Capítulo 5: El hombre que nunca falla

POV:

Sebastian Moran

Muerte.

Una palabra tan corta pero tan fuerte al mismo tiempo, que no negaré que es mi favorita.

Mucha gente teme a morir, yo siento que la muerte es algo presente en mi vida. Algo que se nutre de mi interior y que hace que tenga sentido todo.

La gente llora en un funeral por sus seres queridos.
¿Yo? Simplemente no siento nada, es el ciclo de la vida, ¿no?
Nadie es inmortal y vas a terminar pudriéndote y volviéndote abono que le dará vida a algo más.

Yo simplemente acelero el proceso cuando jalo el gatillo, mi mano nunca ha dudado y por eso es que tengo trabajo. Las personas reconocen lo que hago y creánlo o no, soy feliz haciéndolo.

Siempre me consideré diferente desde niño, pero fue cuando estuve con mi carrera militar que descubrí que había nacido para disparar y aún más, matar.

Cuando tuvimos que ver qué tipo de área y arma queríamos especializarnos, supe cuál era la mía: De francotirador y mi arma, el rifle.

Yo no la escogí. Ella me escogió a mí.

Mis dedos sintieron la superficie fría desde la mira delantera, luego pasaron por el pasamanos y finalmente terminaron en ese gatillo donde mi dedo índice descansaría y luego ejecutaría mis planes.

Sonará cursi por tratarse de un objeto inanimado, pero fue amor a primera vista. A partir de ese momento, nunca me he separado de mi rifle, hablo con ella cuando me he sentido solo y siempre reposa en mi cama, junto a mí.

Siempre cargada.

Mentiría si dijera que tuve una infancia infeliz y por eso soy así, mi infancia fue normal y casi perfecta. Pero a veces la perfección puede resultar abrumadora y quieres buscar retos para salir de esa zona de comfort.

La perfección es aburrida.

Puede decirse que fui condecorado y fui de los primeros de mi generación, pero esas cosas nunca me llenaron a decir verdad. Sólo eran felicitaciones vacías, palabras llenas con hipocresía y palmadas en el hombro por salir del paso.

Yo sólo quería disparar y nunca fallar mi objetivo. Primero fueron latas, luego blancos estáticos y en movimiento, animales salvajes como tigres y finalmente pasé a la criatura más fascinante de todas.

Los seres humanos.

En la guerra debía matarlos porque me era ordenado, pero no negaré que la sensación de ser el causante del último aliento de esas personas era como una inyección de adrenalina en mi organismo y que hacía que mis sentidos se intensificaran al máximo y deseara aún más.

Me volví un adicto a asesinar.

Y mi dosis se volvió necesaria cada día, fue ahí que me adentré en la oscura Londres, donde mis servicios eran verdaderamente valorados y podía mostrarme como yo era sin dar explicaciones.

Me contactaban a un número de teléfono descartable, sólo decían lo básico: El nombre de la víctima, su apariencia, dónde y cuándo debía matarla. Había algo que me encantaba hacer y aún lo sigo haciendo.

Amo ser yo el que decida donde la bala acabará en el cuerpo de la víctima de mi cliente.

Su frente.
Sus sienes.
Su garganta. Tal vez ésa arruinaba la posibilidad de oír sus gritos, pero era una posibilidad que no he descartado entre mis opciones.
El corazón. Mi favorita, a decir verdad. Es la mejor de todas, ver como el cuerpo de tu víctima se arquea para luego convulsionarse en un charco de sangre sobre el suelo...Eso no tiene precio.

Es como crear arte...
Soy un artista del crimen...

Mis clientes eran patéticos antes de conocerlo a él y doy gracias a quien sea que esté en los cielos o en los infiernos por haber podido cruzar caminos.

¿Es usted el Coronel Sebastian Moran?
¿Y quién demonios es usted para tener el atrevimiento de venir a mi apartamento?
Digamos que soy alguien que prefiere una visita personal a hablar por teléfono...
Ya que se tomó la molestia de irrumpir sin permiso a mi casa y servirse una taza de té...¿Qué diablos quiere?
Quisiera ofrecerle una oportunidad laboral espléndida...
¿Quiere que mate a la Reina acaso?
Nah...Aunque definitivamente amaría usar las Joyas de la corona...
¿Qué quiere entonces?
Divertirme...Y quiero que usted también lo haga...
¿Y por qué quiere que yo me divierta si yo ni siquiera sé su nombre?
¿Dónde están mis modales? Soy James Moriarty...Pero puede llamarme Jim o Moriarty...Como guste...
Entonces, Moriarty...¿Por qué quiere que yo me divierta?
Porque...Soy fan de su arte y quiero que cree más...

Su sonrisa macabra y esos ojos carentes de brillo me hicieron darme cuenta que frente a mí estaba el mismo diablo en un traje de diseñador. A partir de esas palabras, fui seducido a unir fuerzas con él.

Y aún sigo haciéndolo...

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—Jones me informó sobre el ataque y vine cuando pude, McGregor...

El hombre que manejaba el auto que nos había "rescatado" se veía verdaderamente preocupado, quise sonreír burlón por lo estúpido que era, pero me abstuve porque arruinaría mi plan.

—Gracias, Reigns recibió un disparo en su pierna y brazo derecho...Ojalá que no le hayan disparado en la aorta.

Sí disparé en la aorta, no quería testigos de la policía...
Y este hombre correría la misma suerte...
//Muy pronto//

—Esa chica debe ser muy importante para que tanto Sherlock Holmes como el Doctor Watson estén involucrados...

Volteé a ver a la mujer en shock sentada en el asiento trasero y no pude evitar cuestionar la decisión de Moriarty de dejarla con vida y llevarla con él.

Siempre termino los cabos sueltos y ella era uno de ellos...
Se veía tan...Ordinaria...

—Ni idea cuál será su interés en ella...—Murmuré colocando mi rifle sobre mis piernas.

El hombre me miró sorprendido por mi acción, lo que hizo que le sonriera con sorna.

—¿Ocurre algo, Smith?

—¿No tienes miedo que se dispare?

—¿Qué es de la vida si no hay riesgo?—Puse mi dedo en el gatillo y él se sobresaltó por lo que estaba haciendo.—¿Temes que te dispare?

—No creo que seas capaz...—Murmuró él sonriente, yo sólo afirmé con la cabeza.

—Remi tiene gustos selectos...—Miré el rifle en mi regazo y sonreí.—Y nunca ha fallado...

—¿Tu arma tiene nombre?—Él arqueó una ceja y me sentí estupidamente juzgado.—¿No es algo...infantil?

—¿Podemos detenerlos en ese callejón?—Señalé uno cercano a un restaurante italiano a una cuadra de donde nos encontrábamos.—Tenemos bastante ventaja y esa chica necesita comer algo...Y yo también...

—Creo que no pasará nada malo si comemos algo...—Él giró el volante hacia la derecha y logró estacionarse en aquel callejón vacío.

Saqué de mi saco el largo silenciador plateado y se lo mostré a él.

—¿Sabes qué odio de estas cosas?

Él me miró interesado y yo coloqué el dispositivo cilíndrico a mi rifle.

—Es como cortarle una cuerda a un Stradivarius...—Lo coloqué frente a su rostro.—El sonido no es el mismo y...-—Sonreí y apunté a su pecho ante su mirada aterrada.—Le quita lo divertido...—Y finalmente jalé el gatillo.

El sonido algo leve pero presente en el ambiente junto a la explosión de sangre hicieron que esa chica actriz reaccionara con terror a la escena, yo solamente le apunté con mi arma y sonreí.

—Hay sólo una regla para que sigas viviendo, niña...No grites...¿Entendido?

Ella afirmó con la cabeza y yo apunté su frente con Remi.

—¿Acaso te volviste muda? Responde o te mato, niña...

Sus ojos castaños me miraron con algo de temor, pude ver como tragaba saliva y se frotaba nerviosamente sus manos ahora manchadas con la sangre del agente muerto.

—S-sí...E-entendí...

—¡Excelente!—Puse mi rifle a un lado, salí tranquilamente del auto, abrí la puerta del chofer y el cuerpo del hombre cayó por la gravedad, me quité mi saco, lo puse en el asiento del conductor donde luego me senté y cerré la puerta.

—¿A-adónde...?—Sus palabras no salían y eso me desesperó.

—Mi jefe desea verte...Y para allá vamos, niña...

Arranqué el auto y dejé atrás el cuerpo de aquel cretino.

No creo que seas capaz...

Qué estúpido fuiste para no oler el peligro...

Yo apesto a muerte.

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Estacioné el auto y saqué a la chica del vehículo, ella se tambaleaba, pero caminaba junto a mí.

Ese lugar parecía perfecto para una pareja de recién casados por su entrada casi hogareña, pero era aún más perfecto para el escondite de una mente como la de Moriarty y era irónico por tratarse de una zona cercana al Palacio de Buckingham.

Abrí con mi llave aquella puerta caoba pintada de azul y nos adentramos en aquel largo pasadizo con escasa luz que se conectaba con una escalera de caracol color crema que daba al segundo piso.

La tomé de su brazo derecho y fuimos avanzando con mayor rapidez, ella sosteniéndose de la baranda y yo, tratando de que no hiciera la estupidez de querer huir porque terminaría escaleras abajo con el cuello roto.

Cuando llegamos a la récamara principal nos encontramos a alguien sentado en un sofá color vino aterciopelado moviendo sus manos como si tratase de un director de orquesta, estaba oyendo esa música clásica que por momentos me volvía loco.

—¿Acaso no puedes probar con otra clase de música? Mis oídos te lo agradecerían...

—Un poco de cultura no te haría mal, Moran...—Su sonrisa traviesa estaba mezclada con esa locura tan característica de él, pero yo era inmune a ella.

Los dos somos asesinos...
Esa sonrisa no funciona conmigo...

—Para cultura pongo la radio y listo...

—Oh Moran...Nuestras charlas me entretienen bastante...

—Y a veces creo que piensas que soy tu bufón personal, Moriarty...

Avancé con la chica y la arrojé a sus pies, lo que hizo que ella emitiera un quejido de dolor, él simplemente sonrió.

—Conseguí a la niña...¿Puedo ir a darme una ducha? No me quejo de la sangre seca, pero la sangre de Smith no me resulta agradable...Al igual que el propio Smith...Pero lo bueno es que ya no está robando oxígeno...

Sus dedos se pusieron a tamborirear al ritmo de la música y entrecerró los ojos.

—Supongo que viste a Sherlock y al Doctor Watson...

Sonreí y avancé donde él estaba y sostuve brevemente el cuello de esa mujer de cabello oscuro que estaba tirada en el suelo, ella volvió a quejarse.

—Los vi y de paso estaban con un niño molesto que tuvo la estúpida idea de querer ir con nosotros...

—¿Lo mataste?—Sus ojos brillaron con esa decadencia tan característica, yo sólo simplemente negué con la cabeza.

—Ese niño no merecía mis balas...Ni una sola...

—¿Tan insulso era que no tuviste las agallas para matarlo?—Él rió divertido por mis comentarios, yo simplemente lo asesiné con la mirada.

—Cuida tus palabras, Moriarty...

—¿O qué? ¿Vas a hacerme estallar en sangre?—Una sonrisa asesina brotó de sus labios.—Eres como un político en campaña...Cuando los eligen nunca cumplen..

—Estoy considerando dispararte en la garganta para que te calles de una buena maldita vez...

—Pero te quedarías sin amigos, Moran...

Sonreí y lo miré casi con ganas de reírme a carcajadas en su cara.

—¿Estamos en la hora de la cursilería?—Troné mis dedos frente a él.—Si tú mueres, sería un día normal para mí, pero lo bueno sería que yo me quedaría con esta casa...

Él se puso en pie, sonrió y avanzó hasta donde nosotros, yo simplemente levanté mis hombros como no dándole importancia.

—No te hagas el especial, Moran...—Mi apellido sonó casi como una amenaza.—No eres el único francotirador que conozco...

—Pasé de amigo a francotirador...Qué cambio de corazón...

—¿Cuál corazón?—Él rió como si fuera un niño, no dándole importancia a mis palabras.

Posé mi dedo índice en el lado izquierdo de su saco.

—El que todos tenemos, amigo mío...Y puedo destruirlo de un sólo tiro...—Hundi mi uña en su traje.-Tu Westwood tendrá un nuevo color...

—Yo seré el que decida cuando moriré, Moran...—Atrapó mi mano con la suya y la apretó con fuerza.-No tú, ni nadie...—Luego la soltó y me dedicó una sonrisa tranquila.

—Lo tendré en mente...—Imité su gesto y señalé a la actriz.—¿Por qué no maté a esa chica? No la veo como algo memorable...

Moriarty se agachó frente a esa mujer y la tomó de la barbilla e inspeccionó su cara.

—Ella es algo especial...—Una risa brotó de sus labios y la mujer levantó la mirada y él pudo contemplar sus ojos.—Y me agrada su mirada...

—¿Especial? ¿En serio?—No pude evitar bufar, él me miró burlón.—¿Qué?

—¿Celoso?

—¿Es en serio? Mejor voy a bañarme y te dejo con tu noviecita, Moriarty...

Me alejé de ellos y pude ver como él le sonreía a la chica y le murmuraba al oído.

—¿Quién mató a Arthur Garland?

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Salí de la ducha y pude observar el espejo cubierto con el vapor del agua. Pasé mi mano y pude ver mi imagen reflejada.

Mi mirada se veía cansada.
Con una leve herida cerca del labio.
Y una notable cicatriz en mi brazo izquierdo, producto de una herida de guerra y que me duele por momentos, pero lo aminoro con unas cuantas Vicodin y un buen trago de vodka.

Me sequé el cabello y luego todo mi cuerpo, para luego ataviarme en otro de mis trajes de no diseñador, los que Moriarty odiaba y los que usaba para fastidiarlo. Esta vez era de color gris, con una corbata a juego.

Caminé a la habitación donde estaba Moriarty y la chica y los encontré en un escenario que no preví.

Tanto Moriarty como esa niña se encontraban tomando té como si se tratara de una reunión social...

—¿Me perdí de algo para que estén como si nada?

—Moran...¡Bienvenido! ¿Quieres algo de té de jengibre? Es el favorito de la Señorita Scott...

—Paso...—Avancé hasta donde ellos estaban y repetí mi pregunta.—¿Me perdí de algo para que estén como si nada?

—La Señorita Scott quiso colaborar con la información que estábamos buscando...

—¿De lo que le pasó a Garland? ¿Ella lo mató?—Ella no hacía contacto visual con ninguno de nosotros y miraba a la taza de porcelana.

—Quiso hacerlo, pero no pudo...—Sonrió ampliamente.—Por lo que contactó a alguien que hiciera el trabajo por ella...Ella es y no es la culpable...

Me agaché frente a ella y le dediqué una mirada llena de enojo.

Garland era uno de mis amigos...

—Mataste a uno de nuestros hombres...Uno de los pocos que servían...

—Y-yo...

—Moran...

La voz de Moriarty me valía un carajo, esa chica estaba crispando mis nervios y deseaba matarla ahí mismo.

—Debería darte mi rifle para que te termines suicidando...

¡MORAN!

En ese momento sentí como las manos de él apretaron con fuerza mis hombros, haciendo que me pusiera de pie y lo terminara viendo a él.

—No podemos deshacernos de ella, Moran...

¡Grandísimo imbécil!

—¿Es tu nueva mascota?—Moriarty no pensaba con claridad.

—Las mascotas son desechables, Moran...—Él sonrió y puso su mano en mi hombro.—Ella es nuestra oportunidad de matar dos pájaros de un sólo tiro...

—¿Para qué?—No entendía qué demonios pensaba hacer.

—Lograr que Sherlock Holmes resuelva el caso por nosotros para ver quién mató a Garland y nosotros lo matamos a él por tener el atrevimiento de matar a uno de nuestros hombres...

Ese plan sonaba descabellado inclusive para Moriarty, pero pude ver como los ojos tanto los de él como los de las chica tenían un brillo parecido a los que yo veía cada día en mi trabajo.

El brillo de una persona exhalando su último aliento de vida en su lecho de muerte...

Continuará...

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Notas de la autora:

¡Gracias por leer!

Este capítulo es dedicado al Coronel Sebastian Moran como podrán ver en las primeras líneas. Si Moriarty tiene a los Bee Gees y a Queen como su banda sonora...¿Por qué no habría de tenerla Moran? Gracias DLarisha95 por la idea de usar esa canción de Rev Theory :)

Olviden a Lord Moran de The Empty Hearse. O sea él:

¡Qué curioso! Terminé el capítulo 5 el 5 de Noviembre y el Capítulo 3 del inicio de Temporada 3 es sobre el posible ataque al parlamento por parte de Moran justo en la noche de Guy Fawkes y cuando secuestran al pobre John.

Acá una imagen tierna que me encontré de lo del ataque 😅😅😅


¡Nos leemos pronto! ❤

Pd: Remi viene de Remington 700, un rifle que usan los francotiradores ❤

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