Capítulo 46

Al llegar al departamento, veo inmediatamente a James dormitando en el sofá.

¿Está esperándome?

-¿James? -Alza la mirada con dificultad -¿Qué haces ahí?

-Oh, nada. Solo no es divertido estar solo ahí. Así que decidí esperarte.

Sí que está bajo los efectos de esa droga.

Simulo una sonrisa y me dirijo hacia el sofá. James se aparta un poco para hacerme espacio y luego acomodarse junto a mí.

-¿Estás bien? Te veo muy serio.

-Estoy bien. Solo... me duele la cabeza por todo lo que bebí. Es todo.

No puedo decírselo así. No quiero.

-Anda, ya es tarde y mañana debes trabajar -Acuna mi rostro entre sus mano y me mira fijo. Que bueno que está oscuro, así no puede ver que estoy a punto de llorar. -¿Iki?

-James... -Trago pesado -Lo que dije esta mañana... es verdad. Te quiero, mucho.

Lo escucho reír por lo bajo antes de acercarse a mí para besarme.

-También te quiero, Beck.

Comenzamos a besarnos mientras James se sienta a horcajadas sobre mis piernas.

-Puedes decirme lo que te pasa -Murmura en mis labios antes de seguir besándome.

Me siento entre la espada y la pared. De seguro Claus me dirá que regrese con él a Bergen y no volveré a ver a James. No volveré a saber de él y es muy probable de que no me dejen salir del territorio nuevamente.

Estoy tan concentrado en que no quiero perderlo, que no me doy cuenta de que mis manos lo recorren por completo mientras él hace lo mismo.

-Tengo miedo, James. -Se separa de mí y lo abrazo aferrándome a su espalda -No quiero que esto termine.

-¿Por qué habría de terminar? Si es por lo de Rita... -Niego con la cabeza, restregando mi cara en su pecho.

-Cla... -No puedo decírselo -Solo...siento que todo se me vendrá encima.

-¿Estás teniendo una crisis de pánico?

-Eso creo.

James abraza mi cabeza y acaricia mi cabello sin dejar de estar sobre mis piernas.

Puedo sentir como mi corazón se calma gracias a sus caricias y al sonido de su corazón.

Sentir sus manos en mi cuello me hace sentir un leve escalofrío por la espalda, animándome a retomar lo que había empezado mientras volvemos a besarnos.

James recorren mi espalda hasta detenerse en el borde de mi camisa para luego tocar mi piel bajo la ropa. Eso me hace sentir una nueva corriente en todo mi cuerpo y un cosquilleo en mi entrepierna.

-James... -Murmuro en sus labios.

-No tiene nada de malo, Beck. Lo nuestro es una complicidad que nadie podría entender. Quizás tengamos problemas, o quizás no. -No comprendo a dónde quiere llegar -Lo que quiero decir es... ¿Quieres seguir adelante con esto? Si quieres dejarlo, solo...

-Quiero hacer esto -Lo interrumpo -Quiero estar contigo. -Volvemos a besarnos.

Lo que hacemos es algo arriesgado; pero ya no importa nada. No me importa que Claus me reporte ante los grandes. No me importa si solo me quedan unos días en Londres.

A la mierda con todo.

-¿Por qué tan pensativo? -La voz de James me saca de mis pensamientos mientras me recuesto sobre el sofá

Espera, espera, espera. ¿Acaso él...?

-Relájate, Beck -Dice mientras desabotona mi camisa -Solo déjate llevar.

Okey, esa expresión nunca la había visto en James. Sus ojos no dejan de mirar a los míos. Hay tanta lujuria en ellos, que me siento un poco intimidado; pero a la vez me siento intrigado y solo quiero conocer ese otro lado suyo.

-¿Quién eres y qué hiciste con James? -Ambos reímos.

Estoy seguro de que esta noche se tornará interesante para ambos, y los bultos que se rozan por debajo de la tela lo saben de sobra.

No sé cómo hace que me salga de los margenes que me auto impongo; pero en este preciso momento no me importa nada.

Iki me mira algo nervioso. Yo lo miro fijamente mientras acabo de recostarlo sobre el sofá y me siento a horcajadas sobre su pelvis.

No recuerdo la última vez que hice esto; pero por lo visto, es la primera o segunda vez de él. Espera, eso no es importante.

-¿Nervioso, Beck? -Pregunto con un tono de voz bajo -Tranquilo, lobo...

-¿Quién iba decir que tenías un lado así? -Deja salir un leve jadeo en cuanto comienzo a hacer fricción con mi entrepierna y la suya -Comienzas a asustarme -Dice entre jadeos sin deshacer la sonrisa lujuriosa que veo con la escasa luz nocturna.

-¿En serio? -Río por lo bajo sin detenerme -Algo ahí abajo parece decir otra cosa. ¿Qué tal si...?

Con un dedo rozo su entrepierna haciendo que se tense un poco. Luego me detengo para soltar su cinturón y bajar el cierre de su pantalón.

-Eres un pervertido, Moore -Comenta entre risas.

-Y por lo visto a ti te agrada esto ¿o no?

-No he dicho lo contrario. -Eso me hace reír. Siempre es tan inocente, llorón, amable y un poco idiota; y ahora lo tengo aquí, con el torso descubierto y en proceso de ser despojado de sus pantalones. Sin duda alguna, nos divertiremos mucho esta noche.

-Vamos, Beck. Tú también puedes hacer lo que quieras ahora -Susurro en sus labios antes de besarlos.

Me toma por sorpresa lo rápido que nos cambia de posición. Ahora yo estoy recostado en el sofá y él está a horcajadas sobre mí mirándome fijamente.

-¿Qué sucede? -Pregunta algo preocupado.

-Nada -Mi respuesta parece no ser suficiente para él -Me gustas, Beck.

Iki comienza a desabotonar mi camisa aparentemente ansioso, como si esperara encontrar alguna clase de tesoro al despojarme de mi ropa. Una vez logrado su cometido, se queda completamente quito mirándome completo.

-¿Qué pasa? -Su expresión me causa gracia.

-Yo... Bueno...

¡Lo sabía! ¡Es su primera vez!

Lobos, son tan pasionales y creyentes del amor único y verdadero.

-Iki... -Tomo su mano y entrelazo sus dedos con los míos -No tengas miedo de seguir adelante. Solo estamos tú y yo.

-Solos... Tú y yo... -Murmura antes de sujetar mi mano con más firmeza y tira con suavidad para hacer que me siente quedando de frente. -¿Qué pasará si...?

-¿Si alguien sabe lo de nosotros? -Él me mira en silencio -Iki, somos un vampiro y un hombre lobo viviendo bajo el mismo techo en alguna parte de Londres. Llevamos alrededor de dos meses viviendo así, y en ningún momento ha venido alguien aparentemente importante para nosotros por ello. ¿Qué si vivimos juntos? ¿Qué si somos amigos? ¿Qué si tenemos una complicidad? ¿Crees que los grandes se interesarán en nosotros solo por tener sexo?

-¿Será solo eso? -Parece algo preocupado.

-Para ellos sí. Para nosotros... claramente será algo más.

Luego de decir eso, ambos volvemos a nuestra competencia por quién besa más duro mientras Iki se levanta y me guía hacia su habitació para luego invitarme a su cama.

-James... -Me detiene y siento que se arrepentirá de todo. Hay algo extraño en su mirada y su corazón late muy rápido -Te amo.

Y con esa simple palabra, comenzamos a subir aun más de tono nuestros besos mientras vamos sacándonos cada prenda restante.

-¿Estás listo? -Me mira algo nervioso mientras juego con el elástico de su ropa interior.

-Y-yo...

-Relájate, Beck.

Poco a poco voy bajando su ropa interior hasta descubrir esa parte de él que solo había visto en mi imaginación.

-Ahora entiendo mejor porqué eras el centro de atención en el otro trabajo -Sonrío de manera insinuante y él desvía la mirada -No te avergüences.

-No estoy... -Lo interrumpo juntando nuestros labios, a lo que él responde correspondiendo el beso mientras sus manos se deslizan sutilmente por mi espalda baja hasta enganchar sus pulgares en mi ropa interior.

Poco a poco, Iki me termina de desnudar con cierta inseguridad. ¿Cómo hacer para que deje ese nerviosismo por lo que hacemos?

Leves gemidos llaman mi atención. Por lo visto a este lobo le produce algo sentir el roce de nuestras erecciones unas con otras. Lo veo cerrar los ojos mientras jadea como si estuviera intentando amplificar la sensación.

-Déjate llevar, Iki -Susurro a su oído mientras continúo moviéndome con un poco más de firmeza.

Los gemidos y jadeos de Beck son lentamente reemplazados por ¿gruñidos?

Esperen, ¡¿qué está...?!

-¡¿Qué te...?! -Lo que veo me sorprende completamente. -¿Iki?

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