Capitulo ST 5 Repost

 Como me enoja aveces Wattpad.. Aqui esta otra vez para las que no les salia =)

Capitulo cinco.

Me senté en la cama de Louis como él me había indicado. Lo vi desaparecer por unos segundos antes de regresar con una toallita blanca húmeda. Se sentó a mi lado maldiciendo en voz baja mientras limpiaba mi labio inferior. Lo sentía hinchado, aun así, no dolía. Me quede viendo a Louis apretar los labios al tiempo que me limpiaba el cuello. De seguro la sangre se había corrido un poco. La toallita se detuvo cerca de mi pecho y lo vi aguantar la respiración. Su vista no se apartaba de mí, o bueno, de mis pechos. Con un suspiro levantó sus sorprendentes ojos grises. Eran hermosos. Papá siempre decía que eran la copia de los de su padre. Le lance una mirada antes de decirle.

—Gracias —no podía articular nada sin ponerme a llorar.

— ¿Vas a contarme desde cuando viene esto? —su voz sonaba fuerte, llena de enojo. Estaba molesto y eso era bastante obvio. Quería mentirle, decirle que lo que vio no era verdad. Pero también quería contarle a alguien, quería pedir ayuda.

—No sé de qué estás hablando —Dios, esta si no se la iba a tomar bien.

—Sabes perfectamente de lo que estoy hablando, Sisi. ¿Desde cuándo ese hijo de puta te pega?

—No me…

— ¡No soy estúpido Hol! —Junior tiró la toallita al suelo causando que todo mi mundo colisionara en ese momento. Nunca lo había visto comportarse de ese modo. Él era el tranquilo.  

—Un año —dije sin verlo a los ojos. No podía creer que lo había dicho. Mi voz sonó casi como un susurro. Tan bajo que pensé no lo había escuchado.

Louis maldijo en voz alta enseñándome lo molesto que estaba, se giró a toda velocidad pateando la silla de su escritorio. Esta salió volando cayendo al otro extremo de la habitación. No me di cuenta en que momento salí corriendo a la esquina de la habitación, me hice una bolita y empecé a suplicar.

— ¡Oh Dios! Por favor no me pegues. Prometo que seré buena, lo prometo. Lamento haberte hecho enojar lo siento —estaba llorando. Muerta del pánico. No quería que me pegara. Dios, no hoy.

— ¿Qué? —Louis parecía sorprendido —. Yo no… Dios no.

Corrió a mi lado agachándose para ver que me pasaba. Estire mis manos para frenarlo. No quería que me hiciera daño, no podría aguantar a dos personas pegándome. En lugar de ver furia como lo veía en Adam, veía esos ojos grises llenos de preocupación. Sus ojos se llenaron de lágrimas al verme temblar, llorar y rogarle que se alejara. No lo hizo. Se acercó más hasta tenerme en sus brazos. Me apretó con fuerza y dejo que llorara todo lo que quería. Estaba frustrada por todo. Quizá tenía más problemas de los que me imaginaba.

—Ven aquí, princesa —me tomó en brazos llevándome hasta su cama. Con una mano logro quitar el cubre cama, ponerme encima y secarme las lágrimas. Estaba demasiado asustada para reaccionar de alguna manera.

Lo vi caminar hasta su closet, lo perdí de vista unos segundos antes que regresara solo con un pantalón de dormir. Su pecho descubierto me dejo sin habla. Era tan perfecto. Me obligue a ver a otro lugar, si seguía viéndolo de ese modo nada bueno traería. Sentados a mi lado, me ayudo con mis zapatos y mi vestido. Me indico que levantara las manos pero me lo pensé unos segundos antes de obedecer. No quería que me viera desnuda.

El cariño con el que me veía, la ternura de sus manos recorrer mi piel era demasiado increíble para negarme. Levanté los brazos para dejar que me quitara el vestido. No recordaba que el vestido era tan pegado que el sostén no era necesario. Me di cuenta de ese detalle cuando un gruñido salió desde lo más profundo de su garganta.

—Oh —solté dándome cuenta de lo estúpida que había sido —. Lo lamento no recordaba…

—Está bien Sisi. No pasa nada. Levanta las manos y deja que te ponga mi camisa.

Antes de levantar las manos, Lou recorrió su mano por mi dorso, pasando las manos en los chupones que había en mis pechos. Adam era demasiado violento y mis pechos daban fe de eso. No pensé en la pena que Louis sentía por mí, su tacto era tan embriagador que lo único que hice fue gemir. Los ojos de mi primo se clavaron en los míos. Estaban llenos de hambre, deseo… lo estaba viendo todo mal. El no podía desearme. No de esa manera. Levantando los brazos para dejar que me colocara su camisa, ignore lo que pasaba y sentía. La camisa se deslizo por todo mi cuerpo mandando una corriente erótica por todo mi ser. Algo muy dentro de mí se estaba formando. Las imágenes de como tomaba a Tamy en ese deck se repetían una y otra y otra vez. Era excitante.

Dejándome en la cama con todos esos pensamientos, Junior desapareció por la puerta. Iba a dejarme dormir en su habitación. O quizá solo iba por Rees. Tenía que pedirle que no contara nada, tenía que hacer que guardara el secreto. Dispuesta a ir a buscarlo para rogar que entendiera. Lo vi regresar con un vaso de agua.

—Tomate esta pastilla. Esa mierda te va a doler bastante mañana.

Haciéndole caso, me tomé la pastilla y el vaso completo de agua. Ya estaba empezando a sentir el dolor, pero me negaba a pensar en él. Esta vez Adam si se había pasado. Louis se acomodó a mi lado llevando el cubrecama con él. Tapando nuestras piernas, Junior me jalo hasta que mi cuerpo estaba recostado en su torso desnudo. Mi cara sentía las palpitaciones de su corazón, rápidas. Como si se fueran a salir.

—Te vuelve a tocar y lo mato, Sisi —dijo sobando mi espalda.

—Promete que no le dirás a nadie —dije reteniendo las lágrimas.

—No, lo lamento. Esto es una enfermedad. No puedes dejar… — no lo deje terminar. Me senté para poder verlo bien.

—Es una etapa. Lo prometo. No volverá a pasar. No puedes hacernos esto, si dices algo esto se arruinara y… lo amo Lou, juro que siento muchísimo por él.

—Eso no justifica que te pegue. Merece estar en la cárcel por eso y lo sabes muy bien.

—Una oportunidad. Te prometo que si vuelve a tocarme tú le pondrás un alto.

Louis no parecía convencido. Algo en todo esto no le gustaba y podía verlo en sus ojos. Haciéndome señas para que regresara a sus brazos, me deje caer en la comodidad de su cariño. No era la primera vez que dormíamos juntos. Pero si la primera en la que Rees no estaba en medio de los dos.

Nunca lo vi como algo erótico hasta que lo vi tomando a Tamy esta noche. Nunca había pensado en Louis como estaba pensando ahora. ¡Dios! Esto si era demasiado jodido para mi sistema. No podía darme ese lujo. No podía pensar de esa manera de mi hermano. ¡Mierda!

—Me viste hoy ¿No es así? —preguntó Louis muy serio. ¿Qué podía decirle? No quería hablar de eso.

—Ammm, si te dijera que si ¿Te enojarías?

—Depende si te gusto lo que viste o no —lo vi sonreír de una manera picara. Él sabía que si me había gustado. Maldito presumido. Me encogí de hombros como si no quisiera darle importancia, regrese a su pecho recostándome una vez más. No quería apartar mi cara de ahí. Quizá sería la primera y última vez que estuviéramos de ese modo.

No quería dormir, pero al parecer la pastilla tenía algún efecto en mí. Empecé a cerrar los ojos soltando un bostezo profundo. No podía contenerme. Los brazos de Louis se apretaron a mí alrededor al tiempo que besaba mi frente.

—Dulces sueños princesa —con esas últimas palabras, me quede dormida en el último cielo de Louis. Así de estúpida la idea.

Me removí un poco sintiendo como un calor impresionante desprendía de las sabanas. La superficie era dura. Puse la mano en la cama para… me quede estatica. ¿Qué diablos estaba haciendo en el pecho de Louis? ¡Santa mierda! Casi lo olvido. Estaba a un paso de apartarme de él cuando alguien se aclaró la garganta a mis espaldas. Pegue un brinco despertando a Louis de paso.

—Mierda Rees —le grite a mi hermano que estaba de brazos cruzados frente a nosotros —. Me asustaste.

—Si bueno… de eso ya me di cuenta ¿Qué diablos hacen abrazados de ese modo?

Louis soltó una carcajada al tiempo que salía de la cama para ir al baño. Se excusó unos segundos antes de regresar secándose la cara. Mi hermano seguía viendo a Louis como si tratara de unir algunos cabos. Al parecer le costaba pensar también, no quitaba la cara de idiota.

— ¿Vas a empezar a hablar? —preguntó mi hermano a mi primo —. Porque si me dices que ese idiota se sobre paso con mi hermanita juro que no va a pasar más tiempo en el puto hospital. Lo mato.

No, oh no. Me gire para ver a Louis lanzarme una mirada antes de regresar a mi hermano que estaba de brazos cruzados con la vista perdida en mi primo. Rees me conocía muy bien. Sabía que algo estaba mal. No me había visto la cara pero de seguro tendría alguna marca. Si no estaba morada, estaba hinchada, eso era seguro. Me quede viendo a Junior unos segundos suplicando que me entendiera. Que no dijera nada en absoluto. ¡Oh vamos Junior!

—Hol se tropezó y ese idiota lo permitió.

— ¿Qué? —Rees giro para verme. Frunció el ceño regresando a Lou —. ¿Por eso tiene el labio hinchado?

—Sí —respondí antes que Louis. No quiera que mintiera por mí —. Mucha margarita.

— ¿Qué tiene que ver el idiota en todo esto?

¡Genial! Rees no se estaba tragando absolutamente nada de nada de lo que estábamos diciendo. Era de esperarse, por más que quisiera que mi hermano fuera algo mula de vez en cuando, no lo era. Ese tipo era una bestia para todo. El gimnasio, las chicas, los estudios y para la mierda lógica. Definitivamente no parecía mi maldito hermano gemelo ¿Cómo puede ser mucho más inteligente que yo?

—Ella se cayó al suelo. El idiota la observo antes  de pararla. No pude resistirme y le pegue por idiota. Si la hubiera sostenido bien, nada hubiera pasado. Se lo merecía.

Mi hermano se lo examino unos minutos antes de asentir con la cabeza. Junior le había mentido a su mejor amigo por mí. Pero que basura de persona me estaba sintiendo. No me gustaba que entre ellos hubiera secretos, nunca los había habido. Observe a Rees unos minutos indicándome que tía Mary estaba abajo con mamá. Desayunaríamos todos juntos. Pensé que mi hermano se quedaría a esperarnos pero al momento que salí del baño con la cara lavada y los pantalones de Louis puesto, lo encontré en la cama sentada con una camisa blanca pegada. Su cabello corto era todo un desastre. Al momento que nuestras miradas se cruzaron pensé en sonreírle, pero algo en esa mirada me freno de hacerlo.

—Lo digo en serio Hol —dijo acercándose —. Tú y yo vamos a trabajar en esta mierda. No estoy dispuesto a que ese idiota te vuelva a poner una mano encima. Eres mi hermanita y voy a protegerte hasta el último maldito día de mi vida ¿Esta claro?

Asentí con la cabeza incapaz de decir absolutamente nada. Una parte de mí que no conocía se rompió en ese momento. Le importaba a alguien, no estaba sola y Adam no iba a volver a levantarme la mano ahora que Lou lo sabía, tampoco sabía si volvería a tener novio después de esto.

—Tengo miedo —admití. Si me hubieran dicho que esto era mucho más fácil de lo que sonaba, lo hubiera dicho hace mucho tiempo atrás —. Estoy asustada, muy asustada.

—No tienes de que estar asustada, por eso estoy aquí Sisi. Para apoyarte a salir de esto. No estás sola. Recuerda eso. Nunca.

Y por primera vez en toda mi vida quise besarlo. Quise enredar mis manos en su cabeza como lo hacía Tamy ayer, quise enrollar mis piernas en su cadera y rogar por que intensificará la acción. Lo quería dentro y eso estaba mal. Se suponía era mi hermano. Que mente más depravada la que estaba teniendo. 

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