Era un día tranquilo en la Aoba Johsai. Hinata estaba terminando de cambiarse después del entrenamiento matutino, mientras Oikawa lo esperaba junto a la puerta.

Oikawa: (Sonriendo) ¿Estás listo, Chibi-chan? Tenemos toda la tarde para nosotros.

Hinata: (Ajustándose la mochila) Sí, pero ¿qué vamos a hacer? ¿Ir a comer bollos otra vez?

Oikawa: (Riendo) Es una opción, pero primero pensemos en algo más interesante. Quiero impresionarte.

Hinata: (Con un puchero) Siempre dices eso, pero terminamos comiendo bollos...

Antes de que pudieran salir, un grupo de fans se acercó a Oikawa en el pasillo. Eran chicas de otras clases que, emocionadas, le pedían autógrafos y fotos. Hinata se cruzó de brazos, observando cómo rodeaban a Oikawa como si fuera un ídolo.

Hinata: (Murmurando) ¡Hmph!

Una de las chicas extendió una libreta hacia Oikawa.

Fan: ¡Oikawa-san! ¿Puedes firmar esto? Eres increíble en los partidos.

Hinata comenzó a fruncir el ceño.

Hinata: (Para sí mismo) Siempre lo mismo... ¡Ni siquiera se fijan en que estoy aquí!

Oikawa notó el cambio de actitud de Hinata, pero antes de poder reaccionar, una de las fans le entregó un regalo.

Fan: Esto es para ti, Oikawa-san. Espero que te guste.

Hinata, incapaz de soportar más, se abrió paso entre las chicas.

Hinata: (Agarrando la camisa de Oikawa) ¡Ya basta! ¡Vámonos!

Oikawa: (Sorprendido) Chibi-chan...

Sin decir más, Hinata jaló a Oikawa hacia él y, sin dudarlo, lo besó frente a todas las fans.

Las chicas quedaron atónitas.

Fan: ¡¿Qué está pasando?! ¡Hinata-san!

Hinata: (Separándose y mirándolas desafiante) ¡Es mi novio, así que aléjense!

Oikawa: (Sonriendo traviesamente) Bueno, eso lo deja claro.

Antes de que las fans pudieran reaccionar más, Oikawa rodeó la cintura de Hinata, devolviéndole el beso con más intensidad. Las chicas, al borde de las lágrimas, se alejaron murmurando entre ellas.

Fan: (Susurrando) Esto es demasiado...

Cuando quedaron solos en el pasillo, Hinata se cruzó de brazos.

Hinata: (Avergonzado) ¡Fue culpa tuya! Siempre dejando que te rodeen...

Oikawa: (Riendo) ¡No puedo evitarlo! Pero debo admitir que verte celoso es muy lindo.

Hinata: (Enrojeciendo) ¡C-cállate!

Mientras tanto, en el Karasuno...

El entrenamiento no iba del todo bien. Ryota seguía teniendo problemas para sincronizarse con Kageyama, y los ánimos estaban tensos. Tras otro saque fallido, Kageyama suspiró con frustración.

Kageyama: (Furioso) ¡No puedes hacer nada bien!

Ryota: (Molesto) ¿Y qué quieres que haga? ¡Nadie aquí me enseña nada!

Tanaka: (Intentando calmar las cosas) Oigan, oigan, no es para tanto...

Ryota: (Interrumpiendo) ¿Ah, sí? Entonces, ¿qué tal si sigo los pasos de Hinata y me voy a otro equipo donde realmente me enseñen algo? ¿Eso quieren?

El gimnasio quedó en completo silencio. Las palabras de Ryota golpearon a todos como un balde de agua fría. Nishinoya, normalmente enérgico, miró al suelo.

Kageyama: (En voz baja) Hinata no se fue por eso...

Ryota: (Con firmeza) ¿Y cómo sabes eso? Nunca hablamos de por qué realmente se fue.

Los entrenadores entraron al gimnasio para romper la tensión.

Entrenador Ukai: (Con seriedad) Escuchen, dejen las peleas para otro momento. La próxima semana tenemos un partido de práctica contra el Nekoma. ¡Necesitamos estar preparados!

Todos asintieron en silencio, pero la atmósfera seguía cargada.

En la Aoba Johsai, más tarde ese día...

Hinata y Oikawa regresaron al campus, todavía riéndose de lo ocurrido con las fans.

Hinata: (Suspirando) ¡Fue un día largo!

Oikawa: (Bromeando) Pero való la pena, ¿no?

Hinata: (Sonriendo) Supongo...

Ambos se sentaron bajo un árbol en el patio principal, observando el atardecer. Sin decir nada, Oikawa entrelazó sus dedos con los de Hinata.

Oikawa: (Con voz suave) Gracias por defenderme hoy. No lo necesitaba, pero me hizo feliz.

Hinata: (Enrojeciendo) T-tú siempre haces cosas raras para llamarme la atención...

Oikawa: (Acercándose) ¿Raras? Entonces esto también te parecerá raro...

Se inclinó y le dio un beso suave a Hinata. El sol bajaba en el horizonte, pintando el cielo de tonos naranjas y rosados. Era un momento tranquilo antes de la tormenta del próximo partido.

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