Capítulo 36

Han pasado horas desde que Iki salió para el aeropuerto y aun no he sabido nada de él.

—Quizás deba hablarle.

—Hablaste con él hace una hora y te dijo que su familia ya había llegado —Dice Robbie mientras come algo.

—¿Te estás comiendo el cereal de Iki? —Me mira en silencio para luego levantar los hombros y seguir comiendo.

—Ya déjalo en paz. Pareces la novia controladora de ese sujeto.

—Ya deja eso. Iki no es mi novio.

—Ah pero sí que te gustaría, ¿no?

—Cierra la boca.

—Si no es tu novio, ¿entonces qué es? ¿Un amigo? El sujeto es sensible, de seguro le rompes el corazón diciéndole eso. ¿"El chico para pasar el rato"? Supongo que nos llevaría al mismo resultado.

—¿A dónde quieres llegar con eso?

—Solo digo que ustedes dos están jugando con algo que podría ser peligroso.

—¿Desde cuando te importa?

—No me importa. Solo quiero ver qué tan idiotas pueden ser.

—¿Disculpa?

—Solo digo que eres completamente consciente de las consecuencias, y a pesar de todo, quieres seguir con este "romance" con un hombre lobo.

—¿Podemos dejar de hablar de eso? Comienzas a incomodarme.

—¿Desde cuándo te incomoda hablar de algo?

Esto es algo de nunca acabar. Definitivamente, no lograré quitarme a Robbie de encima.

Espero que las cosas vayan bien con su hermana. O que me llame si necesita apoyo.

Caly y yo terminamos haciendo las pases. Para cuando Finn se levantó, ella y yo estábamos dormidos en el sofá.

—¡Cuidado abajo! —Finn nos despierta saltando sobre mí.

Me recuerda a cuando estaba en casa y me despertaba así por la mañana.

—Has crecido tanto —Digo abrazándolo y haciéndolo reír. —En verdad te extrañé hermanito. —Como solo somos nosotros, no importa si hanlamos en nuestro idioma natal.

—Yo también te extrañé.

Debo decir, que me duele darme cuenta de que había olvidado parcialmente su sonrisa y el escucharlo reír.

—¿Qué vamos a comer? Muero de hambre —Dice Finn.

—Ahora que lo dices, no he comido nada desde que llegaron. —Y ni siquiera recuerdo haber desayunado.

Saco mi teléfono para ver la hora.

¡Mierda!

—Son las cuatro cuarenta... —Quizás deba llamarlo y decirle que es posible que no llegue a dormir hoy.

—¿Iki? —Dice Finn.

—¿Me esperan un momento? Debo hacer una llamada.

Ambos me miran ir al balcón del departamento en que se alojan y saco mi teléfono. Sí que es un lugar muy cómodo.

—¿Hola? ¿Qué pasó?

—Nada, solo llamaba para decirte que quizás me quedaré aquí con mis hermanos esta noche.

Oh, está bien. Entonces... —Parece dudar —Nos vemos mañana, supongo...

—Oye, volveré mañana, lo prometo.

Claro. Disfruta el tiempo con tus hermanos.

—Lo haré. Nos vemos.

Adiós...

Ahora me siento algo extraño. La voz de James sonó un poco "decaída".

—Quizás...

—¿Estás bien? —Veo a Caly apoyada en el marco del ventanal.

—Sí, solo llamé para avisar que no llegaré al departamento esta noche.

—¿Debes avisar?

—No, bueno, sí. Digo... solo quería que supiera que no llegaré para que no se preocupe.

Caly me mira con una leve sonrisa. Siento un poco de calor luego de decir eso.

—Vamos hermano, puedes hablarme de ella. Confía en mí.

—Quizás luego —Río nervioso.

Va a matarme cuando sepa que no es una "ella", sino que es un "él". Y más aun cuando sepa que ese "él" es un vampiro.

—¡¿Quieres dejar de hacer eso?! —Me grita Robbie.

—¿Qué cosa?

—¡Quedarte ahí como si esperaras su regreso! ¡Dices que no es tu novio, pero te comportas como si lo fuera!

—¿Te dejas de gritar? Molestarás a los vecinos. Además,  estás a dos pasos de mí, no necesitas gritar de esa forma.

—Pareciera que estás en otro mundo. ¿Qué te dijo?

—Que no dormirá aquí esta noche.

—¿Acaso duerme contigo? ¿Tendrás que dormir sin tu "bultito extra" esta noche?

—Cierra la boca.

Conozco muy bien a mi hermano; pero nunca deja de sorprenderme su manera de hablar. Es tan directo con este asunto.

—Entonces... ¿planeas quedarte ahí hasta que tu cachorro vuelva? —Lo miro en silencio. Eso debe ser suficiente para él. —¿Cuándo te volviste tan patético?

—Cuando ese lobo comenzó a ser importante en mi día a día.

Robbie me mira en silencio como si no creyera lo que acabo de decir. Yo tampoco me lo creo. Esas palabras son suficientes como para hacerme vomitar arcoiris.

—Con permiso.

—¿A dónde vas?

—A vomitar arcoiris y corazones por lo que acabas de decir.

—Exageras.

Mira quien lo dice.

Al caer la noche, sigo recostado en el sofá sin hacer absolutamente nada. Robbie ya está roncando sobre mi cama y yo sigo debatiéndome si tomar el somnífero o no.

—No le veo el caso. Estoy de vacaciones y mis alumnos no me hablarán hasta que regrese. —Digo mirando la píldora entre mis dedos. —No tengo razones para estar despierto durante la noche.

Estoy por poner el medicamento sobre mi lengua cuando escucho el cerrojo de la puerta.

—Hola —Me doy vuelta sorprendido al oír su voz.

—¿Qué haces aquí? Creí que te quedarías con tu familia.

—Bueno... Dije que quizás me quedaría —Aquello me deja sin palabras.

Me siento en el sofá y lo observo acercarse hasta que se deja caer junto a mí. Parece exhausto.

—¿Todo bien?

Lo veo sonreír levemente antes de simplemente pasar su brazo por sobre mis hombros.

—Está todo bien. Salimos a comer algo y llevé a mis hermanos a recorrer algunos lugares hasta que cayó la noche.

—¿Porqué no te quedaste con ellos? —Subo mi mano hasta tomar la suya y me acomodo a su lado.

—Porque... —Parece algo avergonzado y me mira —Porque también quería pasar tiempo contigo.

No creí que esa simple y pobre explicación me pudiera hacer sonreír tanto.

—¿Enserio? —Él sonríe y siento que mi corazón se acelera.

—Me gusta estar contigo...

Iki sostiene mi barbilla y junta sus labios con los míos en un beso que inmediatamente le correspondo sujetando su mejilla.

A mí también me gusta estar con él.

—Me gustas, James —Susurra en mis labios, y no puedo hacer más que sonreír.

—También me gustas... —Continúo besándolo, cada vez con más entusiasmo hasta quedar a horcajadas sobre su regazo.

—¡Mierda! —Exclama Iki.

Ambos nos miramos sorprendidos al sentir que el sofá se va de espaldas nuevamente. No logramos reaccionar para nada más que solo abrazarnos y esperar el golpe.

—¿Estás bien? —Pregunto intentando quitarme de encima.

—Estoy bien —Dice a punto de reír.

—Tendré que comprar un sofá nuevo o esto segurá pasando.

Seguimos riéndo hasta que simplemente guardamos silencio y nos perdemos en la mirada del otro.

Podría hacer esto toda la noche si no tuviera una expresión de cansancio.

—Será mejor que duermas o mañana estarás cansado en el trabajo.

—¿Y tú qué harás? —Me pregunta.

—Supongo que tomaré un somnífero y dormiré aquí.

—¿Planeas dormir en el sofá todo el tiempo que Robbie esté aquí?

—Es eso o aguantar sus ronquidos.

—Si quieres podemos compartir mi cama.

La expresión de Iki no tiene precio. Es como si se acabara de dar cuenta de que lo que dijo puede tener más de un sentido.

Beck es una verdadera ternura.

Pero así me gusta.

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