Capítulo 08: Octubre sin ti

Los meses pasaban tan rápido y con ello aumentaba mi confusión con Maeve, porque sentí que regresamos al punto de "te quiero solo un día cuando estamos a solas y te ignoro el resto de la semana porque están mis amigos".

Y no supe qué hacer, porque solo pensaba "¿Para que le vas a decir algo? No estás en derecho de reclamarle nada, principalmente porque todavía no son nada", luego pensaba, "pero si no soy honesta me sentiré peor", así que lo dejé así.

No volví a buscarla, no nos volvimos a ver por una semana y no volvimos a hablar.

Creí que todo había acabado ahí.

Pero no fue así.

Fue un martes por la tarde cuando salí de mi última clase, usualmente me estaba empezando a quedar en la universidad hasta las ocho de la noche incluso cuando acababan mis clases a las cinco, solo por pasar un tiempo con Maeve, pero específicamente ese día a inicios de octubre, decidí no hacerlo.

Regresé a casa sin enviarle, sin decir absolutamente nada, solo mentalizándome que siempre era así y que nada cambiaría.

Era aceptarlo o dejarlo.

Y yo en ese momento realmente estaba considerando en dejar algo que ni siquiera había tenido tiempo de iniciar.

En la oscuridad de mi cocina, empecé a preparar mi cena cuando llegó ese mensaje que en definitiva no estaba esperando pero anhelaba que llegara en cualquier momento.


Maeve: ¿Sigues en la universidad?

Brie: Ah, ¿Ahora sí existo?

Maeve: Siempre has existido, tonta.

Brie: no se nota tu interés.

Maeve: vale, no te veo, entonces.

Brie: como quieras.


Ahora estaba enojada, porque solo sentía que jugaba conmigo y no quería eso. Estaba demasiado enamorada de alguien que cada que podía se olvidaba de mi existencia haciéndome sentir muy pero muy pequeña. Y eso me aterraba porque no estaba acostumbrada a que me hicieran sentir así.

Cuando me empezaba a sentir de ese modo, excluida totalmente de la vida de alguien que dice tener interés en mí, me alejaba por completo.

Solo que ella no me dejaba alejarme realmente y eso me enojaba más, porque ni me elige ni me suelta.

Creí que la conversación estaría hasta ahí, pero entonces, otro mensaje de su parte llegó.


Maeve: No te había escrito porque no tuve un lindo fin de semana y cuando me pasan cosas que no puedo controlar, me aíslo porque no me gusta arrastrar a nadie en mis problemas, pero eso no significa que no te quiera ver.


Leí el mensaje más de tres veces pensando en qué responder. Ahora me sentía culpable, exigente, tóxica, malcriada. De todo menos enojada.

No quise hablarle de ese modo o hacerme la fría, quiero estar con ella, joder, anhelo ser parte de su vida, ayudarla todo lo posible, estar ahí siempre que necesite de alguien y amarla tanto por siempre, odiaba verla mal, odiaba que pasara por tantas cosas en su vida que ni siquiera a estas alturas sabía, simplemente quería lo mejor para ella.

Muy hipócrita de mi parte porque quiero arreglar su vida cuando la mía está igual de mal y no hago nada para cambiarlo.


Brie: No me gusta sentir que solo existo para ti los miércoles y si a esas vamos, yo también la estoy pasando mal, no tengo un lindo día desde junio, pero sigo pendiente de ti. Sé que eres demasiado cerrada e independiente emocionalmente, cómo dices tú, pero no es justo que riamos juntas y llores sola, ¿sí me explico?

Porque estuviste un día para mí, cuando te necesité, y después de eso desapareciste porque te paso algo, pero nunca dijiste "hey, me siento mal, no quiero hablar" para por lo menos no sentirme culpable o aumentar mi ansiedad por desaparecer así haciéndome creer que no te importo de la misma manera que tú me importas a mí o que hice algo mal que te ha hecho reaccionar de esa forma.


Decidí ser lo más clara que pude en el momento, para poder evitar malos entendidos en un futuro.

Si es que había un futuro entre nosotras...


Maeve: Tú sabes perfectamente que para mí no sólo existes los miércoles, sino no te escribiera para verte o buscarte, eso por un lado, por el otro, quiero decirte que si no te escribí es porque realmente no acostumbro a escribirle a nadie, no tengo tiempo para absolutamente nada en estos momentos.

Mi vida, es que todavía te falta conocerme, normalmente tengo problemas con mis mejores amigas por lo mismo, me desaparezco y no digo nada, yo entiendo que estés enojada y perdón por eso, pero ahorita no puedo decirte como que no va a volver a pasar, porque es algo que pasa y ya, no es falta de interés ni nada, porque como te digo, sí te quiero ver pero es simplemente eso, que a veces pueden más mis asuntos personales que cualquier otra cosa.

Igual no te puedo decir que no te enojes, obvio que tienes derecho a estar enojada conmigo, pero bueno, solo quería que lo supieras, no tiene nada que ver contigo.

De igual manera quiero recalcar que siempre que pueda te voy a querer ver, eso no tiene alteración... pero bueno, espero descanses mucho, cuídate <3


No respondí más, su mensaje me bastó para sentirme peor de lo que ya me sentía.

¿Por qué mi cabeza me hace pensar cosas tan erróneas?

Yo la quiero y ella siempre me recuerda que es mutuo, pero yo no le presto atención.

Es más, hasta hago un drama por ello.

Me autosaboteo, hago todo lo posible por cagarla hasta el fondo para evitar una relación.

Porque es eso, tengo miedo.

Miedo a sentir, miedo a enamorarme sola.

Luego de ese mensaje algo cambió en ella. Algo que realmente me sorprendió.

Porque después de ese "yo soy así, no eres tú, somos mis problemas y yo" se tragó su respuesta actuando en adelante de manera muy distinta.

Ahora todas las mañanas despertaba con un mensaje de buenos días de su parte, cuando anteriormente me había dicho que nunca hacía esas cosas. Es más, yo me levantaba muy temprano y ella al mediodía, porque debía estar a las cinco de la mañana ayudando a su familia y luego debido al claro cansancio, volvía a dormir hasta tarde.

Todas las tardes al salir de clases, ella me esperaba en un lugar en específico y estábamos juntas hasta que nos pedían que nos fuéramos porque iban a cerrar la universidad. Esperaba a que pasaran por mí para no dejarme sola y luego se iba ella.

Incluso, cada noche me escribía o hablábamos hasta la madrugada por videollamada, cosa que ella al principio me había dicho que no le gustaba.

Empecé a ver un cambio luego de decirle que no veía interés de su parte y eso llamó mucho mi atención.

¿Entonces si le gusto de la misma forma que ella me gusta a mí?

En la universidad estábamos cada que podíamos tomadas de la mano, me dejaba estar muy cerca, abrazada a ella sin decirme "estamos en público", y a veces, hacía lo posible para entrar a mis clases para estar un tiempo conmigo.

Todo iba de película. Demasiado bien para mi gusto.

Primera red flag que nunca vi.

Ella estaba cambiando las actitudes que me hacían sentir insegura, estaba empezando a darme ese espacio romántico que tanto le pedí.

Estaba intentándolo y estaba segura que cuando esto acabara, iba a pasarla realmente mal porque estaba demasiado flechada por esa chica.

El jueves llegó nuevamente a la semana y yo me preparé mentalmente para enfrentar ese día.

Tenía mucho miedo, me costaba asistir a la universidad, luego de aquel ataque de pánico que pasé, me quedó el pensamiento de "¿Y si vuelve a ocurrir o sucede algo peor?", la diferencia es que ahora estaba en todo momento junto a Maeve, tanto que ya casi olvidaba la existencia de Isabelle y Naomi por estar con ella.

—¿Qué vas a hacer ahora? —le pregunté, al acabar nuestra clase juntas.

—Creo que me iré a casa, ya no tengo más nada por hoy, ¿y tú? 

—Debo entrar a otra clase, fundamentos de mercadeo y publicidad. Es mi primer día, así que si no quiero que me quede la materia, debo asistir —le comenté.

—Pero estamos a punto de acabar el primer corte, Brie, ¿Por qué no habías asistido a esa materia todo este tiempo?

—La primera semana falté, la segunda me dio un ataque de pánico y la tercera me tomé el día, no quise asistir por miedo a pasar por lo mismo. Pero creo que ya no puedo escapar más.

Fundamentos de mercadeo y publicidad era una materia que veía sola, sin Maeve, sin Naomi, sin Isabelle. No conocía a nadie, este año tuve un problema con mis notas y para poder graduarme con mis amigas, tuve que adelantar materias.

Todo un problema.

—¿Quieres que te acompañe a tu siguiente clase? Puedo entrar contigo si tienes ansiedad.

Que ella entrara conmigo solo me iba a aumentar la ansiedad.

—No, yo puedo sola. Tranquila, no te preocupes por mí, estoy bien —mentí—. Pero... ¿Puedes esperarme? No creo que la clase tarde mucho, así puedo estar un rato más contigo antes de irme a casa.

—Te espero.

Sonreí hacia ella queriendo quedarme a su lado todo el tiempo posible, pero empecé a quejarme cuando llegó la hora de entrar al aula nuevamente.

Dejé atrás a Maeve adentrándome al salón, ahí todos hablaban con sus grupos como si ya se conocieran de toda la vida, y es que claro, yo era prácticamente la nueva por haber faltado todo el primer corte.

—¿Quién eres tú? No te había visto antes, ¿Estás en esta clase? —me detuvo el profesor cuando entré.

—Sí.

—¿Y por qué vienes apareciendo ahora? Estamos en finales.

—Es que estaba enferma —mentí.

Me senté en los primeros asientos y cuando me di cuenta ya tenían entrega de actividades, yo no sabía qué hacer.

Por un instante sentí la mirada de alguien sobre mí que disparó mi ansiedad, cuando levanté la cabeza de mi libro, Maeve se encontraba observando a través de la ventanilla de la puerta hacia mí.

Sonreí como tonta.

—¡Fuera de aquí! —le hice una seña con mis labios.

Ella rio con ganas al ver todo lo que su simple presencia provocaba en mí.

—Te estaré esperando afuera —me avisó igual, a través de señas.

Cuando ella se fue me siguió costando hallar mi respiración, sin embargo, continué con mi vista al frente intentando guardar en mi memoria toda la información que perdí las pasadas tres semanas.

Pero ese día hubo un problema.

Un problema que marcó los siguientes meses, un chico.

Un chico bastante atractivo, para ser honesta.

Al inicio no supe su nombre, solo me pareció lindo y ya. Sin embargo, desde ese día, ese chico no me quitó la mirada de encima haciéndome sentir un poco incómoda al inicio.

No entendía por qué me miraba tanto.

¿Le parecía linda? ¿Por qué? Si ahora la del camión atropellado parezco yo.


Brie: te cuento, aquí hay un chico que no me quita la mirada de encima, es lindo, pero es un poco incómodo. Tiene cierto parecido a nuestro personaje favorito de la serie que estamos viendo juntas.

Isabelle: admira tu también, aprovecha.

Brie: no, yo le soy fiel a Maeve... aunque no seamos nada todavía, la quiero solo a ella :(


No mentiré, el chico sí me llamó la atención físicamente, lo cual me hizo sentir culpable.

¿Por qué sentirme de esa manera cuando estoy intentando algo con otra persona?

Con el tiempo entendí que no está mal sentir algo por otra persona estando con alguien, es normal, somos humanos, el error está en si decides darle pie a ese más mínimo sentimiento sin considerar a la otra persona que se supone quieres en tu vida.

Me atraía el chico, solo físicamente, no lo conocía, es más, había ciertas de sus actitudes que no soportaba.

A mi lado parecía un niño con problemas de atención.

Así que solo me limitaba a mirar su rostro preguntándome, ¿Qué es lo que me llama la atención de ese ser? Ni siquiera le encontraba sentido.

Claro, nunca me hizo sentir ni en lo más mínimo de la misma forma que me sentía con Maeve, al contrario, mis sentimientos por ese chico no le llegaba ni a los talones a mi amor por ella.

Porque tenía más que claro que estaba enamorada de una chica, una en específico, solo ella.

Amo a Maeve y eso nunca cambió.

Cuando salí de la clase y la encontré a ella en el mismo lugar de siempre esperando por mí, corrí a sus brazos sin poder evitar la sonrisa que quería salir de la emoción.

Ella me abrazó con todas sus fuerzas y yo simplemente no quería que el momento acabara, quería estar todo el tiempo posible a su lado, en sus brazos, sintiendo sus caricias, escuchando sus lindas palabras, riendo de sus ocurrencias, sintiendo su mano buscar la mía e incluso, ver ese brillo en su mirada cuando está conmigo, ver cómo sus ojos se achinan cuando ríe con ganas y me muestra esa sonrisa tan linda que tanto me gusta ver en ella.

Y sobre todo, el silencio, ese momento en el que las risas cesaban y solo quedaba el grito de almas anhelando un roce, mi mirada bajando a sus labios... esos que nunca pude probar. Con ella todo se sentía bien, se sentía diferente, arriesgado, perfecto.

—Mi vida, estás temblando —me susurró al oído, sin soltarme todavía.

—Tengo ansiedad desde esta mañana.

Ella me abrazó más fuerte, como si intentara protegerme de cada uno de mis miedos, hacerme entender que con ella estaría a salvo, sin saber realmente que mi miedo más grande era todo lo que sentía con tanta intensidad.

—Tenemos que vernos más seguido para que se te vaya bajando esa ansiedad que te da al verme.

En ese momento supe que ella no era el motivo de mi miedo, más bien todo lo que sentía por ella, porque si miro meses atrás, ella era mi lugar seguro, me hacía sentir bien, feliz.

Luego de confesarle mis sentimientos fue que empecé a sentir ese paro cardíaco cada que me la cruzo.

Ya sabes, ese miedo al abandono, miedo al rechazo.

Ese día le conté incluso sobre ese chico de aquella clase. No por darle a entender que si ella no me mira, tengo a otros que sí, mucho menos por hacerla sentir que vería a alguien más para abandonarla a ella.

Jamás la abandonaría.

Simplemente quise ser honesta en todo, cada cosa, incluso la más mínima, aunque no significaba nada. Para mi la honestidad significaba todo y quería construir algo bonito con ella, algo real sin mentiras, confusiones y malos entendidos de por medio.

—Si lo miras a él no me voy a enojar, no somos nada todavía y tanto tú como yo, tenemos derecho de mirar a otro lado. Eres muy linda y soy consciente de que puede haber alguien allá fuera que llame tu atención más que yo, pero mientras sea mi momento, lo aprovecharé.

Ese comentario lo tomé de distintas formas.

La primera, lo que dije te hirió o sentiste que estaba jugando contigo y te abandonaría en cualquier momento.

La segunda, te estás viendo con alguien más y solo lo mencionas para justificar el hecho de que no somos nada y por ende no tienes que serme fiel.

La tercera, ninguna de las anteriores, simplemente sabe que esto no durará mucho, es algo pasajero y no se ve en un futuro conmigo.

—Pero yo no quiero mirar a otro lado si te tengo a ti, contigo me es más que suficiente —recalqué.

«Yo te amo, solo quiero estar contigo» pensé, pero nunca fui capaz de decirlo. No quería que se sintiera presionada o peor aún, que se alejara de mí por esa confesión, así que simplemente decidí darle su tiempo, esperar a que en un punto se sienta cómoda conmigo y pueda decirlo sin hacerla sentir mal.

Me quedé con ella hasta que mi padre me reventó el móvil de llamadas.

"¿Por qué todavía no me has avisado que te vaya a buscar?" 

"Ya es tarde, Briella, dónde estás?" 

"¿Con quién estás?"

Siempre era lo mismo.

Solía tener una buena relación con mi padre, pero luego de lo que pasó en mi familia, nada ha sido igual entre nosotros.

Andamos en constantes discusiones, porque no tolero su comportamiento y a él no le gusta el mío.

Pero todo se puso incluso peor, cuando se enteró de mis sentimientos por Maeve, nunca quise escapar tanto de mi realidad como ese día, ya tenía el miedo constante de si mi familia me aceptaría por los sentimientos tan intensos que comenzaba a tener por una chica. Me veía en un futuro con ella y eso era lo que más me aterraba, porque solo pensaba en el constante "¿Y si no puedo manejarlo?", "¿Y si todo sale mal?", "¿Abandonaré a mi familia por ser fiel a mis sentimientos por ella o simplemente me traicionaré a mi misma alejándome de ella para quedar bien con mi familia?"

Esos pensamientos eran mi constante dolor de cabeza.

Esa noche él me pasó buscando y no me di cuenta en el momento que llegó.

Solo sé que Maeve había decidido acompañarme en el estacionamiento, para no dejarme sola, como siempre solíamos hacer.

—Brie, si llega tu papá y nos ve, me voy a morir. Creo que mejor me alejo, porque tu padre me da miedo.

—No te vayas, quédate conmigo, él todavía no llega y cuando lo haga, seremos dos amigas como si nada. No sabe lo que siento, así que no puede prohibirme tampoco tener amigas.

Ese fue mi primer error, confiar ciegamente en que mis padres jamás se enterarían antes de yo poder decirles.

Los padres siempre lo saben todo, incluso cuando ni siquiera tú mismo sabes en realidad lo que ocurre en tu propia vida.

Tomé su mano sin apartar la mirada de sus ojos y aquella sonrisa que tanto deseaba recordar a detalle por siempre.

No hacíamos nada malo, nunca hicimos nada malo, siempre todo fue demasiado inocente entre nosotras, algo muy puro, para mí real y significativo, algo que dejó una marca en mi vida, una huella inexplicable que nunca fui capaz de borrar por completo, porque solo podía aferrarme a esos recuerdos...

Lo único que sabía me quedaba de ella.

—Briella —me llamó mi padre, interrumpiendo nuestra burbuja.

Mi corazón saltó de mi pecho, mis nervios que anteriormente luego de aquel abrazo, se habían disipado poco a poco, aumentaron nuevamente.

Maeve soltó mi mano rápidamente, yo estaba demasiado en shock para poder hacerlo, solo sé que no recuerdo casi nada de esa noche.

Todo lo veo borroso entre mis recuerdos, no sé si me despedí de ella, no sé cómo se sintió o cuál fue su expresión en ese momento.

No recuerdo si se fue de inmediato sin decir nada o simplemente se quedó viendo como me alejaba con mi padre.

Estaba tan asustada por lo que tendría para decirme, pero ese fue el problema.

Que de ahí en adelante, no dijo nada.

Absolutamente nada. Todo en él cambió drásticamente, su actitud conmigo dejó de ser civilizada y ahora lo único que sabía y tenía totalmente claro, era que quería escapar de mi casa lo antes posible.

Creí que nada podría empeorar lo que inició en ese momento.

Pero este solo fue el inicio de un constante desastre que acabó sin duda alguna con cada parte de mí durante los siguientes dos años.

AAAAAAHHHH!!! Estoy :00 

¿Tienen alguna idea de lo que significa ese final? QUÉ EMOCIÓN.

Bueno, ¿Qué opinamos hasta ahora? Yo la verdad no sé que pensar, entiendo mucho la parte de Maeve, empatizo mucho con ella porque sí hay ciertas actitudes de Brie que son medio tóxicas, PERO EN SU DEFENSA, está chiquita, hay que cuidarla. Es su primer amor y no sabe como manejar tanto.

Por otro lado, me da tanto sentimiento la reacción de la familia de Brie con todo esto, ya más adelante entenderán muchísimo más el por qué de cada uno de sus comportamientos porque literal para mí ellas dos son el claro ejemplo de "persona correcta, momento equivocado" :))

Ahora sí, eso es todo por hoy.

Besos,

Paola Velásquez.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top