque de ansiedad.

La segunda, lloraría de tristeza, por darme cuenta que el "volver" jamás podrá ser una opción de nuevo.

La tercera, me quedaría paralizada, con mi corazón queriendo acercarse a ella para hablar, saber de su vida, pero mi cuerpo sin mover un solo músculo, no me lo permitiría.

La cuarta, para sentir el susto de "creí que estaba superándote pero me has hecho recordar que no te he olvidado, todavía siento mucho por ti"

La quinta, para sentir esos nervios pero siendo consciente de que no existes para mí, aunque por dentro no quiera volver, el cariño siempre seguirá intacto.

Y finalmente para poder darme ese cierre que necesito, ese "no habrá otra oportunidad" el poder decir que sigas tu camino, yo no me desviaré del mío.

Y cada que conocía a una nueva chica, era un recordatorio constante de todo lo que fuimos.

Y aunque han pasado tantos años, todavía hay cariño, más no el amor de la primera vez, porque aprendí que fuiste el amor de mi vida, más no el amor que realmente merezco luego de trabajar tan duro en sanar mis heridas.

Una vez leí que debes estar no con quien tú ames más, sino con quien más te ame a ti y es tan real que asusta.

Porque sé que ella jamás me amará como yo la amo. Y aunque eso no significa que no me ame, no es suficiente para mí.

Y ese fue nuestro cierre definitivo.

El que llevábamos mucho tiempo necesitando para poder avanzar con nuestras vidas sin mirar atrás de vez en cuando.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top