Capítulo 44
Espero unos segundos hasta que Iki me responde al fin.
-Entra...
Abro la puerta despacio y me asomo como si temiera que algo fuera a golpearme.
-¿Iki? -Está recostado en la cama mientras lee algo en su teléfono -¿Estás bien?
-¿Por qué no lo estaría? -Despega fugazmente la vista del teléfono -¿Qué pasa?
-¿Estás molesto por lo de hace un momento? -Termina dejando el teléfono a un lado para sentarse y mirarme.
Lo sabía. Está molesto.
-¿Por qué crees que estoy molesto?
-Bueno... Rita...
-Te estaba besando, ¿qué querías que hiciera? ¿Que le dijera algo? ¿Que le pudiera amablemente o no que te deje en paz? Has sido un adulto aparentemente responsable por varias décadas, James. No tengo por qué decirte qué hacer o cómo comportarte.
Lo sabía, está muy enojado.
-Pero... si quieres mi opinión, deberías hablar con ella y aclarar todo.
-Nunca quise que se hiciera ilusiones conmigo.
-¿Sabes algo, James? -Estira su mano hacia mí y solo camino hasta tomarla.
-¡Woh! -Me sorprende el que me tire hacia él para abrazarme.
-La honestidad hacen los lazos más fuertes. -Me abraza apoyando su cabeza sobre la mía. Me siento como un niño -Si de verdad es tu mejor amiga, lo entenderá.
-Supongo. -Levanto la mirada solo para ver sus ojos puestos en mí -¿Crees que se asuste?
-Sí, pero como te digo, si de verdad es tu amiga, lo aceptará y será algo así como Joe -Ambos reímos -Anda, habla con ella.
-Claro...
Me quedo mirándolo por varios minutos sin moverme ni despegar mis ojos de los suyos hasta que junta su boca con la mía.
-Entonces... ¿no estás molesto conmigo? -Él ríe por lo bajo.
-Nunca dije eso. Ahora ve y arregla esto.
-¿Qué vas a hacer?
-Dormiré una siesta. Estoy algo cansado.
-Esta bien. Nos vemos.
Termino saliendo del departamento y miro hacia todos lados en la calle. Debe estar de camino a su casa.
-Sería una buena excusa para decírselo.
A pesar de que Rita vive algo lejos y que se fue hace bastante rato, ahora mismo estoy fuera de la puerta de su casa.
Realmente es una linda casa. Hasta me siento culpable por nunca aceptar sus invitaciones
-¿James? -Volteo al oírla.
-¡Rita!
-¿Cómo es que...?
-Puedo explicarlo. Si me dejas.
Puedo notar que está muy confundida. Supongo que será una larga tarde explicándole todo esto.
-...Entonces... eres un "Vampiro" ¿no?
Por décima vez...
-Sí.
-¿Te das cuenta de lo que dices? ¿De como suena eso? Si lo que buscas es una excusa para alejarme, podrías decir que hay otra persona o algo así.
-Bueno... sí hay otra persona. Pero fue esa persona quien me dijo que fuera sincero contigo.
-Claro. No hay forma de que pueda creer en... vampiros... -Ahora que me ve bien, estoy seguro de que puede creerme.
-Rita, sí soy un vampiro -Ella no deja de mirarme con asombro -Ya dime algo...
-No tengo palabras. Yo... -Comienza a caminar de un lado a otro por la sala hasta que al fin parece que dirá algo.
-¿Rita?
-No se qué decir.
-¿No tienes miedo?
-¿Por qué lo tendría? Sigues siendo tú, James Moore, maestro de literatura de la universidad de Londres... Alguien en quien no me debí fijar...
-Nunca quise que esto pasara, de verdad.
-¿Esa persona es tu compañero de piso?
-Sí, es él.
-En el fondo lo sabía; pero creí que si me acercaba más a ti, podría hacer que cambiaras de opinión.
-No es así como funciona, Rita.
Realmente odio verla llorar. Y más aun, sabiendo que soy el culpable.
Siento que no puedo hacer nada más que solo sentarme junto a ella y ofrecerle un hombro en donde apoyarse.
Por un lado, me siento mal por Rita. Pero por el otro, siento que Iki no fue completamente sincero conmigo.
Eso fue muy incómodo. Realmente no supe cómo reaccionar y por eso huí a mi habitación.
Apenas entro a la habitación, me quedo sentado en completo silencio hasta que oigo el llamado a la puerta.
-¿Iki? -Me acomodo rápidamente y finjo estar leyendo algo en mi teléfono -¿Estás bien?
-¿Por qué no lo estaría? -Despego fugazmente la vista del teléfono -¿Qué pasa?
-¿Estás molesto por lo de hace un momento? -Termino dejando el teléfono a un lado para sentarme y mirarlo.
No sé qué decirle; pero no quiero que se sienta mal por esto. Después de todo, ya se ve lo suficientemente culpable por su amiga.
-¿Sabes algo, James? -Estiro mi mano hacia él y camina hasta tomarla.
-¡Woh! -Lo sorprendo en cuanto lo tiro hacia mí para abrazarlo.
-La honestidad hacen los lazos más fuertes. -Lo abrazo apoyando mi cabeza sobre la suya -Si de verdad es tu mejor amiga, lo entenderá...
En cuanto James se marcha, vuelvo a quedarme si hacer nada en mi habitación. Digo, no estoy celoso de ella; pero fue extraño ver eso.
-¡Oye, Beck! -Robbie me llama -¡¿Quieres beber algo?!
Supongo que mientras James no está cerca, Robbie no tiene razones para molestarme o intentar cualquier cosa.
Tiene más sentido por el momento. O quizás sea por la cantidad de alcohol que hemos bebido en menos de una hora...
-Entonces... -Digo moviendo el contenido inexistente en mi vaso -¿Solo lo haces para molestar a tu hermano?
-En parte -Responde llenando mi vaso nuevamente. ¿De dónde sacó tanto alcohol? -Es divertido verlo así de ansioso y molesto.
-Supongo...
-Sí sabes que a James no le interesan las mujeres, ¿verdad?
-Bueno...
-No pongas duda en mi hermano, Beck. A James le importas; pero supongo que le afecta lo que ella sienta porque es su única amiga en este gran y triste mundo. -Se bebe lo que le queda de un trago.
-Debe ser extraño vivir tanto tiempo, ¿no?
-Ni tanto. Solo puedes ver cómo cambia el mundo y... cómo todos a los que conociste alguna vez terminan en el mismo lugar.
-Entiendo.
-¿Sabías que los vampiros podemos renunciar a nuestra inmortalidad?
-¿De verdad?
-En esta historia sí -Ambos reímos. Ni idea de a qué se refería con eso; pero supongo que es por todo lo que hemos bebido. -Nos bebimos todo. Habrá que limpiar antes de que James regrese.
A diferencia de James, Robbie tiene menos resistencia al acohol. Es como la mía, incluso un poco menos.
Apenas nos ponemos de pie, terminamos de rodillas en el piso y comenzamos a reír como idiotas.
Termino transformándome en lobo para usar cuatro patas en lugar de dos; pero soy tan inútil en este estado, que termino recostándome frente a la botella que debía recoger.
-Levántate, holgazán -Robbie gatea hasta llegar junto a mí y se deja caer sobre mi lomo.
-James se va a enojar... -Digo medio dormido.
-Me vale... -Robbie comienza a roncar y yo apenas puedo seguir despierto.
Supongo que no hay nada que podamos hacer hasta que se nos pase la borrachera.
Tendremos que aceptar las consecuencias cuando James regrese.
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