64 - RL+ VIDEO + IG
Nota: Este sería el vídeo que Sil graba con la help de Chris en este capi, obviemos que dice I'm Zoey Deutch, y que estaba en NY, y quedémonos con Silver Lane. Es que es taaaan Silsil que tenía que ponerlo sí o sí
https://youtu.be/GaynHJeITcw
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Esa mañana Chris madrugó mucho más que Silver.
Tenía una importante reunión con el equipo de Apple TV, de cara al inminente lanzamiento de Defending Jacob, y después había quedado a desayunar con Sebastian, para ponerse al día en general y discutir algunos temas legales sobre el caso de Elle.
Cuando conducía de regreso, recibió un mensaje de Silver, avisándolo de que había ido a su casa a recoger unas cosas.
Hacía meses que compartían techo. Lo cierto era que, dada la cercanía de sus viviendas, el proceso había resultado muy natural; vivían juntos en casa de Chris simplemente porque disponía de un acceso más rápido desde la carretera. Aunque estaba encantado con lo espontáneo y sencillo que había sido alcanzar ese punto de la relación, Chris tenía ganas de hacerlo oficial, y para ello precisaba tener esa conversación con su novia.
Con esa idea en mente, aparcó en casa de Silver, donde ella, le había dicho que estaría, y subió al último piso, encontrándosela en el baño anexo al dormitorio, en pie frente al espejo, y con casi un centenar de productos de belleza dispuestos sobre la encimera de mármol... Además de su cámara de vídeo profesional, esa que ella misma le había regalado a él unos años atrás, cuando en una conversación él había confesado que, además de actuar, también quería aprender a dirigir películas.
―Me da miedo preguntar qué estás tramando ―señaló Chris, tras entrar en el baño y abrazarla por la espalda, para luego darle un rápido beso en los labios―. No necesitas todos eso, lo sabes, ¿verdad? Ahora no llevas nada de maquillaje y estás preciosa.
―De eso se trata ―respondió Silver, devolviéndole una sonrisa a través del espejo―. Amalie está promocionando una marca de cosméticos, y hace unos meses nos preguntó si queríamos colaborar. Y también tenía pendiente de hacer este vídeo para VOGUE sobre mi rutina de cuidado de la piel, y maquillaje, así que pensé en aprovechar y hacer las dos cosas juntas ―explicó―. En Londres, con los rodajes de Woolf, no tenía tiempo de ponerme con esto... En realidad, tengo muchas más cosas pendientes de las que creía ―chasqueó la lengua.
Chris esbozó una pequeña sonrisa. Aunque Silver era una de las personas más trabajadoras que conocía, tendía a aceptar mucho más de lo que podía manejar, por lo que al final siempre se le acumulaba el trabajo, o se veía apurada para hacer todo en el último momento.
―Entonces, deja que te ayude.
―¿Estás seguro? ―Silver enarcó una ceja, divertida―. Tiene que quedar bien, se va a subir en el canal de VOGUE.
―¿Dudas de mí? ―Él se llevó una mano al pecho, falsamente ofendido―. Te recuerdo que estás ante un director profesional. Tú misma dijiste que te enamoraste de mí en Before we go ―añadió, con una mueca burlona.
―Me enamoré de tu faceta de director ―puntualizó ella sonriente―. De ti ya estaba enamorada desde mucho antes. ―Se encogió de hombros.
Chris levantó la vista de la exposición de productos cosméticos que estaba curioseando, y le dedicó a su novia una sonrisa cargada de significado; pidiéndole disculpas con la mirada, enternecido y, sobre todo, agradecido por haber recibido esa segunda oportunidad.
Todavía no se explicaba qué rayos ocupaba su cabeza en aquella época para haber estado tan ciego... Ahora simplemente se consideraba el hombre más afortunado del mundo por tener a Silver a su lado.
―¿Qué es esto? ―señaló una pequeña barra de metal esmaltada en dorado.
―Un vibrador para la cara ―respondió Silver, mientras colocaba el resto de los productos a fin de poder organizarse mejor una vez que empezase a grabar el vídeo―. Para estimular la circulación de las mejillas, y esas cosas.
―¿En serio?, ¿eso existe? ―Chris sonrió y, un segundo después, una mueca mucho más pícara ocupó su rostro―. ¿Tienes más?
Esta vez fue Silver la que levantó la mirada de la encimera, con los labios torcidos en una expresión traviesa.
―Claro que tengo más.
―¿También para la cara? ―insistió Chris, cuyas facciones ya delataban lo qué pasaba por su mente. Ideas muy, muy interesantes.
Silver solo sacudió la cabeza en un gesto negativo. No, los otros vibradores que tenía no eran para la cara, precisamente.
―Vaya, vaya, Silver Mallory Lane, ¿se puede saber por qué no me habías dicho antes que te gustan los juguetes sexuales? ―canturreó Chris, acercándose más a su novia, hasta dejarla atrapada entre el lavamanos y su cuerpo―. ¿Dónde los guardas?, ¿puedo verlos?
Ella se echó a reír, y posó ambas manos en el torso del actor, tratando de impedir que siguiera acorralándola. Era muy consciente de que, si continuaban por ese camino, terminarían haciendo cosas muy diferentes a grabar ese spot para VOGUE.
―Te los enseño cuando terminemos con el vídeo ―le propuso, guiñándole un ojo.
―Me gusta ese trato ―accedió Chris, para enseguida tomar la cámara en sus manos y colocarse de nuevo frente a Silver, en busca del mejor ángulo.
Los siguientes minutos estuvieron plagados de risas y bromas, mientras ella presentaba y explicaba cómo aplicar toda clase de cosméticos, desde cremas hidratantes, hasta cucharas de frío, aceites anti acné, y sus imprescindibles en maquillaje... Todo con su particular carisma y naturalidad frente a la cámara, ese desparpajo y encanto tan suyos, imposibles de imitar.
A Chris le encantaba ver cómo su novia en verdad disfrutaba mostrando y usando todos esos potingues que para él poco tenían de diferente entre sí. Que a Silver le apasionaba la cosmética no era novedad, pero eso no quitaba que él no aprovechase el momento para dejar caer algún comentario socarrón, y divertido.
―¿Otro más, Sil? ―protestó él, sin perder la sonrisa burlona―. Llevamos diez minutos de vídeo, y una media hora grabando, ¿estos vídeos no suelen durar cinco minutos como mucho?
―No, no, todavía falta el colorete de Channel, y los polvos, y el gloss...
―¿Te estás echando pintalabios en la nariz?
―Tú hazme caso, tiene sentido ―lo hizo callar ella―. No hables y graba.
Tras otros quince minutos plagados de tomas falsas, risas y burlas el uno al otro, donde Chris terminó tan pintado como ella, pero de forma mucho menos elegante, Silver al fin le dio el visto bueno a la grabación.
―Vale, yo he cumplido mi parte ―comentó el actor, tras dejar la cámara y pasar el vídeo a su cuenta apple, con intención de editarla más tarde―. Ahora tú tienes que enseñarme algo ―añadió, arqueando las cejas, al tiempo que empezaba a abrir un cajón en el baño, en busca de eso que había pedido ver.
―¿En serio piensas rebuscar en toda mi casa hasta que los encuentres? ―respondió Silver, sentándose en la encimera con toda la tranquilidad del mundo. La casa era muy grande, si el plan de Chris era abrir cajón por cajón, tenía para rato.
―Tienes razón, voy a pensar a lo Silver Lane ―repuso él, rascándose la barba y entrecerrando los ojos con suspicacia.
Antes de que ella pudiese reaccionar, él ya estaba saliendo del baño, muy decidido, de camino al vestidor anexo al dormitorio principal.
―¡Chris, espera!, ¿a dónde vas? ―Silver saltó de la encimera, y fue tras él.
Cuando lo alcanzó, él ya abría una de las cómodas inferiores, donde ella guardaba algunos complementos... Y otras cosas.
―¡Bingo! ―canturreó él, triunfante, tras descubrir el contenido perfectamente ordenado en una caja de la cómoda.
―¿Cómo lo supiste? ―quiso saber ella, atónita.
―Porque sé perfectamente que en tu casa no hay nada tan organizado como el vestidor ―señaló, encogiéndose de hombros, para luego esbozar una mueca pícara, al tiempo que señalaba con la cabeza el interior del cajón―. Tienes una buena colección, Silsil ―añadió, levantando las cejas en un gesto sugerente.
Ella se cruzó de brazos, divertida.
―Que conste que la mayoría me los han regalado, aunque, bueno, yo también regalo juguetes sexuales a mis amigas, son un acierto seguro ―explicó, encogiéndose de hombros y guiñándole un ojo―. Pero ese de ahí lo escogí yo, es mi favorito ―señaló uno.
―¿Y a qué esperamos para probarlo? ―Chris no necesitó más aliciente para tomar el vibrador que Silver le había indicado y, con el otro brazo, la cargó a ella hasta la cama, sin el menor esfuerzo.
Una carcajada escapó de la garganta de la chica cuando su espalda chocó contra el colchón, pero enseguida fue ahogada por los labios de su pareja, en busca de un ansiado y apasionado beso.
No importaba que hubieran dormido juntos esa misma noche, nunca tenían suficiente el uno del otro; sensación que quedó muy clara cuando en menos de unos segundos la camisa del actor ya reposaba olvidada en algún rincón de la habitación, al igual que el vestido de Silver, quien, solo en ropa interior, se deshacía en besos y sonrisas bajo el cuerpo de su novio.
―Oye, Sil. ―Antes de llevar el juego al próximo e inminente nivel, Chris se detuvo un momento―. Quería hablarte de una cosa.
Sorprendida, Silver se incorporó sobre los codos, pero no pudo moverse mucho más, pues Chris no parecía por la labor de dejarla salir de esa prisión de férreos músculos en la que la había encerrado.
―¿Qué pasa? ¿Seb te ha dicho algo del juicio? No, no puede ser, he hablado con Elle antes de que llegases y no me dijo nada...
―No es sobre Gabrielle ―la tranquilizó Chris, consciente de que, esos días, el bienestar emocional de su mejor amiga era lo primero en la mente de Silver―. Es sobre nosotros.
―Christopher Robert Evans, no me asustes.
―No es eso lo que pretendo. ―Él esbozó una pequeña sonrisa, y solo entonces se apartó un poco, lo justo para tumbarse al lado de su novia―. Llevamos casi un año juntos, y estamos muy bien...
―Nueve meses, empezamos en junio ―lo corrigió ella.
Chris puso los ojos en blanco, pero sin dejar de sonreír. Ambos sabían que su relación había empezado meses atrás, pero a Silver le gustaba señalar esa fecha como la oficial, y él no iba a ser quien le negase el capricho.
―Bien, nueve meses ―concedió―. Durante estos fantásticos, y maravillosos nueve meses, prácticamente hemos estado viviendo juntos, y, al menos para mí, ha sido perfecto, tanto aquí, como en Londres... ―se rascó la nuca. Pese a que tenía fama de buen orador, en ese momento le costaba encontrar las palabras..., así que optó por no seguir dándole vueltas y fue al grano:― Silver, pasas muchas más noches en mi casa que en la tuya, y aunque estamos muy cerca, te echo de menos cuando no estás, las pocas noches que no te veo yo...
―Chris... ―Silver se mordió el interior de la mejilla, tan emocionada como nerviosa, pero en un sentido agradable; un cosquilleo de anticipación le recorría cada fibra del cuerpo―. ¿Me estás pidiendo que me mude contigo?
―Quiero que vivamos juntos, de forma oficial. Quiero compartir todo mi tiempo contigo ―asintió él, muy convencido―. En mi casa estamos muy bien, pero que sea allí o aquí es lo de menos, yo soy feliz mientras tú lo seas...
―¡Claro que quiero! ―Silver sonrió exultante, antes de besar a su novio en los labios, emocionada―. Pero está claro que va a seguir siendo en la tuya, ya me había apoderado de tu vestidor más grande, y además está más cerca de la casa que han comprado Elle y Seb. ¿Te imaginas? Vamos a ser vecinos, ya no tendremos que hacer cuarenta minutos por carretera cada vez que queramos vernos.
El actor sacudió la cabeza, entre resignado y divertido, pero, sobre todo, feliz. Sabía perfectamente que Silver lo amaba tanto como él a ella, pero dadas las dudas de su novia en el pasado, por un instante había temido que ella todavía no se sintiese preparada para dar ese paso.
Sin embargo, ahora los ojos de Silver chispeaban con un brillo de felicidad que dejaba muy claro que, cualquier temor por su reacción habría sido meramente infundado.
―Estás más emocionada por vivir al lado de Gabrielle que por vivir conmigo ―bromeó Chris, incapaz de disimular una expresión radiante.
―No seas idiota. ―Ella volvió a besarlo, sin dejar de sonreír―. Ya sabes que sí ―añadió, sacándole una carcajada a su novio.
Otro beso siguió al anterior, y a este otro más. Chris no cabía en sí de júbilo, embriagado en la perspectiva de empezar esa nueva etapa con su pareja, su compañera, su mejor amiga.
―Te quiero, Silver, te quiero muchísimo.
Habría seguido las cosas donde las dejaron minutos atrás, de no ser porque el teléfono de la actriz comenzó a sonar, con el nombre de Ewan iluminado en la pantalla.
Ella le dirigió una mueca de disculpa antes de cogerlo, a la que Chris respondió con una expresión dramática, pero asintiendo con la cabeza. Era consciente de que Ewan y Silver seguían llevándose muy bien, y además todavía tenían compromisos de trabajo en común.
―Contesta ―accedió él, todavía con ese puchero que a Silver le resultó adorable―. Lo bueno se hace esperar ―agregó, guiñándole un ojo.
Silver solo sonrió antes de pulsar el icono de respuesta.
―Hola, Ewan.
―Hola, Sil, ¿te pillo en un buen momento?
Ella chasqueó la lengua, y se le escapó otra mueca divertida.
―Demasiado bueno. ―No mentía, acababa de vivir uno de los instantes más felices que recordaba―. Pero dime, puedo hablar.
―Acabo de recibir un mail con otro evento en la promoción de KENOBI.
―¿Sí? Hoy aún no he revisado mi correo, ¿de qué se trata?
―El programa de Joseph Walsh, su Late Show, estamos invitados a ir mañana.
―¿Qué? ―Silver parpadeó varias veces, sorprendida. No esperaba que ese sujeto despreciable se cruzase en su carrera tan pronto, después de lo sucedido con Elle... ¿Acaso no sabía que era su mejor amiga? ¿Tan idiota era que se pensaba que aparecería por su programa como si nada hubiese pasado?
Tras ella, Chris la miró con expresión interrogante, a lo que Silver hizo un gesto de mano, indicándole que luego le contaba.
―Sé que es un poco precipitado, ¿no te va bien?
Entonces, Silver cayó en que Ewan no tenía ni idea de lo sucedido. Elle no se lo había contado a casi nadie y, por el momento, aún se habían publicado artículos o tabloides sobre ello; hasta ahora, solo en redes sociales se especulaba sobre el tema, y Ewan nunca había sido la clase de hombre que prestaba atención a esos rumores.
―No se trata de eso ―Silver exhaló un suspiro. No quería irse de la lengua, pero tenía que decirle a Ewan la verdad, porque ni loca pensaba presentarse en el programa de ese sujeto.
Tras contarle al escocés lo sucedido, este no se contuvo en mostrar su indignación y cabreo.
―Ahora mismo le diré al equipo de promoción que cancele la entrevista ―señaló, todavía con la voz algo tensa, producto del enfado.
―Gracias, Ewan ―Silver suspiró―. Y no te enfades con Elle por no habértelo dicho. Ya la conoces, no quiere que la vean como a una víctima, por eso no se lo ha contado a casi nadie.
―Lo sé, eso es muy propio de Elle. ―El escocés asintió al otro lado de la línea―. Pero hablaré con ella de todas formas. Quiero que sepa que tiene mi apoyo. Gracias a ti por decírmelo, Sil. Te vuelvo a llamar esta tarde, cuando reprogramen lo de mañana.
Tras intercambiar algunos datos más, y despedirse con ese afecto y cariño que entre ellos siempre quedaría, Silver puso fin a la llamada, para después resumirle a Chris lo poco que él no había oído ya.
―Sabes que sería genial, que todos hiciesen como Ewan, y que ese tipo se quedase sin invitados, que nadie volviese a su programa jamás ―murmuró Silver, acurrucándose en el pecho de su novio.
―Yo no pienso volver ―aseguró Chris―. Y estoy seguro de que todos en Marvel opinan lo mismo. Espero que Gabrielle vaya a juicio y lo gane, pero, en cualquier caso, la carrera de Joseph Walsh está acabada.
Silver asintió, pensativa. Cualquier mujer lo habría pasado fatal en el lugar de Elle, pero no todas habrían tenido el valor de largarse y dejarlo plantado como había hecho su mejor amiga. Para ella, Elle era una heroína; siempre lo había sido.
―Se ha metido con la persona equivocada ―aseguró, muy convencida.
―Y no está sola, nos tiene a todos nosotros ―añadió Chris, acariciando el brazo de su novia.
A continuación, volvió a besarla, esta vez de forma más lenta y pausada, casi haciéndole cosquillas con la barba, y provocando que, en pocos segundos, un hormigueo de excitación recorriese ya cada célula de sus cuerpos.
―Ya sé que es lo primero que debemos llevar a mi casa para completar la mudanza ―murmuró Chris, sonriendo a escasos centímetros del rostro de su pareja, mientras con una mano, tanteaba sobre el colchón, hasta aferrar entre sus dedos lo que estaba buscando.
Cuando el sutil sonido de una vibración llegó a sus oídos, Silver no precisó más aclaración.
Sus labios se curvaron en una sonrisa traviesa, que apenas duró, pues un segundo después, el vibrador manejado por Chris entró en contacto con su piel, y un gemido involuntario afloró de su garganta.
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TMZ News
¿QUÉ HAY REALMENTE DETRÁS DEL PLANTÓN DE GABRIELLE GAUTIER EN EL LATE NIGHT WITH JOSEPH WALHS?
(Link del artículo completo en: capítulo xcii -92- de FIRE IN THE RAIN de duffito2)
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Silverlane publicó una foto
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Silverlane nadie puede imaginar de verdad lo increíblemente trabajadora, inteligente y talentosa que es este bellezón de mujer, además de un amor de persona (se quitó los tacones cuando nos sacaban esta foto para que yo no pareciese tan bajita). Me da rabia leer las tremendas tonterías que se publican por ahí. Gabrielle Gautier es simplemente una estrella, no necesita inventar nada para ganar más fama, es la persona más sincera que conozco, y todo lo que ha logrado es gracias a su trabajo y esfuerzo. Eso es irrefutable, se diga lo que se diga.
También me parece penoso que a estas alturas de la historia todavía haya quien pone en duda la palabra de una mujer en un tema como este. Si seguimos así nunca vamos a avanzar.
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Hello mis amores
No voy a mentir, amé escribir este capi, adoro mucho a los bebés chrisver, y me encanta pensar en lo mucho que han avanzado desde que empezaron, ¿recordáis aquella época cuando Chris no se enteraba de nada? jaja. Y lo que todavía les queda por vivir, because, los big dramas aún están por llegar antes del final 🙈🙈
¿Habéis visto el vídeo? No me digáis que Zoey no es super Sil jaja
El artículo a raíz del cual Sil sube este post lo podéis encontrar en el capítulo 92 de FIRE IN THE RAIN
Also, el collage tan bonito de multimedia es un regalo de la hermosa OdessaEK
Muchas gracias a todos por leer 💕
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