➫ Chapter 29

Minho

Todos mirábamos al hombre expectantes a lo que fuera a decir.

Mis manos apretaban impaciente el borde de mi sudadera, estoy nervioso.
No quiero que nada vaya mal con noona.

— Bueno... tengo buenas y malas noticias. Lo bueno es que está fuera de peligro. Tuvimos que operar ya que presenta quebradura expuesta de Tibia, hay golpes y heridas superficiales, pero nada mucho más grave, tuvo suerte. El golpe que recibió fue bastante fuerte.

Inmediatamente se oyó un suspiro al unísono. Sus padres se abrazaron y siguieron mirando al médico, mientras Felix sonrió más tranquilo a mi lado.

— ¿Pero? —preguntó su madre con voz temblorosa.

— La peor parte se la llevó la cabeza, hay varias contusiones. Puede que haya algún inconveniente, por eso estará en observación hasta que despierte.

— Muchas gracias —dijo el hombre, estrechando la mano con el doctor.

— Estará bien —dijo sonriendo levemente.

Él se fue y nosotros nos volvimos a sentar, más tranquilos. Felix estaba mejor, y sus padres se mantenían abrazados diciendo lo fuerte que noona es.

En ese momento, Hyunjin y Jisung regresaron. El primero parecía estar más calmado, aunque ni siquiera me miró cuando llegó con nosotros.

— Chicos —dijo sonriendo la mujer, levantándose para saludarlos —, ya vino el doctor, y dijo que mi bebé estará bien.

— ¿En serio? Que alivio —suspiró Hyunjin con una sonrisa, abrazándola.

Por un momento, desvié la vista incómoda. Me sentía ajeno, totalmente fuera de lugar. Se notaba de lejos que él se llevaba bien con su familia, aunque no sabría decir lo mismo con respecto a Mingu, porque se mantenía en silencio y apacible, ni siquiera hablaba con Felix, mucho menos con Jisung.

En ese momento, recibí un mensaje de mamá, diciéndome que ya debía volver porque se hacía tarde. Ya iban a ser las nueve, y la ventana detrás nuestro nos permitía ver que había anochecido.
Le respondí que ahora iba y enseguida escribí en las notas.

"Debo irme."

— Vamos, yo estaba pensando en ir a casa a ducharme y a comer algo —dijo Felix levantándose —. Tía, Minho se va, yo ahora vuelvo —dijo viendo a la mujer.

Ella se levantó también y sin previo aviso me abrazó, cosa que me tomó desprevenido.

— Muchas gracias por estar aquí. Descansa —dijo de forma dulce, y yo no pude evitar sonrojarme.

Su sonrisa es igual a la de noona, y al verla, algo tembló dentro de mi. Quizá fue el recordar que Jae está internada, no lo sé, sólo me desconcertó un poco y supe que mi ánimo no era el mejor. Aunque ella estaría bien, no podía evitar sentirme mal y preocuparme.

Hice una rápida inclinación y comencé a caminar junto a Felix.

— Seguro que voy a quedarme toda la noche, por si Jae despierta —avisó mientras nos dirigimos al ascensor —, ¿quieres que te avise cualquier cosa?

Y yo no dudé en asentir rápidamente.

No me importaba si despertaba a las cuatro de la mañana, yo quiero estar cuando lo haga.

Durante el trayecto en el elevador, no pude evitar pensar cuánto habían cambiado las cosas. Al inicio, cuando conocí a los chicos, me sentía incómodo y hasta nervioso, creyendo que nunca encajaría con ellos y que tarde o temprano la idea de noona se iría a la mierda al intentar integrarme a su grupo, pero ahora, teniendo a Felix a mi lado mientras pasábamos por el tercer piso, la tranquilidad y satisfacción me invadieron repentinamente.

Ella había tenido razón desde un inicio; realmente iba a llevarme bien con ellos.

Ahora sólo quiero que noona despierte para que entre los cuatro, porque aunque Hyunjin y yo no nos llevemos bien de todas formas él iba a estar con ella, podemos cuidarla durante su recuperación. Era seguro que estaría sin ir a clases un tiempo debido a su lesión en la pierna, nos necesitaría más que nunca.

— ¿Estás bien solo? —preguntó Felix cuando nos detuvimos en la acera del hospital.

Asentí seguro. Él no se veía muy convencido.

— ¿Es mucho pedir que me escribas cuando llegues a casa?

"Te preocupas demasiado."

— Lo sé —rió suave —, pero es normal. No tengo muchas personas por las cuales preocuparme, realmente, así que aprovecho de hacerlo por las pocas que tengo.

"Te avisaré, tranquilo."

— Bien —sonrió satisfecho —, nos vemos, Minho.

Le dediqué una sonrisa cuando se volteó comenzando a caminar.
Yo hice lo mismo en sentido contrario. Mis pasos eran rápidos ya que estaba haciendo frío y no me había venido muy abrigado que digamos.

Cuando llegué a casa, mamá comenzó a preguntarme enseguida lo qué había pasado, preocupada por noona. Le resumí todo con señas que ella entendía a la perfección. Se alegró cuando supo que ella estaría bien, que no había sido mucho más grave.

Subí a mi cuarto y recién ahí le envié un mensaje a Felix, avisándole que ya había llegado. Me respondió con un pulgar en alto, y yo me reí por lo bajo; se sentía bien que alguien se preocupara.

Más allá de noona, ahora también tenía a Felix y Jisung, y eso me hizo sentir mejor que nunca.
Me di cuenta que no necesito estar lleno de amigos para sentirme querido y aceptado, que el sólo tener unas pocas personas que tengan sentimientos sinceros es suficiente.

Ellos tres son suficientes.

***

Al otro día, no fui a clases. Le pedí permiso a mamá para faltar y así ir al hospital.

No había tenido noticias de Felix, así que supe que noona no había despertado en la madrugada por lo que realmente esperaba que lo hiciera en las siguientes horas.

Llegué al hospital y ahí estaban todos.
Me senté a un lado de Jisung luego de saludarlo, se veía cansado.

"¿También te quedaste toda la noche?"

— Sí. Me quedé haciéndole compañía a Felix, me dio pena dejarlo solo —respondió, e inmediatamente cubrió un bostezo.

"¿Y en dónde está?"

— Fue a comprarse un café —informó con una pequeña sonrisa —. No han dicho nada más, así que suponemos que nada ha cambiado y que Jae sigue bien.

Yo bajé la vista pensativo, no, más bien preocupado.

"A decir verdad, me preocupa lo de su cabeza."

— Seguro no es nada. Es decir, en los accidentes siempre hay golpes en la cabeza, ¿sabes? Y no por eso se mueren o se agrava la condición. Seguro Jae va a despertar y todo va a estar bien —dijo tranquilo, sonriendo.

Sonreí asintiendo, creyendo en sus palabras.
En ese momento Felix regresó y se quedó de pie a un lado, bebiendo de su vaso plástico. Se veía cansado, pero él no se iría por nada del mundo.

— Despertó —dijo repentinamente el doctor.

— ¿En serio? —murmuró su madre, levantándose rápidamente.

— Sí, y todo está bien. Pueden pasar, pero no la llenen de preguntas, acaba de despertar —pidió amable.

Todos nos levantamos y lo seguimos por el corredor, hasta que abrió la puerta corrediza para dejarnos pasar.

— Mi cielo —dijo entre lágrimas la mujer, acercándose para abrazar a noona.

— Estoy bien —dijo sonriendo.

Su pierna derecha estaba enyesada, y tenía algunas vendas en los brazos y otra en la cabeza.

Inmediatamente, Felix y Jisung se le fueron encima y ella rio. Parecían tres infantes.
No pude evitar sonreír cálido al verlos.

— Hola, Minho, qué lindo verte —dice mirándome finalmente, sonriendo como siempre lo hizo.

Yo me acerqué apenas aguantando la emoción, y sin previo aviso la abracé, pero había algo; se tensó bajo mi tacto y no correspondió mi abrazo.

— Uhm... —musitó notándose incómoda —, es lindo verte, aunque me sorprende. ¿Por qué estás aquí?

Fruncí el ceño contrariado.

— Jae, es Minho —dijo Felix señalándome.

— Sé que es Minho, lo ayudé hace unos días en la biblioteca —dijo sonriendo extrañada.

— ¿Ah? —murmuró Felix nuevamente —, no, eso no es cierto. Eso fue hace mucho.

— Ah... llamaré al doctor —dijo su madre, saliendo rápidamente de la habitación.

— ¿En dónde está Hyunjinnie? —preguntó repentinamente, y yo sentí mi interior retorcerse.

¿Hyunjinnie?

En ese momento, Hyunjin entró al cuarto, y apenas lo vio no demoró en chillar emocionada, estirando sus brazos. Él fue y la abrazó, siendo correspondido inmediatamente por ella.

— Algo va mal —murmuró Jisung detrás nuestro.

¿Mal? Pésimo, horrible. Todo estaba mal.

Noona no me recordaba como Minho, el chico que le había confesado sus sentimientos, que había compartido con ella, que se había vuelto su amigo y que la había besado en más de una ocasión.

Me recordaba como Minho, sólo como el chico que no lograba encontrar un jodido libro de biología para su trabajo, el cual ella me ayudó a conseguir.

Prácticamente, volvía a ser nada para ella, y eso estaba destrozándome.

Esto no podía estar pasando.

...

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