–Estás segura de meterte en esto?–Me preguntó él, así que lo miré confundida.

–Paulo, yo estoy segura de estar con vos y ya.–Me mira y negó.

–Pensalo, creo que tenes que pensarlo, sos una chica joven, para meterte en este puterio.

–¿Vos te arrepentiste?–nego.–Porque parece que te arrepentiste. Yo estoy segura de estar con  vos.  Y no me importa el puterio.

–Agostina, te pueden tratar de lo peor, por supuestamente meterte en una relación, si se llegan a enterar de lo de nosotros-

–Paulo, no importa ya esta. Yo te quiero. –Dije interrumpiendolo y me levante de la cama.

–Pero...–dijo y lo interrumpí. No me iba a quedar escuchando como quería cortar todo.

–Me voy a bañar, pensalo vos. Si preferís dejarlo todo acá, andate, y si queres que sigamos, te podes quedar.–Dije eso y mis ganas de llorar eran impresionantes. Como podía ser que cambie de opinión tan rápido. Si
estábamos bien.

Supuestamente dice que le hago bien, que me quiere, no sé qué, y habla con Oriana y cambia de opinión.

La verdad que no queria salir del baño,tenía miedo de salir y ver que se fue. Empecé a cantar, Selfish. Porque pensaba que él no estaba ahí. Si tanto quería terminar, supongo que se fue. Y que loco porque ni siquiera habíamos empezado nada y ya terminamos.

Me puse un conjunto y salí del baño, agarrándome el corazón.

Lo vi ahí, sentado en el sofá que da mirando a la ventana.

Me mira y nos quedamos mirando unos minutos.

–

Quiero seguir.–dijo y se acercó a mí. Hice lo mismo me acerque, puse mis brazos detrás de su nuca.

–También yo.–dije y me beso.

–Cantas muy bien.–dijo y me sonrojé.

–Na, ni ahí.

–Cantas muy bien, yo que vos me dedico a eso.–dijo y me reí.

–¿Te parece?–asintió.

–Lo haces muy bien, y encima sos muy linda, todo bien haces.

–Me encantaría, pero no se si tengo la oportunidad de lograr algo así.

–Inténtalo.

–Puede ser que te haga caso.–dije y lo volví a besar.

–Te traje las remeras, la de la selección y una de la Juventus.–Lo mire sorprendida.

–Re amoroso.–dije y se río.

–Es que siento que te va a quedar lindo.–Me volvió a besar.

Estuvimos así unos minutos, y después nos separamos.

–¿Vamos con los chicos?

–Vamos.–me dijo y salimos de la habitación.

Cuando me dijo que elija, estaba seguro que quería quedarme, pero no quería que ella pase por todos los comentarios de ser la tercera. Sabía que ella no estaba acostumbrada a eso.
Le escribí a Leo.

Espere a que Agos salga del baño y la espera se me hizo eterna. 

Cuando salió me quedo mirando, parecía sorprendida de que siga ahí.

—Quiero seguir.–dijo y se acercó a mí. Hice lo mismo me acerque, puse mis brazos detrás de su nuca.

–También yo.–dije y me beso.

–Cantas muy bien.–dije y se puso colorada.

–Na, ni ahí.

–Cantas muy bien, yo que vos me dedico a eso.–dije y se ríe.

–¿Te parece?–asentí

–Lo haces muy bien, y encima sos muy linda, todo bien haces.

–Me encantaría, pero no se si tengo la oportunidad de lograr algo así.

–Inténtalo.

–Puede ser que te haga caso.–dijo y me volvió a besar.

–Te traje las remeras, la de la selección y una de la Juventus.–Me mire sorprendida.

–Re amoroso.–dijo y se río.

–Es que siento que te va a quedar lindo.–La besé.
Estuvimos así unos minutos, y después nos separamos.

–¿Vamos con los chicos?–Me pregunta
–Vamos.–me digo y salimos de la habitación.

Llegamos a la sala de juegos del hotel y estaban todos ahí.

–Che ¿y si nos armamos los mates?–Dice Leo.

–De una.–dice Enzo.

–Voy yo a comprar unas cosas dulces para acompañar. –dice Leo.

–Y para safar de preparar–dice Enzo. Y Agos se ríe.

–Acompañale vos.–le dije a Agos. Ella me mira confundida. Y me susurra al oído.

–Espero que esto no sea un plan tuyo para cortar las cosas.–rei.

–Ni loco. Vos sos mía.–me da un beso en la mejilla y se acerca a Leo.

–Te la cuido Joyita. –dice y le hice un gesto de

Ellos se fueron y me acerque a Anto.

—¿Qué fue eso? ¿Ganas de regalar a tu wacha?–dice ella y me reí.

–No, te quiero pedir un favor.–Ella asiente.

–Tuve una pelea con Agos, ya nos arreglamos, pero estuve escuchando como cantaba mientras se bañaba. Y enserio siento que ella tiene futuro en eso. Canta demasiado bien. Necesito que me ayudes a llevar una grabación a una discográfica.

–Conta conmigo. Voy a hablar con Maria Becerra, es una amiga y es cantante,y escuche que su discográfica es muy buena, ella puede ayudarnos con eso.

–Dale, es que me prometió hacerlo ella, pero no se tiene confianza. Así que dudo que busque ella sola.

–Conta conmigo Paulo.–le sonreí y la abracé.

En eso entraron Leo y Agostina, riéndose. No lo voy a negar, me molesto pero yo nomas le había mandado con él, aparte entendía que eran amigos. Me molestaba porque se habían besado.
Ella se acerca a mi y Leo va con Enzo a preparar el mate.

–¿Todo bien?–dice ella

–Si y vos?–dije y la mire.

–¿Tas bien? Decile a tu cara entonces.–dice y se ríe.

–Estoy bien, tonta. Pensaba nada más.

–¿En qué?

–En vos.

–No pasó nada eh. Compramos y volvimos.–me reí.

–No es por eso.

–Sabes, pienso dejar psicología. No me llama la atención lo suficiente.

–Ya sabes que tenes que hacer.

–Cantante.–dice tratando de imitar mi voz.
–Pues si, eso. Pero no te tenes confianza.–me miro enojada.

–Dame un beso mejor y cállate.–Le hice caso y la besé.

No me preocupo porque los chicos sabían que estábamos mal con Oriana.

Nos fuimos a sentar con los demás y estuvimos hablando todo bien. Hasta la noche. Y nos fuimos a dormir cada uno en su pieza.
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