Capítulo 37

Al llegar la mañana, despierto completamente descansado. Aunque aun no suena mi alarma para levantarme.

Si sonara, no querría levantarme de todos modos. Estoy demasiado cómodo así, junto a James mientras me acaricia entre las orejas con una mano.

—Definitivamente esto es lo más curioso que he hecho en mi vida —Comenta entre risas —¿Dormiste bien?

—Bastante —Digo mientras me estiro lo más que puedo y me aferro a su cintura para abrazarlo, teniendo cuidado de no clavar mis garras en él.

—Pareces un gato —Ambos reímos —Oye, ¿No tienes que levantarte ya?

—Un ratito más...

—Anda, luego tendrás que correr y te cansarás más rápido. Además, ¿no verás a tus hermanos hoy?

—Se quedarán por un mes. Ya les dije en dónde trabajo y en qué horario.

—Ya veo.

Apenas me levanto y me alisto, noto que James me mira con una sonrisa maliciosa.

¿En que estará pensando?

—¿Qué pasa?

—Nada —Lo miro a punto de reír esperando una respuesta —Solo pensaba que para que fuera justo, yo podría compartir mi cama contigo, ¿no?

Siento calor en la cara y él estalla en risas.

—Ya déjame —Digo avergonzado.

—No te apenes, Beck. Después de todo, fuiste tú el que le vio otro sentido a tus propias palabras.

—No molestes. Sabes que no me refería eso...

—Cálmate —Dice riéndo —Solo era una broma.

Se levanta para abrazarme por la espalda mientras ordeno mi bolso.

—¿Qué harás después de trabajar?

—Caly y Finn quieren salir a recorrer. Irán a buscarme al zoológico y saldremos a alguna parte.

—¿Está todo bien?

—Sí, aunque algo me dice que los problemas empezarán a medida que acabe el mes.

—¿Por qué lo dices?

—Caly vino para hacerme volver. Y trajo a Finn para asegurarse de ello.

James guarda silencio por un largo rato.

—¿Quieres ir?

—Extraño a mí familia, Caly dijo que ya no es necesario que yo trabaje porque ella también ayudará. —Siento que se aferra levemente a mí y coloco una mano sobre la suya —Pero ahora... no estoy seguro.

—Solo tienes que pensarlo. Tienes un mes para eso, ¿no?

—Supongo que sí —Volteo a mirarlo. Parece forzar una sonrisa —Por el momento... No quiero agobiarme con eso y solo disfrutar el día a día, ¿te parece?

—Suena a que es buen plan.

Mi teléfono anuncia la alarma que me indica que ya debería ir de camimo.

—Será mejor que me vaya —Volteo para quedar frente a frente con él y lo beso antes de que diga cualquier cosa —Nos vemos más tarde.

—Nos vemos.

Apenas salgo del departamento, me toca correr nuevamente para llegar a tiempo. Aunque realmente, no me importa haberme atrasado esta vez.

Valió la pena.

Luego de que Iki se fuera, me quedé unos minutos sentado en su cama hasta que simplemente me levanté para salir de la habitación.

—Hasta que al fin sales —Dice Robbie mientras desayuna.

—¿Estás comiendo el cereal de Iki otra vez?

—¡Demonios, James! ¡El lobo es el único que tiene comida en este lugar! ¡¿Qué esperas que haga?!

Waw, sí que está irritado.

—Ya cálmate o pensaré que tienes rabia otra vez.

—¡¿Cómo quieres que me calme?! ¡Llevo días encerrado en este sitio sin poder salir! —Lanza el tazón contra el suelo —¡No soy una maldita mascota!

—Robbie...

—¡No salí de la carcel para seguir encerrado!

—Robbie...

—¡Estoy harto de estar encerrado! ¡No puedo seguir así! ¡Mi única entretención es la de joder a ese lobo y ni siquiera me dejas hacerlo!

—Okey...

Supongo que tendré que hacer algo antes de que se le pase por la mente quemar el lugar.

—Está bien, ¿quieres salir? —Me mira como si le estuviera tomando el pelo —Pues vamos. Compremos comida para que dejes de comerte la de Iki. Y de paso, le compraré un tazón nuevo.

Ya fuera, Robbie no deja de caminar presuroso hasta que llegamos al centro comercial.

Se ve muy ansioso. Y eso que lleva encerrado solo tres días.

Tengo que pensar en una forma de "adiestrarlo" para que se mezcle con los humanos.

—Oye, Rob... —Ah caray, no está —Mierda...

¡Sabe cuál es nuestra posición! ¡¿Cómo puede escaparse?!

Acabo de perder a mi hermano menor, rebelde y busca problemas, en el centro comercial.

Si Jorah se entera estoy perdido.

—Robbie, más te vale que no hagas nada estúpido o tendré que...

Una extraña sensación recorre mi espalda, mientras lo que parecen leves gruñidos entran por mis oídos.

—¡Corre! —Robbie corre hacia mí. La gente lo mira como si fuera un desquiciado.

Se demoró poco.

—¡¿Qué mier...?!

Por un momento creí que lo vería siendo perseguido por guardias de seguridad como de costumbre. Pero en lugar de eso, está corriendo hacia mí, mientras una mujer camina con pasos firmes hacia él. Parece una psicópata.

—Vámonos de aquí o nos va a matar... —Me sujeta del brazo. Está aterrado.

—¿Qué mierda hiciste? —Pregunto sin dejar de mirarla.

—No hice nada, de verdad.

—Jeg visste ikke at det var flaggermus her... —Mierda, no le entiendo; pero se nota que ni Robbie ni yo le agradamos.

—James...

—Salgamos de aquí.

Ambos emprendemos nuestra huida hasta salir del centro comercial en busca de un lugar desprovisto de gente. Estoy seguro de que ella no dejará de seguirnos.

¿En que problema se metió ahora?

No.

¿En qué problema me metió a mí?

—¿Crees que nos encuentre? —Pregunta poniendo atención a su entorno.

—¿Qué mierda hiciste ahora, Robbie? Quiero la verdad.

—¡No hice nada! ¡Solo caminaba por el lugar y sin querer choqué con un mocoso! ¡Ella me miró y de inmediato empezó a gruñir como un...!

El inconfundible sonido de un gruñido nos hace tensar la espalda.

—Ella es un lobo.

Fue mala idea entrar en un callejón sin salida.

—Beklager til Finn ... —Dice al mismo tiempo que se detiene frente a nosotros.

—¿Qué está diciendo? —Pregunta mi asustado hermano.

—No tengo idea.

De pronto mi teléfono anuncia un mensaje.

Iki Beck: Cómo va el día?

—¡¿Cómo se te ocurre responderle a ese lobo ahora?! —Parece darse cuenta de algo muy obvio— Espera ¡Dile a tu novio que esta loca nos quiere morder!

—¡Cállate! —Digo colocando el teléfono en mi oído —Vamos Iki, contesta...

—¿Hola? —Robbie me quita el teléfono de las manos.

—¡Una loba loca nos quiere hacer pedazos! ¡Más te vale venir a salvarnos!

—¡Dame eso!

—¡¿Qué pasa?! ¡¿James?!

—¡Hay una loba...! —Me cortó.

Iki cortó la llamada, ahora sí estamos perdidos.

Nos defendería de ella; pero por alguna razón, me siento completamente intimidado al igual que Robbie. Las hembras siempre son más aterradoras

Robbie y yo terminamos abrazados y completamente aterrados en cuanto vemos a la loba gris que salta sobre nosotros.

—Caly, ikke gjør det! De er venner med iki! —Exclama un chico, haciendo que la loba se detenga.

¿Qué carajo le acaba de decir?

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