Capítulo 57

—¿Seguro que quieres hacer esto? —Asiento en silencio —Digo, ¿vale la pena?

—Quizás sí, quizás no.

—¿No lo hablarás con él primero?

—No es algo que deba influir en mi decisión, Robbie.

—¿Cuando hablarás con Jorah?

—Mañana, o quizás hoy.

—Aun no me convence el que no quieras que lo haga contigo, ¿no se supone que es mi decisión?

—¿Quieres hacerlo?

—Prometimos hacerlo juntos, ¿no? Además, no le encuentro ninguna gracia el ver cómo mi hermano envejece mientras yo sigo así. Ya no sería muy creíble. ¿Qué pasará cuando tengas ochenta años y yo siga pareciendo de dieciséis?

—¿De verdad quieres renunciar a tu inmortalidad?

—He vivido todo este tiempo haciendo idioteces porque tengo esa ventaja. Y la verdad es, que no tengo una motivación real para hacer nada. Quizás el saber que tengo fecha de caducidad me haga hacer algo. O quizás no —Ambos reímos. —No dejaré que solo tú lo hagas, James. Prometimos hacer esto juntos. Hagámoslo.

Estoy por marcarle a Jorah cuando aparece la notificación de un mensaje de Iki.

Iki Beck: Tendré que quedarme. El papá de Ulrik está aquí y no puedo dejar a Caly sola. Nos vemos mañana.

Yo: Esta bien. Nos vemos mañana.

Yo: Te amo.

Supongo que no habrá problemas en hacerlo ahora.

—¿Hola? Jorah, ¿podrías venir? Hay algo importante de lo que Robbie y yo queremos tratar contigo.

Luego de que me responde, finalizo la llamada y guardo el teléfono.

—¿Qué te dijo?

—¿Estará aquí en un rato?

Renunciar a la inmortalidad es un proceso bastante sencillo y que debe ser realizado con la aprobación de uno de los grandes.

El proceso es básicamente la firma de un contrato, el cual es quemado frente a nosotros hasta solo quedar en cenizas.

Esto no nos vuelve humanos comunes y corrientes. Seguimos siendo vampiros con la mayoría de nuestras habilidades. La diferencia, es que el tiempo comienza a notarse sobre nosotros hasta que simplemente morimos como cualquier otra persona.

—Entonces, ¿Están seguros de que quieren hacer esto? —Ambos asentimos en silencio —Bueno, no se los voy a negar. Cada uno es libre de hacer lo que quiera con respecto a esto.

—Gracias, Jorah.

—Bueno, comencemos.

Son altas horas de la noche y mi única entretención en este momento es el de ver idioteces en internet.

No sé en dónde está John, pero no he dejado de estar alerta en ningún momento.

Yo: Estás despierto?

James no responde.

Quizás se tomó un somnífero.

La noche se me pasó realmente lenta. No quise hablarle a Finn, Claus aun no me ha dicho si volvió a Londres, y John no se vio para nada.

Ya son cerca de las nueve de la mañana y siento que necesito...

—Buenos días, ¿café? —Volteo y acepto el café con una sonrisa —¿Cómo pasaste la noche? —Se inclina para besarme.

—Aburrida. La noche se me hizo realmente eterna. —James se sienta junto a mí y reposo mi cabeza en su hombro —Por lo poco que Claus me informó, John tiene sus propios problemas y son bastante graves. Ni siquiera salió del territorio con permiso de nadie.

—Ya veo... —Lo noto pensativo —Hay algo que quiero decirte. Esto es algo de vampiros; pero creo justo que lo sepas.

—¿Pasó al...?

—Renuncie a mi inmortalidad, Robbie y yo firmamos el contrato con Jorah anoche. Así que... ¡Mierda!

James toma mi vaso de café con una mano mientras soba mi espalda con la otra hasta que logro volver a respirar con normalidad.

No me esperaba eso.

—¿Porqué hiciste eso? —Pregunto sintiendo un poco del café dentro de mi nariz.

—Pues, tarde o temprano iba a hacerlo. Además, creo que he vivido lo suficiente como para creer que sería bueno que los años comenzaran a afectarme.

—Entiendo.

Supongo que no tengo nada que decir a eso. James tiene razón, es cosa de vampiros y su decisión.

—Si está bien para ti, también lo está para mí —Lo veo bostezar —¿Sueño? ¿Tú?

—Sí, bueno... Cuando se firma el contrato, pierdes también una habilidad aleatoriamente. En mi caso, perdí el no necesitar dormir.

—Ya veo. Adiós estudiar de noche. —Ambos reímos.

No pasa mucho tiempo hasta que un olor bastante molesto llega a mí.

—¿Qué te pasa?

—No hagas ni digas nada.

Ambos vemos a John caminar por el pasillo hasta detenerse frente a nosotros.

—¿Es enserio? —Mi única reacción es la de colocar mi brazo frente a James —Ay por favor, ¿de verdad crees que voy a desperdiciar mi libertad en este lugar atacando a un inmundo vampiro?

—Cuidado con lo que dices o te haré callar —Él se ríe.

—¿Defenderás a una rata con alas?

Me pongo de pie quedando frente a frente con John. Soy un poco más alto que él.

—Lo defenderé de quien sea que se refiera a él de esa forma —Leves gruñidos salen de nuestras bocas —No voy a exponer a nuestra especie por tu culpa... Pero que no te quede duda el que no dejaré pasar lo que le hiciste a Caly y lo que le acabas de decir a él.

—¿Acaso es tu novio? Eso sería muy...

—¿Y qué si lo somos? —Ambos miramos a James —¿Tienes algún problema con eso? —Termina poniéndose de pie para luego tomar mi mano.

—Iki Beck es la vergüenza de los lobos, ¿eh? Además de marica, lo hace con un enemigo natural.

Entiendo perfectamente lo que intenta. Está provocándome porque sabe que puede empeorar mi situación.

—Nunca le pediste permiso al alfa para salir —Me mira con seriedad —¿En qué estás metido, John?

—Eso, amigo mío, no te incumbe en lo absoluto. Pero si quieres saber... —James sujeta mi mano con más fuerza —Tendría que hacerte desaparecer.

John desliza su garra desde mi cuello hasta la punta de mi barbilla.

¿Cómo se le ocurre transformarse a plena luz del díay en este sitio en donde deben haber cámaras?

—Aléjate de Caly. No lo diré otra vez.

John se ríe debido a que mi voz sonó temblorosa. Estoy un poco asustado por lo que hace este tipo. También por lo que puede llegar a hacer.

Aun así camina hacia la puerta; pero apenas pone su mano en la perilla, me apresuro en detenerlo.

—Tú lo pediste.

—¡Iki! —Oigo la voz de James luego de que John se volteara para golpearme a puño cerrado en la cara —¡¿Estás bien?!

—Estoy bien —Digo intentando reincorporarme limpiando la sangre en mi boca —Infeliz...

Ambos comenzamos a gruñirnos sin dejar de mirarnos con ojos asesinos.

—¿Dónde quieres hacerlo? —Pregunto.

—Aquí y ahora... —Gruñe antes de simplemente lanzarse sobre mí

Más le vale a Claus darse prisa, porque ahora más que nunca quiero pelear con este sujeto.

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