D I E C I N U E V E
No se que hacer.
Camino de un lugar al otro en el baño, tratando de no entrar en pánico, aunque no estoy segura de estarlo logrando. Kang esta ahí afuera, esperándome y este baño ni siquiera tiene una ventana para por lo menos pensar que me puedo escapar como en las películas.
No puedo enfrentarlo, no puedo dejar que me vea de ninguna forma. Por lo que me dijo hace rato, Kang parece tener altas expectativas conmigo, no quiero decepcionarlo, quiero que siga pensando que soy una chica con la que vale la pena hablar, que siga interesado, no que vea la realidad de lo que soy y se decepcione.
Piensa, Klara, piensa.
Estoy en mi dilema cuando escucho la voz de la Sra. Romes afuera del baño, —No puedes estar aquí, Kang, por seguridad, tienes que volver al pasillo.
La voz de Kang replica, —Bien, pero ella también tiene que volver, ¿Cierto? Sáquela del baño, yo espero aquí.
—En el pasillo se vio claramente que ella estaba huyendo de tí, me puedes decir, ¿Qué pasa?
—Ella no huía de mí.
—Eso no es lo que parecía, Klara es nueva y aún la estamos ayudando a adaptarse. Así que, ¿Por qué no mejor vuelves al pasillo tu solo por ahora.
—No.
—Kang, no te lo estoy pidiendo, te lo estoy ordenando.
—Bien.— escucho lo que asumo son los pasos de Kang en la distancia y luego la voz de la Sra. Romes.
—Klara, puedes salir, ya se ha ido.
Saco la cabeza y me aseguro de que ella esta sola, y salgo del baño, —Gracias.
—No me agradezcas, tu también tienes que volver al pasillo.
—Pero él va a saber que soy yo.
—No entiendo lo que pasa, pero necesito que vuelvas al pasillo, tu seguridad es mi prioridad ahora.
El viento aúlla afuera, la nieve cayendo con fuerza y en cantidades increíbles. Entiendo a la Sra. Romes, ella solo esta intentando hacer su trabajo como personal de la preparatoria.
Con el corazón en la boca, y la capucha de mi sudadera tan baja como puedo para esconder mi cara, vuelvo al pasillo escudándome detrás de la Sra. Romes. Aún no tenemos electricidad y agradezco por la oscuridad.
Se que si me siento junto a Perla, Kang me notará, él sabía donde estaba sentada antes de que saliera corriendo así que tomo asiento mucho antes de llegar donde esta Perla. La Sra. Romes no dice nada y sigue adelante.
Tomando una respiración profunda, relajo mis hombros que están tan tensos que duelen. Se que estoy siendo una cobarde, pero no puedo enfrentarlo, de verdad que no puedo, por lo menos no hoy. Necesito mucha valentía para eso.
Mi teléfono vibra en mi bolsillo y me alegra haberme sentado tan lejos de Kang. Lo saco y le quito la vibración solo por si a caso, se que es un mensaje de Kang:
¿Por qué huyes de mí?
Trago grueso y le respondo:
No estoy huyendo, es complicado.
Me llega otro mensaje y creo que es la respuesta de Kang pero en realidad es un mensaje de Perla.
¿Qué carajos fue eso?
Levanto la mirada y tengo que esforzarme para ver donde esta sentada Perla en la oscuridad, esta en el mismo lugar de antes. Le respondo que luego le explicaré y leo el nuevo mensaje de Kang.
¿No quieres verme, Klara?
Yo:
No es eso, Kang.
Kang:
Entonces, ¿Qué es?
siento que soy el único aquí
que se muere porque nos veamos.
Yo:
De verdad, no es eso.
Si quiero verte.
Kang:
Estoy aquí a tu alcance, Klara.
Yo:
Es inesperado, Kang, es todo.
Kang:
Nunca has tenido la intención
de conocerme personalmente, ¿Cierto?
Él esta en lo cierto, pero no es por lo que él tal vez piense, me quedo mirando a la pantalla sin saber que responder. Kang me envía otro mensaje antes de que pueda escribirle algo.
Me ha quedado claro.
No te preocupes.
No volveré a molestarte.
Mi pecho se aprieta, porque suena como una despedida y no quiero eso, pero tampoco se si pueda enfrentarlo, no se que hacer. Siento que a pesar de que he llevado esto de la preparatoria muy bien, enfrentar a Kang escapa de mis capacidades por el momento.
Escucho pasos y veo a Kang y a Erick caminando por el pasillo en dirección a la salida, pasan frente a mi y Kang ni siquiera me mira cuando habla, —Vamos a sentarnos en otro lado, Erick, en esta área no somos bienvenidos.
Sus frías palabras me queman, suena enojado, y puedo entenderlo, él sonó tan emocionado afuera del baño hace un rato cuando me dijo todo eso.
No puedo creer que te haya encontrado. No sabes cuantas veces he imaginado verte, poder observar tus gestos, tus expresiones, ponerle un rostro a Klara con K, la chica que no ha dejado mi mente desde la primera vez que hablé con ella.
Creo que apagué su emoción al no reciprocarla de la manera que él esperaba. De alguna forma, le he hecho creer que el interés que siente por mi es unilateral.
Y no lo es, Kang.
Pero, ¿Cómo le pruebo eso sin enfrentarlo?
Se que si Kang supiera mis circunstancias, entendería mi reacción, pero no se las he contado así que entiendo como ha pensado que simplemente no me interesa como yo a él.
Veo a Erick y a Kang alejarse, casi llegando al principio del pasillo y se detienen ahí, probablemente buscando donde sentarse.
Tienes que ser valiente, Klara.
Si él te ve, se dará cuenta de que no valías la pena y se alejará y así podrás lidiar con el dolor que eso te causará, es mejor que estar a medias como ahora.
Me pongo de pie y camino al final del pasillo en sentido contrario de donde Kang se fue, y cruzo una esquina para quedar en el pasillo solo que lleva al auditorio de la preparatoria.
Descanso mi espalda contra la pared, tomo mi teléfono, animándome para hacer esto. Antes de que pueda acobardarme, le envío el mensaje a Kang:
Ven al pasillo del auditorio.
Estoy temblando.
Meto mi celular en el bolsillo, y trato de calmar mi respiración, no se si estoy haciendo lo correcto pero no puedo dejarlo así, pensando que no me importa en lo absoluto. Es mejor que me vea y se decepcione por si mismo, que vea que no es porque no me interese sino porque yo jamás seré suficiente para un chico como él.
Los latidos de mi corazón están en mi garganta, en mis oídos, en mis dedos, en todos lados. Las manos me sudan y estoy comenzando a pensar que esto fue una mala idea.
Kang aparece y siento que dejo de respirar ahí mismo.
Sus ojos negros se encuentran con los míos mientras camina hacia mi con las manos en los bolsillos delanteros de sus pantalones, su expresión neutra.
Él se detiene frente a mí, sus ojos indagando mi rostro abiertamente.
Quiero decir algo, quiero hablar pero nada sale de mi boca.
Kang esta frente a mí, y de pronto todas esas veces que lo escuché en la radio vienen a mí, su usual saludo: Buenas noches, mi gente, les habla de nuevo Kang, su amigo y compañero de su programa nocturno Sigue mi Voz.
Su risa, sus mensajes, su voz, todo lo que me trajo hasta este momento.
—Hola.— murmuro tan bajo que por un momento dudo que me haya escuchado.
Hasta que Kang me sonríe, los huequitos apareciendo en sus mejillas, —Hola, Klara.
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Nota de la autora: ¡PAREN! Se que quieren matarme porque quedó ahí, bajen las antorchas, los recompensaré la semana que viene de alguna forma y si mi salud me lo permite.
Muakatela,
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