Por el campo de entrenamiento de la familia Loki cierto albino iba caminando a paso lento en dirección donde una amazona que estaba sumergida en su entrenamiento.
No hace mucho había despertado en la enfermería de la familia dándose cuenta que estuvo inconsciente por todo el día de ayer para su vergüenza.
—de verdad que me golpeo fuerte —pensó aún sintiendo el dolor del golpe marcado en su cuerpo.
Tenía que disculparse con Tione por haberle hecho perder el tiempo el día de ayer.
—T-Tione-san —llamo el albino al ya estar frente a la amazona la cual salio de su mundo de entrenamiento para ver al albino.
—¡Bell! —exclamo esta acercándose rápidamente hacia él—. ¿Cómo estás? ¿Ya te recuperaste?.
—un poco, de verdad golpea muy fuerte Tione-san —dijo riendo levemente.
—¡Perdón! —se disculpo un poco avergonzada por lo que hizo—. Me terminé emocionando de más en el combate y te golpee muy fuerte, no era mi intención dañarte de esa manera.
—no se disculpe Tione-san, estoy consciente que hay accidentes así en los entrenamientos.
—si pero tú confiabas en mi para aprender a combatir mejor y lo único que te enseñé fue como quedar inconsciente en dos segundos —dijo con una sonrisa nerviosa—. Parece que no soy tan diferente a Ais y Tiona después de todo.
—de hecho según Loki‐sama mi resistencia subió mucho asi que algo bueno salio de eso —dijo buscando el lado positivo para que la amazona no se sintiera tan mal.
—bueno, si tú lo dices —susurro no muy convencida—. Aunque te entenderé si ya no quieres entrenar conmigo, no creo que quieras recibir otro golpe así si me llego a emocionar otra vez.
—¡Se equivoca! Quiero seguir entrenando con usted y recibir ese tipo de golpes —dijo con una expresión llena de determinación.
—¿Eh? ¿Acaso eres masoquista? —pregunto con sorpresa.
—¡No! Pero si a base de golpes tengo que hacerme fuerte entonces los recibiré con gusto —exclamo sin borrar su expresión—. Será un gran honor seguir siendo su alumno Tione-san.
Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de la amazona al escuchar eso sintiéndose un poco halagada.
—jeje por un momento pensé que ya no querías entrenar conmigo —dijo recordando como se sentía un poco desanimada cuando se puso a pensar en ello.
Se sentía emocionada de tener un pupilo como Bell y enseñarle todo lo que sabía y mucho más al saber que él albino era un chico muy talentoso.
Contribuir al crecimiento de alguien así de verdad la emocionaba.
—bien si insistes entonces con mucho gusto seguiré siendo tú maestra —dijo con una sonrisa orgullosa—. Estoy segura que cuando seas un gran guerrero el capitán me elogiara por mi esfuerzo al entrenarte.
—me esforzaré para que el capitán la elogie —prometió Bell sabiendo el interés que tenía ella por Finn—. ¡Ahora comencemos el entrenamiento!.
—por mucho que quiera entrenarte ahora tendremos que dejarlo para mañana.
—¿Eh? ¿Porque?.
—es obvio, tienes que descansar, no fue cualquier puñetazo el que recibiste ayer, se nota en tú rostro que aún sigues adolorido.
—m-mentira, aun aguanto —tartamudeo con una sonrisa nerviosa.
—que no, como tu maestra te ordenó que salgas del campo de entrenamiento y vayas a descansar —dijo cruzándose de brazos—. Los demás deben de estar desayunando así que ve tú también.
—esta bien —susurro desanimado viendo que no podría convencerla—. ¿Usted no desayunara Tione-san.
—nop, yo desayuno después de los demás, a parte que espero a la tonta de Tiona, ella aun sigue dormida.
—jeje Tiona-san tiene el sueño pesado —dijo con una sonrisa nerviosa empezando a caminar—. Entonces me voy y perdón por distraerla.
—no te preocupes y come bien para resistir los puñetazos que te daré mañana —advirtió haciendo que un escalofrío pasara por la espalda del albino.
—c-claro.
Y con la platica finalizada Bell se dispuso ir al comedor para desayunar y ver que haría por el resto del día.
Quizás iría al calabozo o también podía entrar a la biblioteca y estudiar un poco para aumentar sus probabilidades de despertar magia aunque ya estaba consciente que eso sería difícil.
—creo que iré al calabozo, por alguna razón me siento un poquito más fuerte —pensó ansioso.
Aunque esa emoción se borro al recordar cierto detalle que había olvidado.
Ayer muchos habían visto su pequeña pelea con Tione, en pocas palabras lo vieron hacer el ridículo al intentar derrotar a alguien muchos niveles encima de él.
—de seguro pensaran en lo patético que me vi —pensó con una sonrisa nerviosa—. Solo espero que a todos se les haya olvidado lo sucedido ayer.
Y con esos pensamientos Bell llego a las puertas del comedor abriendo lentamente las puertas viendo que casi todos ya se encontraban desayunando.
—bien, parece que nadie se acuerda de lo que sucedió ayer —pensó Bell aliviado al entrar al comedor y ver que todos seguían tomando su desayuno tranquilamente sin tomarle importancia.
Eso lo alivio soltando un suspiro, por un momento pensó que se burlarian de él por el "ridículo" que hizo.
Así que ya aliviado tomó su bandeja con comida y se fue a sentar al lugar más apartado del comedor, un lugar en el que sólo el comía aunque a veces Line lo acompañaba.
Pero ni pasaron ni dos segundos de que se sentó cuando un grupo de personas se acercaron a él, cada uno con expresiones de curiosidad.
—¿Eh? —dijo Bell desconcertado.
—¿Te molesta si nos sentamos contigo Bell? —la que hizo esa pregunta fue la gata Aki la cual estaba junto con Raul, Alicia y Cruz.
—p-para nada, pueden sentarse —dijo Bell nervioso.
Al recibir la aprobación de Bell todos se sentaron en la mesa para poder platicar con el albino el cual no sabia que era lo que estaba sucediendo.
—oye eres increíble —elogio la gata al momento en que se sento—. Los movimientos que hiciste ayer con la espada no eran de un novato.
—¿M-Movimientos? —dijo confundido.
—yo cuando era nivel uno a penas podía balancear la espada de un lado a otro pero tú ya pareces casi un profesional en ello —comento Raul mientras comía su desayuno.
—no sabia que fueras tan fuerte ¿Cuando revelarías a la familia que eres alguien talentoso? —pregunto la elfa Alicia con una sonrisa sentada a la par de Bell.
—sin duda alguna fue una batalla increíble -dijo Cruz—. Me sorprenden tus habilidades.
—¿Eh? —dijo Bell avergonzado no estando acostumbrado a recibir tanta atención.
¿Acaso no venían a reírse de él? Pensaba que había hecho el ridículo ayer pero en vez de eso estaba recibiendo elogios de ellos ¿Tan bueno era peleando?.
—jeje creo que lo pusimos nervioso de tantas preguntas —rio Aki al ver como el albino se había sonrojado.
—a-ah no h-hice la gran cosa —tartamudeo Bell—. Fui completamente superado por Tione-san, no es algo de admirar.
—¿Bromeas? Escuche de parte de Line que tenias baja autoestima y veo que es verdad —dijo la gata—. Todo este tiempo creí que te habías convertido en soporte por no poder luchar pero después de verte ayer puedo decir con seguridad que tienes un gran talento.
—¿Usted cree? —pregunto con un brillo en los ojos.
—obviamente.
—si quieres puedes unirte a nuestros entrenamientos por las tardes —propuso Raul con una sonrisa dispuesto a ayudar a un compañero.
—y si quieres puedes ir con nosotros al calabozo, así podrás adquirir más experiencia en combate —dijo la elfa Alicia.
—¿E-Estan seguros? —pregunto Bell con sorpresa.
—claro, será un gusto tenerte en el grupo —dijo Aki rascándose su mejilla avergonzada—. Perdón por no acercarnos antes a tí, desde hace meses queríamos hablar contigo pero cada vez que queríamos hablar siempre desaparecias o te mantenías alejado del resto, creíamos que quizás no te caiamos bien o algo así.
—¡Claro que no! —negó rápidamente Bell no queriendo que se hicieran malas ideas.
Tan sumergido estaba todo este tiempo con su baja autoestima que no se había dado cuenta que el resto de la familia quería interactuar con él pero sin querer los estaba alejando.
Se sentía un estúpido.
—vaya, eso es un alivio —dijo Raul—. Entonces ¿Que dices? ¿Te uniras a nuestro grupo?.
Bell solo vio con sorpresa a las cuatro personas que estaban con él, todo este tiempo había querido formar un grupo aunque sea con un miembro de la familia, a veces iba junto con Line al calabozo pero ella ya estaba en un grupo aparte y ahora él tenia también esa oportunidad.
—¿E-Estan seguros? Soy débil, a penas soy nivel uno.
—todos comenzamos siendo unos novatos —comento Alicia—. Verás que con el tiempo iras mejorando.
—vamos Bell, cuando llegaste a la familia te queríamos unir al grupo pero siempre te alejabas, di que si —insistió la animada gata.
—ejem, tal vez no seamos el mejor grupo de la familia como el de Ais pero damos todo nuestro esfuerzo para seguir adelante —dijo Cruz.
—¿Que dices Bell-san? ¿Aceptas? —volvió a preguntar Raul.
—y-yo.....
Si fuera el Bell de hace unos días atrás se hubiera negado rápidamente diciendo que no quería ser una carga para nadie y después irse rápidamente antes de que le dijeran algo más.
Pero ya no, había prometido esforzarse y eso es lo que haría.
—¡Claro! —acepto con una sonrisa de felicidad de por fin tener un grupo.
—buena elección Bell —dijo la sonriente gata—. Bienvenido al equipo.
—¡Bienvenido!.
—¡Gracias, prometo esforzarme!.
Ahora con el nuevo integrante del equipo todos empezaron a comer animadamente mientras platicaban y le hacían una que otra pregunta a Bell el cual a pesar de estar aún un poco nervioso respondía con una sonrisa.
Mientras a lo lejos en distintas partes del comedor tres mujeres miraban felices esa escena.
—me alegro por ti Bell-san —pensó Line sentada en una mesa junto con Elfy y Lefiya—. Esfuérzate.
—jejeje mi pequeño Bell-tan esta creciendo —pensó Loki limpiándose una lágrima de orgullo—. Es muy triste cuando dejan el nido.
Y a lo lejos Riveria observaba con una pequeña sonrisa como Bell platicaba alegremente con su grupo.
—verás que pronto superaras tus miedos poco a poco Bell —pensó la elfa—. Aunque creo que te aconsejare que no hagas nada arriesgado, después de lo de ayer me he dado cuenta que eres alguien que se lanza al peligro sin dudar, eso es de admirar.......y también algo preocupante.
Más tarde tendría una pequeña platica con él albino.
Tiempo después.
Ahora ya con el desayuno terminado todos se disponían a irse para comenzar su día al igual que Bell.
—por cierto —llamo Bell a su nuevo grupo el cual ya se disponía a irse.
Ese día ellos no irían al calabozo ya que tenían trabajo como miembros de la familia, faltaban unas semanas para que comenzará una expedición pero tenían que prepararse antes.
—¿Que sucede? —pregunto Aki.
—con mucho gusto iré con ustedes al calabozo pero respecto al entrenamiento lamento decirles que no podré, ya le prometí a Tione-san que entrenare con ella todos los días —explico esperando que no se enojaran.
—¿Con Tione?—dijeron los cuatro sorprendidos.
—cielos viejo, tú si que no le tienes miedo a la muerte —comento Cruz recibiendo un codazo de Raul.
—así que esa es la razón por la cual estaban peleando ayer, estaban entrenando —dijo Alicia entendiendo todo.
—bueno entonces no hay de otra —dijo Aki un poco desanimada—. Pero si alguna vez Tione no está entrenando entonces puedes unirte a nuestros entrenamientos.
—s-si, nosotros somos más tranquilos, Tione-san a veces es un monstruo —dijo Raul con una sonrisa nerviosa.
—¿A quien le dices monstruo?
El chico pelinegro se congelo al escuchar la voz de la amazona detrás de él dándose lentamente la vuelta encontrándose con su expresión enojada.
—eres muy gracioso Raul, si quieres puedes retarme a otro combate como el año pasado, esta vez me aseguraré de dejarte en coma por un mes completo —amenazó tronando sus nudillos.
Raul asustado por la amenaza decidió retroceder y esconderse detrás de Cruz.
—y no se que están planeando pero Bell es mi pupilo —dijo Tione acercándose a Bell y darle un medio abrazo con uno de sus brazos—. Así que busquen otro.
—vamos Tione, sería bueno que Bell aprendiera un poco de varios miembros de la familia —pidió Aki no intimidandose por la amazona.
—no, yo lo forjare, yo lo convertiré en un fuerte guerrero, el crédito será mio —se negó manteniéndose firme—. A parte que Bell me pidió ser su maestra personalmente.
—bueno ya que —dijo la gata encogiendose de hombros y dándose la vuelta—. Si algún día quieres unirtenos entrenamos por las tardes.
Y con esas palabras Aki se fue siendo seguida por Alicia la cual se despidió con una sonrisa.
—mañana iremos al calabozo por si quieres acompañarnos —recordó Cruz también empezando a irse siendo seguido por Raul.
—¿Y tú a donde vas? —pregunto Tione tomando a Raul del cuello de la camisa y arrastrarlo hacia ella—. Ni creas que me he olvidado que me llamaste monstruo.
—l-lo dije sin querer —tartamudeo el chico asustado.
—y este puñetazo también será sin querer —amenazó apretando su puño.
—vamos Tione, no lo molestes —pidió Finn acercándose con una sonrisa.
—¡Claro capitán! —acepto rápidamente con una sonrisa de enamorada soltando a Raul el cual sin pensarlo empezó a huir mientras se despedía de Bell el cual solo había observado todo con una sonrisa nerviosa.
—Tione-san da miedo —pensó este anotando jamás insultar a su maestra.
—hola Bell —saludo el hobbit al ya estar frente a ambos—. Vi tú pelea de ayer, estuviste increíble.
—jeje muchas gracias capitán aunque siento que no hice mucho —dijo con una sonrisa avergonzada por los elogios.
—eres habilidoso, no dejes que tú baja autoestima te ciegue —aconsejo mientras Tione se acercaba lentamente a él con intenciones nada santas—. Sabes, algún día me gustaría darte entrenamiento con la lanza, si lo que dice Tione es cierto entonces aprenderás rápidamente a manejarla.
—más vale que aprendas rápido, no quiero quedar como mentirosa frente al capitán —susurro Tione por lo bajo a Bell el cual asintió levemente.
—b-bueno, si no le molesta darme una que otra clase entonces aceptaré con gusto —acepto rascando su mejilla—. Daré lo mejor de mí para no decepcionarlo.
—se que no la harás —dijo Finn dando unos pasos hacia la izquierda con una sonrisa nerviosa ya que Tione se estaba acercando mucho en su lado derecho—. Y si algún día tienes algún problema o algo no dudes en hablar conmigo, ayudare en todo lo que pueda.
Ahora que había visto que Bell era alguien muy talentoso no podía permitir que mandara a la basura todo ese potencial que tenía aunque segun Loki ya no se desanimaria otra vez.
—me pregunto que clase de ánimos le dio —pensó curioso sintiendo como alguien ponía su mano en su hombro pero rápidamente la quito.
—déjese querer capitán —pensó la amazona.
—espero grandes cosas de ti Bell, si me disculpas tengo que hacer mi trabajo —y antes de que la amazona intentará algo más Finn se fue a paso rápido sin mirar atrás.
—se nota que me ama, solo mira como lo pongo de nervioso —dijo Tione con una sonrisa astuta.
—n-no creo que sea por eso —susurro Bell por lo bajo no queriendo enojarla.
—pero el capitán tiene razón, más vale que te esfuerces Bell —advirtió dándose la vuelta—. Yo también creo que serás un gran guerrero.
Y con esas palabras se adentro al comedor dejando solo al albino el cual se sentía un poco nervioso.
Ahora que se habia dado cuenta que muchas personas creían en él sentía mucha más presión en sus hombros pero más que algo malo era bueno para él, de esa manera se esforzaria mucho más para no decepcionar a nadie, principalmente a su madre.
—ya veras mamá, seré un gran héroe —pensó apretando sus puños.
Aunque en eso sintió como alguien toco su hombro atrás de él dándose lentamente la vuelta para ver quien era abriendo sus ojos sorprendido.
—Riveria-sama —susurro al ver a la bella elfa frente a él con una sonrisa.
—¿Puedes acompañarme? —pregunto señalando la salida del comedor.
—e-eh s-si claro —acepto empezando a sentirse nervioso otra vez.
Con la confirmación del albino Riveria empezó a caminar siendo seguida desde atrás por el conejo el cual se preguntaba que quería hablar ella con él.
Al salir del comedor ambos empezaron a caminar por los pasillos uno al lado del otro.
—primeramente déjame felicitarte por formar un equipo con Aki y los demás, encajaras muy bien con ellos —felicito sin borrar su sonrisa.
—g-gracias por sus palabras Riveria-sama.
—me alegra que por fin te estés relacionando con el resto de la familia —dijo con una expresión de alivio—. Por un momento pensé que te mantendrías apartado para siempre.
—jeje —rio nervioso.
—aunque aún así me gustaría decirte algo —dijo optando una aptitud seria—. Solo me basto verte unos cuantos minutos el día de ayer para darme cuenta que eres alguien que se lanza al peligro sin pensar y por lo que dijo Tione esquivaste uno de sus ataques arriesgándote a que tú cuello fuera cortado.
—b-bueno tenía que hacerlo —susurro apartando la mirada.
—había muchas maneras para detener sus ataques pero tú elegiste la más rápida y riesgosa, si Tione hubiera estado atacando más rápido tú cuello hubiera sido cortado.
Bell solo bajo la mirada por el regaño que estaba recibiendo, era la primera vez que Riveria lo regañaba.
—así que esto es lo que siente Ais-san —pensó compadeciendose de la rubia recordando que escucho como recibía horribles castigos de parte de la elfa.
—así que quiero que prometas algo Bell —dijo cambiando su expresión de regaño por una tranquila—. No intentes poner tú vida en peligro de esa manera, se cuidadoso en el calabozo, el más mínimo error te puede costar caro.
—p-pero.....
—prometelo.
—........no puedo prometerlo —susurro no viéndola a los ojos—. Uno como aventurero tiene que tomar riesgos, si quiero ser fuerte y ser un héroe entonces tengo que tomarlos si es necesario.
—me alegra que hayas recuperado tú motivación pero ahora me preocupa saber que clase de locuras harás —dijo soltando un suspiro.
—jejeje solo le prometo que intentaré no meterme en problemas —dijo con una sonrisa nerviosa no pudiendo evitar sentirse feliz al ver que Riveria se preocupaba por él.
Quizás era su instinto de madre como lo llamaba Loki pero aún así se sentía feliz.
—te equivocas Bell —pensó cierta diosa pelirroja escondida observando la interacción de los dos—. Esta preocupación no es la de una madre, aquí hay algo más.
¿Cómo supo lo que Bell estaba pensando? Quien sabe.
—me pregunto en qué momento me empecé a preocupar tanto por ti —pensó la elfa viendo la sonrisa nerviosa del albino—. Y en que momento te empecé a observar.
No supo cuando fue, cuando se dio cuenta sus ojos ya estaban en él observando de reojo como avanzaba en la familia hasta que se desánimo y se convirtió en soporte.
Era un chico interesante y quería saber más de él.
—¿Puedo hacerte una pregunta Bell?.
—c-claro —acepto nervioso.
—¿Porque te esfuerzas tanto? —pregunto curiosa—. Me hace feliz que vuelvas a tener esa determinación y me imagino que es por tu deseo de ser un héroe.
El albino se sonrojo levemente al escuchar eso.
—pero me gustaría saber porque tanto deseo de ser uno, de donde viene toda esa determinación. No estas obligado a responderme pero me gustaría saberlo —dijo viendolo con una pequeña sonrisa.
—e-eh bueno y-yo....se lo prometí a mi madre —respondió bajando su mirada—. Mi mamá nunca quiso que fuera un aventurero, incluso se negó a entrenarme ya que no quería que portara un arma, quería que viviera una vida tranquila fuera de todas esas peleas.
—eso demuestra que tú mamá te ama mucho —dijo conmovida pensando que la madre de Bell era una mujer amable.
—pero yo podía ver que le preocupaba algo aunque no lo demostrará y fue ahí donde el abuelo me dijo que su preocupación era por cierto enemigo que algún día me pondría en peligro, un enemigo muy poderoso —susurro recordando al dragón negro.
No era que su madre tuviera miedo de él específicamente, tenía miedo que esa bestia le arrebatará a su preciado hijo sabiendo muy bien que ella no tendría la fuerza suficiente para protegerlo si algún día llegara a atacar.
Y fue en ese momento en que Bell tomó su decisión.
—entonces se lo prometí, le prometí que me convertiría en un héroe muy fuerte capaz de eliminar a esa amenaza que la preocupaba para poder vivir tranquila, prometí convertirme en su héroe y eso es lo que haré —termino de hablar apretando sus puños con una mirada de determinación.
—eso es algo lindo de tú parte aunque parece que olvidaste esa promesa por más de medio año al convertirte en soporte —dijo la elfa haciendo que Bell bajara la mirada arrepentido.
—no pude evitarlo, creí que el camino del héroe sería fácil pero al entrar a la familia recibí el golpe de realidad, vi lo muy lejos que estaba para ser alguien fuerte.... y eso borro mi determinación —susurro volviendo a levantar la mirada y ver a Riveria—. Pero gracias a usted y a Loki-sama pude recuperar mi determinación, muchas gracias Riveria-sama.
—no siento que haya hecho mucho pero me alegro haber podido ayudar —dijo con una pequeña sonrisa—. Espero que esta vez te mantengas firme y te conviertas en un gran héroe para tú madre, será un gusto ver todo lo que lograrás.
—pondré todo mi esfuerzo para lograrlo.
—ahora si me disculpas tengo que ir a mi oficina a terminar el papeleo, fue agradable hablar contigo, espero que tengamos otra oportunidad para hablar otra vez —se despidió empezando a caminar y alejarse de él.
Aunque la voz del albino la detuvo otra vez.
—Riveria-sama.
—¿Uh?.
—l-la verdad también tengo una segunda razón por la cual quiero ser fuerte —tartamudeo intentando controlar sus nervios.
—¿Y eso sería? —pregunto con curiosidad.
—no.......no será capaz de decirlo —pensó la diosa pelirroja aun escondida.
—quiero ser fuerte para convertirme en el héroe de mi mamá......y t‐también.... —susurro apretando sus puños dudando si decirlo o no.
Pero al ver el rostro de Riveria tomo todo el valor que le hacia falta para decirlo.
—también quiero ser fuerte para ser un hombre digno de estar a su lado Riveria-sama —confesó con una expresión determinada y a la vez avergonzada.
—Bell —susurro la elfa con sorpresa al escuchar esas palabras.
Mientras Loki por poco y gritaba pero tuvo que taparse la boca para no ser escuchada.
—Bell‐tan..........
—s-se que solo soy alguien débil con baja autoestima p-pero........pero me esforzaré hasta que ya no pueda más para convertirme en un gran guerrero......a-alguien digno de usted, aunque sea como compañero, amigo....o algo más.....yo seré feliz si logro mi objetivo —dijo aun no creyendo que estuviera diciendo eso.
Mientras la elfa aún lo observaba perpleja por las palabras que acababa de decir.
Y ya sin poder resistirlo la vergüenza y el miedo empezaron a apoderarse del albino.
—y-y eso s-seria todo, p-prometo no d‐decepcionarla ¡Adiós!.
Y utilizando una gran velocidad Bell empezó a huir aún no pudiendo creer que haya dicho todo eso, cuando sintió ya estaba diciendo esas palabras.
—¡QUE VERGÜENZA! —grito mentalmente dándose cuenta que eso pareció una confesión.
Lo mejor sería ir al calabozo a pelear con goblins para calmarse un poco.
Mientras Riveria se quedó de pie observando el lugar por donde se había ido el albino.
Lentamente levantó su mano y la llevó a su pecho sintiendo como el palpitar de su corazón había aumentado un poco.
Había vivido 99 años, una larga vida con el título de la princesa de los elfos siendo tratada con mucho respeto siendo incluso agobiante para ella.
Cada elfo o elfa que se acercaba a ella la trataban como si fuera una diosa que tiene que ser venerada dándole siempre la razón con cualquier tema aunque ella estuviera equivocada, algo que aunque no lo admitía era un poco fastidioso.
Y con el resto de razas aunque era muy reservada con ellos estos ni siquiera intentaban platicar con ella al ser acosados por los elfos, con los únicos que se relacionaba era con los miembros de la familia pudiendo llamar amigos solamente a Gareth y Finn ya que eran los únicos que la trataban con normalidad.
Pero ahora estaba Bell......
Sus palabras de verdad que la tomaron por sorpresa, en sus 99 años de vida era la primera vez que alguien le decía algo así.
"Quiero ser fuerte para ser un hombre digno de estar a su lado Riveria-sama".
—ese tonto —pensó con un muy pequeño sonrojo, casi ni se notaba.
Y aunque lo hubiera dicho otro hombre dudaba haber reaccionado de esa manera.....pero con Bell.....por alguna razón de verdad aceleró su corazón.
Casi parecía que se estaba confesando.
—no, estoy malinterpretando sus palabras —pensó agitando su cabeza y empezar a caminar—. Lo mejor será que comience con el papeleo o nunca terminaré.
Y con esos pensamientos la elfa empezó a caminar sin poder quitarse de la mente esas repentinas palabras que dijo el albino.
Mientras la diosa de las bromas salió de su escondite viendo con una sonrisa el lugar por donde se fue la elfa.
—buen movimiento Bell-tan, la tomaste por sorpresa —pensó orgullosa—. Ya anotaste unos puntos en su corazón.
Aunque debía de admitir que también la tomó desprevenida las repentinas palabras de Bell, jamás espero que hiciera un movimiento de tan alto nivel como ese.
—definitivamente te subestime, esa habilidad que obtuviste me da a entender que tus sentimientos son genuinos, un chico bondadoso como tú es lo que necesita una anciana amargada como Riveria —pensó con burla.
Después levanto sus manos viendo que en ellas tenía un grimorio.
—ahora tengo que buscar la manera para darte esto, con una magia contigo tendrás una buena manera para acercarte a ella, de seguro estará feliz de ser tú maestra —pensó apretando el libro y ver el pasillo.
Talvez estaba haciendo mucho por el albino al darle un grimorio pero por alguna razón quería hacerlo, queria ayudar a ese chico bondadoso que encontro ese dia en un callejón donde le ofreció ser parte de su familia.
—Haré todo lo que esté a mi alcance para ayudarte Bell-tan.
===Fin del capítulo===
Bueno aquí termina el capítulo de hoy espero que les haya gustado si es así voten y comenten que les pareció ya que eso me motiva a seguir escribiendo.
Sin más que decir me despido adiós cuídense y no tomen drogas.
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