Capitulo 2
Las risas de aquellos jóvenes hacían eco en aquella bodega abandonada, las ruedas rozar el suelo y las tablas chocar con los metales y distintos objetos en ella, ayudaban a crear una melodía llena de diversion y calma.
Y a pesar de que eran de distintas escuelas, ahora mismo, todos eran solo amantes del skate.
—¿Que demonios intentan hacer?.—La risas de un par de chicos, atrajeron la atención de los tres "lideres" de aquellos chicos, quienes decidieron acercarse a sus amigos, que tonteaban en una patineta.
—¿Que hacen?.—Pregunto el pelirosa, mirando como uno de sus compañeros estaba abrazado a otro, mientras ambos intentaban mantener el equilibrio en una sola patineta.
—Apostamos que no podrían andar unos metros así, abrazaditos.
—Solo aguantan unos segundos y se caen.—Y como lo dijo, así paso. Ambos chicos se cayeron, causando aun más risas entre los espectadores.
Kaoru suspiro, según la física era bastante complicado encontrar estaturas y pesos que calzaran para mantener un buen equilibrio en alguna tabla. Además debían tomar en cuenta el largo, grosor y otros factores; pero no los diría porque no quería aparentar ser un nerd ante los chicos de Adam.
Pero lamentablemente, su grupo no era precisamente de gente introvertida.
—Sakura-san puede descifrarlo.
—Es verdad, usa tu super poder...ese de cálculos invisibles.
Koijiro no pudo evitar reírse a carcajadas, notando como el oji-dorado suspiraba frustrado y golpeaba a los dos miembros de su grupo que habían hablado.—Vamos, Sakura-chan...
—Vuelven a decirme Sakura-san o Sakura-Chan.... —Se acerco con sus ojos brillantes y una sonrisa escalofriante.—Y deberán olvidarse de tener descendencia.
Los tres jóvenes se quedaron congelados en sus lugares, protegiendo con sus tablas sus queridas partes intimas; causando respeto y mayor gracia al resto de integrantes.
—Pero retomando el tema.—Unas manos delgadas con dedos largos, acariciaron con lentitud la cintura del Omega, quien sintió un escalofrió al percibir aquel aroma a rosas y vino tinto envolverle.—Creo que nosotros podríamos lograrlo.
—Pues me sorprendería mas de que tengas a Kaoru cerca de ti mas de 10 segundos sin ser golpeado.—El peliverde se acerco con firmeza a ambos chicos, ocultando un gruñido al ver aquella mano en esa cintura.—Adam.
Ambos grupos de estudiantes se quedaron mirando a los tres lideres, notando una pequeña tension entre el peliverde y el peliazul de capucha. Pero desconocían el motivo, quizás era la intención de ser el mejor que siempre poseían los alfas o el tema de destacar mas.
—Si lo logramos, todos nos pagaran la cena por dos semanas y ...
—Que sea un mes.—Interrumpio Adam, sonriendo al notar como todos se miraban preocupados.—Y si no lo logramos, nosotros lo haremos.
—Y en los mejores restaurantes.—Concluyo Sakurayashiki al percibir las ganas de apostar del contrario.
Todos los chicos asintieron e incluso agregaron algunos detalles extras a la apuesta, pero ninguno noto como una mano bronceada, se empuñaba al notar aquella blanca mano aun en esa cintura, causando una sonrisa dulce combinada con un sonrojo sutil y enternecedor.
-PRESENTE-
Kojiro movia sus dedos constantemente, estirándolos y doblándolos hasta llegar a un puño; para repetir aquel gesto unas cuantas veces mas. Las ganas de golpear a Adam eran realmente fuertes y se arrepentían de no hacerlo en ese momento, pero la voz de Shadow fue su controlador, permitiéndole llevar a su amigo de la infancia a la sala de emergencias del hospital mas cercano.
¿Como le diría a la pequeña? Le habia prometido un millón de veces cuidar de Kaoru, se habia prometido el mismo de cuidarlos, desde que vio por primera vez ese par de ojos dorados y esas mejillas sonrojadas; promesa que fue en aumento al paso de los años y que habia roto al permitir que Adam volviera a lastimarlo.
—Jamás debí pensar que el podría cuidarlo.—Se reprendió a si mismo, recordando a su inocente sueño de adolescente. —La próxima vez que lo tenga cerca lo golpeare.
—Lo siento, pero ese sere yo.—Kojiro se voltio rápidamente, mirando como a Kaoru, quien estaba afirmándose de la pared, lo miraba divertido, como si lo de anoche no hubiera sido nada mas que un pequeño accidente.—Ahora ven ayudarme, que me estoy cansando de estar de pie.
No pudo evitar soltar una sonrisa.
No porque le causara risa la cantidad de vendajes que tenia, o su porte tembloroso, que le hacia recordar un cervatillo. Sonreía al ver a ese omega digno y orgulloso ante el; el mismo que le enseño que tu segundo sexo no era nada mas que una etiqueta.
—Bien, pero te recuerdo que no soy tu esclavo.
—Corrección lo eres hasta que me mejore, o le dire a mi hija que fue tu culpa.
—¡Hey! No metas a la florecita en esto.
Y así empezaron una discusión como un par de niños, calmando los recuerdos dolorosos de un ayer inolvidable.
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Mientras dos adultos se apoyaban para apaciguar sus dolores y preocupaciones, un adolescente se terminaba de hundir en un mar oscuro y profundo, sin ganas de salir de allí.
¿Para que hacerlo? Si siempre que intentaba algo nuevo, erraba. No importaba cuanto se esforzara siempre habia alguien mejor, alguien que lo sobrepasaba y pisaba, sin notar lo doloroso que era para el.
Siempre fue así, esforzándose, sonriendo para evitar preguntas y siendo animado, energético para calzar con la sociedad a su alrededor, una sociedad en que los betas como el, solo eran un extra en la película. Por ello paso años, ocultando ese pequeño yo, que deseaba ocultarse, llorar, estar solo y hundirse entre los gritos de una voz desconocida que siempre lo juzgaba, que siempre lo rebajaba.
Y tan emergido en aquella bruma, que no noto que sus pasos lo guiaron hacia la calle comercial, como si su cuerpo quisiera dirigirse a ese parque en donde inicio sus primeros ollies. Sonrio entristecido, preguntándose donde quedo aquella sensación de alegría pura.
—Esa es una tabla patética-
—¿Que es esa cosa?
Risas y malas palabras, eso habia escuchado por su derecha, he inconscientemente miro; notando a su antiguo grupo de skate. Inmediatamente indicaron el poco tiempo que estuvo con ellos, entre miradas divertidas y empujones entre ellos.
—Deberías unirte de nuevo a nosotros, la pasábamos bien. ¿Verdad?.—Uno de ellos se acerco sin previo aviso a Reki, tomando por los hombros y atrayéndolo a el, aplicando fuerza en su agarre, acción que causo ciento de recuerdos del pasado y causo sin previo aviso un temblor en Reki.
Aun así, no se permitió intimidar y alejándose de aquella bestia dijo.—No quiero unirme a ese equipo podrido.—No espero mas y continuo.—Solo lo hacían por moda y su supuesto buen acto de enseñar solo era un acto para llevarse alguien a la cama.
Lo habia dicho, lo que siempre quiso decirles, pero tiempo atrás no podia. Estuvo meses con ellos, viendo como chicas y chicos llegaban curiosos por el patinaje, pero esos bastardos solo se aprovechaban de sus sueños y terminaban causando claros momentos de autodesprecio entre ellos, suceso que supuestamente ellos podían cambiar y los volvían a utilizar.
Logro salvar a varios, pero también vio como otros no lo escuchaban y deseaban ser parte de algo a cualquier costo.
Bueno, es raro escuchar a alguien tan insignificante como el.
—¿Acaso quieres una pela?
—Lo pide a gritos.—Y tras eso recibió un golpe con fuerza. Pero en ves de agacharse para recibirlos como hace un tiempo, se mantuvo de pie. Esperando que se enojen, esperando sus golpes, esperando lo peor.
Cada segundo, era una cascada de golpes, puños que terminaban contra su cuerpo causando rápidamente zonas enrojecidas dispuestas a ser moretones. Patadas que le quitaban el aire y causaban mareos al ser recibidas en su cabeza.
Cada segundo era eterno.
Sintió como lo empujaban al callejón, a golpes bruscos. Como tomaban su camiseta para acercarlo mas y volver a golpearlo, con sus puños, con sus piernas o simplemente con el concreto que los rodeaba.
Nunca se quejo, solo comentaba al aire situaciones en el pasado, para hacerlos enojar mas, para recibir mas golpes, y sentirse de alguna forma mas tranquilo consigo mismo.
Pero lo que no estaba en su mente, era que uno de ellos se posicionara sobre el, sonriendo, mientras sus manos bajan a su pantalón.
—No...por favor...no.—Grito con desesperación, sintiéndose pequeño, abrumado por imágenes borrosas en su mente y la asquerosa sensación de ser abrazado.
—Quédate quieto idiota...solo te enseñare a respetar.
—Oye..es-espera no creen que...eso..— Uno de los jóvenes hablo con algo de preocupación.
—¡Tu cállate! Nuestro lindo Reki ya conoce lo que es tener un verdadero hombre entre sus piernas. Uno mas no le hara daño.
—Espera...—El mismo que antes habia hablado, el del pircing en la ceja, ahora tenia el brazo del líder entre los suyos, intentando detenerlo con desesperación.— Si ellos saben que lo tocaste...
—Nadie lo sabra..solo nosotros.— Sin mas bajo los pantalones junto a los boxer de Reki, percibiendo una extraña sensación de deseo que iba en aumento.—Además el también quiere...parece un puto omega pidiendo que lo follen. No entiendo como uno de ellos quiso que lo follaras, cuando apenas ere sun hombre...
—Espera..ya ba..
—¡Detenlo! Voy a divertirme. — Y tras esa oración, el de cabellos largos tomo los dos brazos del otro, evitando que siguiera interponiéndose en la diversion del líder.
Nadie escucho, los llantos del menor.
Nadie escucho, las suplicas.
Nadie escucho, las risas.
Nadie escucho como esa alma volvía a romperse en pedazos.
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El atardecer ya se habia apoderado del cielo, cuando las lagrimas se detuvieron.
Reki se habia acomodado la ropa, pero el dolor en todo su cuerpo no le permitían moverse mucho mas, por lo que se quedo sentado mirando un punto fijo en la nada.
Mas tranquilo, al recibir un castigo.
—¡Reki! Oye. ¿Estas bien?.
—¿Gerente Oka?.—Escuchar esa voz, ver el rostro lleno de preocupación fueron una caricia que alivio su adolorido ser.
Oka le pregunto si se habia metido en una pelea, y solo le afirmo esa situación. Diciendo que se sentía extraño, que a pesar de tener todo ese dolor en su cuerpo, se sentía feliz, mas tranquilo de haber recibido los golpes, silenciando sus miedo por lo que aconteció después.
Y conversando con el, se dio cuenta que se odiaba tanto que quería que lo golpearan, que querían que lo castigaran de alguna forma; aunque la situación s ele habia ido de las manos. Pero bueno, no era culpa de nadie, solo suya, el habia faltado a clases, el era quien se sentía miserable, el era el débil que no se podia defender de unos simples betas, el era el extraño que nunca encontraba un lugar.
—Langa es muy diferente a nosotros, también podemos decir eso de Cherry y Joe. Son una clase de persona totalmente diferente a nosotros.
—¿Esta diciendo que no somos una buena combinación?
—Cuando me di cuenta que era diferente a la gente que me rodeaba, deje de agonizar. Deje de compararme del resto..que..
—Pero eso es triste...rendirse, alejarse y...
—Lo es...por ser diferente yo me aleje de quienes amaba Reki, me conforme con vivir lo mas "correcto" posible a pesar de mi estado.— Oka acomodo el cabello de Reki con un amor fraternal, envolviéndolo entre sus brazos, sintiendo como el cuerpo del menor temblaba.— Eres diferente, pero eso no significa que debas alejarte, que debas menospreciarte...solo debes encontrar tu valor, pero por favor...no hagas algo que pueda lastimarte de nuevo...mucho menos así.
Reki quiso llorar, notando como el adulto liberaba un ligero aroma a madera tostada que le recordaba el proceso de hacer patinetas. Se sintió protegido y comprendido.
A su vez, un adulto de cabellos largos se mantenía en su cama, mirando un punto fijo alejado de toda su realidad. Intentando evitar que los recuerdos del pasado se sobrepusieran a lo vivido esa noche. EL no podría perdonarlo, no debía hacerlo; pero su cuello ardía junto a su pecho cada vez que su imagen aparecía en su mente.
—Odio esto...odio ser tan débil.—
Mas encima, su amigo Shadow se encontraba en el hospital y el no podría ir a visitarlo por su estado, temía que Joe no supiera calmar a Langa y Miya al ver al pelirrojo mayor en ese estado o que ocurriría si Reki apareciera en escena.
Tantas preocupaciones en su mente y pecho, causo que volviera a recordar su odio a su segundo genero. Odiaba sentir la presión constante, odiaba sentirse débil, el calor, la sensación de tener que estar allí para proteger a otros, pero lo que mas odiaba era que el se sentía orgulloso de ser omega a pesar de las palabrerías que siempre lo rodeaban. De poder percibir todo eso y poder, de alguna forma calmar a los que estaban a su alrededor.
—Kaoru...debo cambiar tus vendas antes de que duermas.—Entrando al cuarto de Joe, en donde estaba quedándose a dormir, Yamato* entro como si nada.
—Pude haber estado desnudo.
—Mierda...no quiero saber que harías desnudo en la cama de Joe.
—Algo que seguro te fascinaría.
Yamato suspiro entre una risa, acercándose a su amigo para empezar a sacar con cuidado las vendas, revisando como estaban las heridas, deteniéndose al percibir esa marca incompleta en el cuello del pelirrosa.
—Tranquilo, duele menos de lo que crees.
Lo escucho suspirar, pero continuo su labor.
A Kaoru no le importaba mostrase semidesnudo ante Yamato, el siempre fue respetuoso con él y además, el fue quien lo ayudo con su embarazo y lo que le siguió hasta que Kojiro regreso de Italia.
Y quizás ese hecho hizo que sintiera una especie de alegría, al verlo acariciar su cicatriz en el abdomen.—Creo que deberías conseguirte una buena pareja y tener tus propios cachorros ya.
—Sabes que tengo mala suerte con eso...además.—Termino de acomodar las vendas y se dispuso a cepillar el cabello del omega, sabiendo que aquello le calmaba.— Estoy bien así cuidando de mis dos grandes idiotas y la bella flor que cuidan.
—Te estrangularía ahora mismo, pero gana el sueño.—Bostezo.— Dile al gorila que...
—Entre sin hacer ruido y te cuente todo en la mañana...lo se..a pero por favor, eviten hacer algo...no quiero despertar en la madrugada por ruidos raros...recuerda que estas herido.
Y antes de que una almohada golpeara su cabeza, salió del cuarto.
—Florecita, tu padrino es un idiota... —Suspiro con una sonrisa. — Ya quiero tenerte nuevamente en mis brazos.
Y así sin más se durmió.
Desconociendo la gravedad de su amigo.
Preocupado por sus "cachorros".
Aclamando algo de paz.
Agradeciendo una amistad.
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Segundo capitulo!!!
Como ven me gusta mezclar la imaginación, con lo que ya sabemos de la historia; y es normal, ya que quiero planteara ese mismo mundo, pero con el doble genero y sus consecuencias.
Como ven, no solo se tratara de MatchaBlossom, si no también del resto de los personajes y sus respectivos miedos y alegrías.
Yamato, es el chico de gorra y un parche en la nariz, que salió en el grupo de Koijiro y Kaoru en el capitulo 9 del anime.
Quise incluirlo, por dos motivos. Me gusta su diseño y porque necesitaba alguien como un guardian.
"Previa" (Puede ser de cualquier capitulo...me gusta los saltitos jiji)
—No entiendo...me gusta estar con él, pero al mismo tiempo quiero estar con Reki.
—Si no lo iras a buscar, lo hare yo y si lo encontrare.
—Ya lo decidi, mi hija volverá a estar conmigo.
—Deberías ya casarte, tienes la edad perfecta.
—Siempre lo supe, pero prefiero su felicidad.
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