💔18💔

Ya no podía aguantarlo más. Sabía que si seguía actuando como si nada, atrapado en esa atmósfera densa con Hoseok, jamás tendría el valor de decirle la verdad. Apenas podía controlar sus impulsos; cada vez que él rubio se acercaba, lo miraba o lo tocaba, sentía que estaba haciendo algo incorrecto, aunque fuese lo que dictaba su corazón. Pero el peso de la conciencia era mucho más fuerte, y él no podía ignorar el hecho de que lo consolaba sabiendo que le había arrebatado a su padre.

Cada gota de agua que caía sobre su cuerpo en la ducha se sentía como cubos de hielo que lo hacían ver la cruel realidad. Se preguntaba a sí mismo por qué todo esto estaba sucediendo. ¿Por qué, si le habían  dado una nueva oportunidad para vivir su amor, debía dejarlo ir por su propia culpa?

Se reía para no llorar de su mala suerte. Sabía perfectamente que estaba a punto de arruinar algo  maravilloso cuando regresara a esa habitación, a ese espacio donde se encontraba la persona que lo había hecho volver a amar. Hoseok era ese chico que logró hacerlo superar el amor que sentía por alguien que ya no estaba en su vida. Sin importar que se parecieran, él lo quería porque era alguien diferente: dulce y protector, pícaro y tímido a la vez. Hoseok era lo que su corazón anhelaba tener.

Pero ya no había remedio ni vuelta atrás. Debía decir la verdad, sin importar las circunstancias, así como no podía rendirse con ese rubio que lo esperaba afuera, dispuesto a ser su apoyo sin importar lo que tuviera que enfrentar.

Al finalizar su larga y reflexiva ducha, salió con la bata puesta, aún sintiendo la humedad sobre su piel. Se encontró con Hoseok, que seguía esperando pacientemente a que terminara. El rubio había terminado la sopa y había picado algunas rebanadas de fruta.

—Ya terminé, hyung —dijo Hoseok, mostrándose algo inquieto, pero intentaba calmarse—. Ya podemos hablar.

—¿Aún estás ebrio? —preguntó mientras se acercaba a la cama, para terminar sentándose cerca de él. Percibiendo como crecía la tensión entre ellos.

—No lo estoy. Solo tomé un poco para tratar de aliviar el dolor que sentía, pero de nada sirvió —sus ojos se desviaron hacia sus manos; estaba arañando su piel con las uñas, acto que no pasó desapercibido para el pelirrojo—. Mi papá no volverá a mí, haga lo que haga.

Expresó con dolor en su voz, y antes de que sus ojos se llenaran de lágrimas, Yoongi tomó suavemente sus manos entre las suyas, obligándolo a mirarlo a los ojos. En ese momento, supo que debía ser honesto con Hoseok, aunque su propio corazón temblara ante la idea de romper esa fragilidad.

—Hoseok, hay algo que necesito decirte —comenzó, su voz temblando ligeramente—. No quiero que sientas que tienes que cargar con este dolor solo. Estoy aquí para ti, y quiero que sepamos cómo seguir adelante juntos. Pero... hay algo que no te puedo ocultar...

Las palabras se atoraban en su garganta, y el miedo a perder a Hoseok se hacía cada vez más grande. Pero era el momento de enfrentar la verdad, aunque fuese poco a poco, no solo por su propio bienestar, sino por el amor que compartían.

—Yo... no soporto verte así, pero te juro que nunca quise que esto pasara; tampoco quería lastimar a nadie —las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Yoongi, desbordándose por el peso de la confesión.

—¿De-de qué hablas, Yoonie? Nada de esto es tu culpa. Los que le hicieron daño a mi padre fueron esos hombres que lo torturaron. Tú ni siquiera lo conocías...

—¡Sí es mi culpa! —esa elevación en su voz sobresaltó a Hoseok, quien sintió un escalofrío recorrerlo—. Yo.... yo estaba volviendo con mis amigos de un bar esa noche. Todos.... todos habíamos tomado un poco, pero yo no me había emborrachado. De repente, él apareció; te juro que no lo ví y no lo conocía. Estaba asustado y, por eso, dejé que mi padre se encargara de la situación.

—¿¡De qué estás hablando, hyung!? —el rubio no lograba comprender, y la confusión se transformaba en un creciente miedo por cada palabra que decía—. ¿A quién no viste? ¿Qué sucedió?

—¡A tu padre! —la confesión salió de sus labios con un grito desgarrador, cerrando los ojos con fuerza, como si al hacerlo pudiera borrar la imagen de esa noche—. Yo..... yo arrollé a tu padre esa noche cuando se cruzó en mi camino.

—¿Qué? —alejó sus manos lentamente, manteniendo su expresión de asombro y confusión; esas palabras provocaron que sintiera como si todo se desmoronara a su alrededor—. ¿Cómo... cómo dices? ¿Mi papá? Tú nunca conociste a mi padre. ¿¡Cómo puedes decirme eso, ah!?

Se levantó de la cama con rapidez, su corazón comenzaba a latir descontroladamente; empezaba a sentirse perdido y muy molesto por el rumbo que estaba tomando esa conversación. Era algo sin sentido para él, y no pretendía creerlo.

—Hoseok, escúchame, ¿si? —Yoongi se acercó hasta su posición—. Me acabo de enterar hoy de que aquel hombre tenía un buen trabajo y... una familia. Por primera vez ví su rostro y supe su nombre; Kim Taehyung.

—Ja... esto... esto no tiene gracia, hyung. ¡En serio no tiene gracia!

—¿¡Crees que me gusta decir esto!? Estoy confesando que, por mi culpa, la persona que amo perdió a su padre. ¿¡Crees que esto es fácil!? —el menor estaba sin palabras, y solo las lágrimas caían por sus mejillas—. Llevo torturandome horas, pensado en la manera de poderte decir todo esto sin que me odies o me alejes, pero eso es imposible. ¡En todas las malditas formas siempre te acabo perdiendo!

Una fuerte bofetada resonó en la habitación, un sonido fuerte que  provocó un inmenso ardor en la mejilla del pelirrojo. Tras esto, un silencio absoluto los abrazó, manteniéndose por segundos. Cuando Yoongi se decidió a ver los ojos de Hoseok, ya no los reconocía; la dulzura y el brillo que siempre tenían fueron reemplazados por rabia y enojo.

—Cierra la boca. ¡Cierra la maldita boca, Min Yoongi! —le gritó, mientras golpeaba su pecho repetidamente, desbordando esa rabia que comenzaba a sentir y de la que se quería deshacer. Hasta que se detuvo, sintiendo que ya no le quedaban fuerzas, y lo miró—. No puedo creer lo que dices, me niego. No sé por qué haces esto ni cuál es tu objetivo, pero por favor, detente —le pidió, con la voz quebrada, aún sin poderlo asimilar del todo.

En su cabeza cada palabra daba vueltas una y otra vez, pero le era imposible imaginar que alguien como Yoongi, alguien a quien amaba, podría hacer algo cómo eso; por no decir que no quería imaginarlo. Así que respiró profundamente, tratando de buscar una forma de calmarse, y se acercó, tomando el rostro de Yoongi entre sus manos, buscando la verdad en sus ojos.

—Yo te amo, Yoonie, y estoy muy seguro de que no amaría a un asesino. Por favor, no digas eso de nuevo, ¿si? —comenzó a dejar leves caricias en sus pálidas mejillas—. Solo di que me amas y que no tuviste nada que ver con lo de mi padre.

Verlo así le partía el corazón en pedazos; le dolía mucho más de lo que imaginó. Pero él no podía decirle eso; mentirle nunca estuvo en sus planes. Por eso no respondió y solo negó con la cabeza; eso bastó para quebrar a Hoseok.

—Dilo. Dilo, por favor. ¡Dilo! —se dejó caer al suelo, sin poder controlar su llanto—. ¿Cómo.... Cómo pudiste hacerlo? ¿¡Cómo pudiste quitarme a mi papá!?

Sus manos impactaron fuertemente en el suelo al decir la última frase; ya no podía mentirse, él le acababa de confirmar que todo lo que confesó era cierto.

«¿Por qué tiene que decirme esto ahora...?»
«Solo está destrozándome aún más...» —su mente estaba confusa y su corazón extremadamente dolido.

—Yo no sabía nada de ti y tampoco quise que esto pasara —dijo Yoongi, con la intención de acercarse, pero el rubio se alejó, con miedo—. Te juro que fue un accidente, Hoseok.

«¡Excusas! Solo quieres aliviar tu conciencia llamándolo "accidente". ¡Era mí padre!» —ahora que lo sabía todo, no podría medir sus palabras; el dolor hablaría en su lugar.

—¿¡Y qué pasó después!? ¿¡Cómo es posible que estés libre tan pronto!?… —se levantó como pudo al finalizar, queriendo enfrentarlo. El pelirrojo clavó su mirada en el suelo con inmensa vergüenza; era incapaz de decirle que nunca había ido a la policía. Y ahí Hoseok lo entendió—. No asumiste la culpa, ¿cierto? Quitarle la vida a la persona más importante para mí, te resultó tan insignificante como para enfrentar las consecuencias, ¿¡verdad!?

Empujó su hombro con brusquedad, provocando que cayera de espaldas al suelo. Hoseok se colocó encima de él y agarró los bordes de su bata con fuerza para atraerlo y que lo mirara a los ojos. Ahora ya no podría negarse nada a sí mismo, Yoongi se lo dejó todo muy claro.

—Nunca pensé que podrías hacer algo así, Yoongi. ¡Eres un maldito asesino! —le gritó, sin contenerse en lo más mínimo.

—Hoseok, no me llames así. ¿¡De verdad crees que querría serlo!? —agarró las manos que lo sujetaban—. No sabes cómo me arrepiento de que esto pasara, mucho más después de saber quién era para ti. Cada día, desde que sucedió eso, sueño con ese accidente. Pienso en que tal vez podría haberlo ayudado, pero él ya estaba herido y no pude hacer nada.... Me duele confesarte esto, Hoseok, pero no quería engañarte.

—Pues bravo, no me engañaste, pero lograste ganarte mi odio, Min Yoongi —jaló su bata un poco más—. Y no te preocupes, no dejaré que sigas caminando libremente después de lo que hiciste.

Su tono fue completamente neutro, a pesar de que pequeñas lágrimas se presentaban; estas eran de impotencia, ya que no tenía la fuerza para lastimarlo físicamente. Prefería dejárselo a la justicia porque sabía que en cualquier momento dejaría que su corazón lo guiara. Por eso lo liberó y se levantó para alcanzar su ropa húmeda y su celular, con la intensión de marcharse lo más pronto posible. Pero Yoongi logró interponerse entre él y la puerta.

—Apártate —le ordenó, sin mirarlo.

—Yo sé que no será nada fácil que me perdones. Pero si quieres que pague por lo que hice, que sea tu esclavo o lo que sea, lo haré —le aseguró, y por esto recibió una mirada que solo reflejaba dolor y furia; de esas que le aterraba recibir de él, y sus lágrimas salieron nuevamente en ese momento—. Haré lo que quieras con tal de que me dejes estar cerca de ti. Por favor créeme cuando digo que lo eres todo para mí, Hoseok.

—Nunca —esa fría y corta palabra lo atravesó—. Yo no te perdonaré, por mucho que digas amarme o por mucho que yo te ame a ti. Nunca te perdonaré para que limpies tu conciencia. Nos vemos en la corte.

Tras decir esto, apartó su cuerpo de la puerta y salió, dejando al mayor estático en su lugar. Aunque lloró sin cesar desde que cruzó esa puerta, corría por los pasillos en busca de la salida. A pesar de haber prometido vengar a su padre y del profundo dolor que sentía en el pecho con cada palabra de confesión que el chico que amaba pronunció, no volvería atrás. El amor que sentía por él era tan grande que lo estaba matando por dentro, pero no se quedaría con el asesino de su padre.

—Lo arruiné —se susurró Yoongi, mientras abrazaba sus piernas con fuerza en el suelo, no se podía mover, todo en él se encontraba vacío y le dolía el pecho con solo respirar; lo había perdido, por segunda vez, había perdido a quien amaba.

Y esta vez, fue por su culpa....

—Por favor, perdóname, mi amor....

Ay Diosito me muerooooooo 😭

He llorado escribiendo esto como no se imaginan. ¡¡¡No sé por qué hago todo tan complicado!!!

Pero este es solo es el comienzo... Todos vamos a sufrir... 🥲

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