Capítulo 1
La carta esperada
La brisa era suave, las nubes, esponjosas como toda mañana de finales de septiembre hacían que el paisaje pareciera como si estuvieran en plena primavera. Un plácido viernes aún en vacaciones. Una rubia sonriente tocaba el piano haciendo que de él sonara una armoniosa melodía. Sus bellos ojos azules como el cielo miraban detenidamente las teclas del piano, moviendo sus finos dedos con delicadeza. La música era Demasiado dulce. En las paredes había colgados varios cuadros de aquella misma chica. Sonriente junto a una pelirroja de ojos turquesas y adorables pecas en la cara.
Una estrepitosa alarma sonó haciendo que aquella melodiosa canción se detuviera. La chica miró el teléfono que tenía cerca de ella, con una funda azul y un enorme copo de nieve pegado en la carcasa. En la pantalla estaban marcados en grande la hora 10:00. Ella se levantó y ordenadamente colocó la banqueta donde había estado sentada antes de salir de la habitación.
Bajó las escaleras de su casa, bueno, una de ellas. Pues su casa era enorme,normal. ¿Qué casa de millonario no sería grande? Lo malo de esa casa era que ella no se había acostumbrado. Venirse desde Noruega hasta los Estados Unidos no era algo que le hubiera agradado demasiado. Cuando entró en el comedor se encontró a su padre Adgar, leyendo el periódico. A su hermana menor Anna escribiendo en el teléfono y a su madre Idunn hablando con una de las doncellas. Anna era una pequeña pelirroja de rosadas mejillas llenas de pecas y bellos ojos turquesas. Ella solo tenía un año menos que Elsa, 17,este año iba a ser su penúltimo en el instituto de otro país y la pelirroja estaba ansiosa por conocer nuevos amigos estadounidenses. Pero ese no era el caso de la rubia pues su temperamento era más reservado.
Con una elegancia natural, la chica se sentó cerca de su padre el cual bajó el periódico para dedicarle una sonrisa.
-¿Qué tal el ensayo Elsa?-preguntó el hombre doblando el periódico y poniéndolo en una esquina de la mesa.
-Bien, como siempre-sonrió con modestia la chica colocando aquella suave servilleta sobre sus rodillas mientras dos sirvientas servían el desayuno.
-Tengo algo para ti...-dijo el hombre alzando una carta blanca en la mano. Elsa le miró confusa, y cuando el hombre dio la vuelta al sobre dando a ver el sello, abrió sus ojos de golpe
-No...-murmuró
-Sí-sonrió su padre
-¡No!-dijo emocionada levantándose de su asiento y cogió con ilusión la carta. Se sentó de nuevo y la abrió sonriente
-Para Elisabeth Arendelle Querida Señorita:
Desde la directiva del centro , yo Nicolás North, director que soy de dicho pueblo, le envío esta carta como respuesta a su oferta del pasado mes Junio. Me llena de orgullo y de satisfacción poder confirmarle que su propuesta ha sido aceptada y doy por tanto mi ACEPTACIÓN y bienvenida a Dreams Of Music. Estamos convencidos que su llegada será cercana y enseguida le encantará nuestra academia.
Sin más motivos, se despide:
Nicolás North
Director de la Academia Privada Musical Dreams Of Music...-cuando terminó de leerlo, la chica alzó su cabeza y miró a su familia sonriente-¡He entrado!-gritó repleta de euforia
-Enhorabuena, cariño-sonrió su madre mirándole con sus ojos azules llenos de orgullo
-¿Y tú Anna?-le preguntó la platinada
-Sí-sonrió la niña sacando de debajo de la mesa la carta guardada para darle una sorpresa a su hermana
-Esperad...-preguntó calmándose-¿Por eso nos hemos mudado aquí?-preguntó
Los adultos se miraron entre ellos
-Nosotros queríamos lo mejor para ti, Elsa.-dijo su padre con una sonrisa. La chica emocionada se acercó a su padre para darle numerosos besos en su mejilla.
-¿Y cuando entro?-preguntó recobrando su compostura
-El lunes-dijo su madre mientras removía el café
Elsa solo podía mirar sonriente la carta que poseía en sus manos sin imaginarse lo que ello conllevaría. Una nueva vida...
Continuará
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