Realmente tener esa sesión con James me ayudó bastante. Al final me dijo los puntos en los que debía trabajar para reflexionar. Y su consejo...

—Anda, llama a tu familia y arregla las cosas. Eso mantendrá la paz mental tanto para ti como para ellos.

—Supongo que tiene razón en eso —Digo mirando el número de mi padre en la pantalla del teléfono —.Vamos allá...

Espero un poco nervioso a que papá conteste el teléfono.

Qué raro, siempre contesta casi de inmediato.

—¿Iki?

—Hola, Mamá.

No había hablado mucho con ella en este último tiempo. Pero me alegra oirla justo ahora.

—¿Cómo estás, cariño? Tu padre salió con Finn y olvidó su teléfono en casa.

Al igual que papá, mamá habla el idioma con fluidez y prefiere no hablar en noruego para "ayudarme" a no olvidarlo. Como si no practicara a menudo en este lugar.

—Estoy bien, solo un poco cansado por el trabajo y... —Guardo silencio.

—También te extrañamos, hijo.

—Ma, ¿qué fue lo que papá te dijo? —Ahora ella guarda silencio —Por favor, ma. Solo dímelo.

—Está cansado, Iki. Está harto de visitas al médico, pasar días enteros en el hospital, tener recaídas... Está cansado de todo eso.

—¿Lo apoyas?

—No al cien por ciento. Pero supongo que también estaría cansada si estuviera en su lugar, ¿lo entiendes?

—Sí, entiendo...

—Cuéntame cómo has estado. Dijiste que habías encontrado un lugar en dónde quedarte y que lograste un contrato.

—Sí, bueno, no está muy lejos de mi trabajo y el chico es muy agradable. Hemos charlado mucho en el último tiempo. Y en cuanto al trabajo, soy el cuidador del ambiente de los lobos. —La escucho reír por lo bajo.

—Siempre te gustó estar ahí desde que visitaste ese lugar. Me alegro por ti, Iki.

—Gracias, mamá.

Luego hablar un rato más, logro escuchar las risas de Finn y de papá. Al menos todo va bien entre ellos. Mamá se despide de mí y le entrega el teléfono a mi padre.

—¿Hola?

—Lamento colgar así hace rato. Estaba...

—Tranquilo, estabas alterado. 

—Aun así...

Un ligero silencio se arma entre nosotros hasta que escucho que Finn le arrebata el teléfono a papá.

—¡Iki!

—Hallo Bror —Lo saludo en nuestra lengua madre.

—¡Adivina! —Me sorprende escucharlo —¡Pappa dice que podré ir este verano a Londres contigo!

—¿De verdad? Solo falta un par de meses para eso.

—¡Lo sé! ¡Quiero que pasen rápido para ir y conocer Londres!

—Claro que sí, hermanito. Ahora dale el teléfono a Pappa, hablamos más tarde.

—Está bien.

Escucho a papá reír mientras retoma el control de su teléfono. Pero basta con oírlo toser un par de veces para preocuparme nuevamente.

—¿Pa?

—Estoy bien. No es nada. Por cierto, ¿no debías ir a trabajar?

—Sí, bueno... Hubo un cambio de planes y...

—¿Acaso te...?

—No, no, no, no —Me apresuro en hablar —Solo me dieron el día libre al igual que mañana.

—Ya veo.

—Yo... Solo llamaba para disculparme...

—No hacía falta.

—Claro que sí. Hablamos en otra ocasión.

—Está bien. Ten un buen día.

—Te quiero, pa.

—Y yo a ti, hijo.

Luego de terminar la llamada, me dejo caer sobre mi cama y me estiro dejando el teléfono a un lado mientras permanezco con la vista hacia el cielo de la habitación.

—Realmente me siento mucho mejor conmigo mismo después de esto —Río por lo bajo —Supongo que sí necesitaba ayuda después de todo.

Por varios minutos, no puedo dejar de pensar en lo curioso que es toda esta situación. Desde que James es un vampiro hasta el que es mi ¿psicólogo? ¿Psiquiatra?

Me pregunto qué pasará en unos días o semanas más.

La charla con ese lobo salió bastante bien. Su situación no es tan grave como creí. Hasta siento que con la primera sesión dio un gran paso.

—Bien por él.

Lo escucho reír por lo bajo en el interior de su habitación mientras habla. Ha de estar hablando con su familia.

Mi teléfono anuncia los mensajes de Rita.

Rita: Hola. Mi hermano hizo planes y no creo poder salir esta noche.

Rita: Lo siento.

Yo: No te preocupes. Disfruta la compañía de tu hermano. La familia es importante.

Ahora que lo pienso, me siento un tanto hipócrita por decir eso. Digo, sí recuerdo a mis padres y toda la cosa; pero Robbie no. Era muy pequeño cuando todo ocurrió y me lo llevé a otro sitio del mundo para protegerlo.

—Alemania, Rusia, España... Inglaterra. Creo que este es el lugar en el que por más tiempo he permanecido. Quizás ya vaya siendo tiempo de que vea otros lugares antes de que algún vejestorio diga "Te pareces a un chico que conocí hace mucho" o "¿Acaso eres...?".

Luego de casi una hora, noto que el silencio se apodera de todo el departamento, y que ligeros ronquidos salen de la habitación de Beck.

¿Enserio está durmiendo? Despertó no hace mucho.

Ese lobo no deja de impresionarme.

Cuando ya es la hora habitual para almorzar, veo a Iki salir de su habitación, en ropa interior, y transformado en licántropo mientras deja salir un profundo y largo bostezo.

—¿Es necesario transformarte cada vez que duermes? —Iki me mira para luego mirarse a sí mismo. Parece darse cuenta de su apariencia

—Es... Es involuntario cuando duermo. —Parece algo avergonzado. —Haré algo de comer. ¿Quieres?

—No acostumbro a comer...

—¿Comida cocinada?

—Comida humana. En fin, no sabía que también cocinabas.

—No todos los días como basura con Joe ¿sabes? —Bromea —En ocasiones me preparo comida decente.

La curiosidad me gana y termino siguiéndolo a la cocina para ver con mis propios ojos cómo ese lobo cocina.

Si esto fuera un restaurante, definitivamente no comería absolutamente nada por miedo a encontrar pelo en mi comida.

—Al menos podrías dar un tema de conversación para que no parezca que soy el centro de atención en este momento —Sus palabras me sorprenden. Suena serio. —Odio sentir que me miran cuando hago algo.

—Entiendo —Pienso unos minutos en busca de un tema de conversación —Está bien. Dime Beck, ¿tienes novia, novio, amante? —Lo noto tensarse sin dejar de mirar lo que hace.

Ahora muero por saber lo que dirá y la razón de su reacción.