Speak now or forever hold your peace

No fue amor a primera vista, eso no existía pues el amor lleva tiempo y esfuerzo que podría empezar con una chispa minúscula e insignificante, pero al descuidarte tu corazón podría convertirse en una bola de fuego dominado por el deseo egoísta de que toda su atención y su ser, sean completamente para ti. Era un pecado en muchas circunstancias y un detonador para la bomba de tiempo del desastre.

Todoroki Shouto no fue criado ni instruido en el tema de amor en ningún momento de su vida, su meta siempre fue ser un héroe por lo que el chico nunca desarrollo el deseo de un amor egoísta.

El pobre bicolor no sabía él porqué de sus repentinos sonrojos al escucharla reír, el porque sentía escalofríos al rozar sus manos, la felicidad y alegría burbujeante que sentía al escucharla y verla, el tener mariposas de cera en su estómago que se derretían de forma lenta por la calidez que sentía en su interior cuando Ochako lo abrazaba. No sabía amar y ser amado de vuelta.

Hasta que experimentó la peor situación de ser testigo de que la persona amaba se enamoraba de alguien más, pero no de cualquiera, sino de quien consideraba su mejor amigo, Midoriya Izuku.

¿Es por eso que nunca le dijo a Uraraka de sus sentimientos? ¿Solo por qué era Deku? Si hubiera sido Bakugo ¿sería la mía historia?

No, si hubiera sido el rubio histérico, no lo habría dudado ni por un segundo, debía ser porque era el peliverde. Un alma tan noble que se tomó el tiempo para ayudarlo a enfrentar sus demonios, el héroe que lo había inspirado y su rival más digno. No podía competir contra eso, el que era solo la sombra del odio de hacia su padre y quien tenía mil y un dudas de su salud mental.

Sonrió sutilmente al ver a la castaña salir del salón de clases llamándolo a comer junto a sus otros amigos, se levantó para admirarla desde su lado derecho escuchando de la infancia de Ochako, eso acabo cuando llegaron a la cafetería y visualizador la cabellera verde al lado de la azulada. La heroína corrió hacia su amor platónico abrazándolo con fuerza.

Apartó la mirada, excusándose de que compraría su almuerzo pero astibo el sonrojo entre esos dos, cerró los ojos por unos segundos para soltar un suspiro pesado, seguidamente de formarse para comprar. De repente sintió una mano en su espalda, llamando su atención.

— Todoroki-chan.

Solo había una persona que lo llamaba así.

Asui Tsuyu.

— Asui — bajó la mirada para encontrar sus ojos.

— Quiero hablar contigo, kero.

¿Hablar de qué? Más no la cuestiono, se limitó asentir, siendo cortés con la chica para seguirla al pasillo menos concurrido, durante el almuerzo.

La chica rana se paró a unos metros de distancia de donde se encontraba el híbrido.

— ¿Por qué no le dices? — soltó de repente. Shouto no ocultó su sorpresa, abrió la boca para responder pero ya se había delatado a si mismo. Sabía que la chica era muy intuitiva y astuta. Agradecía que fuera ella y no Ashido, la rosada era muy chismosa con estos temas. Tsuyu era más madura y directa en ese aspecto, no le tomó mucho tiempo adivinar que ella quería ayudar.

No era su asunto, no era su corazón el que estaba quebrándose y desgastandose por alguien que no lo amaba de vuelta. Aunque ella era su amiga, cuya intención solo era aliviar un poco su dolor por medio de una conversación. La cual no había tenido con nadie.

— ¿Por qué debería? Ellos son felices — respondió después de segundos de silencio.

— Y tu felicidad ¿No es igual de importante? kero — intentó de convencer Asui, poniendo su dedo en su barbilla.

— Me importa más la de ellos — debatió.

— Pero a qué precio, deberías permitirte tener una oportunidad. e
Ellos aún no son nada, el corazón cambia de decisión con acciones nobles, si te esfuerzas por conseguirlo...

— Midoriya la ama de vuelta, ¿Por qué arruinar un amor que es correspondido? — respiro pesado con la voz llena de tristeza.

Era un cobarde en los asuntos del corazón, tenía miedo de ser rechazado, miedo de amar. Y no podía permitirse esa oportunidad, sabiendo que su amigo compartía el mismo sentimiento.

— Yo soy el único que pierde con esto— terminó Todoroki, apoyándose en la pared a sus espaldas.

— Te arrepentirás — advirtió Asui, alejándose dando una palmada amistosa en la espalda del chico.

— Es lo mejor.

Decidió no interferir, se hizo a un lado porque quería la felicidad de sus amigos. Los amaba a ambos, de distinta maneras, pero los amaba y él siempre los escogería a ellos por encima suyo.

[•••]

Diez años más tarde

Di algo, le gritó su cabeza. Suspiro desvaneciendo el pensamiento, dando un paso adelante con el cojín donde reposaban dos anillos blancos. Uno de estos fue levantado por la mano tallada con cicatrices del novio, acabando en el delgado dedo anular de su amada.

Él debería sonreír, se supondría que debería hacerlo. Lo máximo que pudo hacer fue mantener su cara de póker, viendo como el par del otro anillo fue recogido por la mano de la castaña, deslizando lo por el dedo del hombre.

— Cualquiera que tenga una razón para evitar esta unión que hable ahora o calle para siempre — dictó el sacerdote buscando entre el público un oponente, miró de reojo al bicolor — Bien, los declaró marido y mujer.

Los dos señores Midoriya se dieron un beso, ignorando los aplausos y gritos de júbilo llenando la capilla de felicidad.

Todoroki mantuvo su cara de póker.

En la recepción de quedó tomando sidra de manzana, perdiéndose entre sus recuerdos. Siendo interrumpido por la vista de un pomposo vestido blanco con una capa de encaje.

— Uraraka...

Ella sonrió dulcemente negando con la cabeza recordándole que su apellido era Midoriya. En silencio lo guío afuera de la recepción dando para ver el extenso jardín, decorado con luces colgantes enredados en las ramas de los árboles.

— Fue una hermosa ceremonia — halagó Shouto rompiendo el hielo.

— Si, pero muy extensa me dolieron mucho los pies. Ojalá no le hubiera hecho caso a Hagakure con los tacones.

— Ni siquiera los vi, no entiendo porque torturar tus pies si nadie los verá.

— Sí, encima de que eran caros.

— Ustedes las mujeres soportan muchas cosas solo para verse más altas o bonitas —comentó Shouto observando las flores blancas en el cabello de Ochako. Ese hermoso cabello que dejó crecer con el paso de los años. Su altura nunca cambió, al igual que el brillo de inocencia en sus ojos chocolate.

— ¿S-Se nota que me esforze mucho? — tartamudeo con un sonrojo moviendo sus manos. Todoroki negó con la cabeza rápidamente.

— No, no, te ves hermosa, siempre te ves hermosa con vestido de novia o no, te ves linda con las flores y de blanco o de cualquier color es tu día especial. O eso es lo que dice mi hermana — divagó el heterocromatico, mirando sus pies escuchando la risa ligera de la novia.

— Gracias.

Los dos sonrieron tímidamente. Todoroki sabía que era momento de dejar ir esos sentimientos de una maldita vez; ser el adulto que era y dejar de actuar como adolescente enamorado. Si debía dejarla ir era en ese día.

— Diez años, se siente raro — habló él mirando los elegantes jardines.

— Más bien viejo, no puedo creer que todos llevemos diez años de amistad. Parece que fue ayer cuando mire por primera vez sus rostros.

— Debería felicitarte por ser la top nueve en el ranking de este año.

— Muchas gracias, Shouto-kun. Pero tú eres el tercero, solo por debajo de Izuku y Bakugo, me falta mucho por superarlos.

— Pero lo lograrás, de una u otra forma siempre lo haces.

— Eres muy amable, eso es lo que nunca debería cambiar no importa los años que pasen— sonrió de forma brillante, él respondió con un 'siempre'.

— Midoriya es un gran amigo, confío que él te hará feliz, nunca te hará daño porque todos sabemos qué clase de hombre es, alguien de honor y lealtad, se nota que te ama.

Era completamente normal que Ochako se enamorara del amable Izuku. Era lo que todos esperaban. Por que ese fue el mandato del destino pues eran perfectos el uno para el otro.

—¿Sabes? Tu siempre me gustaste más — dijo la mujer de blanco, tomando sus manos, dándole una gran vista del anillo de oro blanco en su dedo anular — Quería decírtelo para dejarlo ir, decir lo que nunca tuve el valor de hacerlo.

Todoroki sintió un vacío en su pecho, sudando frío mirando a los orbes chocolates de la novia para desmentir esa declaración. Cualquier rastro de burla o mentira, pero no lo era, en sus ojos se reflejaban honestidad esa era una verdad cruel. Una broma cruel que le creaba los más profundos de los dolores.

— Porque tuve miedo.

— ¿De qué?

Ella inhaló tragándose el pesado peso que sentía en el estómago.

— Miedo de tu silencio.

Midoriya Ochako se marchó, sacando a bailar a su esposo, posicionándose en el centro de la pista ambientado con música lenta.

El hijo de Enji se quedó sentado en la silla viendo a lo lejos como el amor de su vida y su mejor amigo bailaban por primera vez siendo marido y mujer. Observando a lo lejos su belleza, como siempre lo había hecho.

"Más vale ser sincero con el corazón, a negar los sentimientos. Porque el arrepentimiento duele más que el miedo. "

— MiraiLenKun

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