Capítulo 59

La mirada del alfa era realmente intimidante el día que le pedí el permiso para poder salir.

—Veré qué me dicen los grandes. Aunque no creo la rechacen debido a que tienes un buen motivo.

—G-Gracias, señor.

Cuando recibí la aceptación del viaje, estaba listo para salir.

Mi familia fue a despedirme al aeropuerto.

—Mucho cuidado, hijo —Mi madre estaba muy nerviosa porque yo saliera del territorio.

—Gracias por hacer esto —Mi padre no estaba muy de acuerdo en que hiciera el viaje; pero lo necesitábamos.

—Encontraré un buen trabajo y les enviaré dinero en cuanto pueda —Los abracé a ambos para luego abrazar a Finn —Te portas bien, ¿eh?

Cuando llegué a Londres, no tenía ni la menor idea de qué iba a hacer. Hablaba el idioma con fluidez; pero no sabía a quién pedir ayuda.

Salí del aeropuerto y caminé sin rumbo por la calle un buen rato.

—Pareces estar perdido —Un chico se me acercó de la nada —¿Necesitas ayuda?

—Yo...Sí. Acabo de llegar desde Bergen y no sé a dónde ir.

—Yo voy hacia la ciudad y no tengo nada que hacer por hoy. Si quieres puedo darte un recorrido. Al menos por los alrededores que conozco más.

—Claro...

A nosotros también nos enseñaban lo de "no te subas a vehículos de extraños"; pero ese chico se veía muy confiable.

—Me llamo Joe —Estiró su mano hacia mí.

—Iki Beck. Un gusto conocerte.

¿Quién iba a decir que haría un amigo así de rápido?

Primero intenté hacer algo por mi cuenta y terminé aceptando el trabajo en el Forbidden Nights como una de las atracciones.

La paga era buena y podía aumentar con las propinas. Pero no estaba realmente decidido a perder mi dignidad por dinero.

Un mes después, renuncié a ese trabajo. Realmente lo odiaba.

Por varios días estuve en problemas hasta que Joe me dejó quedar en su apartamento y me habló sobre la vacante en el zoológico mientras bebíamos algo.

Me puse muy feliz y no lo pude evitar...

—Santa... Madre... —Tuve que intentar de todo para que no saliera corriendo y gritando que yo era un hombre lobo.

Claro que luego se calmó y, para mi sorpresa, prometió guardar el secreto.

Desde ahí que se volvió mi mejor amigo.

Cuando conocí a Sara supe que no podía quedarme en casa de Joe por siempre. No quería darle ese susto a ella también.

Pasé otros días durmiendo en la calle, diciéndole a Joe y a mis padres que había encontrado un lugar.

Entonces vi esa publicación.

"Se comparte apartamento, llamar para más información".

Entonces nos conocimos.

—Mi nombre es James Moore.

—Iki Beck

Descubrimos que éramos enemigos naturales y terminamos siendo los amigos más extraños del mundo.

Pero con el tiempo... Esa amistad se convirtió en algo más.

—James...

Ambos terminamos amándonos sin importar las consecuencias.

James...

—¡Iki...! —Su expresión de terror me asustó más que mi propia situación.

James.

—James... —Balbuceo.

—¡Está despertando!

No puedo evitar mi confusión al abrir los ojos.

—Tranquilo, despacio.

—¿Papá?

¿Por qué mi padre está en Londres?

—¡Iki!

—¿Mamá?

No lo entiendo.

—¿Qué hacen aquí? ¿Qué fue lo que...? —Me duele la cabeza y solo en ese momento noto la férula en mi pierna. —John me tiró por la escalera y el idiota de Claus me disparó un dardo tranquilizante... —Comienzo a buscar con la mirada —¿Dónde está James? —Ambos se miran —Tengo que...

—Iki —Dice mi padre, intentando calmarme —Él no está aquí. Él se tuvo que quedar en Londres.

—¿Cuánto llevo aquí?

—Una semana.

No sé que decir a eso. Mis padres se ensfuerzan por tranquilizarme diciendo que no me preocupe y que todo estará bien.

Para ellos es fácil decirlo.

Ni siquiera me pude despedir de él.

James...

Ya va una semana desde que se fue.

Claus prometió mantenerme informado y no me ha llamado.

—¡Mierda! —Lanzo una taza contra la pared y Robbie me mira sorprendido.

—Deberías calmarte.

—¡¿Cómo quieres que me calme si no he sabido nada de Iki en una semana?!

Luego de que Iki cayera por la escalera...

—Iki, oye despierta —No respondía —Iki...

—¿Está respirando? —Preguntó Claus.

—Sí, pero...

—Déjalo, está sedado y no va a despertar en un buen rato.

—¡¿Claus?! —Un grupo de hombres aparecen y miran la escena —¿Por qué siempre pasa lo mismo contigo?

—No hay ningún muerto. Ahora preparen todo para irnos. En una de las habitaciones se encuentra Caliata Beck con un cachorro, llévense a este idiota, denle asistencia a Iki Beck y no maten al vampiro.

Los hombres obedecieron sin decir nada.

Al sujeto lo arrastran y piden que estabilicen a Iki. Me toca hacerme a un lado para dejarlos hacer lo suyo.

—Déjanos esto a nosotros —Dijo Claus —Habrá un ligero cambio de planes y debido a lo ocurrido nos iremos todos de este lugar.

—¿A dónde? —Solo me bastó la mirada de Claus para entender a lo que se refería.

—¿Puedo...?

—Lo siento, pero no puedes acompañarlo —No pude evitar mostrarme decepcionado —Si te hace sentir mejor, podría llamarte de vez en cuando para decirte cómo se encuentra.

—Te lo agradecería mucho.

No me iban a dejar acompañarlos hasta el aeropuerto. Por eso Calus dejó que me despidiera de Iki en ese mismo lugar.

—No era así como esperábamos que pasara todo. Como tú dices, solo fue una simple casualidad —Tomé su mano —No sé cuándo volveremos a vernos o si lo haremos algún día... —Acaricié su mejilla y me acerqué a sus labios—Pero lo único que me importa ahora es que estés bien, que despiertes dándote mil y un vueltas antes de decidirte a abrir los ojos, que prepares el desayuno porque soy un real asco en la cocina...

—Debemos irnos ya.

—Te amo —Lo besé en los labios —Que no te quepa duda de eso.

Claus le dio la orden a sus hombres para que se lo llevaran, y al cabo de unos minutos, me quedé a solas con él.

—Será mejor que salgas de aquí. No hables de esto a menos que sea necesario.

—Descuida, no haría nada que lo pusiera en riesgo.

—Nunca creí que haría esto —Lo miro confundido y él estira su mano. —Nunca creí que le daría la mano a un vampiro.

—Siempre hay una primera vez, ¿no? —El sonríe.

—Te mantendré informado desde Bergen...

¡Una maldita semana y no me ha llamado!

Robbie continúa mirándome como si fuera un demente hasta que solo decide huir a la habitación.

Perdí la capacidad de no dormir cuando Renuncié a mi inmortalidad; pero la incertidumbre de no saber cómo está Iki me impide poder conciliar el sueño.

—Iki... Necesito saber de ti...

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