Capítulo 72

No estoy listo. Definitivamente no estoy listo para esto.

—James, ya quédate quieto —Dice Iki mientras intenta acomodar mi corbata —Vamos...

—No estoy listo...

—Claro que sí.

—Definitivamente no.

—¿Que pasó con eso de "sin miedo al éxito"?

—Olvida esa basura. Esto es diferente. Es importante.

—La reunión de bestias también lo era y lo manejaste bastante bien.

—Pero son tus padres...

—Descuida, todo saldrá bien.

—Si tú lo dices...

—Anda, vamos. Tenemos que llegar al restaurante antes que ellos.

—Claro... —Me mira a punto de reír.

—El restaurante fue tu idea. Yo te propuse hacer algo en casa...

—Ya lo sé.

En cuanto Iki termina de ordenarme, se queda viéndome de pies a cabeza por unos cuantos segundos.

—¿Qué pasa?

—Nada —Se acerca a mí y me besa —Te ves muy guapo, Moore.

—Tu estás igual, Beck —Ambos reímos.

Luego varios besos, juegos de manos y el tener que ordenarnos otra vez, salimos del departamento para ir rumbo al Volta Do Mar.

Al menos llegamos antes que ellos.

—Iki —Oigo la voz de la madre de Iki.

—Hola mamá —Saluda a iki con un abrazo y a mí de igual manera. —Hola papá.

—Hola —Se saludan con un abrazo mientras que a mí me saluda con un apreton de manos.

—Entremos —Dice Iki.

Suerte que llegamos antes que ellos. Fueron dos minutos; pero llegamos antes.

En el interior del restaurante, lucho por no demostrar mi nerviosismo. Pero no ayuda el estar sentado frente al hombre serio y progenitor del lobo que amo.

Iki habla con su madre y ríen con suma tranquilidad. Al menos él se da cuenta de mi estado y sujeta mi mano por debajo de la mesa.

Es tan lindo...

—Bueno... —Habla el papá de Iki —Dime, James. ¿A qué te dedicarás ahora? Por el asunto de la condición que les impusieron.

—Sí... Y-Yo... —No puedo evitar tartamudear.

—Tranquilo, chico. No voy a morderte. Hay mucha gente aquí —Iki ríe por lo bajo por la broma de su padre.

—Claro —Río aun nervioso. —Yo... Me dedicaré a enseñar. De todos los trabajos que he tenido, ser maestro me gusta bastante. Aunque como ahora es necesario que duerma, ya no tendré los exámenes listos de un día para el otro. Pero no por eso dejará de gustarme ese trabajo.

—Ya veo. Y ¿qué te gusta enseñar?

—Últimamente fui maestro de literatura y le daba a mis alumnos libros que no eran tan cotizados...

—Historia vampirica, por ejemplo —Dice Iki.

—¿En serio? —Pregunta el señor Ulmer  —Interesante.

—Aunque, supongo que si vuelvo a enseñar, lo haré con material más de época.

—Una vez, James me enseñó un examen y no sabía absolutamente nada. —Ambos reímos.

Poco a poco voy perdiendo el miedo de hablar.

La noche transcurre bastante amena. Todos hablamos, reímos y comemos a gusto hasta que ya es hora de volver a casa.

—Tenías razón Iki —Dice su padre —No fue justo juzgar a James sin conocerlo.

—Gracias, papá.

—James, me equivoqué. Espero que tú e Iki puedan tener una buena vida juntos y que esto que ustedes tienen dure.

—Se lo agradezco, señor —Sujeto la mano de Iki.

La mamá de Iki se despide abarazándonos a ambos y su papá hace lo mismo.

Dijeron que volverían pronto a Bergen para no dejar a Finn y a Caly con el bebé tanto tiempo solos en casa.

Esta noche no pudo resultar de mejor manera. Quedé en buenos términos con los padres de Iki, ambos aceptaron lo nuestro, y ahora solo nos queda estar juntos y seguir con nuestras vidas.

Esto amerita una buena celebración...

Debo decir, que al principio estaba un poco preocupado por como resultaría todo. James estaba muy nervioso por la cena con mis padres.

Le dije que podíamos hacer algo en casa; pero él insistió en que tenía que ser algo un poco más formal.

Me dio gusto que mi papá conociera bien a James. Realmente me quita un peso de encima el que todos estén en paz.

—Al fin... —Digo mientras lo abrazo. —Todo terminó.

—Sí... —James ríe por lo bajo sin soltarme.

Poco a poco vamos poniéndonos cada vez más cómodos. Cada vez más cerca de la habitación. Cada vez con menos ropa que nos estorbe.

—¡Woh! —Me sorprendo al caer sobre la cama mientras James me mira desde arriba —¿En qué piensas? —Él sonríe.

—Pienso... en que esto me estorba —Dice jugando con mi cinturón.

No podemos sentirnos más libres como en este momento. Poder disfrutar de cada parte de nosotros sin el miedo a ser descubiertos o con el peso de pensar de que lo que hacemos está mal.

Realmente amo a este vampiro. No hay nadie más con quien quisiera estar.

Nadie más con quien quisiera tener estos momentos de felicidad.

—Iki... —Dice mientras me mira acurrucado en mí.

—¿Qué pasa? —Respondo volteando a mirarlo con la escasa luz de luna que entra por la ventana.

—Te amo —Aquello me hace sonreír.

—Y yo a ti. —Ambos nos acomodamos para quedar frente a frente —Amo saber que todo estará bien de aquí en adelante. Que seguiré viendo tus hermosos ojos por la mañana y que podré abrazarte las veces que quiera sin que nadie se oponga —James toma mis manos.

—Ahora solo debemos dar todo de nosotros para que vean que no se equivocaron en su decisión.

—Claro que sí.

A la mañana siguiente, ambos despertamos con la idea clara de lo que debemos hacer.

James se prepara para presentar su renuncia en el museo y comenzar a preparar cartas de presentación en potenciales empleos en universidades. Mientras, yo me quedo en el departamento para buscar buenas opciones de universidades en las cuales estudiar.

—Ya me voy —James se acerca y me besa —Nos vemos más tarde.

—Nos vemos más tarde. Suerte.

—Igual a ti. Te amo.

—Te amo.

Apenas cierra la puerta, vuelvo a mi búsqueda interminable por un buen lugar de estudio.

Oigo mi teléfono anunciar un mensaje.

Joe: Hola, amigo. ¿Cómo estás?

Yo: Joe! Genial ¿y tú?

Joe: Trabajando como siempre.

Joe: Oye amigo, ¿cuándo iremos por una cerveza a celebrar tu regreso?

Joe: Por cierto. Gracias por avisar.

Yo: Perdóname. Pasaron muchas cosas.

Joe: Te parece esta tarde.

Yo: Podría ser mañana? Tengo planes esta noche.

Joe: Claro. No veo por qué no.

Joe: Nos vemos, amigo.

Yo: Nos vemos, amigo.

No es que me haya olvidado de Joe. Solo... sí, está bien; entre tantas cosas me olvidé de hablarle a mi mejor amigo. Definitivamente tendrá el beneficio de golpearme por eso.

Apenas cae la noche, dejo lo que estoy haciendo para ir a sentarme en la ventana de la habitación.

Me gusta esta vista.

—Bonita vista, ¿no? —Volteo al oir a James.

—Sí, muy bonita.

Me gusta ver cómo la luna se refleja en el reloj. Pero, más me gusta el que James esté conmigo.

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¡Hey! ¿qué creen?

La historia se acaba en el capítulo 73.

Nos vemos ❤


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