Es mejor así.

Si ninguno de los dos sigue con esto, nos ahorraremos muchos problemas con los suyos.

"Las diferencias no son importantes cuando estamos juntos".

—Somos muy diferentes en todo... —Murmuro mientras camino por el pasillo.

—¡James! —Lo escucho llamarme —James, por favor —Me está siguiendo.

—No sigas Iki —No quiero mirarlo. Esto me duele más a mí que a él. —Vete a casa.

—Pero...

—Ese sujeto tiene razón, Iki —Volteo a verlo. Sus ojos están vidriosos —Viniste aquí por una razón y solo por esa razón. Yo solo te estoy estorbando. Te estoy desviando de lo que deberías hacer.

—Eso no es verdad...

—Ahora mismo deberías estar trabajando. No aquí conmigo. —Logro escuchar un leve sollozo —No hagas esto más difícil. Aceptémoslo, lo que hemos pasado juntos nunca debió pasar...

—Lo sé —Lo miro fijamente a los ojos —Lo he sabido desde el principio y no me importa.

—Iki...

—He estado rompiendo las reglas desde antes de conocerte, James. Sabes lo que hice antes de trabajar en el zoológico, sabes casi todo de mí. De todas las vivencias que he tenido en este lugar, tú eres la mejor de ellas. No quiero que eso acabe.

—Es mejor así —Le dedico una sonrisa triste antes de intentar alejarme de él.

—James...

Iki toma mi mano y me hace voltear para luego atraparme entre sus brazos y besarme frente a todos los presentes.

Amo esa calidez que siento junto a él. Amo esa sensación cada vez que me besa.

Quiero alejarlo, pero no puedo. No  quiero y acabo correspondiendo el beso.

—Te amo. —Dice con los ojos llenos de lágrimas.

Y yo a ti. Como no tienes idea. Pero...

—Vete a casa Iki. Solo hazlo por favor —Me separo de él y sigo caminando.

No mires atrás, no mires atrás, no mires atrás...

El murmullo de quienes nos ven me da a entender que Iki se mueve. Entonces volteo.

Volteo lo suficiente como para ver por el rabillo del ojo.

Se está llendo y no puedo detenerlo.

—Lo siento... —Musito antes de seguir caminando —Era la mejor opción que se me ocurrió.

Sé que no me oirá por sobre el murmullo de los estudiantes y maestros que presenciaron todo.

No me extrañaría que se corriera la voz sobre lo que acaba de pasar.

—Con permiso —El rector me mira algo confundido. —Vengo a presentar mi renuncia como maestro de esta institución.

No me esperaba que pasara todo esto.

—Vete a casa Iki. Solo hazlo por favor —Se separa de mí y se aleja caminando.

Por unos segundos pienso en insistir, en seguirlo y sujetar su mano para que no se vaya; pero no me muevo de mi lugar.

En ningún momento voltea. Así que decido tomar la dirección contraria a él.

Me voy a casa.

Mientras camino por la calle, reviso mi teléfono y noto que tengo varios mensajes de Caly y de Finn preguntándome en dónde estoy.

Me siento muy mal, como si algo se hubiera roto en mil pedazos.

Una llamada entrante de Caly me saca de mis pensamientos.

Sin darme cuenta, llegué a un parque cuyo nombre ni siquiera noto.

—¿Hola?

—¿Estás bien? —Volteo hacia atrás y ella cuelga. —Claus me dijo lo que pasó.

—Yo... —Me dejo caer sobre una banca —Nada de esto debió pasar. Nunca debí hacerme amigo de Joe. Nunca debí conocer a James... Debí concentrarme en mi objetivo.

—Lamento que no saliera como esperabas.

—Tengo que ir al departamento —Me mira fijo —Iré por mis cosas antes de que regrese.

—Entonces...

—Regresaré a Bergen con ustedes.

Caly me da un abrazo y segundos después siento que Finn se carga sobre mí.

—Lamento que no haya sido como lo prometí.

—Descuida —Dice Finn —Está bien. De todas formas me divertí. Además, no era tanto por conocer un lugar fuera de nuestro territorio —Lo miro confundido —Era para pasar tiempo con mi hermano. —Lo abrazo más fuerte y ambos reímos.

—Nos vamos en dos días. Puedes quedarte con nosotros en el hotel si así lo quieres. —Dice Caly.

—Gracias.

Una llamada me hace sacar el teléfono lo más rápido que puedo. Mi corazón late muy rápido.

—¿Hola?

—Amigo, ¿qué pasó?

—Se acabó amigo, volveré a Bergen.

Escucho a Joe hablar sorprendido por lo que le acabo de decir. Dice que todo es injustos y que no debería irme.

—¿Qué pasará con James? —Esa es una pregunta que me duele.

—Se acabó, Joe...

—Ay Iki. Lo siento mucho.

—Olvídalo. Estoy bien —Aunque me estoy rempiendo por dentro.

—Tengo que ir a dejar a Sara al aeropuerto, ¿nos acompañas?

—Sí, ¿por qué no? —El habla —Al departamento. Así aprovecho de sacar mis cosas. Nos vemos.

Caly no deja de mirarme en cuanto termino la llamada.

—Deja de mirarme así —Río con ironía —Me voy al departamento. Le pediré a Joe que me vaya a dejar al hotel.

Odio esa mirada de Caly. Como si sintiera lástima por mí.

—Nos vemos más tarde. —Revuelvo el cabello de Finn —Nos vemos amiguito.

Estoy terminando de reunir mis cosas y de limpiar la habitación cuando alguien llega.

—¡¿Hola?! —Algo se me cae —¡Más te vale una buena excusa para dejarme solo en el trabajo con el idiota de Henry! —Entra con una mirada asesina que se desvanece al ver que todo está casi vacío —¿Qué haces?

—Yo... vuelvo a Bergen. Las cosas se complicaron mucho.

—¿Y James?

—Él... decidió que era mejor así —Mi voz tiembla al decir eso —Joe debe estar por llegar. Lo esperaré abajo. —Camino acarreando las pocas cosas que tengo y Robbie solo se aparta del camino.

—Oye Beck —Volteo a verlo —Empezabas a agradarme —Sonríe y yo hago lo mismo.

—A mí igual —Me acerco a él y extiendo mi mano —Adiós, Robbie.

—Adiós, Iki.

Mientras espero a Joe, reviso mi teléfono para matar el tiempo.

No son muchas, pero hay varias fotos de James y yo juntos.

Termino exhalando cansado y guardo mi teléfono. Justo cuando la bocina del auto de Joe llama mi atención.

—Hola, iki —Me saluda Sara —¿Cómo estás?

—Estoy... —Veo a alguien que se acerca —Bien... ¿Me abres el portaequipaje?

Apenas termino de guardar todo, lo siento a pocos metros de mí.

No hago más que solo voltear un poco para ver que él también me está mirando.

Nadie dice nada.

Y una sonrisa triste es todo lo que nos dedicamos antes de que simplemente me subo al auto.

—Ya vámonos...

Nunca quise que esto pasara. Nunca quise que esto terminara así.

Por el espejo retrovisor noto que James está viendo cómo nos alejamos hasta que ya no puedo verlo.

Quizás él tenga razón.

Quizás sea mejor así.