Capítulo 11: Si algo malo puede pasar, pasará...

La noche podía ser bastante larga si uno no dormía nada previendo un ataque por parte de quienes estaban tras Lari Scott.

Los ojos me ardían, pero me mantuve despierto pese a todo, con bastante café en mi sistema.

Entre más cargado, era mejor...

Nos fuimos turnando hasta yo ser el último, por lo que mi rato con ella fue parte de la madrugada y no fue tan tedioso si sabía no darle demasiada importancia, pese a sus comentarios burlones.

Fue algo más tolerable...

Tal vez se había calmado porque tenía algo de miedo de terminar en la cárcel...

No, eso era poco probable...

Podía decirlo de los dientes para fuera, pero sus gestos decían otra cosa de forma sutil...

Avancé cansado entre los pasillos que parecían ser el mismo al tener casi la misma distribución. Fue una suerte que John quisiese cubrirme para que yo pudiese ir a comer algo que mi estómago me pedía a gritos, ya estaba definitivamente harto de la cafeína.

La cafetería pese a ser temprano, estaba bastante concurrida debido a los doctores, enfermeras y personal administrativo que terminaban su turno de la noche anterior y querían comer algo ahí antes de dirigirse a sus hogares.

Avancé e hice fila como todos los demás, conté mínimo como siete personas delante mío y no pude evitar suspirar fastidiado. Fue ahí que noté a alguien adelante mío que me hacía señas con la mano para que me acercara.

¿Qué más podía perder?

Volvería a hacer fila de nuevo...

Avancé hacia esa persona y noté que se trataba Molly con su típico cabello recogido y sonrisa muy leve.

—Buenos días, Molly...

—Buenos días, Stanley...¿Desayunamos juntos?

Mi estómago volvió a traicionarme y emitió un gruñido en respuesta a las palabras de Molly y no pude evitar reír nerviosamente.

—L-lo siento...

—No te preocupes...—Ella rió divertida y señaló la estaciones de comida.—¿Qué te gustaría comer?

—Tal vez unos pancakes y un jugo de naranja para dejar el café sólo por un día...Aunque ya hoy comencé a tomarlo desde las 2 de la mañana, así que...

—Lo mismo que él, por favor...—Murmuró ella mientras el encargado nos servía tres pancakes a cada uno y les ponía una especie de salsa que parecía ser de arándanos.—Gracias...

Ella avanzó mientras yo le ayudaba a mover los platos donde se encontraban los vasos, los jugos, cubiertos y servilletas.

—Por la cara y la ropa intuyo que estás con Sherlock y John...¿El mismo caso?—Sirvió los vasos y procedimos a caminar hasta el cajero.

—El mismo caso...—Saqué de mi abrigo mi billetera y le entregué mi tarjeta al hombre que nos atendía.—Yo invito...

—Pero...

—Me invitaste a desayunar, es lo menos que puedo hacer, Molly...—Le dediqué una sonrisa y ella me la correspondió mientras avanzábamos hacia una mesa cercana a nosotros, pegada a la pared.

—Te lo agradezco mucho...—Ella se sentó y suspiró cansada.—Hoy me toca entrevistar a varias personas...

—Por lo de tu sugerencia de más personal, ¿verdad?—Probé un poco de los pancakes y el jugo, tuve un escalofrío al sentir lo ácido de la naranja en mi lengua, pero seguí tomándolo.

—Yo lo sugerí y mis jefes decidieron que yo fuera la que decidiera los candidatos...—Me percaté que rascaba su nuca algo cansada, se le notaban unas grandes ojeras que eran difíciles de tapar con lo que fuera que usaran las mujeres, creo que mi hermana le decía corrector o algo así.—Son las 7:20 de la mañana y he visto...—Hizo cuentas con sus dedos ante mi sorpresa.—Cinco personas...Pronto llegará la sexta y espero que este desayuno me de fuerzas para no dormirme en medio de la entrevista...

—Si no te duermes frente a los muertos, dudo que lo hagas frente a los vivos...—Molly sonrió levemente mientras partía un poco el pancake.

—Hoy el desayuno por lo menos es comible...Una vez invité a desayunar a Sherlock y a John...Y bueno, Sherlock recreó una escena de crimen aquí mismo. Varias personas vomitaron...

—Imagino que fue digno de verse...Por lo menos para Sherlock. John lo más que pudo hacer fue indignarse y pedir disculpas en nombre de Sherlock, ¿verdad?

No pude evitar reír y ella me imitó por breves momentos, porque la gente se nos quedó viendo y nos cohibimos.

—¿Cuántas entrevistas son en total, Molly?—Murmuré tratando de que ella se mantuviera despierta.

—Doce personas...Dios, me siento como Sherlock...En estos momentos prefiero tratar con gente en una mesa de autopsia...—Me miró y rió apenada.—Sin ofender...

—No puedo ofenderme...—Ladeé mi cabeza y sonreí.—Es más fácil si la otra persona sólo te oye y no discute contigo, ¿verdad?

—Exactamente...

En cuestión de minutos terminamos nuestros desayunos. Ella caminó hacia el ascensor que la llevaría hacia las entrevistas, yo opté por revisar mis dos celulares, en caso de que mi jefe y Sherlock estuviesen tratando de ubicarme. Había en uno, una llamada perdida de Lestrade y un mensaje del mayor de los Holmes. En el otro, habían tres mensajes con un minuto de diferencia por parte de Sherlock y un mensaje de...¡John!

Debo recordar no ponerlo en vibración...

Opté por devolverle la llamada a Greg y pude notar su voz algo ansiosa.

—¿Ocurre algo?

—Jones acaba de llegar en su pose fanfarrona como siempre...¿Ya subes?

—Acabo de terminar de comer y ya iba para allá...—Suspiré y miré mi celular gris y ojeé los mensajes rápido.

¿Hablaste con Molly?

SH

¿Dijo algo útil del caso?

SH

Olvídalo, ya viene Jones. Veré si puedo sacarle información a él.

SH

Ignora a Sherlock y come en paz, Stanley.

Todo tranquilo, obviando a Jones.

JW

—¿Jones está actuando normal?—Murmuré mientras giraba levemente para mirar con detalle los alrededores, tenía esa extraña sensación de estar siendo observado.

—Algo atontado por la medicina que le recetaron Banks y John, pero aún de pie como un roble...

—Ni las pastillas pueden con él..—Reí divertido.—Ya casi subo...Denme 5 minutos mínimo...

—Te esperamos...

Colgué la llamada y revisé el mensaje que me quedaba pendiente de revisar.

El de Mycroft...

Fue que noté que habían dos mensajes ahora.

Espero alguna respuesta, señor Hopkins.

¿No ha muerto aún?

MH

Supongo que piensa que mi tiempo y el de Anthea no valen nada, ¿verdad?

Voltee a ver, por favor.

MH

Me di la vuelta y noté a Anthea que estaba en la puerta de la entrada principal haciendo señas con su mano para que me acercara. Suspiré y caminé hasta donde ella.

—Buenos días, Anthea...

—Buenos días, señor Hopkins...Me alegra volver a verlo...—Ella sonrió y me dedicó una sonrisa coqueta. Con su mano izquierda se acomodaba su cabello oscuro y con su mano derecha sostenía un sobre manila color crema pequeño y su celular. Estaba con un vestido negro con un cuello en forma de uve y parecía que era feliz de verme, aunque obviamente no era así.

Era parte de su trabajo...

Era sólo una muy buena actuación...

—Mi jefe le envía esto, espera que le sea útil con su tarea...

—No debió molestarse...—Sonreí mientras entrecerraba mis ojos, fue que noté un auto negro estacionado frente al área de entrada de las ambulancias.—Debería agradecerle en persona, ¿no cree?

No le di tiempo de responder porque avancé hasta el auto y golpeé suavemente el vidrio polarizado de la parte de atrás y la ventana bajó un poco, mostrando un rostro conocido para mí.

—Anthea le dio lo necesario...No veo el por qué deba irrumpir en mi espacio personal...

—A menos que sea Nosferatu, no creo que un poco de luz solar lo mate, Mycroft...

—La luz solar es el menor de mis problemas...—Mycroft torció sus labios al ver a las personas entrar y salir al hospital.—Es la gente...Son como peces dorados en una gran pecera aburrida...

—Pues lamento que lo aburramos, Mycroft...—Le miré fijamente.—¿Quiere pasar a saludar a Sherlock?

-Para eso existen los teléfonos, señor Hopkins...—Él me sonrió de forma burlona.—Si quiere hablar conmigo, use sus dedos de forma productiva y mándeme un texto, por favor. Ahora...—Hizo una seña para que me moviera a un lado.—Anthea y yo tenemos asuntos urgentes...

Anthea me sonrió de lado mientras se sentaba al lado de Mycroft, no hubo tiempo de despedidas, ya que el auto arrancó, dejándome con las palabras en la boca.

—Siempre un gusto de verlo, Mycroft...

Fue ahí que me percaté de una mujer de una estatura similar a la mía que se bajaba de un taxi y veía una hoja algo confundida. Era de cabello oscuro y lacio que le llegaba por los hombros. Llevaba puesto un largo abrigo blanco que se veía baste cálido y perfecto para este frío infernal. No se notaba mucho, pero debajo de éste había un vestido azul oscuro y unas pequeñas botas negras de un leve tacón.

Te necesitan arriba y ahora te comportas como un buen samaritano, Stanley Hopkins...

Guardé el sobre de Mycroft en mi abrigo y avancé hasta donde ella se trataba de orientar.

—Buenos días, ¿puedo ayudarle en algo?

Su mirada dejó el papel y me topé con unos ojos grises claros que me miraron curiosos.

—Hmmm...¿Este es el Saint Bartholomew?

Automáticamente le señalé el nombre del hospital que estaba arriba de la puerta automática y ella no pudo evitar sonrojarse avergonzada.

—Lo lamento...El taxista fue muy pedante cuando le pedí indicaciones para llegar y pensé que me había dejado en el hospital equivocado a propósito...

—Lo importante es que esté en el lugar que debe...—Le sonreí para que ella se sintiera a gusto y la escolté hacia dentro.—¿Viene a visita o algo parecido?

—Entrevista más bien...—Ella me sonrió levemente.—Me citaron a las ocho de la mañana, pero prefiero llegar veinte minutos antes para evitar inconvenientes...

¿Las entrevistas de Molly?

—Perdone la pregunta...—Rasqué mi nuca y traté de que no me malinterpretara.—¿La entrevista es con la señorita Hooper?

Ella miró nuevamente el papel y sonrió al saber que yo sabía de ese nombre.

—Sí, con la señorita Molly Hooper...Pero me citaron en la...—Leyó nuevamente y dio un suspiro leve.—¿La morgue?

No pude evitar reírme y ella me miró aún más apenada. Maldije internamente y traté de hablarle normal.

—¿Sabe dónde es?

Idiota...

Obviamente ella no sabe...

—En realidad no...Mi primera entrevista no fue precisamente en el hospital...Fue en la reclutadora y como la aprobé, seguí a la siguiente etapa...—Ella apretó el folder que llevaba en sus manos.—Fue una suerte poder tener esta oportunidad...

—Sé que lo conseguirá...—Sonreí y ella me miró confundida, sólo suspiré porque no quería malentendidos.—Y le doy un consejo, no le tema a Molly, ella es muy amable...Hable tranquila, busque algún tema para romper el hielo...—Puse mi mano en mi barbilla.—Tal vez sobre una mascota...

—Tengo un gato...—Ella sonrió entusiasmada como si fuese una niña pequeña.—Se llama Bono...

—¡Excelente! Molly tiene uno y se llama Toby...—Sonreí satisfecho.—Pero no mencione su nombre o quien le dijo ese dato.

—Creo que no tendré problemas porque no sé su nombre...—Ella rió levemente y esta vez fui yo el que se apenó por el descuido.

Vaya, Stanley...Hoy te has lucido en grande y haces que las palabras que dijo Mycroft sean ciertas sobre la gente...

Soy un aburrido pez dorado...

—Soy Stanley Hopkins, mucho gusto...

—Soy Hope...Hope Cumberbatch...—Sonrió tímidamente y no pude evitar regresarle el gesto.

—¿Como el actor?—Parpadeé curioso y ella rió divertida.

—Como el actor, pero no tenemos el parentesco lastimosamente...—Dijo corriendo un mechón de cabello por detrás de su oreja derecha.—Mi apellido es una buena opción para romper el hielo...—Miró su reloj de pulsera y brincó del susto.—¡¿7:45?!

Maldije por lo bajo y supe que por hablar de más me había atrasado yo y a alguien más en el proceso.

Vi el ascensor al fondo y con la mano le hice señas para que me siguiera. Ambos corrimos y yo apreté el botón para que éste bajara, ella disimuladamente trataba de recuperar el aliento.

Mala condición física...

Es evidente que no hace mucho ejercicio...

Aunque es delgada para no ejercitarse...

¡Deja de pensar estupideces!

Ella entró al ascensor apurada y yo suspiré aliviado.

—Es en el sótano, apenas se abra la puerta del ascensor encontrará la morgue...Será fácil encontrar a Molly...

Hope arqueó una ceja y sonrió algo burlona mientras apretaba el botón.

—¿Por ser la única viva?

—No es lo que iba a decir pero funciona bien...—Le sonreí y me despedí con la mano.—Suerte con la entrevista...

—Suerte con lo que tenga que hacer aquí, señor Hopkins...

—Esperemos que así sea, señorita Cumberbatch...

La puerta del ascensor se cerró y me sentí aliviado al poder agregar otra "buena acción del día" a mi lista, hasta que caí en cuenta de algo.

¡Yo debía tomar ese ascensor también!

Deseé golpear mi cara con mi puño por ser un inepto con las mujeres y opté por revisar el contenido del sobre que Anthea me había dado.

Se trataba casi de un mini set de espías que sólo había imaginado en mis sueños más locos.

Un audífono, un micrófono y una cámara diminutos. Al igual que una nota escrita a mano.

Úselos o lo veré en la morgue siendo examinado por Molly Hooper.

MH

—Vaya que Mycroft es todo un poeta...

En ese momento el ascensor se abrió y yo entré en él.

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

—Hopkins...Llegó en buen momento para empeorar más las cosas en este circo mediático...

Diablos...¿Qué he hecho yo para que me fastidie tanto?

Los ojos de Jones tenían un brillo que era propio de quienes buscaban humillar a otros con cada fibra de su ser. Antes yo pasaba inadvertido y era útil para él, pero ahora que ayudaba a Sherlock y John era como yo mismo me hubiese clavado una diana para que él pudiese lanzar una flecha y acabarme por completo.

Él quería acabar con el eslabón débil de la ecuación...

—Ni con drogas en su sistema deja de ser patán, Jones...

La voz de Sherlock resonó en el cuarto y me sentí como si mi padre hablase en mi defensa, pero guardé silencio para observar todo.

—Y lo dice por experiencia propia, ¿verdad, Holmes? Tiene la palabra adicto en toda su frente...—Una sonrisa de autosuficiencia brotó de los labios del Inspector y era fácil de suponer que todos en la habitación querían arrojarlo por la ventana, incluyendo hasta la misma Lari Scott.

—No creo que sea momento para esa clase de discusiones...—John trataba de detenerlos, pese a notarse que él no apoyaba el método de ese hombre.

—Le daré la razón esta vez al doctor Watson...—Altheney Jones volteó a ver a Lari Scott que estaba sentada en la cama y la señaló sin limitarse.—Esa mujer terminará en la cárcel por matar a Smith y a Garland...

—Altheney...—La voz de Lestrade era de hartazgo, pero el hombre ni se inmutó.

—Lestrade, sabes que tengo razón...—Bufó molesto.—Esa mujer es la típica escoria que buscamos erradicar...—En el rostro de la mujer apareció una cara de odio hacia el hombre, por lo que él rió burlón buscando provocarla.—A ver, Scott...¿Quiere asesinarme aquí? No creo que quiera limitarse...—Se señaló el pecho.—Máteme...Si es que puede...

Suspiré y me di ánimos internos para hablar, Jones estaba cruzando la raya, no era Sherlock Holmes, pero tenía boca.

—Inspector Jones, esa no es manera de expresarse...Aunque ella sea sospechosa del crimen de ellos...

—¿Ahora hay que tener modales para ellos también?—Arqueó una ceja y cruzó los brazos molesto.—¿Desde cuándo hay que ser condescendiente con ellos?

Caminé más cerca y lo miré lo más serio que pude. La mirada heterocrómatica de Sherlock parecía medir mis acciones como si él fuese un jaguar y yo fuese una gacela entrando a una zona pocas veces era explorada por mí.

Defenderme...

—En ningún momento dije que había que serlo...Recuerde también que ella tiene derecho a un abogado y usted en este momento está buscando fanfarronear de su cargo buscando humillarla...Si quiere que Scotland Yard sea respetada, comience usted mismo respetando...

—Veo que las malas mañas se pegan, Hopkins...—Sonrió burlón mientras me miraba de forma despectiva.—Esa altanería sólo le luce a alguien como Holmes, que usted lo haga es signo de falta de carácter de parte de su persona...Me da pena en verdad...

Apreté mis puños y el "ácido" brotó de mi boca.

—Y supongo que portarse como un patán y robarle el crédito a otros hace que valga algo su existencia miserable en este planeta...

Una sonrisa de satisfacción se notaba en los labios de todos, hasta noté que hasta Lari Scott se veía complacida con mi respuesta, Jones sólo apretaba los dientes queriendo contenerse.

—Con ustedes no se puede, lo único que sé es que a las diez de la mañana de hoy vendrán por esa mujer y ustedes no van a fastidiar mis planes en absoluto...

Se dio la vuelta y salió del cuarto como si se tratase de una cafetera andante.

Echando puro humo...

Pude sentir una mano palmear mi hombro izquierdo, al igual que una voz que me susurraba al oído y que sonaba satisfecha con mi respuesta.

—Eso fue elegantemente devastador, Stanley...Creo que juntarte conmigo y con Mycroft está sirviendo de algo...

—¿Qué?

—Sugiero ajustar el audífono levemente hacia dentro de tu oído o hasta Jones lo notará fácilmente...Y eso sería malo, sabiendo que sólo hay aire caliente en esa cabeza suya.

Tragué saliva y supe que fui imprudente al ponerme esas cosas cuando estaba subiendo al ascensor, lo bueno es que había sido Sherlock el que lo había notado y disimuladamente lo acomodé con mis dedos pulgar e índice, él sólo sonrió satisfecho.

Los hermanos Holmes eran demasiado suspicaces uno del otro...

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

10 de la mañana

Las palabras de Jones se hicieron realidad al aparecer un grupo de diez agentes en la puerta del cuarto 333.

¿Piensan que Lari Scott es una asesina serial?

Cada decisión de Jones era cada más más estúpida y me hacía perder más la esperanza en el ser humano...

A Lari Scott quisieron ponerle esposas, pero por insistencia de Lestrade todo quedó en que yo debía agarrarla del brazo cuando estuviésemos dentro del hospital, continuando la farsa del noviazgo.

El show debía continuar...

Y yo debía seguir actuando...

Fueron saliendo de a poco para no llamar la atención y yo terminé saliendo de último con ella, al lado de Sherlock y John. Lari Scott, ataviada en un vestido violeta, me sonreía divertida mientras pasaba su dedo por todo mi brazo buscando incomodarme.

—No estás tan mal, gorrión...

—Gracias, creo...Pero lo primordial es salir de aquí y no creo que yo entre en su lista de candidatos para novio.

—No lo eres, pero te agradezco que me defendieras a tu modo de ese hombre loco...—Entrecerró sus ojos y me pareció que sus palabras fuesen sinceras.

Los cuatro entramos al ascensor y fue John el que apretó el botón que nos llevaría a la planta principal donde saldríamos por la entrada principal. El ascensor estaba en completo silencio y sólo podía percatarme de las distintas formas de respirar de cada uno.

Sherlock tenía una respiración bastante tranquila, como si fuese algo de lo más normal.

La de John era por momentos fuerte y luego como pausada, como tratando de concentrarse. Muy propia de su experiencia en Afganistán ante situaciones de ese tipo.

La de Lari Scott era algo levemente pausada, como si también buscase concentrar las ideas en su cerebro.

¿La mía?

Era una mezcla de todas, sumándole la nerviosa al no saber qué nos estaría esperando cuando cruzásemos las puertas automáticas.

Dos pitidos nos hicieron darnos cuenta que ya habíamos llegado. La puerta metálica se abrió y los primeros en salir fueron ellos, mientras yo tomaba aire para darme fuerza.

—Vamos, gorrión...Es hora de nuestra actuación...

Me tomó de la mano y salimos del ascensor sin detenernos. No había nadie que nos determinara y yo miraba como sutilmente John volteaba a vernos para ver si estábamos a unos pocos metros de ellos.

Divisé el auto negro que nos llevaría a Lestrade, a Scott y a mí al Yard, no había rastro de Jones por lo que supuse que debían haberse adelantado para dar vía libre a las ambulancias que fuesen a llegar.

—No esperaba terminar siendo custodiada de esa forma, pero era irremediable.

—Por lo menos no va con Jones, eso hubiese sido una tortura para usted.

Sólo hubo una leve risa como respuesta y ya estábamos frente al auto. Ambos nos sentamos en la parte trasera, mientras Lestrade estaba en el asiento izquierdo junto al chofer.

—Señorita Scott, necesito esposarla.—Él le mostró las esposas y en su cara sólo había fastidio.—Es el acuerdo que quedé con Jones para que se tranquilizase.

—Ese hombre es un fastidio hasta sin estar viéndolo...—Ella extendió sus brazos con las muñecas viendo hacia arriba.—Soy toda suya, Lestrade.

Greg gruñó por las palabras de las mujer y colocó las esposas con sumo cuidado. Ya cuando estaban fijas en sus muñecas, él hizo una seña y el auto arrancó para dejar rápidamente atrás al Barts.

Adelante nuestro iba Jones con sus hombres, mientras que atrás iba un taxi con Sherlock y John.

Una leve vibración surgió de mi abrigo por lo que procedí a sacar mi celular, el gris.

No se ve nada sospechoso.

Debes observar para reaccionar bien, Stanley.

SH

Al momento un leve zumbido apareció en mi oído izquierdo y pude notar una voz que supuse me contactaría.

—No actúe como héroe, señor Hopkins. Los héroes terminan cien metros bajo tierra. No vaya a hacer ninguna estupidez de las que acostumbra hacer.

—¿Tengo ahora que oír los insultos? ¿No le bastaba con hacerlos escritos?

Lari Scott me miró confundida y yo sólo acaté a ponerme el celular en mi oreja para que no notara el audífono.

—Bueno, considéreme la voz de su buen juicio...

—Una voz bastante impertinente...

—No se haga el mártir, tratar con Sherlock no estar en el cielo y debe saberlo muy bien...Tratar conmigo tiene sus recompensas...

—Como sea...—Gruñí fastidiado viendo por la ventana.—Estamos camino a Scotland Yard...Lo máximo sin tráfico serían 9 minutos, apuesto por 12 minutos...

—Ya veo...—Hubo un suspiro y luego volvió a hablar.—Espero que no se olvide de nuestro trato y vigile a mi hermano menor...

—No soy idiota para olvidarlo, lo tengo bastante presente, My...—Miré a Lari y a Greg viéndome interesados y busqué en el momento otro nombre.—Michael...Hablaremos luego...

—Espero que pronto, señor Hopkins.

La voz de Mycroft dejó de sonar y sonreí aliviado.

—Ustedes los de Scotland deberían de relajarse un poco...—Scott me miró casi como preocupada.—O terminarán muertos antes de la hora.

—Así es la vida, señorita Scott...

Sólo pude afirmar con la cabeza ante las palabras de mi jefe.

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

El río Támesis se veía espléndido ese día, tanto el London eye como el Big Ben podían verse a la distancia, indicándonos que estábamos cerca de nuestro destino.

El tránsito avanzaba sin contratiempos, por lo que los 12 minutos sí terminarían siendo 9 si nos manteníamos a esa velocidad.

No pude evitar sacar mi libreta y apuntar las cosas que no quería que se me pasaran si las olvidaba.

—¿Es tu diario?

—Es como una especie de guía...

—Ya veo...—La de ojos oscuros sonrió satisfecha.—Un baúl de recuerdos para compartir con tu ejemplo a seguir...

Arqueé una ceja y suspiré por su comentario.

—No siempre se lo muestro a todos...—La cerré para no darle tiempo a que leyera algo y la guardé en mi abrigo con las otras cosas.

—Es bueno guardar secretos, Stanley...—Ella me sonrió.—Si muestras todas tus cartas, los demás podrán herirte muy fácilmente...

—Lo tomaré en cuenta...—Le murmuré mientras veía a Lestrade.—¿Todo está en orden para recibirnos?

—Ya están enterados de que...

No pudo seguir porque un estruendo cubrió el vehículo y éste comenzó a perder el control, haciendo que éste diera vueltas. El agente que manejaba posó ambas manos en el volante al igual que utilizaba la caja de velocidades para estabilizarlo.

—Creo que podremos salir avantes, señor...—En este instante un proyectil atravesó la ventana y le dio al hombre que manejaba en el cuello, haciendo que el auto volviera a girar de forma descontrolada.

Lestrade logró agacharse por lo que hizo que la bala siguiera su trayectoria hacia la ventana, rompiéndola al instante. Tanto él como Lari Scott y yo quedamos aturdidos por el disparo y algo lastimados por los vidrios.

—¡Maldita sea! ¡Ya decía yo que era muy perfecto todo!—Greg trató de tomar el volante, pero el cuerpo del otro hombre lo hacía imposible al tener sus pies bloqueando el acelador y el freno.

Lo único que pude acatar fue proteger a esa mujer con mi cuerpo mientras que Lestrade ponía las luces de emergencia para alertar a los demás conductores.

Suspiré ansioso y fue que oí la voz de Mycroft hablándome.

—Soy casi como un profeta, señor Hopkins...

—¡No es el momento, Mycroft!

—Le sugiero que piense en frío y le ayude a Lestrade con el auto o terminarán en el Támesis....

Dejé a esa mujer acostada y protegiéndose con el asiento mientras yo trataba de llegar al asiento delantero, pero me era difícil debido a que el cinturón de seguridad me apretaba el tórax y parte del cuello.

Yo puedo...

Tomé al hombre de los hombros y con una mano solté su cinturón a duras penas y logré moverlo levemente, lo que hizo que mi jefe instantáneamente se pusiera en el lado del conductor y posara sus manos en el volante. Él comenzó a usar el freno lentamente para lograr regular la velocidad para que el choque fuese menor.

De un momento a otro pudimos ver los árboles de la zona y luego sólo hubo silencio.

Silencio, dolor y oscuridad...

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

—Mi jefe se toma mucha molestias por usted...

Sólo podía oír voces lejanas que se perdían aún más por el dolor que sentía en todo mi cuerpo.

Mis anteojos habían quedado en algún lado del auto y sólo podía ver colores y siluetas en la lejanía producto de mis problemas de visión. Sólo noté como la puerta del lado de Lari Scott era abierta y ella era jalada hacia fuera.

—Bueno, niño...Creo que voy a darte un tiquete directo a donde sea que te toque ir...

La voz de la sospechosa resonó en mis oídos más fuerte que la otra.

—Déjalo, Moran...No vale la pena...

—Dios santo, qué fastidio...

Extendí mi mano y apreté su mano con fuerza, tratando de que desistiera de irse con él.

—S-sí se va...L-le dará la r-razón a Jones...

Pude notar su risa ante mis palabras como si hubiese dicho algo chistoso.

—Oh gorrión...Hace mucho dejó de importarme lo que otros dicen de mí...Si lo hiciera, no viviría a plenitud. Espero no volvernos a ver...

Quise decir algo, pero sentí como unas manos apretaban mi cuello, haciendo que me fuese difícil pensar. Sentía la saliva acumulándose en mi garganta y comencé a sentirme mareado.

No puedo...

Simplemente me dejé ir, sin importar aquella voz que me hablaba al oído.

—No se desmaye, señor Hopkins...No vaya a hacerlo de ninguna manera...

Continuará!!!

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

Notas de la autora: ¡Primer capítulo del año! ¡Feliz año nuevo!

Gracias por leer la historia y espero les haya gustado este capítulo. Stanley ha vuelto y como verán, amo el drama.

Lis, espero te haya gustado el capítulo ❤

Cuídense mucho y que su 2019 sea lleno de éxitos y bendiciones.

Los quiere,

Kaze 8226

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