Capítulo 2
Sofía Montes
¿Esto es un internado? Joder, parece un castillo.
- Tú debes ser Sofía Montés - afirmó una chica que estaba parada frente a mí.
Deje de mirar alrededor y le preste atención a la chica. Apenas mis ojos se posaron en ella fui capaz de notar su falsa sonrisa y no entendía la razón, pero supuse que era por el cansancio de hacer esto seguido.
- Esa soy yo, ¿Y tú eres? - le pregunté.
Ella sonrió y se tiró su largo cabello rubio aparentemente teñido para atrás. Me recuerda a mi madre.
- Soy Karla, la encargada de dar la bienvenida a los nuevos estudiantes - dijo colocando ambas manos en su cintura.
Ok, había que admitir que era muy atractiva... Pero a metros se notaba que era una persona falsa o al menos esa impresión me daba. Sí, sé que recién la conozco y no debo juzgarla, pero hay veces en las que la personalidad de la persona es muy obvia.
Tal vez no sea mala... Pero no es de mí agrado.
- En ese caso, podrías mostrarme el lugar - le pido cortante y la esquive para caminar hasta la entrada del lugar. Puede que no fue la mejor forma de hablarle a un mayor, pero seguía de mal humor por toda la situación y no podía evitarlo.
El primer paso para sobrevivir en este lugar es hacerme respetar.
Aunque no estoy muy segura como lograr eso.
- ¿Puede moverse por favor? No hay que perder tiempo - le pedí al verla quieta en el lugar después de tres minutos.
Se volteó y dando largas zancadas se acercó a mí. Me miro con fastidió, sin embargo no quitaba su estúpida y falsa sonrisa.
Ya sé, soy insoportable y probablemente me odies en este momento. Pero sinceramente... No me importa.
- Entonces comencemos - me dijo finalmente y abrió las puertas del lugar.
Al entrar cerré las puertas y observé el lugar por dentro.
- Este es el pasillo principal. Ahora todos se encuentran en clases, por eso no ves a nadie por aquí - explicó la razón de los pasillos desérticos.
Asentí y pasé la mirada por todos los casilleros, estos parecían estar personalizados, ya que uno de ellos estaba de color negro y tenía el nombre del dueño en letras blancas.
Santiago. Se llamaba el dueño de aquel casillero, y sonreí interiormente al ver un pequeño diamante en el puntito de la i. Definitivamente estaba en un internado se niños ricos.
- Lindos casilleros, no sabía que se podían personalizar - comenté, ella miró el casillero que miraba y asintió.
- Sólo está permitido para aquellos alumnos que son importantes para está institución - aclaró mirandome con una sonrisa -. Uno de ellos es Santiago, su padre es el dueño de una empresas más importantes del país y debido a eso es importante para esta institución.
- Interesante, pero no es que me interese realmente - murmuré y la miré:- Ahora sigamos con el recorrido.
Ella respiro profundo y me volvió a sonreír falsamente. Ser fastidiosa era un don en mí, podía hacer enojar a cualquiera con sólo decir un par de cosas, pero no siempre fui así, es como si algo me obligará ser de este modo.
Ridículo, lo sé.
- Continuemos... - volvió a dar media vuelta y camino hasta otra puerta.
La seguí sin decir nada.
- Este es el salón de baile - dijo al abrir las puertas.
Entre y era realmente espacioso.
- Esto es genial... ¿Hay más salones como este? - pregunte sin poder ocultar el interés en mi voz.
- Hay varios, hay salón de canto, artes plásticas, de lectura y más, pero ya los conocerás a medida que avance el año - me dijo y volvimos a salir.
- ¿Hay piscina? - pregunte curiosa.
Uno de mis pasatiempos favorito a era nadar y era la única razón por la cual preguntaba.
- Así es, pero tendrás que hacerte miembro del club si deseas entrar - explicó y abrió otra puerta que estaba al final del largo pasillo -. Esta es la cafetería, aquí podrás pedir lo que deseas, el costo de la comida ya viene incluido con la matricula así que no debes preocuparte a menos que quieras pedir algo exclusivamente para ti que no este en el menú - añadió.
- ¡Es la cafetería más grande y lujosa que he visto en mi vida! - exclamé sorprendida y vaya que he visto muchas.
¿Eso es oro...?
Me pregunté al ver el detalle de las paredes.
Habían mesas de blanco y negro, las sillas eran de lo contrario al color de las mesas y se veían realmente cómodas. A mi izquierda había una larga mesa con varios platillos internacionales y también del país.
Era el paraíso.
- Bueno, sigamos con este recorrido - dijo Karla saliendo del lugar.
Después de mostrarme varios salones más, por fin me mostraría mi habitación que al parecer la compartía con alguien.
- Está es tu habitación - me dice y sacó una tarjeta de su chaqueta, la colocó en frente de un detector y esta se puso en verde, la puerta se abrió.
Genial... Cómo en los hoteles.
Ambas entramos a la habitación. No se parecía mucho a mi habitación, pero estaba sorprendida, no estaba nada mal.
Es una habitación bonita y aceptable. Aunque debía acostumbrarme a tener que compartir con otra persona la habitación.
- Es hermosa... - susurre para mi misma y corrí hasta mi cama, me senté en ella y di pequeños saltos sin poder evitarlo -. Es realmente suave... - pensé en voz alta.
La cama esta aprobada.
- Así es. Bueno, aquí acaba tu recorrido... Bienvenida - dijo y antes de irse me entrego la tarjeta de la habitación y una hoja con mis horarios de clase -. Por hoy puedes faltar a clases, ya que eres nueva. Pero mañana tendrás que asistir obligatoriamente - advirtió y salió de la habitación.
La habitación era gigante, los pisos eran de color blanco al igual que las paredes. Habían dos camas, una era la mía que estaba arreglada, la otra cama estaba a unos cuantos metros de la mía con la diferencia de que esa cama estaba desordenada y con ropa encima.
Camine hasta mis maletas - que no había notado que estaban allí - y comencé a sacar mi ropa para colgarla en un closet que estaba de mi lado de la habitación.
Todo era lo mismo, solo que un lado era mío y el otro de la chica que sería mi compañera.
Al terminar, decido tomar una ducha. Saque ropa limpia y me la lleve conmigo al baño. Me bañe y cuando salí me cambié, deje que mi cabello se seque al natural y salí del baño.
- Oh, hola... Tú debes ser Sofía, mi nueva compañera de habitación - dijo una chica acercándose a mi, demasiado para mi gusto -. Eres bonita... Espero que no seas como Lola o Summer - dijo susurrando lo último.
- Gracias por lo de bonita. Y no sé quien es Lola y Summer... Así que no sabría decirte si soy como ellas. - le dije con una sonrisa.
Segundo paso para sobrevivir a este lugar es tener amigos. Debo ser amable.
- Da igual, bienvenida. Soy Lila Pérez, un gusto conocerte Sofía - me dijo y alzó su mano, la acepté gustosa.
- El gusto es mío, Lila - digo sonriendo y separe nuestras manos.
Ella volvió a sonreír y se fue nuevamente a su cama, comenzó a buscar algo entre sus cosas.
Aproveche eso y la examine. Su cabello era de color gris y su piel era tan blanca como la nieve, su rostro tenía rasgos muy lindos y femeninos. A distancia se notaban sus curvas, sin embargo no era muy dotada por delante.
Solo teníamos unas cuantas cosas en común físicamente, una de ellas era que yo tampoco era dotada por adelante, sin embargo tenía curvas... Que ni idea de donde salieron ya que ni siquiera hago ejercicio.
Genética, supongo.
- ¿Y hace mucho que estás aquí? - pregunté mientras me sentaba en mi cama.
- ¡Si! - exclamó cuando encontró lo que buscaba. Se levantó y me miró con una sonrisa algo tensa -. Respondiendo a tu pregunta, también soy nueva aquí, llegue ayer. Ah... quería mostrarte esto, creo que te ayudará - me dijo y me entregó un ¿libro?
Lo agarré y lo abrí confundida. Había fotos de varios chicos y abajo de cada foto estaba el nombre de cada uno.
Era el Anuario Estudiantil.
- Vaya... Gracias, ¿Éstos son todos los alumnos? - pregunté mientras pasaba las páginas.
Ella se sentó a mi lado.
- La mayoría, pensé que te ayudaría... Así que te lo di - me dice, acto seguido me quita el libro y pasa varias hojas -. Mira, esta chica de cabello negro es Summer y esta chica pelirroja que esta a su lado es Lola - me dijo mientras hacia una mueca de desagrado.
Miré con atención a ambas chicas. La pelinegra sonreía muy exagerado y sus pechos resaltaban demasiado gracias a su escote. Por otro lado, la pelirroja sonreía delicadamente pero su escote resaltaba igual o peor que la de Summer.
- Aparecen agradables. ¿Por qué las odias tanto? Apenas y las conoces - le pregunté confundida, ella río incómoda.
- Es por eso mismo. Apenas y llegue ayer, te juro que no han dejado de molestarme e incluso hizo que en menos de dos horas yo termine en la enfermería debido a una caída "accidental" - cuenta con molestia y volvió a pasar algunas páginas, se detuvo en una y con su dedo redondeo a cinco chicos, todos eran muy atractivos -. Ellos son los príncipes, así les dicen todas y todos. Los cinco tienen demasiado dinero, ya que vienen de familias adineradas o por herencia. Bueno... Todos son adinerados aquí, pero no tanto como ellos. Por eso son los príncipes de aquí, sin embargo los cinco son muy misteriosos y no hablan con nadie más que con los de su grupo... Hay varios rumores, pero solo se quedan en rumores - aclara mirando a cada uno.
- ¿Y quién es el líder? - pregunté con repentina curiosidad.
- Apuntas alto - se río y luego se aclaro la garganta -. Él... - dijo y lo señaló con el dedo -. Ryder, su padre es el dueño del internado y no se que más - explicó y cerró el libro, se levantó y lo guardo.
- Es sexy - comente con una sonrisa, extrañamente aquel chico me dio una extraña sensación. Lila se ríe y se sienta en su cama.
- Los cinco lo son... Él últimamente a estado muy alterado y eso a creado nuevos rumores, como por ejemplo que es un drogadicto y cosas así - me cuenta con una sonrisa y se acuesta en su cama.
- ¿Te enteraste de todo eso en un día? - pregunte sorprendida mientras me levantaba a apagar las luces. Era temprano, pero ella se veía cansada y yo solo tenía ganas de dormir después del viaje.
- Te estás enterando de todo esto en menos de treinta minutos, así que es posible. Te enteras de mucho en un día. Ya verás mañana... Bueno, te veo más tarde - dijo y se tapó con sus sábanas después de tirar toda su ropa al suelo -. Después lo arreglo, no hay drama - me dice al ver que la observo con una media sonrisa.
- Hasta más tarde, Lila - digo y me acomode mejor en mi cama.
Cerré mis ojos intentando dormir... Pero no podía, aquella sensación de familiaridad que sentía era rara y sin sentido.
¿Por qué sentía que estaba en casa?
[❤]
Nota de autora:
Espero que les este gustando la novela. Comenten que les parece hasta ahora ❤
Besos y abrazos.
- RadianteUnicornio.
( Editado )
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