Capitulo 1. Mi mejor momento

Día 1.


—¡Adiós Aslly! ¡No vemos mañana!

—¡Si, adiós Marta! ¡Nos vemos!

Mientras algunos alumnos salían de las clases, otros entraban. El murmullo de la gente allí era incómodo de estar, bueno, para Aslly lo era. Era insoportable para ella. Todo lo que deseaba era tener un momento de paz, pero, mayormente no lo tenía en ambas parte, ni en su casa ni en el curso de idiomas.

En tanto que, Aslly se desplazaba en patines hacia su casa se coloca sus auriculares como siempre suele hacerlo.

Luego de unos minutos, Aslly llega a un lugar donde había un grupo de jóvenes haciendo “Parkour" en los muros y otros haciendo “Skateboard” entre las barras de una escaleras. Todos los chicos se divertían haciendo sus disciplinas deportivas.

Aslly, no solía ir directamente a casa, más bien, siempre iba a ese lugar a mirar a los chicos saltar, y demás. Aslly se sienta en una banca como siempre, y lo hace al lado de un señor que leía el periódico. Coloca su mochila en sus piernas y mientras escuchaba su música miraba a los chicos reírse.

Aslly es una chica tímida, poco sociable, siempre le gusta estar lejos de los ruidos y estar sola. A pesar de eso, odia a sus padre y a su hermana. ¡Tendrá sus razones! A ella, le gustaba viajar en patines, le gusta los deportes como el “Parkour y el Skateboard". Además de eso, Aslly es una joven hermosa y de cuerpo promedio; pelo castaño, siempre tenía una cola de caballo lo que la hacía aún más hermosa. Siempre, mientras paseaba en patines usaba un abrigo, ya que en esa estancia los día eran fríos.
Después de un buen rato observando a los chicos, se levanta de la banca y se coloca su mochila. Empieza a patinar.




Aslly camina por el sendero de su casa con sus patines en manos. Cuando llega al descansillo, se queda enfrente de la puerta. Suspira. Del otro lado de la puerta se podía escuchar como la música de adentro se escuchaba opaca desde afuera. Aslly abre la puerta y al hacerlo se escuchaba una mezcla entre música y el volumen del televisor.

Aslly deja sus patines en la entrada y camina por el estrecho pasillo. Todo parecía una pocilga. Mientras iba en el pasillo ve, a su hermana asiendo algunas acrobacias enfrente del televisor mientras hacía lo mismo que allí. Luego miró, al lado derecho y, allí estaban sus padres teniendo sexo con las ropas puestas en un sofá cerca de la cocina.

—¡Aslly! ¡Llegaste! ¡Que bueno, porque la lavadora estas llena de ropa sucias! ¡Así que, mueve ese culo y ponte a lavarlas!

Decía su madre.

—¡Cariño! ¿Quieres pasarme esa lata de cerveza?

Dijo su padre.

Aslly al verlos, pone una cara de asco y vergüenza por ambos. Luego sale de su vista para irse a su habitación.

—¡Esa buena parada, me tiene harto con lo mismo! Debería buscarse un novio y que se la polle, para que sepa lo rico que es esto.

—¡Ya, tranquilízate! Sigamos con nuestros asuntos.

—¡Ja ja! ¡Que buenas eres mi perra!




Aslly se lanza en su cama y se queda a boca abajo tapándose los oídos con sus manos, mientras lo hace dice:

—¡Odio estar aquí! ¡Siempre es lo mismo!



El padre de Aslly, es alcohólico, adicto a la heroína, adicto al sexo, vago, de carácter chistoso y siempre está en casa. Su aspecto era de pelo rizo largo y rubio; barba de una semana y cuerpo atlético.

Su madre, es una adicta también a todo y nunca hace los quehaceres del hogar. Su carácter es de zorra. Su pelo era largo negro, de cuerpo delgada.

Su hermana, tiene un buen cuerpo y es sexy. Ella siempre se pelea con Aslly por cualquier tontería, ya que ella era más mayor que Aslly. Su hermana tenía todo lo que un chico busca, teta, nalgas y buenas piernas. Pero no tenia el magnífico hermoso rostro de Aslly y su mentalidad de superación. Es de pelo corto de color rosa.






Día 2.


Aslly llega y se sienta en la banca, como siempre suele hacerlo. Saca su móvil y se pone a mirar algunas fotos de ella y su amiga Marta. Sonríe mientras las mira.



—¡Abran paso! ¡Hay voy!

Sale corriendo con su Skateboard en mano, la tira en el piso subiéndose en ella, y se lanza por la barra de aquella escalera. Cuando llega al final de la escalera, éste se resbala, golpea el suelo y su Skateboard sale disparada cruzando la calle. El chico se levanta del suelo sacudiéndose los pantalones.

Mientras Aslly se entretiene escuchando su música y observando sus fotos, el Skateboard le golpea en los patines. Aslly miró lo que le hubo golpeado.
Toma el Skateboard y se levanta dejando aún lado su mochila. En cuanto se enderezan frente a ella está un chico. Le miró.

—¡Wau! ¡Que hermosa!

Dijo el chico.

Aslly se avergüenza un poco dejándolo de mirar.

—¿Te la quieres quedar?

Aslly reaccionó a lo que dijo.

—¡Ah! ¡Perdón! Esto es tuyo, ¿Verdad?

—¡Si, gracias!

Ambos se quedan en silencio. El chico la mira y luego levanta su mano. Le quita de su cabeza una hoja que tenía allí. Aslly se le queda mirando mientras retira su mano de allí y le muestras a la vez la hoja. Aslly se pasa la mano por la cabeza pensando que tendría más.

—¡Que! ¿Las hojas te persiguen?

Le preguntó el chico algo chistoso.

—¡Gracias! ¡Je je!



—¡Hey! ¡Alex! Te la vas a comer ¿O qué? ¡Ja ja ja!

—¡Ja ja ja! ¡Ya ven!

—¡Ooooh! ¡Jo Jo Jo!

Decía algunos de sus amigos del otro lado de la calle.


El chico había volteado a mirar a sus amigos. Luego volteó y cuando lo hizo, Aslly se colocaba la mochila.

—¡Ya me voy!

—¿Quieres que te lleve?

—¡No, gracias!

Decía mientras se retiraba un poco de él.

—¡Puedo llevarte en mi Moto!

—¡No gracias! ¡Me gusta ir en patines!

Decía mientras iba un poco lejos. El chico se le queda mirando sonriente.



—¡Huyuy! ¡Ja ja!

—¡Se te fue el amor! ¡Ja ja!

—¡Ja ja! ¡Ya ven para acá! ¡Ya se fue! ¡Ja ja!

Decían sus amigos burlándose de él de forma amigable.



Aslly se desplazaba con sus patines mientras llevaba su auriculares puestos escuchando su música. La leve brisa suavizaba su piel mientras se desplazaba por una pequeña calle solitaria. Al ir por allí le hacia sentir tranquila. Mientras iba, una moto se le aproximaba, más ella no se percata del sonido de la moto debido a que llevaba puestos sus auriculares. Cuando la moto se acercaba, ya estando cerca de Aslly extiende su mano hacia ella. Aslly cuando observa aquella mano, a la vez que ella levanta su mano para agarrarla levanta su mirada. Le toma la mano. En cuanto lo hace y a la vez le mira, Aslly le sonríe.

Era el chico que estaba antes parado frente a ella. El del Skateboard. Ambas miradas se atraen. Aslly al mirarle bajo su vista mientras aún sonríe. En tanto que se desplazaban por toda la calle, iban agarrados de manos.






Día 3.


—… Es un chico muy guapo y atractivo. Parecía de esos chicos rudos. Fue muy gentil.

—¡Wao! Como me gustaría conocerlo. Y es la primera vez que escucho que un chico que apenas conoces haya hecho eso en su moto.

—¡Si! Lo que pasó fue, que le había dicho que me gustaba ir en patines cuando me habló de llevarme en su moto. Y en cuanto llegó en su moto, me dijo: “Pues, como te gusta ir en patines, entonces te llevaré en patines”

—¡Waaoo! ¡Que lindo! ¡Me muero por verlo!

—¡Tranquila! ¡No es para tanto! ¡Solo nos vimos ayer!

—¡Lo sé! ¡Pero, eso quiere decir que se seguirán viendo!

—¡No lo sé! ¡Tal vez!

Hablaba Aslly y Marta mientras estaban sentadas comiendo cerca de una fuente de agua en la entrada del curso de idiomas.

Marta es una joven de pelo corto negro, usaba lentes, también es linda, es noble, simpática y de buen corazón.




Aslly cuando se aproximaba donde los chicos que hacían sus deportes favoritos, ve una patrulla de la policía y un grupo de personas, y los chicos se agrupaban allí. Aslly desde el otro lado de calle iba mirando las personas caminar hacia allí. No sabía lo que pasaba.

De pronto observa que del grupo sacan a un chico forcejeando con él, mientras lo llevan por donde están las escaleras le sientan en los escalones, y un grupo de chico se acerca a donde están los otros dos.

Aslly no pudo lograr observar bien de quién se trataba. Allys se sienta en la banca a observar todo desde allí. Luego todo se va calmando, y el policía se marcha.

Mientras un grupo estaba por las escaleras, otro grupo de cinco chico se montan en sus motos de GP y se marchan. Aslly le mira mientras de desplazaban.

En cuando el grupo se debilita, Aslly observó a un chico sentado cabizbajos. Era el chico que habían apartado del grupo antes.

El chico mientras está sentado allí, levanta su cabeza y mira al frente. Observa a Aslly en la banca. Aslly lo mira y… es el chico de la Moto. Se asombra de él y voltea su cara.

El chico se levanta apartando algunos de sus amigos y mientras camina ellos se le quedan observando.

—¿A dónde vas?

Preguntó uno de sus amigos.

Cruzó la calle, y Aslly se hacia que no lo había visto.

—¿Estabas aquí antes de que empezara el pleito?

Preguntó el chico. Aslly le miró un poco asombrada. El chico tenía algunos golpes en el rostro.

—¡No!

Guardó silencio luego del “no" de Aslly. Luego dijo:

—¡Sígueme!

Dijo dándose vuelta.

—¿Qué?

—¡Solo sígueme!

—¿A dónde?

—¡No preguntes! ¡Solo sígueme!

Aslly sonríe y se pone de pie tomando se mochila.




Mientras iban recorriendo la carretera, el chico en su Moto GP y Aslly en patines. Ambos iban agarrado de manos. En tanto que Aslly miraba el paisaje desde la carretera iban subiendo por una zona montañosa. El paisaje desde allí era hermoso. La brisa hacia volar la cola de caballo de Aslly y sus lágrimas le salían por la leve velocidad en la que iban. Mientras ella observaba el paisaje, siento como el chico disminuía la velocidad, hasta que se a orillaba.

—¡Ven, sube! ¡Debes ir cansada!

—¡Gracias!

Se monta y cuando lo hace, el chico le agarra sus dos manos y la coloca delante de su cintura y le dice:

—¡Aférrate bien a mi… que voy a correr!

Aslly cuando escuchó lo que dijo se aferró a su espalda aparentando su cintura.

—¡No tan fuerte, me vas a dejar sin aliento antes de que subamos!

Luego emprendió la marcha.



Cuando hubieron subido, Aslly se desmonta observando el alrededor. Aslly cierra sus ojos e inhala el aire fresco del lugar. El puro aire fresco y natural de la naturaleza. Las flores de aquel lugar eran hermosas. Las hierbas verdes, los árboles, y un pequeño riachuelo que cruzaba por allí. La Paz que había allí era total para ella. Tan solo escuchar el sonido de la brisa cuando estremecía en las ramas de los árboles se sentía relajante su sonido.

—¡Me gusta este lugar! ¿Cómo se llama?

Preguntó Aslly. El chico colocaba su casco protector en el asiento y se da vuelta.

—¡Ven! ¡Sígueme!

Dijo tomándole de la mano.

—¡Aguarda un momento! ¡Déjame quitarme esto!

Decía parándole para quitarse los patines.





En pocos minutos subieron a un alto y profundo precipicio. Cuando Aslly llegó a lo alto, su cabeza, su mirada, su impresión cambiaron en el deleite de lo que observaba.

—¡Wao!

Decía mientras se acercaba a un barrera que había allí algo oxidadas. El chico le mira mientras él sonríe.

—¡Yo le llamo… “El salto de la Calavera”!

Aslly estaba encantada de la vista y la fuerte briza que soplaba allí, hacia que sus ropas se estremecieran bruscamente al igual que sus pelos.

Desde allí veían casi toda la ciudad y todo lo que podía apreciar desde aquel encantado lugar.

Luego de que, Aslly estuviera enamorada de aquella majestuosa vista panorámica y excitante, miró el precipicio y, a la vez miraba, un río que ferozmente golpeaba las rocas que estaban en medio. Mientras que en la orilla era leve su corriente y aquellas piedras en la orilla se veían diminutas desde arriba. Desde aquella altura todo se veía pequeño. Como micro partículas.

—¡Vaya! ¡Que alto está aquí! ¡Se siente… como si volara! ¡Ja!

Aslly estaba feliz. Cuando dijo aquello, el chico que estaba recostado de la barra se endereza y la mira. Luego dice mientras se coloca tras ella:

—¡Déjate llevar! ¡Dame tu mano!

—¿Qué harás?

—¡Dame la otra!

Aslly hacia lo que él le decía.

—¡Ahora, sube tus dos pies en la tercera barrita!

—¡No! ¡Y si me caigo!

Se negaba.

—¡Yo te seguiré!

Dijo con una sonrisa convincente. Aslly le miraba cuando hubo dicho aquello. Luego le sonrió y, tomó valor. Colocó sus dos pies allí. Estaba asustada, pues la brisa le removió todo su cuerpo.

—¡Oh, Dios mío! ¡No, no! ¡Bájame! ¡Bájame!

El chico nunca soltó sus manos. Luego él, sube su dos pies en la barra y acerca su cuerpo al de Aslly. El chico con sus brazos extendido agarraba las manos de Aslly igual de abiertos. Como las alas de las águilas estaban ambos.  El pelo de ambos se estremecen y su ropa aún más.

—¡Tengo miedo!

—¡Relájate! ¡Yo estoy aquí! ¡Déjate llevar por el viento!

Dijo sonriendo. Aslly le miraba entre ojos mientras él le habla a su espalda.
En ese momento, Aslly miró al frente y se relajó cerrando sus ojos. Suspiró. El mundo en ese momento era como desaparecer de él y volar como aves. No había nada igual para ella que se asemejara a lo que había experimentado en ese instante.

“Te dejas caer, y vuelas. Tu corazón, está en paz. Es como sino lo sintieras. La respiración es dulce y calmada. Sientes como si tus brazos llevarán alas. Mientras todo esto pasa, solo me queda imaginar aquella persona que sostiene mis manos y, te preguntas: ¿Es esto un sueño? En ese momento, abrí mis ojos y giré mi cabeza hacia él…”

Aslly gira su cabeza por la derecha y el rostro de él estaba por allí. Él le mira cuando ella hubo girado su cabeza. Ambos se miran entre ojos.

—¡Seguir a un extraño, no es bueno! Pero, dejarte llevar por lo que te apasiona es una opción de lo que amas.

Aslly giró un poco su cuerpo y le miró fijamente a los ojos, al igual que el chico le miraba.

—¿Cómo te llamas?

Preguntó Aslly.

—¡Alexander! Pero, mis amigos me dicen “Alex". Llámame como gustes.

Aslly sonríe y le dice mirándole los labios:

—¡Alex me gusta más! ¡Soy Aslly, y ya no eres un extraño para mí.

Luego se besaron. Aquel apreciado momento, era el más único momento para Aslly. La mezcla de un beso y la briza era un momento inexplicable para ella.

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