🍷Capitulo 3🍷

Mucha gente piensa que nacer en cuna dorada podría arreglar todos sus problemas, que podrías hacer lo que quisieras y comprar todo lo que desees. Que tu único trabajo era ser mimado y esperar heredar la empresa familiar; pero la vida no es sencilla para nadie.

Quizás ellos tenían dinero, pero no afecto.

Inculcados desde de su nacimiento a ser perfectos, a representar con su figura infantil el futuro de la empresa, de demostrar que ellos podían pensar como un adulto y mejorar todo con su labor.

Sus tiernas mejillas sonrojadas, sus bellos ojos brillantes y sonrisas inocentes, atraían a todos los adultos en busca de poder, de servir al más poderoso, de algo de atención y para sus mentes inocentes, eran cosas buenas, eran halagos sinceros, no cadenas que ahogaban su alma.

Por suerte algunos podían escapar, tomar aire y gritar; mientras las calles actuaban como un teatro vacío. O al menos así lo sentía Ainosuke cuando patinaba. Podía reír, gritar de frustración, saltar a grandes alturas, mirar aquellas imágenes urbanas que tenía prohibidas, acariciar esos grafitis en la pared, comer lo que quisiera, conocer personas interesantes, pero más importante, respirar.

El único que sabía de sus escapadas nocturnas era su fiel amigo Tadashi, quien lo esperaba con tranquilidad permitiéndole divertirse como quisiera y tomando el tiempo para avisarle.
Quizás por ello se le hizo sencillo hacer un grupo de "aliados", en donde a pesar de siempre estar ocultando su rostro, podría ser a algo más cercano a su verdadero yo.

Pero hasta entonces sentía que faltaba algo a su vida.

Lo cual era extraño, ya que podía tenerlo todo, incluso si quería afecto solo debía mirar a Tadashi con los ojos tristes y este iría corriendo a atenderlo y hacer lo que él quisiese, aunque significara pasar vergüenza.

Pero un día, cuando su grupo decidió hacer una competencia amistosa con un grupo de otra zona, encontró una flor entre unas bestias. La esbelta figura de aquel joven resaltaba entre los demás, no sabia si por el aura que lo rodeaba o ese exquisito aroma. Sonrió al percatarse de que sus compañeros aumentaban sus aromas, incluso las betas, para opacar el de aquel chico; pero aun así sintió la escena completa, un dibujante o escritor bajo un árbol de cerezo.

Una escena que quería hacer suya sin razón.

Quizás por eso cuando fue su turno de saltar fue mas allá, queriendo destacar de todos, para que esos ojos brillaran al verlo. Y lo logro, pudo sentir esa mirada fija en él, logro distinguir el brillo en los ojos contrarios y aquello, hizo latir a su corazón.

Cuando bajo, rápidamente la bodega abandonada se lleno de halagos, de empujones amistosos y miradas de gracia. Pero para Ainosuke lo mas atrayente, fue ver aquel chico acercarse a él y expresar con su mirada lo asombrado que estaba, su sonrisa deslumbraba, iluminando el lugar. Mientras que sus palabras llenaban el lugar, aunque pronto se callo al darse cuenta de que se había entusiasmado.

Iba a responderle, cuando su grupo se acerco a él y entre risas se burlaron de su princesa nerd; provocando que todos recibieran un golpe por parte del pelirosa, menos un peliverde con la piel trigeña, quien esquivo el golpe y tomo al contrario en un abrazo amistoso, mientras le desordenaba el cabello.

Ellos son amigos

—Les dijimos que teníamos alguien increíble.

—Pues así al menos ya estamos equilibrados. —Respondió con burla amistosa un chico de gorro, quien le sonrío a Shindo sin pena. — ¿Cómo se llama la super estrella?

—Oh, Soy Adam.

Todos se quedaron en silencio, a lo mejor preguntándose si realmente era el nombre real o un seudónimo.

—Bueno primer hombre en la tierra. —El pelirosa se acercó aún más, mirándole fijamente a los ojos. — Demuestra que mereces ese nombre.

—¿No lo demuestre ya?

—Pudo ser un momento de deslumbre, quizás no vi bien. —Esa sonrisa ladeada, los mechones de cabello moviéndose con ligereza y esos ojos brillantes, sin duda hacían latir su corazón.

—Pues si su majestad desea ver más, ¿No debería decirme su nombre?

Ambos se miraron fijamente, sonriendo con orgullo, sintiéndose cómodos en ese lugar. Sin notar de la pequeña burbuja que empezaba a crearse, pero que no logro completarse ante la fuerza de la naturaleza.

—Pues Adam, como te haces llamar. Déjanos presentarnos adecuadamente. —Ojos rojos interceptaron con los suyos, pero estos a pesar de su brillo de asombro, mantenían una niebla que evitaba ver más allá de la persona. Su cabello era corto y de color verde oscuro, con la piel mas oscura que un japonés normal. Pero lo que más llamo su atención era aquel brazo, que cubría los hombros del pelirosa, con firmeza, mientras su cuerpo se imponía a pesar de que no era tan diferente al suyo.

Ambos chicos eran como la naturaleza, un paisaje rural que jamás había visto y que deseaba ver todos los días.

Quizás por ello, cuando terminaron de presentarse paso mas tiempo con ellos, admirando lo que ellos llamaban una amistad molesta de la infancia, saboreando sus nombres en su mente, aunque uno más dulce que el otro.

Koijiro Nanjo y Kaoru Sakurayashiki

Dos desconocidos que se convirtieron en sus alas, que le permitieron sentir la dicha de estar vivo. Pasaron noches patinando entre las calles, entre risas, bromas, datos curiosos. Incluso algunas noches estudiaban, se pasaban los apuntes y planeaban sus viajas al mundo.

Pero lo que mas disfrutaba Adam, era ver la sonrisa brillante de Kaoru. Su entusiasmo al hablar de tecnología y softwares; su mirada de asombro cuando hacia un nuevo truco, su perfil delicado con la fuerza suficiente para dejarte en el suelo, su cuerpo estirándose con elegancia al terminar una rutina y su cabello siendo revoloteado por el viento.

Sin saberlo, quería fundirse en ese aroma a flores de cerezo con ligeros toques de tinta. Aroma que había ido percibiendo de a poco, ya que sus amigos eran recelosos con todos e impregnaban su aroma en el menor; quizás sin tantos aromas opacando la esencia natural de Sakurayashiki, lo hubiera descubierto antes, porque el omega no se avergonzaba de su genero y con orgullo decía ser un omega.

La familia de Ainosuke siempre le había dicho que los omegas eran débiles, desvergonzados, infieles, promiscuos y solo buscaban acostarse con todos para ver si lograban amarrar a un alfa o un millonario con un hijo. Pero al ver a Kaoru todas esas lecciones desde la cuna se esfumaban, porque cuando miraba a Kaoru, sentía que los omegas podían ser seres realmente maravillosos.

Incluso pensó en acercarse a otros omegas, con ayuda de Tadashi, pero le impresiono que no eran iguales a Kaoru. No eran tan bellos, aunque tuvieran la piel perfecta y lechosa; sus sonrisas no deslumbraban como la de Kaoru, sus cabellos no eran tan sedosos, sus manos no eran tan atrayentes, sus piernas no eran tan pecaminosas, sus ojos no brillaban como un sol.

Además, sintió que sus aromas eran empalagosas, molestos e irritantes. No como el de Kaoru, que le calmaba, le hacia sentir en un hogar y aun mas cuando este le acariciaba el cabello solo por su propia diversión.

No lo entendía aun, pero estar al lado de ese chico, hacia latir ferozmente a su corazón.

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— Y entonces la entrevista televisiva es a las...Ainosuke-sama. ¿Se encuentra bien?¬.

Tadashi pregunto preocupado, aunque su expresión no reflejaba su sentir. Su señor estaba apretando con fuerza su puño, dejando los nudillos blancos, mientras sus ojos carmesíes miraban fijo un punto en el vacío.

Situación que cambio radicalmente, cuando el peliazul, lanzo con fuerza su copa de vino a un lado, causando que el liquido se esparciera por el suelo de la oficina y el vidrio se rompiera ferozmente contra la pared.

Cuando ocurrió eso, Tadashi lo comprendió.

Ainosuke estaba sintiendo un dolor abrumador en su cabeza, su cuerpo se tensaba y rápidamente el calor llegaría a su cuerpo. Un ataque de ira, de ansiedad o quien sabe que era. Pero desde hace unos años que la tenía y aunque en esos momentos la mente de Shindo quería a su Eva para apaciguar sus dolores y mareos, solo tenia un alfa frívolo ante él.

—Seguimos mas tarde. —Ainosuke se levantó, caminando hacia el ojiverde y tomándolo con fuerza de la muñeca empezó a tirar de él.

Tadashi sabia lo que tenia que hacer, sabía que debía borrar esas imágenes del pasado, que debía silenciar esas voces y calmar esos dolores. Con su cuerpo, a pesar de que su corazón se rompiese. Por eso se dejo desnudar con fuerza, dejo que su cuerpo cayera sobre el colchon de la cama, mirando como aquella mirada carmesi miraba solo el vacio.
Sintiendo como las manos lo tomaban con brusquedad, como esa voz solo era filosa y nada gentil.

Pero Tadashi lo sabia, tenia que hacer eso, tenia que calmar ese dolor que abrumaba a su amo. Porque su misión era ayudar a Ainosuke, a pesar de todo.

Porque Ainosuke, ya no era aquel chico deslumbrante que amaba recostarse en el regazo de aquel joven de mirada brillante.

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Decidí hacer los capítulos intercalados (sin cantidad fija), entre el presente y pasado. Aunque en ocasiones sera la vision del personaje respecto a algo presente o pasado.
Se señalaría de la siguiente forma:

🌸= Kaoru
🎋=Koijiro
☀=Reki
❄=Langa
🐱o👾=Miya
🍷=Ainosuke
🐍o⌚=Tadashi
💐=Shadow
🍁=Oka

Aunque todos entran, habrá más capítulos con respecto a Kaoru y Reki, ya que siento que con ambos puede formar mas caminos e hilos.
Y si, aunque es Omegaverse no me centrare el sexo como algunas historias por allí, sino como esto los ha hecho tomar decisiones.
Como ser un omega entre alfas, como ser indiferente a su sexo, como sentirse confundido por ello y cosas así.
Quizás no pueda hacerlo como pasa por mi mente, pero primer omegaverse así que... agradecería su ayuda :3

Pd: cuídense estrellitas las amodoro!!

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