Capítulo 55
Iki y yo permanecemos abrazados varios minutos más hasta que lo oigo bostezar.
—No has dormido.
—No dormí casi nada. Caly es una tonta por callarse —Restriega su rostro con ambas manos —Su embarazo ya estaba a término y no dijo nada. Aun así vino a Londres, y aun así pensaba en viajar de vuelta a Bergen. ¿Qué hubiera pasado si eso le pasa en el avión? ¿Por qué tiene que ser tan negligente?
—Cálmate. Lo hecho, hecho está. Tu sobrino está bien y ella también.
—Tuve que hacer que Finn se fuera con Claus para luego buscar ayuda. Mamá y papá debieron estar muy preocupados... Me va a oír cuando estemos allá...
—¿Aun así te irás? —Lo interrumpo.
—Tengo que cuidar a Caly. Créeme que no quisiera volver; pero me necesitan.
—Entiendo, de verdad —Lo miro de manera comprensiva —Yo haría lo mismo por Robbie aunque me saque canas verdes.
—Es verdad. —El me mira con una sonrisa cansada. Debería dormir un poco. —Debería ir a ver si Caly está bien. De seguro papá querrá hablar con ella.
Me divierte un poco verlo así de agotado. Pero por otro lado...
—Ven —Sujeto su mano y lo guío hacia otro lugar.
—¿A dónde vamos? —Pregunta mirándome confundido.
—Al baño —Guiño un ojo y él ríe nervioso.
Estoy casi seguro de que a nadie le importó vernos entrar al baño tomados de la mano.
—Estás loco —Susurra en mis labios apenas los despego de los suyos —¿Quién diría que eres capaz de estas cosas?
—Esto es tu culpa —Continúo besándolo mientras sujeto el cuello de su camisa como si estuviera desesperado —No te traje aquí para esto; pero no me pude resistir.
Hago que Iki se siente en el inodoro para luego sentarme a horcajadas sobre sus piernas. Él intenta tocarme por debajo de mi ropa mientras intento desabotonar su camisa.
—Te amo —Susurra —Te amo —Dice entre besos.
—Y yo a ti.
Ambos miramos nuestros torsos sin ropa. No dejamos de reír por la locura que estamos cometiendo.
—No creo que sea una buena idea. —Dice iki, aunque no deja de tocarme ni de besar mi cuello.
Puedo sentir la presión en mis pantalones y la de Iki justo bajo mi trasero.
—Quiero hacerlo ahora —Murmuro comenzando a hacer movimientos con mi pelvis.
—J-James... —Se le escapa un gemido, el cual silencio cubriendo su boca.
En su cara puedo ver que lo disfruta tanto como yo. Poco a poco lo voy despojando de su pantalón mientras lo beso.
—Nos meteremos en problemas en este lugar —Dice desabotonando mi pantalón.
—Pues tengamos más problemas.
No puedo creer que esté haciendo esto.
Estamos teniendo sexo en el baño de un hospital como si no hubiera nadie.
Yo estoy sentado en el inodoro mientras James permanece sentado a horcajadas, moviéndose hacia adelante y hacia atrás, escuchando solamente nuestros gemidos ahogados para no ser descubiertos.
Aunque creo que eso no servirá de nada.
—Te están llamando —Dice James, sin dejar de moverse.
—Deja que suene —Me aferro a su cintura y sigo embistiendo —Ya casi.
Quien sea que me llama es muy persistente. Ya van siete llamadas perdidas y contando.
Termino levantándome sin separarme de James y me sujeto al panel con una mano mientras que con la otra sujeto la espalda de James.
A medida que los minutos avanzan, las embestidas van tomando velocidad, nuestra respiración es más errática, y mi teléfono continúa acumulando llamadas.
—Iki... —El cuerpo de James se tensa al mismo tiempo que siento el espeso líquido correr por mi abdomen. Esa sensación me hace acabar a mí también y solo me dejo caer nuevamente sobre el inodoro sin dejar de abrazarlo.
Ambos permanecemos en silencio sin separar nuestros cuerpos sudoroso. James descansa su cabeza sobre mi hombro y yo apoyo mi mejilla sobre esta.
Luego de que nuestras respiraciones se calman, comenzamos a vestirnos e intentando quedar lo más decente posible.
Termino por lavarme la cara y mojarme el cabello antes de revisar el teléfono.
—Mierda... —James me mira mientras remarco el número —¿Hallo, Far?
Me hace un poco de gracia ver que James no entiende nada de lo que digo. Pero es mejor así, ya que mi padre está realmente enojado.
—¿Tienes idea de cuántas veces te estuve llamando?
—Lo siento, estaba ocupado.
—Intenté llamar a Caly, pero tampoco se ha dignado a contestarme.
—Sí, bueno...
—Claus habló con el alfa y dijo que podían reducir la espera a cuatro días.
—¿Cuatro días?
—Hasta entonces tendrán que quedarse. Y espero puedas no empeorar tu situación.
Miro a James y tomo su mano.
—No te preocupes.
—Hablamos mas tarde.
—Oye, perdón por causarte problemas.
—Tranquilo, hijo. Nos vemos pronto.
—Nos vemos.
Al finalizar la llamada, James me mira como si esperara que le dijera algo.
—Era mi papá. Dijo que reducieron el tiempo de espera a cuatro días.
—Así que te vas en cuatro días...
—Sí.
—Espero que Jorah pueda hacer algo para ayudarnos...
—Dirás, para ayudarte. No soy un vampiro.
—¿Qué crees que pase?
—Quizás solo no me dejen salir de Bergen otra vez. Sé que se puede exiliar a un lobo de la manada, pero no es algo que se haga realmente.
—Los lobos son complicados con sus reglas.
—Como no te imaginas. El alfa es bastante estricto y no sé como reaccionará cuando lea el informe de Claus.
—Fue bastante específico en lo que escribió.
—La verdad, solo firmé la última hoja.
James ríe mientras niega con la cabeza.
—¿Como puedes firmar algo que ni siquiera has leído? Era algo importante.
—Bueno, solo quería acabar con todo de una vez. —Le resto importancia al asunto y comienzo a caminar hacia la salida del baño.
—Espera —Volteo y James se acerca a mí para besarme —Ya está, ahora vamos.
Ambos nos dirigimos a la zona de maternidad. Estoy seguro de que a Caly no le dará gusto ver a James, así que le pido que me espere afuera antes de entrar a regañarla.
—¿Se puede saber por qué no le contestaste a papá?—Me mira en silencio.
—Quizás porque cierto idiota dejó mi bolso olvidado en el aeropuerto antes de salir corriendo conmigo. —Me masajeo el puente de la nariz con fuerza y suspiro cansado. —Por cierto, ¿a qué hueles?
Mierda.
—Papá llamó y dijo que volveremos en cuatro días a Bergen. Hasta entonces te quedarás aquí...
—¿Y tú?
—Buscaré en donde quedarme estos días —Obviamente ya sé en dónde. —Bueno, voy a salir a buscar en dónde darme un baño y poder dormir. Vendré más tarde.
—Nos vemos. —Caly abre sus brazos en señal de que quiere un abrazo, lo cual es muy raro. Pero no se lo voy a negar.
—¿Qué te...? —Ella me aprieta y mete su nariz en mi cuello.
—Como vuelvas a oler a sexo y a ese vampiro, te juro que los voy a matar a ambos.
—Preocúpate por ti y por Ulrik. Sé lo que hago.
—Sí, se nota... —Dice con ironía.
—Nos vemos más tarde.
Termino saliendo de la habitación para dirigirme a la salida del edificio junto con James.
—Te hace falta una buena ducha —Murmura entre risas antes de hacer parar un taxi.
—Tú no te quedas atrás.
Durante todo el trayecto hacia el departamento, no hay más que solo silencio y me toca luchar por no dormirme.
Una vez logrado el llegar al departamento, mi primera acción es la de sentarme en el sofá. Esas sillas son realmente duras.
James se sienta a mi lado y yo me acomodo en su costado.
Creo que me bañaré luego.
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