Capítulo 28
Tuve que salir en la madrugada para ir por Robbie.
—Supongo que hoy no veré a Beck en el desayuno. —Veo la hora en mi teléfono —Ya debe de haberse levantado...
Yo: Buen día, tuve que salir a buscar a mi hermano. Llegaré con él durante la tarde.
Iki Beck: Está bien, nos vemos.
Personalmente escogería otra opción si la tuviera.
—Muchas gracias —Agradezco a los guardias —Muévete.
Pero la cosa es, que no la tengo. Y quiera o no, tengo que llevarme a Robbie al departamento para hacer que aprenda a comportarse y que Jorah no se lo lleve.
Y todo eso en un mes.
—Jorah me dio un mes para adiestrarte —Le digo mientras caminamos —Así que más te vale comportarte si no quieres que te lleve a quién sabe dónde.
—Bieeeen... No le haré nada a tu nuevo novio humano
—¿Cómo que nuevo? Digo, ¿cómo que novio?
—¿Vives con un humano por gusto? Que raro de ti. ¿Qué pasó con el James que solo estaba en compañía por sexo?
—Maduró...
—Sí, claro.
Ya que últimamente se han estado revelando cosas mías, supongo que una más no hace daño.
Cuando tenía más o menos la edad de Robbie, o quizás un poco más, solía tener personas para... Amigos de...
Tenía parejas sexuales, ¿sí? Tuve mucho sexo cuando fui joven.
Pero claro, todo eso cambió cuando mis padres murieron y tuve que hacerme cargo de Robbie. Claro que eso también duró un tiempo hasta que Robbie comenzó a ser un poco mas "independiente". Robbie me ha encontrado en la cama con chicos unas cuantas veces. Claro que ya no lo hago porque ya no tolero tanto la compañía.
—¿Y qué haces con él si no es tener sexo? —Me pregunta.
—Pues... convivir.
—Sí ajá. ¿Qué tiene de especial el sujeto?
Está claro de que no puedo ocultárselo. Además, si lo hiciera, podría ser hasta peligroso. Para Iki.
—Iki es un hombre lobo.
—Claro. Que raro te ves haciendo bromas, hermano. —Guardo silencio —Espera, ¿es enserio? ¡¿Cómo puedes vivir con un hombre perro?!
—Lobo. Se llama Iki Beck y no es para nada como los otros que conocimos alguna vez.
—¡¿Y solo por eso no le haré nada?! ¡Al menos di que es tu mascota o algo!
—Nada de eso.
Al llegar al departamento, Robbie deja sus cosas en el sofá y se deja caer en él.
—Bueno, ya conoces el lugar y las reglas que hay...
—¿Aun tienes esas reglas?
—Pues claro.
—Aun sigo sin creer que un hombre perro viva aquí.
—Es un hombre lobo, y no es para nada arrogante como la mayoría. —No deja de mirarme sorprendido.
—Antes eras más divertido con respecto a ellos —Parece decepcionado.
—Robbie, necesito que me escuches. Hablemos enserio.
Me siento junto a él haciendo a un lado sus pertenencias.
—Sabes que ahora estamos en problemas. Y que esta es tu última oportunidad para demostrarle a Jorah que puedes cambiar.
—De hecho esta es la primera oportunidad.
—Y la única que tendrás. —Robbie guarda silencio —Quizás no hemos sido muy unidos en el último tiempo; pero eso no quita el hecho de que les prometí estar ahí para ti sin importar qué pasara.
—Ni siquiera los recuerdo...
Robbie odia hablar de ellos. Odia no recordarlos; y siempre intenta evitar el tema.
—Te pareces mucho a padre —Me mira sorprendido —Él solía decir que se metía en problemas cuando joven. Y tú no te quedas atrás. Estoy seguro de que te regañaría la mayor parte de las veces. Aunque también era muy terco y de vez en cuando discutía por todo. Pero en pocas palabras, era alguien digno de respeto.
—¿Qué hay de mamá?
—Supongo que yo me parezco más a ella en varios aspectos. Ella tenía los ojos azules y le encantaba leer. Era amable y muy paciente.
—Es raro extrañar a alguien que no conoces.
—Está bien. Es bueno extrañar a tus padres, hermanito.
Pasamos el resto de la tarde charlando de muchas cosas. Una de las últimas fue el cómo convivia con Iki y todo eso.
Claro que no le iba a decir lo que había pasado la noche anterior. Si ya se había puesto algo extraño sabiendo que vive aquí, de seguro se vuelve loco si le digo que anoche nos besamos.
Ambos sentimos los pasos que se detienen justo en la puerta de entrada. Debe ser Iki.
Miro a Robbie por unos segundos para que sepa que hablo enserio con respecto a Beck.
—Tranquilo, no lo mataré en la entrada.
—Más te vale.
Apenas abro, lo veo un poco ido. Ni nota que estoy frente a él.
—Sería demasiado. Ademas, aun tengo las dudas que Joe creó.
—¿Dudas de qué? —Iki se sobresalta al oírme. Algo me dice que ni siquiera tiene la cabeza en la tierra. —Te veo algo confundido.
—Solo... Pensaba en algo.
—Claro —Ambos nos miramos por unos segundos —Anda entra para que conozcas a mi hermano y... ¡Cuidado!
Suerte que vi el resplandor que se avecinaba hacia nosotros. Iki y yo terminamos en el suelo por evadir el arma.
—Por poco... —Suspiro aliviado antes de mirar a Robbie —¡Te dije que no lo hicieras! ¡¿Por qué mierda tienes eso?! No, espera, ¡¿de dónde mierda sacasto eso?!
—La encontré por ahí —Responde como si nada.
—Te dije que no lo atacaras en cuanto llegara.
—No lo hice. De otro modo, estaría muerto del otro lado de la puerta.
—Como sea, el punto es que te dije que no lo atacaras. —Tomo su mano para que se ponga de pie —Lo siento, ¿estás bien?
—Yo... Sí, creo que sí. —No lo escucho muy seguro.
—Iki, él es Robbie, mi hermano menor, que prometió no hacer idioteces como esta.
—Hola —Saluda Robbie, con una nueva cuchilla en su mano. ¡¿De dónde saca todas esas cosas?!
—Ho-Hola... —Sí que está nervioso.
Lo veo realmente preocupado por la situación. Quizás deba decirle algo como apoyo.
—Tranquilo, Beck —Le digo mientras me apoyo en su hombro —No dejaré que ese monstruo te haga daño.
En sus ojos puedo ver un leve brillo mientras intenta disimular su sonrisa.
Es adorable.
—Muy bien, ahora podríamos entrar, sentarnos a hablar... —Sujeto a Iki de la muñeca para llevarlo conmigo hasta donde se encuentra Robbie y quitarle el arma —No matar a nadie, y quizás tomar una taza de té para relajarse. ¿Les parece?
Ambos se miran fugazmente antes de mirarme. La expresión de Robbie es de fastidio, mientras que la de Iki es de ¿miedo? ¿Preocupación?
—Claro... Como digas —Responden ambos en tonos completamente diferentes.
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