14. A mí altura

En el orfanato el mismo día, mientras otros se encontraban fuera, en el interior de esté se encontraba Leia jugando junto a Lizy con los juguetes de está última hasta que con una sonrisa la pequeña se acercó sentándose en su regazo para pedirle algo.

Lizy: Leia, Leia... Cuéntame mí cuento favorito ¿Sí, sí?

Leia: Ah~ es un cuento algo tedioso y largo... [mira la dulce expresión de tristeza tenía la pequeña y alzando su vista posa su mano sobre el cabello de la pequeña] está bien, te la contaré...

Hace muchos siglos atrás, en un enorme castillo en el cual se podían apreciar grandes tesoros por doquier había uno que relucía más que ningún otro, era uno tan brillante como el sol y más deslumbrante que un diamante, era una preciosa joya que nadie podría llegar a siquiera imaginar cuánto podría llegar a valer. Ese gran e inigualable tesoro resultaba ser la joven princesa de aquel castillo, era la chica mas hermosa que pudieras llegar ver alguna vez, su pálida piel como la más fina seda y hermoso cabello dorado más resplandeciente que la misma luna llena no hacían más resaltar la belleza de todo el lugar. Lamentablemente, no todo relucía como la joven princesa pues en aquel brillante castillo también moraban dos horribles y nauseabundas criaturas las cuales estaban empeñadas en destruir la belleza de la joven princesa.

Las criaturas era dos horripilantes monstruos carentes de modales, cortesía y elegancia, pero que aún así tenían el atrevimiento de hacer sufrir a la pequeña princesa llamándole constantemente la atención por cada mínimo error que tuviese... En ese lugar habían varias reglas que se debían seguir sí uno no quería ser castigado, estás eran:

"Todo limpio en todo momento"

"Siempre pulcra, siempre divina"

"Nunca negar, jamás criticar"

"No hablar ni tampoco opinar"

Estás, no eran más que los simples títulos de cada una pues por cada regla, habían más de quince involucradas, todas y cada una castigada con el encierro, el silencio o la peor de todas...

"Los castigos sin nombre"

Ante la mención de esto la pequeña se tapó la boca con ambas manos, algo que enterneció a Leia que acarició su cabeza antes de continuar.

Estos castigos eran especiales en toda regla, pues cada uno fue diseñado con el único objetivo de arrebatarle su belleza a la pequeña princesa. Desde latigazos, cortes de espada o ser atacada por el feroz aliento de fuego del dragón hasta simples insultos y golpes. Todo siempre las manos, espalda o piernas de la joven para que cayera de rodillas al suelo mientras ellos reían por su falta de capacidad para defenderse por ella misma, pero no todo era tan malo.

Al vivir entre monstruos la pequeña princesa aprendió muchas cosas, algunas buenas... Y otras mejores, cada vez que la pequeña era azotada su odio crecía y crecía, pero se mantenía siempre en silencio como era la regla. Esto le permitió aprender a manejar sus emociones.

Sin embargo, esto no era fácil por más brillante e inteligente que fuese pues... No dejaba de ser una niña... Entonces... Había ocasiones en que fallaba.

Sus gritos retumbaban en el lugar, sus llantos cubrían el suelo que luego era obligada a limpiar y finalmente su divina sangre... Era también manchada por los pisotones de los monstruos que se quejaban por la mancha...

La pequeña princesa aún así no se dio jamás por vencida pues por más pequeña que fuese sabía que estaba destinada a grandes cosas, su corazón lo sabía, pero su cuerpo con el tiempo parecía rendirse... La pequeña aprendía modales y etiqueta para siempre estar en lo más alto, pero en privado... Siempre era tirada a lo más bajo, menospreciada, la princesa lloraba durante las noches en la fría habitación en la que era encerrada.

La dulce pequeña también debía afrontar otras grandes dificultades, y estás no eran más que el aguantar la risa cuando otros nobles invitados llegaban al castillo y los monstruos que habitaban junto a ella no dejaban de jactarse de sus logros o influencia, sobre todo sobre la pequeña y dulce princesa a la cual trataban como un tesoro frente a ellos, aunque en verdad no era más que un objeto de exhibición, el cual una vez los invitados se iban; ya no era de utilidad.

Con el tiempo la mirada de princesa se perdió, su corazón se fue desmoronando tras cada golpe que recibía, al final, incluso los insultos lograban darle pues su cascarón finalmente fue partido y ya nada para ella tenía sentido, era muy pequeña para comprender por qué aquellos monstruos tenían tanto poder, demasiado pequeña para intentar huir y abandonar todo lo que tanto amaba de su hogar, pero todo cambio cuando entendió que ese nunca fue su hogar.

La princesa no era fuerte, no alta ni ágil, pero sabía que debía tener una magia en su interior, algo que la hiciera tan especial que la sola idea de ser comparada debería de ser un mal chiste y así con el tiempo lo encontró.

Su gran cantidad de cuentos se convirtieron en su refugio, su capacidad de memorizar y entender rápidamente lo que leía le hacían una gran fanática de todos los maravillosos relatos en los que otras princesas debían pasar por muchas dificultades hasta que su príncipe azul llegase a buscarlas.

Su talento innato para la lectura se convirtió entonces en su mayor fortaleza y su facilidad para actuar las escenas como sí de ella misma se tratase fue algo que pulió por sí misma, pero aún así siempre miraba con tristeza por la ventana pensando en dónde se encontraría su príncipe azul y por qué aún no la había ido a buscar.

"¿Cuánto más debía pasar?"

"¿Cuántos golpes tenía recibir?"

"¿Cuántos insultos debía de aguantar?"

"¿Cuánto daño más tenía que sufrir hasta su llegada?"

Esas preguntas siempre rondaban su cabeza mientras miraba el cielo, pero al pasar el tiempo no tenía nunca la repuesta y nuevamente las esperanzas se agotaban, su talento le dio un pasatiempo, su pasatiempo una ocupación, pero ya no era suficiente para soportar.

Hasta aquél maravilloso día...

La joven princesa paseaba por enormes pasillos de su castillo cuando de pronto una de las puertas usualmente cerradas estaba abierta, por lo visto uno de los monstruos había salido con prisa en busca de comida o quizás por la llamada de alguien, sin importar cual fuese la causa la princesa sin dudar entró y al hacerlo vio grandes estanterías llenas de libros que jamás había visto, ella se encontraba fascinada por tal enorme colección así que rápidamente se acercó para comenzar a leer algunos, pero sabía que no tendría mucho tiempo así que comenzó velozmente a ojear cada uno para buscar lo más rápido que podía uno que le llame la atención hasta que sin mucho éxito vio algunos sobre el escritorio que se encontraba en medio de la habitación. Como pudo la pequeña logró subirse a la enorme silla para así ver los libros que ahí se encontraban sin imaginarse lo que allí vería.

Todos eran papeles extraños con muchos números, otros tenían varias cosas escritas, pero tachadas y unos cuantos parecían estar mojados como sí hubieran derramado agua en ellos. La pequeña se desilusionó al ver todos y cada uno de ellos, pero los que tenían números le pareció llamativo, algunos eran rojos, otros negros y algunos estaban tachados al igual que lo estaban frases en otros de los papeles así que por simple curiosidad decidió tomar el que tenía muchos números antes de marcharse.

Días más tarde luego de haber sido azotada con una regla de madera en las muñecas y con un cinturón en la espalda la pequeña princesa se encontraba llorando en el suelo de su habitación, pero no por el dolor que debía de soportar a diario ni por el martirio que era el tener habitar con los monstruos que la encadenan en su propio castillo, no, la pequeña princesa lloraba con una sonrisa en su rostro pues sabía que en dos días todo terminaría.

Lo que la dulce princesa había encontrado aquel día no eran solo papeles con números grabados en ellos, no, lo que ella encontró podrías decir que eran números mágicos, los números de un poderoso encantamiento el cual desataría una horda de viles criaturas. La pequeña no lo supo hasta días después donde investigando con ingenio logró descifrar su utilidad aunque las miradas llenas de pánico de los horrendos monstruos también le ayudo a comprender el enorme poder que había adquirido, la pequeña princesa desde ese momento sin cuando era humillada, aún cuando le gritasen, le tirasen agua o la comida encima, le golpearan o la maldijeran no hacía más que sonreír porque sus rostros llenos angustia desesperación le daban fuerza, aumentaban su poder, su energía, cada lágrima, cada grito que se daban entre ellos culpando sé por la perdido de aquellos números mágicos. Todo ello era un alimento para el corazón de la princesa.

Finalmente el día llegó, una gran reunión se llevaría a cabo en su hermoso castillo, una reunión que como siempre no fue solicitada ni querida por ella, pero como de costumbre eso no importó, la pequeña se escabulló aprovechando el gran número de invitados que se encontraban presentes para llegar a la habitación que tenía prohibida, el lugar donde sacó aquellos mágicos números pues sabía necesitaba un encantamiento más fuerte, más poderoso, uno que al ser presentado fuera implacable. Con ayuda de un pequeño sujetador para el cabello que tomó del cuarto de los monstruos logró abrir la puerta y así buscar algo que le diese el poder que tanto anhelaba y pasado unos minutos lo encontró...

Lizy: ¡Entonces la princesa uso poderoso hechizo mágico contra los horribles monstruos! [exclamó con una gran sonrisa mientras reía]

Leia: Jeje no querida, y sabes que así no funcionaba el hechizo [le respondió amablemente acariciando su cabeza]

Lizy; Jiji lo sé, pero suena genial. Sería como en los cómics de Linky

Leia: En eso tienes razón jeje, pero... En esté cuento había que tener un paso extra, y ese paso era llamar a los poderosos magos que conjurarían el hechizo supremo que ataría a aquellos monstruos de por vida

Lizy: ¡Sí! ¡Vivan los magos! Me alegra mucho que pudieran salvar a la princesa

Leia: Bueno, son muy útiles aunque algunos magos no son tan buenos

Lizy: ¡Igh! [exclamó sorprendida] ¿De verdad?

Leia: Claro, hay magos que no le sirven a la princesa, ellos son... "Brujos" corrompidos por el mismo poder que los monstruos que aprisionarón a la pobre princesa

Lizy: Ay no ¿Y la princesa lo sabe? ¿Y los magos no pueden ayudarla? ¿Los magos pueden acabar con los brujos? ¿Los brujos son más fuertes que los magos?... ¡Espera! ¿Los brujos son más fuertes que la princesa? [en cuestión de segundos como era su hábito inmundo de preguntas a Leia con gran preocupación en su rostro y algo de tristeza, algo que le hizo un poco de gracia a la joven rubia de coletas]

Leia: Tranquila Lizy, quizás sean más fuertes que la pequeña princesa, pero no más listos y cuando cometan un error... Caerán como fichas de dominó y sus familias y seres queridos también lo harán, de esa forma los brujos solo tendrán dos opciones, servir a la princesa o caer con sus compañeros

Lizy: ¡La princesa es increíble!

Leia: Claro que lo es, pero recuerda. Ella ya no es una princesa, ahora es una reina pues tiene sus leales caballeros y fieles seguidores además de una hermosa y adorable hermana menor... [le hace cosquillas a la pequeña ocasionando que está entre risas le pida que se detenga y una vez lo hace prosigue] además de poseer también a un maravilloso rey a su lado

Lizy: Jejejejejeje me encanta ese cuento ¿Yo me parezco a la hermana de la reina?

Leia: No, tú eres aún más adorable querida jajajajaja [nuevamente le hace cosquillas a la pequeña para luego abrazarla]

Mientras aquella adorable escena se llevaba acabo en otra parte, más específicamente en un avión un pequeña muy emocionada miraba a través de la ventanilla pegado su rostro a está las nubes e intentaba ver sí podía divisar algo abajo aunque le era imposible.

???: ¿Dónde vamos? ¿Dónde vamos? ¿Es un lugar divertido? ¿Vamos a jugar? [preguntó muy animada mientras se volteaba con gran emoción juntando sus puños sonriendo para ver al gran hombre que le acompañaba el cual parecía ir incómodo al ser demasiado alto]

???: Bueno, nos pidieron reinstalar nos en Estados Unidos por... Qué no les gustaba como jugabas, pero no te preocupes, nuestra misión te permitirá jugar todo lo que quieras

???: ¡Qué bien! ¡Qué bien! ¿Podré jugar todo el día? ¿Iré a clases?... ¡Oh! ¿Dónde viviremos? [preguntó esto último algo preocupada] no quiero volver a un sitio aburrido.... [se cruza de brazos haciendo un puchero]

???: Vamos, vamos Gloom no te sientas mal. No te preocupes, hablé con una antigua camarada, ella nos ayudará y nos brindará apoyo en tanto recibimos nuevas órdenes

Gloom: ¡Genial! Esto será muy divertido y dime tío ¿Podré ir a una escuela normal? ¿Sí, sí, sí, síiiiiii~?

???: Hmm... No sabría decirlo, recuerda que también vamos con una misión

Gloom: [haciendo de nuevo un puchero] ya sé, pero no quiero aburrirme de nuevo

???: [tragando saliva] t-te entiendo... Primero haremos una parada Nueva York para atender algunos problemas y así podrás divertirte un rato ¿Qué te parece? También podríamos pasar por algunas tiendas que quieras...

Gloom: ¡¿De verdad?! ¡Qué bien! [muy emocionada se vuelve a sentar mientras mira por la ventanilla] ya quiero jugar

La chica de largo cabello negro sujetado por un cintillo blanco mencionó más para sí misma que para el hombre a su lado que la miraba algo preocupado o más bien, un poco asustado, pero aún así intentaba mantenerse estoico ante la repentina situación de la que fue informado pues prácticamente de la nada le avisaron de su traslado junto a la niña incluso cuando él llegó a su habitación ya tenía las maletas preparadas para el viaje e inmediatamente fue trasladado al aeropuerto donde se junto con la pequeña que se quejó por su demora, por lo visto ella había sido trasladada hace alguna horas cosa que no le sorprendió. Ahora estaba camino a un nuevo país con tres misiones a sus espaldas, la primera era asistir y mantener a raya a Gloom, la segunda atender los problemas en Nueva York y finalmente la tercera, la más importante; una misión de seguridad en una pequeña ciudad del estado de Míchigan.

"En que rayos me he metido..."

Se preguntaba en su mente el hombre ya que ni siquiera le habían dado mayores detalles al respecto, simplemente le dijeron que una vez que llegase se le darían estos además de las funciones que debía cumplir estando allí.

Por otro lado en Lincoln volvía junto a Liena y Lacy de las compras completamente exhausto pues a pesar de su casi nula capacidad física se había ofrecido a cargar la mayor parte de las bolsas aunque están eran las más livianas pues las más pesadas que llevaba Lacy no fue capaz ni de moverlas.

Lincoln: [tirándose al suelo] compramos mucho está vez...

Liena: Tuvimos mucha suerte de que hubieran tantas ofertas conejito, estoy segura a nuestros hi... A los niños, les encantará jeje

Lacy: ¡Fue muy divertido! ¡Quiero que vayamos de nuevo! [dejando las bolsas en el suelo alzó luego los brazos exclamando emocionada]

Liena: Por supuesto que no, no volveremos a llevarte. Casi nos vetan del lugar por tú comportamiento

Lacy: Eeeeeeeeh~ ¿Quién hace una montaña de latas sí no es para jugar como en la feria? [le reprochó triste por ser regañada]

Liena: ¡¿Y debías usar una sandía?!

Lacy: Pues claro, no había ningún letrero que dijera que no podía además... En la feria nunca puedo usar un balón grande y con la que dan casi nunca caen

Liena: No es justificación, ve a tú cuarto [apunta con su mano en dirección a la habitación de la chica con un rostro claramente enfadado]

Lacy: ¡Pero yo no tuve la culpa que la sandía no aguantará!

Liena: ¡A tú cuarto!

Lacy: [pisando con fuerza se enfada inflando sus mejillas] ¡Bien! Vamos Linky te ayudaré a que descanses [levanta al chico para llevarlo apoyando en su hombro]

Lincoln: ¿Eh? De hecho quería...

Sin tiempo para responder la chica rápidamente se lo llevó impidiendo que Liena pudiera detenerla y dejándola con todas las cosas allí.

Liena: ¡Al menos ayúdame a.... Ah~ no tiene caso... [con resignación intenta levantar las bolsas que llevaba la pequeña, pero al intentar jalar las, ella fue jalada hacia abajo pues pesaban más de lo que pensaba] ah~ tendré que llamar a la hermana Charlotte para que me ayude

Lyra: Déjame ayudarte [intenta tomar una de las bolsas, pero tampoco pudo levantarla] ¿Eh? ¿Qué trajeron piedras? Esto es increíblemente pesado [intenta usar ambas manos y con mucha dificultad logra levantarla un poco, pero enseguida la deja caer] ah~ esa niña es increíble...

Liena: No es la palabra que utilizaría [susurra desviando la mirada, pero al notar la mirada de Lyra se limita verla con indiferencia] ¿Porqué quieres ayudarme ahora?

Lyra: No te emociones disoluta cenutria, no es por tí que colaboró, solamente quiero enmendar mí comportamiento así que cierra tú bocota y ¡No molestes! [intenta levantar una de las bolsas nuevamente, pero luego de unos segundos la vuelve a dejar en el suelo] ¡¿Cómo Lacy puede levantar esto?!

Liena: Jajajajaja eres muy arrogante, pero tan patética como cualquier artista...

Lyra: ¿Ah con qué sí? ¿Entonces porqué ¡Tú! No has podido llevarla miserable cosiaca?

Liena: [enfadada por el comentario intenta mantener una falsa sonrisa] que graciosa, crees que por un par de palabras elegantes ya lo eres. Con razón solo haces música y no canciones, se vería lo patética que eres

Lyra: [enfadada también por su comentario con una falsa sonrisa se pone cara a cara con ella] intentar superarme no es patético, deberías aprender un poco de ello ¿No te parece? [le da unos golpes con el dedo en el estómago]

Las dos parecían comenzarían a pelear, pero en el momento en que se iban a arrojar la una contra la otra la puerta fue principal fue abierta dejando ver que Eleonora había vuelta viendo frente a ella como todas las bolsas estaban en el suelo y en algunas se habían caído parte de su contenido como latas o empaques que ahora estaban en el suelo. Al verla ambas se disculparon agachando la cabeza en señal de vergüenza pensando serían regañadas por pelear en lugar de llevar las cosas inmediatamente a la cocina, pero la mujer se limitó a sonreír mirándolas con comprensión y posando sus manos en sus cabezas para sorpresa de ambas, luego se limitó a tomar varias de las bolsas para así llevarlas a la cocina.

Lyra: Su fuerza es increíble...

Liena: Bueno, por algo es quien dirige el lugar... Aún así yo cocino mejor [dice orgullosa tomando algunas bolsas que quedaban para dirigirse a la cocina]

Lyra: Tch. Engreída... [tomando las dos bolsas que quedaban las lleva también a la cocina]

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Bueno espero les haya gustado el capítulo de hoy, la verdad es que hice varios cambios en esté, ya que dejando de lado el "cuento" de Leia lo siguiente me encontraba dudoso, preferí que fuera la presentación de Gloom y además darle un poco más de tiempo a Lyra y Liena aunque el principio la discusión entre ambas iba a ser un poco más... "Obsesiva" por decir lo menos, pero no me pareció correcto ya que sí bien tienen cierto aire a serlo, no lo son del todo o al menos no a los niveles de Leia y Lupa.

Por cierto, así de buenas a primeras...

¿Qué opinan de estar nueva Gloom "santa"?

Se me ocurrió en su momento un día mientras miraba un dibujo de ella y me hizo pensar en el tema de las "monjas" que manejo y su traje muchas veces del estilo gótico al aspecto religioso de un anime cuyo nombre no puedo revelar... No es como que está Gloom vaya a ser como uno de esos personajes ni para por el estilo...

*Ejem* *Ejem*

Claro que no xd

Sin más que decir me despido, un gran saludo a todos y nos vemos pronto.

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