Capítulo 15: Memorias de tristeza

DOS AÑOS DESPUÉS

He perdido la cuenta de cuantas veces me he preguntado cuando podré avanzar sin verla a ella en cada persona con la que decido intentarlo.

Pero el primer amor te marca de maneras inexplicables. Eso me sucedió a mí una noche de abril de 2024.

Retomar contacto me hacía recordarme a mí misma que nunca vuelves a cruzarte con la misma persona dos veces, yo era el claro ejemplo.

Me ha costado mucho avanzar, pero lo he hecho, muchísimo. Ya no pienso tanto en Maeve, ya no hablo sobre ella, ya no me duele tanto recordarla, ahora solo le tengo un cariño inexplicable porque me hizo aprender muchas cosas sobre mí en el proceso.

Su paso en mi vida lo tomé como una lección más, un aprendizaje para poder avanzar, ya no la tengo presente constantemente, pero eso no quita que mi amor por ella haya desaparecido, solo aprendí a vivir con su ausencia, mentalizándome que no va a regresar.

Mis sentimientos por ella nunca se fueron, siguen muy presentes y aunque hace un año me preguntaba a mí misma "¿Qué voy a hacer con todo esto que siento?", hoy intento no cometer los mismos errores que cometí con ella.

Pero sentí que caería nuevamente al vacío cuando llegó esa segunda persona a mi vida. Una chica.

Una a la cual conocí en 2021, en la universidad para ser exactos. Addison Bonnet.

La misma chica que estuvo conmigo en aquella materia en la que pasé todo el examen final guardando en mi memoria cada detalle del rostro de Maeve. Sí, esa misma.

Ella y yo solíamos hablar seguido en aquel tiempo, pero luego desapareció de mi vida, no supe más nada sobre ella, de hecho, ni siquiera la vi en el examen final de redacción.

A mi mente llegaron ciertos recuerdos del último trabajo que hicimos juntas. La recuerdo a la perfección, sentada sola en el aula, parecía ansiosa por el primer examen, leía algo, ¿un papel? ¿su móvil? no recuerdo bien.

Ese año es muy borroso para mí, sin embargo, ahí estaba ella, tan diferente a como la había detallado anteriormente en fotos. Fue la primera chica que llamó mi atención físicamente luego de Michelle.

Pero justo cuando Addie salió de mi vida, entró Maeve. Nunca le di importancia, porque no tenía sentimientos por ella, solo me llamaba la atención físicamente, nada más allá de eso. Y es que en ese momento todavía seguía mintiéndome a mí misma de que no me gustaban las chicas, hasta que Maeve llegó a sacarme de esa burbuja.

Cuando conocí a Addie por proyectos que nos tocaba hacer juntas, supe que estaba en una relación con una chica, cuando la vi por primera vez en persona, aquel viernes por la tarde, se veía demasiado inofensiva, linda.

Y esa "amistad" entre nosotras, solo se basaba en mí enviándole mis apuntes o ayudando en lo que necesitara en ese momento.

Llevaba las uñas cortas, sin esmalte, una blusa blanca y una camiseta de cuadros azul, su cabello estaba esponjado, recogido, un collar negro y un anillo en su dedo, era pálida, muy pálida, tampoco se ponía ni una pizca de maquillaje.

—¿Brie? —me preguntó, cuando entré al aula.

Solo éramos ella y yo, nunca nos habíamos visto en persona. Asentí con la cabeza y me senté un puesto delante de ella.

Nadie llegaba todavía y ya era la hora del examen.

¿Será que nos equivocamos de salón?

—¿Estudiaste? —pregunté, en un intento de buscar conversación.

Todo era muy silencioso, incómodo.

—Estoy en eso, ¿y tú?

—También —señalé el temario en mi móvil.

Mentira, no había estudiado nada, estaba leyendo todo por primera vez, minutos antes del examen.

No escuché otra palabra de su parte, el profesor llegó, el examen inició y cuando terminamos, ella desapareció. Luego para el examen final, no asistió, incluso le guardé un asiento pensando que llegaría tarde, y como dije anteriormente, pasé toda la hora desconcentrada mirando a Maeve sin escribir mis respuestas.

Addie, le decía en ese momento, me costó mucho al inicio entender que su nombre era Addison, un poco raro, difícil de recordar.

A veces la veía y pensaba ¿Allison?

Volviendo a la actualidad, la curiosidad me comió viva al recordarla, ¿qué es de su vida? nunca la vi nuevamente en la universidad.

La busqué en Instagram y al encontrarla, la vi muy cambiada, decidí seguirla y seguí con mi vida.

Ella me siguió devuelta.

Al día siguiente, encontré un mensaje de ella entre mis notificaciones.


Hola, te conozco de algo, ¿de qué?


No pude evitar reír, ¿en serio no me recordaba o es que había cambiado mucho este tiempo?

Esa fue nuestra primera interacción después de dos años y desde ese instante, empezamos a hablar mucho más seguido.

Recuperar contacto con ella fue divertido, ¿vi mejoras en mí? Sin duda alguna. Nos empezamos a llevar muy bien, a pesar de que somos tan diferentes, tenemos cero cosas en común, pero me sentía bien con ella.

Curioso, porque no me gusta tener amigas, he tenido muchas malas experiencias.

¿Y en cuanto al amor? Era un rotundo "no" para mí, no importa cuanto tiempo pase, no quiero volver a sentir por alguien todo lo que me hizo sentir Maeve alguna vez.

Hablamos en todo momento ese fin de semana, fue un viernes cuando retomamos contacto, y cuando el lunes llegó, parecía como si lleváramos hablando toda la vida, como si nunca hubiésemos dejado de escribirnos.

Me seguía pareciendo muy atractiva y nuestras conversaciones eran tan espontáneas, nunca había ese silencio incómodo en la conversación.

Pero algo cambió.

A medida que íbamos hablando, ella me hacía preguntas y al yo responder con completa honestidad, ella soltaba unas cosas que me dejaban pensando.

"Puedo hacer un esfuerzo", "Seré honesta"

Haré esto, haré aquello...

¿Entonces no buscas una amistad? ¿Buscas intentar algo conmigo?

Empecé a confundirme y a revivir traumas.

Intenté alejarme al inicio, porque sentir esa ansiedad de que sentimientos de mi parte podrían nacer en cualquier momento, me aterraba.

Pero ella siempre intentaba estar presente, lo cual me confundía más, estoy acostumbrada a que me quieran un día y al otro no exista para esa persona. ¿Por qué ella es diferente?

Le hablé de mi ansiedad cuando mencionó el tema de salir, de vernos en persona.

"Tranquila, tomate tu tiempo" me decía.

¿Pero por qué no se espanta? Vuelvo y repito, en todo momento me dio mi espacio, no entendía cómo no se sentía incómoda de relacionarse con una persona así, ¿por qué no se va?

Empecé a hacer mil intentos de autosabotaje, pero ella seguía allí.

Nunca le escribía primero, no quería parecer una intensa, así que le daba su espacio, pero ella se encargaba de estar siempre presente.

Luego dimos el siguiente paso, videollamadas.

Y finalmente, hablamos sobre nuestros gustos, intimidades, fantasías.

Pero yo no hablo de estas cosas con mis amigas...

—Tengo miedo, siento que esto está yendo muy rápido, me asusta. Ni siquiera con Maeve fue así —le dije a Naomi.

No quería ni podía imaginarme iniciar algo con alguien de esa forma y que después cuando ya yo esté demasiado flechada, me deje con el amor en las manos, no puedo.

—Que vaya rápido no significa que vaya a fallar, amor es amor, rápido o pasen mil años conociéndose —intentó calmarme.

Pero ya yo estaba con la ansiedad a mil, ella empezó a decirme cosas que no se dicen las amigas, ni las que se acaban de conocer e imaginar sus palabras me daba pánico.

Porque sí provocaba algo en mí.

¿Quería? Sí ¿Me atrevería a dar el paso sin ser algo? Pues no.

Esa semana hablé con mi psicóloga, ella me ayudó a calmar mi mente, a arriesgarme recordándome que las personas no son iguales y que ella no es y jamás será Maeve.

Tiene razón, no debo crucificar a cada persona que conozco comparándola con ella, pero ese fue mi problema, que cada detalle, cada persona la comparaba con Maeve y no me permitía abrirme emocionalmente a alguien más después de tanto tiempo.

Luego de aquella plática con mi terapeuta me sentí más tranquila, todo empezó a fluir, empecé a sentir paz a su lado, dejé el miedo. Todo se sentía... tan bien.

Pero volví a comparar inconscientemente, ¿se supone que tiene que sentirse así de tranquilo? No hay mariposas odiosas en el estómago, ¿eso significa que no me gusta ni un poco? Con Maeve las sentía con mucha intensidad en mi estómago, ¿es normal esto?

Empecé a ver un cambio en mí, repentino, todo después de retomar contacto con ella, dejé de vomitar, empecé a comer más, repetir plato si era necesario, dejé de saltarme los desayunos, empecé a considerar la idea de regresar a hacer ejercicio, aún cuando mis amigas, mi psicóloga y mi nutricionista me lo habían repetido mucho. Empecé a ser más productiva, a tomarme muy en serio mi trabajo, mi futuro, no hacía algo al respecto con mi futuro desde mi graduación por grandes recaídas que me sucedían seguido, pero ahora todo había cambiado.

Gracias a la paz que me hizo sentir ella, la seguridad que sentí después de tanto tiempo, los problemas fueron desapareciendo uno a uno, poco a poco, estaba aprendiendo a manejar ciertas situaciones y esta vez, mi prioridad era yo. Quería hacer las cosas bien, enfocarme en recuperarme con la comida, sanar las heridas que tenía mentalmente desde hace años, y eso hice, me puse como prioridad a mí.

Todavía no se había dado una oportunidad de vernos en persona nuevamente, siempre había un obstáculo de parte de ambas, así que decidimos esperar, dejar que todo fluyera poco a poco, y si no se daba todavía, es porque no debía suceder por los momentos.

Llevábamos un mes desde que empezamos a hablar, ahora lo hacíamos todos los días. Era raro no saber de ella en un día porque intentaba estar presente en todo momento, si no me enviaba un mensaje de buenos días, me llamaba por la noche para saber cómo había sido mi día, si no lo hacía, daba señales por Instagram enviándome memes o incluso algún que otro video mensaje de ella haciendo cualquier cosa para saber que estaba allí.

Yo empecé a hacer lo mismo, pero al inicio alejándome un poco, respetando su espacio para no engancharme tan fuerte como la última vez, no dar de más si no es recíproco. Empecé a tantear el terreno y poco a poco me fui sintiendo muchísimo más cómoda con ella.

Hubo muchas acciones de su parte que me empezaron a flechar, cosas que se sentían íntimas, como cada noche que me acompañaba por videollamada mientras terminaba de trabajar. Ella estaba acostada en su cama mirándome, ya era medianoche y a mí todavía me faltaba mucho por terminar.

—Addie, puedes ir a dormir si estás cansada, yo seguiré trabajando y luego iré a la cama —le dije.

Me gustaba ver lo inofensiva que se veía en momentos así, siempre se hacía la dura, la chica mala, pero conmigo, a solas, era diferente, era cursi, un amor de persona. No era odiosa y fría como se mostraba ante los demás.

—No, yo te acompaño hasta que termines —me dijo.

Sonreí como tonta, ella me miraba tan fijamente que me hacía sentir nerviosa. Así que cuando terminé, fui a la cama con ella todavía en la pantalla de mi móvil. 

—Brie, tienes sueño, ¿segura que no quieres que te cuelgue?

—No, solo estoy un poquito cansada, descansaré los ojos, no me voy a dormir. Sigue hablando, te escucho.

Pero me quedé dormida ahí mismo, con la cámara encendida y cuando me levanté a eso de las tres de la madrugada, la pude ver a ella durmiendo también, sonreí instintivamente. Se veía tan linda.

Decidí apagar el micrófono para no despertarla, pero en ningún momento colgué la videollamada.

Eso se volvió rutina entre nosotras, ver películas de romance juntas por la noche, mis favoritas, que me acompañara por llamada cada vez que debía trabajar. Ella se limitaba a acompañarme en silencio, ya que sabía y entendía que debía concentrarme, pero siempre estaba allí.

Empezaba a tener problemas con mi padre nuevamente y el que ella estuviera allí me hacía encerrarme en mi burbuja de felicidad. Justo como la última vez, evitar el problema y mentirme a mí misma de que todo estaba bien, porque cuando hablaba con ella, lo estaba.

Isabelle y Naomi se empezaron a preocupar por mí al ver que me veía todos los días con Addison, no había día que no hablara con ella, y mis amigas no querían que me enganchara, que me apegara y que el día que ella no esté o todo acabe, yo vuelva a pasar por lo mismo que pasé cuando todo acabó con Maeve.

Pero yo estaba convencida de que eso no iba a pasar nuevamente, les hacía saber que solo me atraía, no estaba enamorada así que había cero posibilidades de que eso sucediera otra vez.

Y creí que realmente no iba a caer en el mismo punto, hasta que todo empezó a complicarse. Me empezó a gustar y su comportamiento cambió, un día me decía que le gustaba y al otro que solo me veía como una amiga.

Empecé a confundirme, no sabía lo que quería y eso empezó a despertar mis inseguridades. La primera vez que decidí hablarlo, me sentí más tranquila pero eso no quitó que tiempo después sus acciones no me hicieran sentir demasiado insignificante.

 —Por ahora estoy en la etapa de conocerte —me respondió aquella noche.

—Vale.

—¿Y tú? ¿En qué página estás?

—Viendo como me siento estando contigo —fui sincera.

—¿Y como te sientes?

—Segura, por los momentos.

—Promete que si en algún momento te sientes mal o diferente, lo hablaremos. Lo importante para que una relación funcione es la comunicación.

—Cuando eso suceda, te lo haré saber, de todas formas espero lo mismo de ti —respondí.

Con el tiempo tuve muchos pensamientos de dejarlo hasta allí, pero luego pensaba, llevamos casi tres meses hablando, es normal que todavía no sienta nada por mí, ¿no? No tendrá sentimientos de la noche a la mañana. 

Yo tampoco siento por ella lo que sentí por Maeve, no lo siento de la misma intensidad, así que no me preocupo porque ella tampoco sienta nada, ¿no?

Pero luego sí empecé a verla con otros ojos, solo que ella me empezó a dar señales contradictorias, por un momento creí que solo quería una amiga, luego que solo le gustaba físicamente para algo de un rato, finalmente la vi como yo, una chica con miedo de abrirse emocionalmente a alguien más.

Y he aquí varias razones, todavía guardaba muchas fotos con su exnovia de hace dos años, yo también guardaba fotos de Maeve, pero no en mi móvil, nunca me habló sobre ella o me contó su historia, pero si me hizo entender que las cosas no habían acabado bien.

Al inicio mantuve el pensamiento de "No todas las personas son iguales, deja que te sorprendan y verás que quizá desde un inicio solo tenías miedo de estar en las mismas manos equivocadas cuando no era así"

Pero con el tiempo, ese pensamiento cambió rotundamente y ahora mantenía la idea de que la misma situación se va a repetir con diferentes personas hasta que no sanes el problema. Pregúntate, ¿Qué patrón estoy siguiendo y qué podría hacer diferente esta vez para no caer en el mismo error?

Una noche el primer mes cuando nos estábamos conociendo, decidí preguntarle.

—¿Qué tipo de apego tienes? 

Estaba segura que todos tenemos un tipo de apego, desde el más traumado al más sano mentalmente. Y cuando estuve con Maeve, me di cuenta que tenía apego ansioso, por otro lado, con el tiempo, el apego evitativo de ella pasó a apoderarse de mí. 

Ahora tenía una mezcla de ambos y estaba luchando por aprender a manejarlo, a sanarlo.

—Ninguno.

—Todos tenemos uno, Addie.

—Vale, soy de apego seguro.

Me dijo en ese tiempo, no sé porqué decidí creerle, porque a medida de que la fui conociendo de seguro no tenía nada. 

Se nota interés hasta cierto punto, pero siempre me dice que no me enamore o que el amor es una mierda, ¿es una clase de indirecta? Sus palabras dicen no quiero estar contigo pero sus acciones hacen todo lo contrario. No la entiendo, me confunde.

Un día me agarró de sorpresa y me dijo que eligiera un día de esa semana para vernos.

—La primera vez que nos veamos será algo tranquilo, iré a tu casa para que estés cómoda, pero elige un día porque si la primera vez que vayamos a vernos depende de ti, nunca lo haremos.

Ahora tenía tanto miedo, no quería que pasara lo mismo que me pasó con Maeve, cuando la invité a mi casa y nunca apareció. El que Addie conociera a mi papá me aterraba, porque no quería que la rechazara como a Maeve sin siquiera conocerla.

Desde que mi familia se enteró que soy bisexual, no les agrada la idea de que tenga amigas y mucho menos me visiten a casa.

Solo saben de la existencia de Isabelle y Naomi.

El día que nos vimos estuve pensando demasiado en cómo haría cada cosa, ¿Cómo hacer para que mi padre no haga una escena? ¿Cómo hacer para mantener mi ansiedad bajo control? ¿Cómo hacer para que mi familia no la haga sentir incómoda con sus comentarios?

Estuve tan pendiente de intentar mantener todo en orden que olvidé por completo pensar en "joder, finalmente estamos juntas"

Estuve demasiado preocupada por lo que diría mi familia al conocerla, por buscar su aprobación, que terminé sufriendo de un ataque de pánico, esa día no comí nada, ni al desayuno, ni al almuerzo, mucho menos a la cena, aunque decidí mentirle a Addison diciéndole que sí lo había hecho.

—Prométeme que vas a comer aunque sea un poco antes de irte a dormir —me dijo antes de irse por la noche.

Evité mirarla a toda costa.

—Lo prometo.

No lo hice.

Era la primera vez que Addison me veía de esa forma y odiaba la idea de que ahora cambie su percepción de mí por esto. Ella estuvo todo el día evitando contacto físico entre nosotras, pero esa noche me tomó de la mano y yo no dejaba de temblar.

—¿Quieres un abrazo?

Sí, pero tú odias el contacto físico, no quiero hacerte sentir incómoda. 

Lo pensé pero no lo dije.

—No, estoy bien, no te preocupes —respondí.

Ese día estuvimos en mi habitación viendo películas juntas, acostadas sobre mi cama, una al lado de la otra, estaba muy incómoda, no sabía como actuar, qué decir. Por videollamada todo era muy distinto.

No quiero salir lastimada nuevamente...

Cuando acabó la película nos quedamos en silencio mirándonos la una a la otra, no fue incómodo para mí, pero sentí un jodido deja vu. 

Me vi a mí misma en junio de 2022, en el estacionamiento de la universidad esperando a que vinieran por mí, tomada de la mano mientras me perdía en la profunda mirada de Maeve Amberlee. Luego mis ojos bajan a sus labios, anhelando aunque sea un roce.

Y volver al presente me dio una bofetada. Esto no está bien.

Miré los ojos de Addie sintiéndome culpable, ¿por qué mi mente sigue viajando al pasado cuando tengo el presente en mis narices? 

—Addie... ¿cómo definirías tú el amor? —le pregunté.

—¿El amor?

—Sí.

—Es... complicado. No sé si hay manera de definir el amor, es algo tan diferente para cada persona que se complica, además de lo extenso que puede llegar a ser el concepto. A pesar de ser una persona que evita esas cosas por el simple hecho de que es el sentimiento que más me ha costado controlar, creo que el ser humano vive por el amor, y es lo que busca toda su vida. Esos pequeños momentos que pueden marcar de buena o mala manera, todo a causa del amor. Es el sentimiento más excitante, bonito, el que más te llena y a su vez, el que más te destruye. Pasamos los días en una rutina, quejándonos tal vez de trabajo, de nuestra vida actual, y todo se relaciona con el amor. No amo mi trabajo, estoy solo, extraño a mi familia, extraño a un amigo... Y es en esos momentos, estando en familia, en pareja, estando solos, tal vez extrañando a alguien, en los que te das cuenta que todo gira alrededor del amor. El mundo se detiene por un momento y te das cuenta que es lo único que necesitabas, piensas en lo genial que te hace sentir y lo diferente que puede llegar a ser con cada persona. El sentimiento más fuerte que perdura a través del espacio/tiempo no importa lo que pueda pasar. El sentimiento que estamos anhelando toda nuestra vida y nunca nos dejará en paz. Y es bueno que nunca nos deje en paz porque... ¿Qué haríamos sin el amor?

Mi corazón dio un vuelco ante sus palabras, no podía entender como una chica tan fría por fuera podía ser tan profunda en cuanto a esos temas. Anhelaba conocer su versión más especial, su dulzura, nunca la imaginé de ese modo.

—No me puedo creer todo lo que has dicho... ha sido... wow.

—Sí, por favor no le digas a nadie.

Reí.

—Me han encantado tus palabras.

—Tu turno, Brie —evitó el tema a toda costa.

—Vale... eh... Yo seré bastante básica, el amor para mí es como un complemento, más que un sentimiento es una proyección. Es la importancia que le das a la vida de otra persona en la tuya y también de cómo te percibes a ti mismo, de la manera en que expresas ese amor, es el amor que sientes por ti y lo que eres, ahí entra el «no puedes amar a alguien más si no te amas a ti primero». Soy una persona que lo evita, sí, precisamente por lo que dijiste anteriormente, porque cuando destruye te deja sin nada, solo un vacío que cuesta reparar, pero anhelo también encontrar ese amor que encontré en mis amigas. Siento que todo es cuestión de trabajo interno porque quizá una persona te ama pero no de la manera que tú quieres y jamás vas a entenderlo, pero eso no significa que no te ame. El amor destruye, pero también repara cosas que jamás creíste que pudiesen ser reparadas, y es esperanzador mantener la idea de que todo pasa, todo cambia y todo el amor que das, regresa a ti en mejores condiciones. Aplica a amigos, familia, parejas y trabajos. Entonces, conclusión, el amor para mí es una proyección, un espejo de cada persona, no necesitas ser romántico con una persona para ser amor, sino más bien, comprensivo, porque no hay mejor definición para el amor que la comprensión. Puedes escuchar todo lo que quieras, pero si no comprendes, jamás vas a amar realmente a una persona para poder buscar una solución en lugar de sacarla de tu vida por completo como si no te importara en lo absoluto o no necesariamente sacarla de tu vida pero si minimizar su sentir, repito, aplica para amistades, familia y pareja.

Decirlo fue como sacar algo que me había estado guardando durante tanto tiempo, cosas que entendí en todos estos meses sin Maeve, en cierto sentido eran mis palabras, mi sentir hacía su última versión, la que conocí cuando se alejó, la que fue capaz de dejarme sin nada.

La misma que desde un inicio me hizo sentir de todo con tanta intensidad.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top