Capítulo 63

Falta una semana para la reunión de bestias y justo en este momento tengo a Claus golpeando a mi puerta como un idiota histérico a las siete de la mañana.

—¡Abre la maldita puerta!

—¡Deja de gritar! —Abro de golpe y él se transforma para ser más grande que yo —¿Crees que con eso me asustas?

—No —Me empuja hacia el interior del departamento y entra él también.

—Ya dime qué quieres. Es temprano.

—Discúlpeme por despertarlo, señor problemático.

—¿Qué?

—Felicidades, Iki Beck —Su sarcasmo comienza a incomodarme —En una semana vendré por ti y asistiremos a la reunión de bestias para ver cuál será la resolución de tu situación.

—¿Que no es solo cosa de los grandes?

—Bueno, digamos que a los grandes les resulta algo interesante esta situación y quieren conocer al lobo que echó por la borda siglos de costumbres, reglas y principios, para estar en una relación amorosa con su supuesto enemigo natural.

—Eso suena... comprensible.

—Bueno, solo vine a decirte eso. Nos vemos en una semana.

—Claus —Voltea a mirarme y estiro la mano.

—Claro, casi lo olvido —Desvía la mano antes de que pueda tomar el aparato —No le digas que iras a la reunión. Hablo en serio.

Su voz acaba de sonar más como una amenaza que como una petición.

—Está bien.

Como cada día, marco a su teléfono para que al menos me diga qué hará durante el día.

No me importa mucho sobre qué hablemos. Estoy satisfecho con escucharlo.

Hace varios días que escucho a James como si estuviera nervioso. Como si ocultara algo; pero no me atrevo a preguntar qué le pasa.

Ahora con lo que me acaba de decir Claus, me cuesta un poco concentrarme en nuestra conversación.

—¿Iki...?

—Sí, ¿qué...?

—¿Estás bien?

—Lo siento, estaba distraído. ¿Qué me decías?

Decía... que Robbie disfruta mucho su trabajo y todos están sorprendidos de ver a un chico de dieciséis años tratando con lobos.

—Eso es genial...

—¿De verdad estás bien? Siento que quieres decirme algo.

—Bueno...

—Se acabó el tiempo —Miro a Claus.

—Ya... tengo que colgar.

Está bien —Suena algo decepcionado —Hablamos mañana.

Estoy por alejar el teléfono

Oye —Emito un sonido para que sepa que lo escucho —¿Estamos bien?

—¿Por qué no lo estaríamos? —Pregunto confundido.

Es solo que...

—Suficiente —Insiste Claus.

Olvídalo. Hablamos mañana.

—Hablamos mañana.

Adiós.

—James...Te amo —Lo escucho suspirar una risa.

Y yo a ti, lobo.

Al finalizar la llamada, Claus me mira fijamente mientras miro mi reflejo en la pantalla del teléfono.

—¿Qué pasó con las despedidas empalagosas que me hacen querer vomitar?

—No molestes —Le entrego el teléfono —Nos vemos mañana.

¿Porqué me mira así?

—El alfa me dio la orden de no prestarte el teléfono hasta que se lleve a cabo la reunión de bestias.

—¿Qué? ¿Porqué me lo dices ahora que colgué? —Una encogida de hombros es todo lo que obtengo como respuesta.

¿Por qué este sujeto tiene que ser tan...? Ni siquiera encuentro la palabra adecuada para él.

—Nos vemos en unos días. Hasta entonces, no hagas nada estúpido y no intentes llamarlo por tu teléfono, porque no va a funcionar.

En cuanto Claus se marcha, lanzo mi teléfono sobre la cama y me dejo caer a un lado de este.

¿Será que... esto terminará por acabarse?

Desde que supe que iría a la reunión de bestias, he estado teniendo cuidado de no decírselo a Iki.

Jorah fue muy claro al decirme que no se lo dijera.

Lo oigo tan distraído esta vez...

—Oye —Hace un sonido para que sepa que me escucha —¿Estamos bien?

—¿Por qué no lo estaríamos? —Pregunta.

—Es solo que...

Suficiente —Escucho la voz de Claus. Este sujeto es tan molesto.

—Olvídalo. Hablamos mañana.

Hablamos mañana.

—Adiós.

James...Te amo —Suspiro una leve risa.

—Y yo a ti, lobo.

La llamada se corta y quedo mirando la pantalla hasta que simplemente se apaga.

—Pero parece que estás dudando de eso.

Guardo el teléfono y salgo de mi rincón para dar inicio a los recorridos del día.

Mientras más cerca estoy de la fecha de la reunión de bestias, más nervioso me siento.

Al acabar el día, me sorprende ver que Robbie está en el departamento. Parece tener algo en sus manos.

—¿Todo bien?

—Llegó esto al departamento. Parece importante.

Me entrega el sobre y no espero más para abrirlo.

Es una carta de Jorah.

—Esto debe ser una maldita broma...

—¿Qué pasa?

—Dice que la reunión de Bestias será aquí en Londres —Levanto mirada la hacia Robbie —En este departamento.

—Eso significa que...

—Necesito que él me lo diga.

Saco mi teléfono y marco el número.

—¿Hola?

—Jorah, ¿cómo que la reunión de bestias se llevará a cabo en mi departamento?

Hace siglos que no se lleva a cabo esta clase de reuniones, James. Ellos no tenían un lugar en donde hacerlo sin llamar la atención del resto; y dijeron que podría ser complicado meter a un par de vampiros en tierra de lobos.

—¿No que esas reuniones se hacen con varios integrantes?

Están de acuerdo en que son otros tiempos. Así que habrá un número acotado de miembros en la reunión. En nuestro caso seremos tú y yo, ya que mis iguales dijeron que me hiciera cargo. En el caso de ellos, estará Claus Falk, el alfa de la manada y uno de los grandes.

—Están siendo cuidadosos.

Exacto. Tú has leído sobre estas reuniones y sabes como solían terminar. Esta vez queremos que no termine de esa manera. Yo les ofrecí ese lugar debido al espacio y que el piso de abajo está vacío.

—Ahora entiendo. Gracias por aclararmelo.

Nos vemos.

—Nos vemos.

Así que la reunión de bestias se llevara a cabo en este lugar y solo seremos Jorah y yo.

Al igual que ellos, espero que no termine como en la historia.

¿Qué voy a hacer con tantos lobos en este lugar?

¿Qué haremos Jorah y yo si algo sale mal?

¿Qué puede salir mal?

Debería prepararme para ese día y avisar que no iré a trabajar.

Posiblemente me regañen porque estoy recien comenzando y...

—James —La voz de Robbie me saca de mis pensamientos —¿Estás bien?

—Yo... ¿no?

—Suerte estando tranquilo el día de la reunión.

—¡¿Qué?! ¡¿Cómo que la reunión es en Londres?!

—Cálmate, Beck —Dice Claus. —Apenas lo supimos.

—Iki, siéntate. —Dice mi padre.

—¡¿Cómo quieres que me calme si dice todo a última hora?! ¡Me sacaste de ahí ¿y ahora debo volver?!

—Sí. —Me dejo caer sobre la silla —Te recuerdo que en ese momento estábamos con otro asunto y en un momento estuviste inconsciente.

—Pero...

—No era prudente dejarte en ese lugar sabiendo que corriamos el riesgo de que te descubrieran más personas.

—Claus —Habla mi padre —, ¿cuándo volverán allá?

—Nos vamos en dos días. El alfa y uno de los grandes irán después. Ya tengo todo listo para los cuatro.

—¿Los cuatro? —Claus mira a mis padres —Ustedes dos irán como apoyo de Iki. Al fin de cuentas, esto es un juicio.

Ambos me miran fijamente. Mi padre se ve muy serio y mi madre muy preocupada.

—Ahora ordenen todo lo necesario. Vendré por ustedes en dos días.

Volveremos a Londres en dos días.

¿Sabrá que la reunión será allá?

¿Volveré a verlo?

James...

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