07 - REAL LIFE

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

7- Nada de breve


La presentación del panel de KENOBI fue mucho más fácil y divertida de lo que Silver había imaginado. Los fans estaban entusiasmados con las noticias, los adelantos y su personaje, mientras que la prensa no dejó de hacer comentarios sobre la buena química entre todos los miembros del reparto, especialmente entre Ewan y ella.

Cuando todo terminó, la joven actriz tenía calambres en la muñeca de firmar autógrafos, pero estaba feliz. Si alguien le hubiera dicho diez años atrás que algún día tendría roles protagonistas en sus dos sagas favoritas, jamás lo habría creído.

―Ha estado bien. ―Ya en el backstage, lejos de los flashes, Ewan le pasó una botella de agua recién sacada de la máquina expendedora―. Has sabido manejarlos mucho mejor que yo en mi primera vez.

―Gracias. ―Silver tomó la botella con una expresión entusiasta. Todavía se sentía embriagada por la energía de los fans― ¿Qué haces esta noche?

―Voy a cenar con mi hermano ―contestó él.

―Vaya... ―Silver sonó algo decepcionada.

―¿Por qué?, ¿querías proponerme algo? ―inquirió él, con un gesto de curiosidad.

La actriz se encogió de hombros.

―Los de Marvel han reservado en un club para todos los del cast que estamos aquí. Había pensado que a lo mejor te apetecía ir. También estarán Scarlett, Natalie, Benedict... Sé que has hecho películas con todos ellos, y creí que podría interesarte ―explicó―. Pero si ya tienes planes, no pasa nada, otra vez será.

Ewan sonrió enternecido.

―¿Me estabas invitando a una fiesta con tus amigos? Silver, me encantaría ir, pero no quiero que te sientas responsable de mí toda la noche.

―No digas tonterías. ―Silver se mordió el interior de la mejilla―. O sea, yo quiero que vengas, pero si no puedes no pasa nada. Lo entiendo, la familia siempre está primero ―repuso, convencida. Tenía muy claro que ella nunca cancelaría un encuentro con su madre o su hermano por una cita... Aunque la invitación que acababa de hacerle a Ewan tampoco era una cita exactamente, solo otra quedada más después del trabajo...

Él se mantuvo en silencio apenas un instante antes de asentir.

―Me pasaré después de la cena ―aceptó, para luego esbozar una pequeña sonrisa algo azorada―, pero tendrás que ser paciente conmigo, ya no tengo veinte años, no sé si estaré a la altura.

Silver no pudo evitar que una suave carcajada abandonase su garganta.

―¡Venga ya! Sé por buenas fuentes que fuiste mucho más fiestero que yo a mi edad. Estoy segura de que aún lo llevas dentro.

Ewan no tardó en contagiarse de la risa de la joven.

―Algunas fiestas sí he vivido. ―Se llevó una mano a la nuca―. Pero ahora soy más aburrido.

―Lo dudo. ―Silver sonrió―. Te mandaré un mensaje con la dirección, yo iré con unas amigas. ―Iba a añadir algo más, pero el teléfono empezó a vibrarle; Gabrielle la necesitaba para entretener a Sebastian―. Tengo que irme. Te veo esta noche.

El resto de la jornada fue igual de entretenida; después de asistir al panel de Marvel como espectadora, y sacar mil fotos (especialmente a la cómica cara de Sebastian Stan cuando se enteró de que Gabrielle sí estaría en la serie de Falcon & Winter Soldier) regresó al hotel con sus amigas y se arregló para la salida.

Como de costumbre, estuvo lista mucho antes que Elle, quien seguía en ropa interior cuando Sebastian subió a buscarlas. Silver tenía experiencia en sentirse de más cuando esos dos estaban juntos, pero tampoco quería dejar a su amiga colgada, sin embargo, Gabrielle le insistió en que fuese yendo.

―¿Y Gabrielle? ―Scarlett enarcó una ceja cuando la vio entrar sola al coche.

―Aún no había terminado de arreglarse ―respondió Silver―. Sebastian está con ella.

―Entonces van a tardar ―intervino Lizzie, con cierto deje burlón.

El trayecto en auto fue breve. A la entrada del club fueron sorprendidas por algunos paparazzi que, de algún modo, habían logrado enterarse de que casi todo el cast de Marvel estaba de fiesta en el interior. No obstante, enseguida lograron entrar e ingresar en la zona VIP.

Chris Hemsworth fue el primero en acercarse a ellas e invitarlas a unas copas, seguido de Anthony Mackie y Jeremy Renner, que ya tenían sus vasos medio vaso vacíos.

―Había pedido un mojito para ti ―le dijo el australiano―, pero has tardado, y he tenido que bebérmelo.

Silver rio y le dio un puñetazo amistoso en el hombro.

―He oído que has invitado a McGregor ―inquirió Mackie, pasándole otro cóctel a la chica, este todavía sin empezar―. ¿Ya lo sabe nuestro amigo el miope?

―Sé que os cuesta creerlo, pero no informo a Evans de todos mis pasos ―repuso Silver en tono despreocupado, sin sorprenderse por el comentario. Sus sentimientos por Chris eran de dominio público en el equipo de Marvel desde hacía mucho―. De todos modos, no creo que le importase. Y a mí tampoco, ¿no os lo han dicho las chicas? Soy una Silver nueva y fresca, eso se acabó.

―¿Y esa Silver nueva va a sacarme a bailar?, ¿o tengo que robarle otro cóctel? ―repuso Hemsworth con cierto dramatismo divertido.

Ella se echó a reír. Con su copa en una mano y el australiano de la otra, fue hacia el centro de la pista de baile, donde simplemente se dejó llevar durante varias canciones, hasta que Gabrielle llegó con Sebastian, casi una hora más tarde.

Las chicas se pasaron entonces a uno de los reservados, donde los chupitos no dejaban de llegar, acompañados de risas, charlas y cotilleos. Jessica les contó todo sobre su décimo aniversario con Justin Timberlake, Natalie Portman y Scarlett también hablaron entusiasmadas de sus maridos y sus hijos, Lizzie de su próximo compromiso...

Aunque se lo estaba pasando realmente bien, Silver no podía evitar que su mirada volviese una y otra vez hacia la entrada. No creía que Ewan fuese a darle plantón, estaba segura de que era la clase de hombre que siempre cumplía su palabra, pero los nervios seguían ahí... Tal vez eso de pasar tantos años enamorada de un hombre que no la correspondía había hecho mella en su confianza... No, ella no era así.

―¡Vamos a bailar! ―propuso Lizzie de repente, arrastrándola consigo y con las demás hasta la multitud.

Silver se dejó llevar, pero en el camino, alguien más le posó una mano en el hombro, captando su atención.

―Siento el retraso ―dijo Ewan, con ese acento escocés que a Silver le encantaba―. He intentado venir antes, pero no he podido...

―No te preocupes ―lo interrumpió ella―. Ven, te invito a una copa.

Fueron juntos hacia la barra, alejándose un poco de los demás, donde Silver pidió dos cócteles. Ya llevaba unos cuantos, más de los recomendables, pero todavía tenía aguante de sobra. Había alcanzado ese punto entre la euforia y la completa despreocupación; los ojos le brillaban más de lo normal y las mejillas se le habían enrojecido ligeramente, pero aún era perfectamente consciente de todos sus actos.

La conversación con Ewan fluyó enseguida. Él no dudó en compartir con ella sus historias de juventud, anécdotas geniales que provocaban en Silver una risa tras otra. Tomaron copas con sus compañeros de reparto y no dejaron de charlar en toda la noche.

En un momento dado, divisaron a Gabrielle y Sebastian entre la multitud. Pensaron en ir a saludarlos, ya que Ewan tenía muy buena relación con la canadiense desde que había interpretado a su padre en el MCU, pero cuando el baile entre la pareja de actores empezó a subir de tono, Ewan y Silver dejaron esa idea a un lado; interrumpir la química entre esos dos debería considerarse delito.

―¡Adoro esta canción! ―exclamó Silver de repente, al escuchar uno de sus temas preferidos.

Sin pensarlo dos veces se mezcló con la multitud y empezó a bailar. Con la emoción había olvidado invitar a Ewan, pero él no tardó en aparecer a su lado.

Seguía siendo divertido, muy divertido, estar con él. El escocés transmitía una energía muy particular y adictiva.

―Así que esta es una noche normal en la vida de Silver Lane ―comentó Ewan, casi rozándole la oreja con los labios para hacerse oír por encima de la música y la multitud. Estaban muy juntos, los brazos de la chica le rodeaban el cuello, y sus manos descansaban en la cintura femenina en un gesto que había surgido de forma natural.

―No del todo. ―Ella se acercó todavía más a él. La canción invitaba a hacerlo, al igual que el ambiente a su alrededor y el alcohol fluyendo por su sistema.

Al igual que durante su última cena con Ewan, llevaba toda la noche sin pensar en Chris, todo un récord para ella. Con nadie más había logrado sentirse así. Quizás el momento fuese algo precipitado, tal vez todo estuviese en su cabeza y había malinterpretado las señales... pero no podía obviar lo que sus sentidos parecían gritar, y mucho menos ser una cobarde. Nunca lo había sido.

Se moría por besar al hombre que tenía delante. Si él no tomaba la iniciativa, ella lo haría.

Cuando quiso darse cuenta, ya lo había hecho. Para no variar, sus impulsos le habían ganado la batalla a la lógica.

Fue un beso breve y precipitado, pero ni mucho menos torpe o casto. Silver se aseguró de disfrutar cada instante; ya se enfrentaría luego a las consecuencias, si es que las había.

―Tengo que confesar que no esperaba eso ―admitió Ewan, tras separarse. No parecía molesto, solo sorprendido y algo azorado.

―Lo siento. ―Silver ladeó la cabeza. Todavía estaban muy pegados, en medio de la multitud, pero ajenos a todo lo que los rodeaba―. Bueno, en realidad no lo siento. Me ha gustado, me ha gustado mucho.

La canción terminó y Time to Pretend de MGMT tomó el relevo. Silver no pudo evitar sentirla apropiadamente irónica.

―¿Recuerdas lo que te dije esta mañana? ―Ewan rompió el fugaz silencio entre ellos. Los ojos le ribeteaban con un brillo intenso, magnético―. Sobre que fueses paciente conmigo.

Silver asintió con curiosidad. Un escalofrío de expectación le recorrió la espina dorsal.

―Pues lo retiro ―añadió él, ahora con las comisuras de los labios arqueadas en una sonrisa cargada de intenciones compartidas, una expresión divertida, sincera y traviesa―. No quiero que seas paciente.

Dicho esto, volvió a juntar sus labios. Y, esta vez, el beso no tuvo nada de breve.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top