Capítulo 41

Estoy a medio vestir, James está mirándome fijamente, y yo sigo sin saber cuál será mi siguiente paso.

—No lo pienses mucho, Beck —Rodea mi cuello con sus brazos —Solo debes divertirte.

James comienza a besarme suavemente hasta que correspondo la acción.

Poco a poco, voy dejando que él sea quién guíe mis movimientos. Entonces termino siendo yo quien está de espaldas en la cama.  

Me gustan las sensaciones de este momento; pero ahora no puedo dejar de pensar en las palabras del alfa.

Sé que le dije a Caly que no me importaba lo que pasara, y que me convencí a mí mismo de seguir adelante con esto.

Pero...

—James... no puedo.

—¿No puedes?

—Si se enteran...

—Está bien, lo entiendo. De verdad.

James sale de encima mío y me ayuda a sentarme. Parece algo indeciso. O más bien, molesto.

—Quizás... Si tanto te preocupa que algo pueda pasar... Deberíamos terminar con todo esto.

¿Qué? ¿Está molesto porque yo no...?

—Será mejor que salga de una vez con Robbie. Nos vemos más tarde.

James termina saliendo del departamento junto con su hermano. Mientras, me quedo completamente solo en el lugar.

Hay suficiente silencio como para tener una discusión conmigo mismo.

—Eres un cobarde...

Sí, lo eres. Ahora James está molesto contigo por no seguir adelante con eso.

—¿Por qué siempre tengo que ser tan cobarde?

Porque nunca te atreviste a hacer nada estando en Bergen. Y ahora que tienes algo que realmente funciona, dejando en claro de que no te importa el qué dirán, lo arruinaste.

Quizás tenga razón.

—Quizás... sea lo mejor.

Tomo mi teléfono y envío un mensaje.

Yo: Creo que debería buscar un nuevo lugar en dónde quedarme...

Yo: Crees que debería hacerlo?

Me quedo un rato en silencio, esperando a que me responda.

Debe de estar ocupado.

Yo: Debería irme de vuelta a Bergen? O Debería buscar otro sitio en dónde quedarme?

Escribiendo...

Joe: Qué?! Qué pasó?!

Yo: Bueno...

Yo: Estuvimos apunto de tener sexo...

Yo: Pero soy un cobarde.

Escribiendo...

Joe: JAJAJAJAJAJAJAJAJA.

—Idiota.

Joe: Lo siento, amigo.

Joe: Pero supongo que es normal que te asustes, ¿no?

Joe: Además, quién iba a...? Ya sabes.

Yo: ...

No había pensado en eso. ¿Acaso él iba a...?

Yo: James se enfadó y salió con su hermano.

Yo: Dijo que quizás debamos dejar de estar juntos.

Yo: Quizás tenga razón.

Joe: Claro que no.

Estoy por enviarle otro mensaje cuando su llamada me interrumpe.

—¿Hola?

—¿Te volviste loco? ¿Le harás caso a alguien que solo se molestó por no haber podido llegar a tercera base contigo? Sí sabes que no todo en la vida es sexo, ¿verdad?

—Lo sé, pero...

Nada de peros, amigo. Solo piensa que, si James se molestó porque no quisiste darle el culo, deberías considerar muchas cosas.

—Supongo... Lamento molestarte con esto.

Descuida, amigo. Nos vemos mañana.

—Adiós.

Está bien, supongo que tiene razón y tengo que pensar bien las cosas.

Será mejor que hablemos claro antes de tomar una decisión.

Durante varios minutos, Robbie y yo no hacemos nada más que solo caminar por la calle sin decir una sola palabra.

Sé que me está mirando; pero yo lo ignoro para evitar la conversación.

Sé de qué quiere hablar. Sé que escuchó todo lo que pasó. Pero no quiero hablar de eso con él.

—Entonces... —Dice de la nada —¿No te disculparás con el lobo?

—¿Disculparme? ¿Yo? ¿Por qué?

—Ay, por favor James. Salimos del departamento sin siquiera tener lugares en mente para buscar empleo. Admite que estás frustado.

—No estoy frustrado.

—Sí, sí lo estás.

—Que no... —Esto comienza a irritarme.

—Solo mírate. Eres patético, hermano.

—Ya cállate y pon atención a cualquier letrero.

—Como sea, háblame cuando te des cuenta de que fuiste injusto con Iki.

—¿Acabas de llamarlo por su nombre? No, espera ¿Estás defendiendo a Iki?

—¿Qué con eso?

—¿Qué pasó con intentar matarlo y molestarlo por todo y nada.

—Meh, en este preciso momento siento pena por el sujeto. No es divertido.

El sujeto peligroso tiene conciencia. Que gran descubrimiento.

Luego de una tarde bastante poco productiva, Robbie y yo decidimos regresar.

—¿Enserio prefieres terminar con esa relación solo porque no te dio el culo?

Si lo dice de esa forma...

—Está bien, tú ganas. Sí, estaba frustrado y me molesté, Iki no tiene la culpa, y no, no quiero que se vaya por eso. ¿Feliz?

—Meh. Realmente no me importa lo que hagas; pero estoy seguro de que luego te arrepentirás de que el lobo se vaya.

—No sería novedad de que se fuera, ¿sabes?

—Ya supera a los otros, ¿quieres que ese lobo se quede? No hagas lo que siempre haces con los demás. Además, nada te asegura que ese lobo no se haya ido ya por lo que le dijiste.

Waw... nunca creí que Robbie pudiera dar consejos tan buenos. Estoy realmente impresionado, y hasta podría decir que estoy orgulloso.

Pero me ocuparé de eso luego. Primero lo primero.

—¿Iki? —Digo entrando al departamento —¿Estás aquí aun?

No parece haber nadie.

¿En verdad se fue?

—¿Ik...? —Me interrumpo en cuanto veo el enome bulto bajo las mantas de su cama. Está dormido. Realmente se quedó acostado todo el día.

Verlo así de tranquilo mientras duerme, hace que me tranquilice un poco. De verdad creí que cuando entrara no encontraría a nadie y que su cama estaría vacía.

—Lo siento —Digo moviendo su cabello para ver su rostro.

—¿Hablabas enserio? —Me sorprendo al verlo despierto. Veo sus ojos brillantes, como los de un cachorro.

—No lo hacía. Estaba... —Esto es vergonzoso —Estaba frustrado...

Espero pacientemente a que me diga algo; pero lo único que consigo es escuchar la risa de idiota que tiene.

—¿Hablas enserio? —No deja de reír.

—Sí, ya deja de reírte. —Lo veo secarse una lágrima mientras ríe.

—Entonces... ¿Estamos bien?

—Sí, bueno... Si crees que vale la pena...

Iki se sienta en el borde de la cama y me mira fijamente. Su expresión no me permite saber qué dirá.

—Es cierto que tú y yo somos muy diferentes... —Mi mente comienza a hacer finales alternativos sobre esta conversación. —Y de hecho, ni siquiera deberíamos estar en esta situación.

—Es verdad...

—El miedo que tengo sobre llamar la atención de uno de los grandes siempre estarán ahí. Pero, si puedes restarle importancia a eso... Yo creo que sí vale la pena.

No lo pienso dos veces y rodeo su torso con mis brazos. Él corresponde el abrazo y acaricia mi espalda con suavidad.

Es tan cálido estar con él.

—¡Wow! —Iki se deja caer de espalda sobre la cama si soltarme —¡¿Qué haces?! ¡Suéltame! —Su mirada de cachorro me vuelve algo débil. Está viéndome muy fijamente.

—¿Qué te pasa? —Acabo preguntado

—Oh, nada. Solo me gustan tus ojos. Podría estar así todo el día —Su sonrisa me encanta.

—Sí, yo también.

Iki me besa y yo hago lo mismo. Realmente amo estos momentos. No quiero volver a ver esos ojos llenos de miedo e inseguridad por mi culpa.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top