Capítulo 64
Los dos días pasaron en un abrir y cerrar de ojos.
Si tuviera que resumirlos, diría que solo fueron armar maletas, discutir con mi padre e intentar no volverme loco porque Claus no me presta el teléfono.
Y aquí estoy otra vez, en el aeropuerto, a la espera de que en el altavoz se escuche el llamado para abordar el avión que me llevará de vuelta a Londres.
—¿Y tenemos un lugar en dónde quedarnos? —Escucho preguntar a mi padre mientras habla con Claus.
—Pues claro. Tengo reservados dos lugares. Uno para ti y tu esposa, y otro para mí y tu hijo.
—¿Qué Iki se quede contigo? —Pregunta confundido.
—¿Prefieres cambiar y que yo me quede con ella?
Waw, si no fuera porque son mejores amigos, papá ya le habría dado un buen golpe.
—Esto es una clase de juicio, Ulmer. Ustedes son su familia y van para dar apoyo moral aunque tú no estes de acuerdo con Iki. —Mi papá no parece entenderlo —Míralo de este modo. La reunión de bestias es lo mismo que un juicio para los humanos. Solo que aquí solía ser un poco más bélico. En este caso, Iki es el acusado por infracción de varias reglas dentro de la manada; y por otra parte, el otro chico esta involucrado en ello como si fuera un complice. Pero al no ser un lobo, estamos obligados a tomar esta medida. La reunión de bestias. ¿Entiendes?
—Supongo.
—Ahora veo de dónde sacó lo espeso tu hijo.
"Pasajeros del vuelo a Londres, favor de..."
Al fin nuestro llamado.
Mientras mamá y papá se despiden de Finn y de Caly, los espero tomando un poco de distancia.
—Oye —Dice Caly —Suerte en la reunión.
—Gracias.
—Nos vemos hermano.
—Nos vemos Finn, pórtate bien y que Caly no haga estupideces —El ríe y ella gruñe.
—Ya nos vamos —Dice mi padre.
En el avión, papá y Claus decidieron ir juntos para ponerse al día. Al parecer, todo este asunto sirvió para que pudieran hablar.
—Tranquilo, todo saldrá bien —Dice mi madre.
—Define bien...
—¿Qué sería bien para ti?
La miro en silencio, pensando en mi respuesta.
—Bueno... Al principio, cuando llegué a Londres, lo único que quería era regresar a Bergen porque los extrañaba mucho y en parte me sentía culpable por dejarte a ti y a Finn a cargo de papá. Yo... —No puedo mentirle por siempre a mi madre —Les cambiaba un poco la realidad cada vez que hablaba con ustedes...
—Iki...
—Estuve un tiempo viviendo con Joe, varias veces dormí en la calle, estuve en un trabajo que odié hasta que decidí renunciar... —Ella toma mi mano con las suyas —Hasta que llegué a su departamento por un precio que me haría enviarles más dinero a ustedes.—Veo el brillo en sus ojos —Siempre digo que conocer a James fue de pura casualidad... Pero es una de las mejores que me ha pasado en la vida.
—De verdad lo quieres.
—Mucho. Pero...
—¿Qué pasa?
—Siento que estos dos meses lejos nos han estado afectando. Quizás no volvamos a hablar después de la reunión de bestias. Quizás ni siquiera le haya importado el que no lo llamara estos días...
—Ay hijo... —Lo único que hace mi madre es abrazarme. Estoy bien sin que me diga nada.
Ya van dos días que Iki no me llama. ¿Le habrá pasado algo? ¿Estará bien?
¡Cómo odio esto!
No he dejado de darme vueltas sobre la cama pensando en las mil y un cosas que pudieron haber pasado.
¿Estará muerto?
—Deja de decir idioteces, James.
Suerte que pedí permiso de varios días periféricos a la reunión. Obviamente me lo descontarán; pero poco me importa.
Mi mente no deja de dar vuelta en esa última conversación que tuve con Iki.
¿Estamos bien?
—Quizás recordó lo mucho que queria regresar con los suyos. Quizás conoció a alguien más.
Waw, eso solo hizo que me deprimiera aun más.
Mi teléfono suena y reacciono como un loco para contestar.
—¡¿Hola?!
—No, James. No soy Beck —Frunso el ceño al reconocer a Robbie —Lamento desilusionarte, hermano.
—Descuida, no pasa nada.
—Sí, ajá.
—¿Qué pasa?
—Nada, solo llamaba para saber si querías ir a beber algo hoy.
—No estoy de humor...
—Claro que no lo estás. Paso por ti a las ocho. Nos vemos.
—Espera, no... —Colgó —Genial...
No recuerdo la última vez que estuve tan deprimido.
Termino levantándome y abriendo la ventana que tiene vista directa al gran reloj de Big Ben.
—¡Iki! ¡¿En dónde mierda estás?!
Noto que algunas personas miran hacia arriba y otras simplemente me ignoran.
Solo quiero que todo se acabe.
Al caer la tarde, Robbie entra al departamento usando su llave y va directo a mi habitación.
—Te dije que vendría a las ocho.
—Y yo que no estaba de humor.
—Suficiente —Camina hacia mí e intenta sacarme de la cama.
—Suerte con eso. Ya no tienes tanta fuerza como antes de firmar el contrato.
—Mierda, James. Compórtate como un puto adulto.
—Cuando pases por lo que yo, lo entenderás.
—Eso no va a pasar.
—Sí, ajá.
—Ya en serio. Vamos a algún lado.
—¿Por qué tan insistente?
—Nada realmente. Solo intento que no te suicides o algo.
—No haré tal cosa.
—Sí ajá.
—Está bien, solo un par de horas. Luego regresaré.
—Está bien.
Hace meses que no salía a esta clase de cosas. Dejo que Robbie escoja el lugar y todo.
—¿Qué vas a beber? —encojo los hombros —Traenos una botella de whisky, gracias.
—¿Empezarás con algo fuerte tan pronto? Espera, ¿cómo es que nadie te dice nada por ser menor de edad?
—Antes aparentaba ser menor de edad y aun así entraba a estos lugares. —El mesero nos trae la botella —Gracias.
—Bebe con cuidado, recuerda que ahora somos mortales.
—Solo hay que tener cuidado a riesgos físicos.
—Pues que no te mate un auto por caminar ebrio en la calle.
—Estamos cerca de MI departamento, no nos pueden matar en un tramo tan corto.
—Corto cuando no estás ebrio.
—Deja de poner trabas y solo bebe, maldita sea.
Parece un alcohólico en abstinencia. Si fuera el caso, su grupo de "AA" debe estar decepcionado.
—¿Sabes qué es lo mejor de tener dinero? —Bebe un vaso.
—Sí...
—Puedo conseguir todo un poco más fácil.
—Y pensar que tuviste que estar en la cárcel varias veces para entender eso.
Debo decir, que nunca me había sorprendido tanto por ver a alguien beberse una botella de whisky prácticamente solo.
La ventaja de esto es, que ya esta borracho, puedo dejarlo en el departamento y volver a mi burbuja de aparente miseria.
—Eres un agua fiestas... —Dice mientras caminamos. O mejor dicho, mientras camino con él en mi espalda.
—Sí, sí, como digas.
—Podemos seguir bebiendo en el departamento... —Comienza a murmurar.
—Sí, claro. Pero creo que bebiste mucho por hoy.
—¿Te divertiste? Es tan raro verte deprimido... —Se abraza a mi cuello.
Debo admitir que tenía buenas intensiones. No cumplió su objetivo, pero la intención es lo que cuenta.
—Me divertí, hermano. Gracias por obligarme a salir. —Ahora sí se durmió.
Estamos como a cinco minutos del departamento. Suerte que no perdí mi fuerza o llevar a Robbie sí que habría sido pesado.
Desde mi distancia puedo ver a alguien sentado en la escalera de la entrada. Como es de noche no puedo ver bien de quién se trata.
El sujeto parece mirarme y se levanta rápidamente, dejándome verlo mejor con la luz de la entrada.
—Ho-Hola —Dice con una suave y nerviosa sonrisa.
No bebí casi nada.
¿Esto es real?
—I-Iki...
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