°8°

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

Kageyama miró primero a Hinata, luego a Oikawa, y frunció el ceño al notar lo cómodos que parecían juntos. Hinata, sorprendido, mientras Oikawa simplemente alzó una ceja, manteniendo su postura relajada.

"Hinata... ¿qué haces aquí?" preguntó Kageyama, su tono seco pero con una pizca de confusión.

Hinata vaciló un momento, pero luego, tomando aire, respondió con firmeza. "Vine a entrenar con mi nuevo equipo."

Kageyama apretó los dientes, desviando la mirada hacia Oikawa. "¿Tú también estás detrás de esto, Oikawa?"

Oikawa sonrió, pero su tono adquirió un filo sarcástico. "¿Detrás de qué, Kageyama? Solo estoy ayudando a Chibi-chan a alcanzar su máximo potencial. Algo que, por cierto, parece que no estaba logrando en Karasuno."

Hinata sintió la tensión entre ambos, pero antes de que pudiera intervenir, Kageyama dio un paso hacia ellos. "Hinata, ¿de verdad crees que es mejor aquí? ¿Con él?"

Hinata, aunque nervioso, levantó la barbilla. "Sí. Estoy avanzando más de lo que imaginé. Y... estoy feliz."

La respuesta pareció golpear a Kageyama como una pelota bien rematada. Se quedó en silencio, mientras Oikawa ponía una mano en el hombro de Hinata, guiándolo para seguir caminando.

"Vamos, Chibi-chan. No tienes que explicar nada a nadie," dijo Oikawa con suavidad, pero lo suficientemente alto como para que Kageyama lo escuchara.

Mientras se alejaban, Hinata no pudo evitar sentir un nudo en el estómago. Sabía que esa no sería la última vez que se enfrentaría a Kageyama, pero por ahora, estaba decidido a seguir adelante con su nueva vida. Al mirar a Oikawa, quien caminaba a su lado con una confianza inquebrantable, sintió que había tomado la decisión correcta.

Mientras se alejaban del lugar donde habían encontrado a Kageyama.

Más tarde, al llegar a casa de Bokuto, Oikawa acompañó a Hinata hasta la puerta. Bokuto, como siempre, fue quien abrió, y al verlos juntos, le saco la lengua a Oikawa en tono de burla.

"¡Shōyō! ¿Ya estás de vuelta? ¿Cómo estuvo tu día en la Aoba Johsai? ¿Y por qué parece que Oikawa te cuida como si fueras de cristal?"

Hinata se sonrojó, pero antes de que pudiera responder, Oikawa intervino. "Porque es mi pequeño tesoro, Bokuto-san. No puedo dejar que nada le pase."

Bokuto entrecerró los ojos y cruzó los brazos. "Le pregunto a mi pequeño Búho no a ti animal"

Akaashi apareció detrás de Bokuto, colocando una mano en su hombro para calmarlo. "Bokuto-san, creo que Hinata está en buenas manos. Además, deberías alegrarte de que lo estén cuidando."

Hinata, nervioso, intentó cambiar el tema. "¡Gracias por todo, Oikawa-san! Mañana trabajaré más duro, lo prometo."

Oikawa sonrió y le revolvió el cabello antes de despedirse. "Eso espero, Chibi-chan. Descansa bien."

Mientras Oikawa se alejaba, Bokuto miró fijamente a Hinata. "¿Qué significa eso de 'mi pequeño tesoro'?"

Hinata agitó las manos, tratando de calmarlo. "¡Nada, nada! Solo es cómo habla Oikawa-san, ya sabes cómo es."

Esa noche, mientras Hinata se acomodaba en la cama, pensó en todo lo que había ocurrido. Desde los intensos entrenamientos en Aoba Johsai hasta el inesperado encuentro con Kageyama, sentía que su vida había dado un giro radical. Pero, en el fondo, sabía que estaba en el lugar correcto.

Cerró los ojos con una sonrisa

...

La mañana siguiente transcurrió con tranquilidad para Hinata. Se despertó temprano en la casa de Bokuto, emocionado por su primer día oficial en la Aoba Johsai. Se puso su nuevo uniforme con esmero, ajustándose la corbata frente al espejo mientras murmuraba: "¡Vamos, Hinata! ¡Es un nuevo comienzo!"

Al bajar a desayunar, Bokuto lo recibió con su típica energía. "¡Shōyō! ¡Te ves increíble en ese uniforme! ¡Seguro que impresionarás a todos!"

"Gracias, Bokuto-san," dijo Hinata, sonriendo mientras Akaashi le servía un vaso de jugo.

"Recuerda mantener la calma," añadió Akaashi con una sonrisa. "Aunque sé que eso puede ser difícil para ti."

Hinata se rió nerviosamente, terminando su desayuno rápidamente antes de salir rumbo a la escuela.

A mitad de la tarde, mientras descansaba después de sus clases y repasaba las jugadas que había aprendido en el entrenamiento, su teléfono sonó. Era una llamada de Kenma.

"¿Kenma? ¿Qué pasa?" respondió Hinata con su habitual entusiasmo.

La voz tranquila de Kenma se escuchó al otro lado. "Hinata, estoy organizando una pijamada este fin de semana. Algunos de los chicos del Nekoma y del equipo de Bokuto estarán. Si quieres venir, estás invitado."

Hinata prácticamente saltó de la emoción. "¡Claro que sí, Kenma! ¡Me encanta la idea! ¿Quién más va?"

"Yaku, Kuroo, Lev, Bokuto, Akaashi... los usuales," explicó Kenma con su tono despreocupado. Luego añadió: "Ah, y si quieres, puedes traer a Oikawa. No hay problema."

Hinata se quedó en silencio por un momento, sorprendido por la sugerencia. "¿Oikawa-san? Hmm... creo que sí le gustaría. Le diré y te confirmo, ¿está bien?"

"Está bien. Solo avísame pronto para organizar todo," respondió Kenma antes de colgar.

Esa tarde, durante el entrenamiento, Hinata se acercó a Oikawa con una expresión emocionada.

"Oikawa-san, ¿tienes planes este fin de semana?" preguntó mientras estiraba los brazos.

"Depende," respondió Oikawa con una sonrisa traviesa. "¿Qué tienes en mente, Chibi-chan?"

"Kenma está organizando una pijamada con algunos chicos del Nekoma y del equipo de Bokuto. Me invitó... y dijo que podía llevarte si quería," explicó Hinata, jugando con la banda de su muñeca.

Oikawa levantó una ceja, claramente intrigado. "¿Una pijamada? ¿Con el Nekoma y Bokuto? Suena... interesante."

"¡Vamos, Oikawa-san! ¡Será divertido! Además, podrás conocer mejor a mis otros amigos," insistió Hinata, mirándolo con ojos brillantes.

Oikawa suspiró, pero la sonrisa en su rostro mostraba que ya había tomado su decisión. "Está bien, Chibi-chan. Pero solo porque tú lo pediste. Aunque no esperes que sea amable si esos gatos empiezan a molestarme."

Hinata rió. "¡No te preocupes, Oikawa-san! Estoy seguro de que te llevarás bien con ellos."

Los días pasaron rápidamente, y la emoción de la pijamada creció entre los participantes. Mientras tanto, Hinata se aseguraba de cumplir con sus entrenamientos y clases en la Aoba Johsai, mientras Oikawa, como siempre, lo apoyaba en cada paso.

El fin de semana prometía ser otra aventura inolvidable.

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top