Capítulo 21
Escucho atentamente todo lo que James me dice. Realmente tiene más problemas que yo.
Ahora me siento mal por creer otra cosa y salir molesto del departamento esta mañana. Nunca esperaría que uno de los grandes iría al departamento para hablar con James sobre su hermano menor.
—Y bueno, eso es todo lo que pasó durante la tarde —Finaliza antes de emitir un largo suspiro —¿Y tú que? Saliste molesto esta mañana cuando te dije sobre la visita. ¿Qué pasó?
—Yo... bueno, verás... yo...
James no deja de mirarme a la espera de que diga algo. Parece muy interesado en mi respuesta.
Por suerte, la lluvia que creí pasajera, comienza a caer nuevamente y con algo de fuerza, interrumpiendo la conversación.
—Grandioso —Dice James con sarcasmo —¿Te parece si nos vamos a casa? No quiero mojarme mucho. Aunque no importa mucho, ya que estamos realmente lejos del departamento.
—Tienes razón.
Ambos miramos a nuestro alrededor. Estamos en el puente Hungerford, es bastante tarde, y estamos absolutamente solos. Luego de compartir una fugaz mirada, no hacemos nada más que solo reír mientras iniciamos el retorno al departamento.
De pronto, mi teléfono suena por un mensaje de Joe.
Joe: Dónde estás???
Yo: Por ahí, James y yo volveremos al departamento. Mañana iré por mis cosas aprovechando que es mi día libre.
Joe: Está bien. Diviértete.
Yo: No jodas.
Joe: jajaja.
—¿Qué pasa?
—Nada, Joe preguntaba en dónde estaba.
—Tienes un buen amigo en ese humano.
—Supongo que sí.
Llegamos al departamento completamente empapados. James se apresura en buscar toallas y me ofrece un par para secarme.
—¡Achu!
—Genial, un licántropo resfriado.
—Claro que no. Solo estornudé, nada más.
—Claro, claro.
No me he enfermado en meses. Además, vengo de un lugar en donde es invierno todo el año.
Me doy un baño para entrar en calor. James insistió en que me metiera al agua luego de oírme estornudar varias veces.
—Ya llevo veinte minutos bajo la ducha, ¿ya puedo salir?
—Diez minutos más, Beck. —Dice desde el otro lado de la puerta —Así el resfrío será por menos tiempo.
—Ya te dije que no me enfermaré.
—Di eso mañana —Ambos reímos. —Y bueno... ¿Vas a decirme por qué te molestaste esta mañana?
Por un momento finjo que no lo escucho y solo pongo atención en el ruido que hace el agua al caer.
—¿Estás bien?
—Sí, solo... ¡Achu!
—¡Te lo dije!
—¡Cierra la boca!
Apenas logro salir de la ducha, me voy directamente a mi habitación y me dejo caer sobre la cama. El baño me dio demasiado sueño. Apenas puedo mantener mis ojos abiertos.
—Espero que mañana no insista con el tema...
Realmente sirvió de mucho hablar con alguien sobre todo el problema. Fue como si me quitara un buen peso de encima.
Fue algo realmente inesperado el encontrarme a ese lobo en ese preciso lugar y momento.
Debo decir que me gustó su compañía. De hecho, me gusta su compañía y saber que está aquí.
Ahora estoy apoyado en la puerta del baño mientras Iki se da un baño. En menos de diez minutos estuvo estornudando varias veces.
Luego de reírnos un rato, llega a mi mente esa pregunta que quedó en espera por nuestra huida de la lluvia.
Iki evita mucho mi pregunta. Supongo que lo mejor será dejarlo así. No quiero parecer un obsesionado por el asunto. Solo quiero eliminar una hipótesis algo "ridícula".
El resto de la noche me la paso releyendo uno de mis tantos libros. Mientras bebo un café y escucho la lluvia caer, se forma el ambiente perfecto para una noche de lectura. Eso, y que puedo escuchar los ronquidos de Iki desde su habitación.
Al llegar la mañana, no puedo dejar de sonreír con satisfacción mientras observo a Iki desde la mesa del comedor.
Se ve realmete mal, y ese sonido proveniente de su nariz me hace un poco de gracia. Me pregunto si puede oler algo ahora.
—¿Estás bien? —Me mira con una expresión seria y no hago más que solo reír por eso. —Suerte que no tienes que trabajar hoy, ¿no?
—Al menos... —Su voz se escucha cansada y sus ojos parecen luchar por seguir abiertos.
—Deberías dormir durante el día. Te ves realmente mal —Niega con la cabeza intentando servir su desayuno. Decido levantarme y acercarme a él para tocar su frente —Estás ardiendo en fiebre, definitivamente deberías quedarte en cama todo el día.
—Estoy bien, solo necesito...
—Descansar. Es tu día libre y estás enfermo. ¿Qué ganas haciendo algo ahora? Podrías empeorar tu estado y terminar en el hospital o algo así.
—Pero...
—Nada de peros, Beck, ahora ve y recuestate en algún lugar.
Iki me mira algo sorprendido por la dureza con la que le ordeno ir a descansar. No puedo creer que se comporte como un niño.
—No puedo creer que te comportes como un niño, ¿qué edad tienes?
—Ya cállate... —Dice manteniendo los ojos cerrados mientras permanece recostado sobre el sofá —No puedo creer que te quedes sentado para hacer guardia...
—No tengo problemas con eso. Además, no tengo nada mejor que hacer hoy. Al menos por hoy...
Apenas Iki consigue dormirse, no puedo evitar observarlo. Me gusta lo pacífico que se ve y lo...
—Genial...
Ahora tengo un licántropo durmiendo a mi lado en el sofá. Supongo que es mi culpa por insistir en que se recostara aquí. Es curioso ver que se transforme mientras duerme, ahora tengo curiosidad sobre cosas de hombres lobo.
—James... —Lo escucho murmurar —James...
¿Ahora qué le pasa? ¿Por qué me llama mientras duerme?
No sé por qué, pero al ver que está un poco intranquilo, decido dejar mi libro a un lado para acercarme un poco más a él y llevar mi mano a su cabeza.
—Tranquilo, Beck —Digo en voz baja. Eso parece tranquilizarlo. —Estoy aquí, contigo.
El ver su leve sonrisa me hace un poco de gracia. Me siento relajado estando así. Él me hace despejar mi mente de todo problema.
Reposo mi cabeza en el respaldo del sofá sin dejar de mover mi mano entre las orejas de Beck.
—Me pregunto, ¿por cuánto tiempo más seguiremos en este juego?
Beck no puede engañarme, es demasiado transparente y no puede ocultar por mucho tiempo el cómo se siente o qué siente. Yo solo estoy haciendo las cosas menos incómodas para él. Pero creo que me está comenzando a tomar un poco de trabajo cuando estoy a su lado.
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