°T2° 9°
El sol apenas se asomaba por la ventana cuando Hinata abrió los ojos lentamente. Todo su cuerpo le dolía, y al intentar moverse, sintió un ligero ardor en ciertas zonas.
Hinata: "Ugh... Me pasé..."
Miró de reojo a Oikawa, quien dormía plácidamente con una sonrisa satisfecha en su rostro.
Hinata: "No es justo, él está como si nada, y yo no puedo ni moverme."
Intentó incorporarse, pero apenas puso un pie en el suelo, sintió un temblor en las piernas y se dejó caer de nuevo en la cama.
Hinata: "Demonios, esto no puede ser bueno."
Mientras intentaba reacomodarse, sintió algo en su hombro... eran marcas de mordidas.
Hinata: "Oikawa..."
Oikawa murmuró algo en sueños y se giró hacia él, abrazándolo sin despertarse del todo.
Oikawa: "Mmm... Hinata, quédate aquí..."
Hinata resopló, pero se dejó abrazar. Justo cuando Oikawa abrió los ojos y estaba a punto de darle un beso de buenos días...
¡TOC, TOC, TOC!
Los dos voltearon hacia la puerta con cara de fastidio.
Oikawa: "Quién demonios toca a esta hora..."
Hinata: "Podría ser importante."
Oikawa gruñó, tomó una almohada y se tapó la cara mientras Hinata, con esfuerzo, se levantó y caminó (más bien, cojeó) hasta la puerta.
Cuando la abrió, se encontró con Atsumu, quien tenía su típica sonrisa burlona... pero no venía solo.
Junto a él estaban Kenma y Kuroo.
Kenma, con un elegante traje, tenía su expresión de siempre, como si todo le diera igual. Mientras que Kuroo, con ropa deportiva, sonreía de oreja a oreja.
Atsumu: "¡Hinata! ¿Cómo estás, campeón?"
Hinata: "¿Qué hacen aquí tan temprano?" —preguntó, todavía somnoliento.
Atsumu: "¿Temprano? ¡Si ya son las 10 de la mañana, dormilón!"
Kuroo: "Atsumu nos dijo que estabas en Brasil y pensamos que sería divertido visitarte."
Kenma: "Él dijo, yo no. Pero vine porque mi empresa tiene negocios aquí."
Oikawa, que ya se había sentado en la cama, escuchó la voz de Atsumu y su expresión se transformó en puro odio.
Oikawa: "¡¿POR QUÉ ESE IDIOTA ESTÁ EN MI CASA?!"
Se levantó con una energía increíble y caminó hasta la puerta, apartando a Hinata con delicadeza.
Oikawa: "A ver, ¿qué carajos quieres ahora, Miya?"
Atsumu: "Relájate, Oikawa, solo vengo en son de paz." —levantó las manos con una sonrisa burlona.
Kenma observó a Oikawa con su mirada afilada.
Kenma: "Te ves de mal humor. ¿Dormiste mal?"
Oikawa: "Dormí PERFECTO." —respondió, lanzando una mirada fugaz a Hinata, quien se puso rojo como un tomate.
Kenma se encogió de hombros y sacó su teléfono.
Kenma: "Voy a estar aquí un tiempo por negocios, así que Atsumu insistió en que pasáramos a verte."
Kuroo: "Y de paso, podríamos jugar un partidito en la playa, ¿qué dices, Hinata?"
Hinata: "Uh... no sé si sea buena idea ahora mismo..."
Atsumu lo miró de arriba abajo y notó cómo Hinata se apoyaba sutilmente en la pared.
Atsumu: "¿Estás bien, chiquitín? Te ves medio... cómo decirlo... adolorido."
Oikawa: "¡¿POR QUÉ PREGUNTAS ESO, MIYA?!"
Hinata: "¡N-No es nada!"
Kenma, sin levantar la vista del teléfono, soltó:
Kenma: "Sí, claro. Se nota que le dieron con ganas anoche."
Kuroo soltó una carcajada.
Kuroo: "Kenma, por Dios."
Hinata: "¡No digan esas cosas!"
Oikawa: "Miya, sácalos de aquí antes de que los saque yo."
Atsumu: "Vamos, vamos, solo queremos divertirnos un rato."
Kenma: "Técnicamente, yo no quiero."
Hinata suspiró, sabiendo que si no los dejaban entrar, no los dejarían en paz.
Hinata: "Bueno... pasen, pero sin comentarios raros."
Kuroo: "¡Hecho!"
Oikawa, con una expresión de derrota, cerró la puerta tras ellos, sin quitarle la mirada de encima a Atsumu.
Mientras Hinata preparaba el desayuno (con un poco de dificultad), Oikawa se quedó sentado junto a él, protegiéndolo como si fuera un tesoro nacional.
Atsumu: "¿Sabías que Hinata y yo hemos entrenado juntos mucho últimamente?"
Oikawa: "No me interesa."
Atsumu: "Jugamos en la arena, sudamos juntos, nos animamos..."
Oikawa: "Deja de hablar."
Kenma: "Si sigues así, Oikawa te va a lanzar una sartén en la cara."
Hinata trató de no reírse.
Oikawa, suspirando, decidió tomar a Hinata por la cintura y darle un beso rápido en la mejilla, solo para recalcar su punto.
Oikawa: "Recuerda, Miya, este pequeño es completamente mío."
Hinata: "¡Oikawa!"
Atsumu solo se cruzó de brazos con una sonrisa burlona.
Atsumu: "Uy, qué territorial."
Kuroo: "Oikawa, mejor relájate. Atsumu solo disfruta molestarte."
Kenma: "Lo hace bastante bien."
Oikawa suspiró y decidió ignorarlos mientras seguía pegado a Hinata, asegurándose de que todos entendieran quién era el dueño de su corazón.
Hinata solo sonrió, sintiéndose amado y protegido por el idiota celoso que tenía por novio.
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