Capitulo ST 23
Capitulo 23
Rees:
(Sí, leyeron bien... REES)
De todas las cosas malas que te pueden pasar en la vida, esta tiene que ser la peor, son malditos primos, como hermanos. Aun no puedo imaginarme a mi hermana y Lou revolcándose en una cama. La náusea se hizo presente, esto era asqueroso. Mi hermanita, la persona que más cuido en este mundo se perdió de mi camino. Mucho hacia aceptando a Adam. Alguien que en lo mínimo era de mi agrado. El idiota era de lo peor de la Elite y paraba con mi hermana, era para matar a alguien del enojo que ocasionaba toda esta situación.
Sentándome en la cama vi a Charlotte removerse un poco en las sabanas de mi cama. Estaba desnuda y totalmente perfecta. Su cabello cobre tapaba la almohada completa. Sus hombros parecían satín. Se veía increíble. Su respiración lenta me calmaba de toda esta mierda que tenía por dentro, todo este enojo que me consumía. Ella lograba darme paz en un mundo de confusión. Me gustaría decir que podía amarla, que ella era un todo para mí, pero mi corazón no permitía que nadie lo ocupara, me negaba a amar. Era algo que me asustaba hasta el infierno.
Aunque esta hermosa mujer ocupaba la mitad de mis pensamientos, la forma en que Lou veía a Holly venia por correntadas ¿Cómo pudieron hacerme esto? No borren esa pregunta ¿Cómo diablos no me di cuenta?
Mi hermana era mi otra mitad, la conocía mejor que a nadie en la existencia del mundo y Louis, mi mejor amigo, mi confidente me lo oculto. También lo conocía como la palma de mi mano. Simplemente no puedo creerlo. Esto es demasiado. Estoy enojado, muy enojado conmigo, con ellos ¡con el maldito mundo! Es la peor sensación del mundo, sentirse traicionado, sentirse roto por las dos personas más importantes de tu vida.
— ¿Estas bien? —Charlotte se restregaba los ojos saliendo de su sueño profundo. Me incline para besar su frente al tiempo que dejaba que mi enojo se perdiera. Me gustaba dedicarle tiempo. Me gustaba darle toda mi atención cuando estaba con ella. Era mi roca que me mantenía estable de hacer estupideces.
—No lo sé —admití. Hablar las cosas con ella siempre fue fácil. Nunca parecía ser incorrecto. Una parte de mí sabía que ella se estaba convirtiendo en mi todo, pero al mismo tiempo eso era lo que más me asustaba.
—Bebe —dijo acercándose a mí —, necesitas calmarte. No sabes si ellos realmente quieren estar juntos.
Sus manos rodearon mi cadera atrayéndome a su lado. Su barbilla reposaba en mi hombro mientras mí vista aún estaba perdida en la puerta de la habitación, como si esperara a que alguien entrara y me encontrara desnudo en la cama con Charlotte. No es que me importara, nada me importaba realmente. Pero no podía siquiera verla a los ojos, podía verme a los ojos y saber que toda esta situación de Louis y Holly, ella y yo me asustaba demasiado. Lo único que me quedaba hacer, era aparentar como si el mundo y sus habitantes me dieran igual.
—Sé que Louis la quiere, lo veo en sus ojos. Siempre pensé que era un amor de hermana. Siempre pensé que no era más que una unión de familia. Al parecer me equivoque y eso es lo que más me enoja. Se supone que los conozco como la palma de mi mano. Se supone que sabía todo de ellos. Ahora resulta que no sabía ni que ellos se gustaban.
—Oh puede que simplemente esto empezara hace poco, quizá ni ellos lo sabían. Sabes cómo son estas cosas. Tu amor por mí no fue a primera vista.
No quería contradecirla, esto aún no era amor pero ya alcanzaba el nivel de cariño para que me importara. En un principio, esto era todo sexo casual. Nada de nada que fuera exagerado que involucrara sentimientos. Poco a poco accedí en todo esto. Charlotte logro llegar a ese corazón que creía imposible tener, ella descubrió una parte de mí que desconocía. Maldita sea si no me tenía. Pero jamás lo admitiría. Admitirlo sería caer en el amor. No quería amar a nadie, salir lastimado era una tortura incluso de pensar.
—Qué tal si olvidamos todo esto y abres tus piernas para que pueda saborearte un poco más.
—Oh por Dios, apenas si acabo de levantarme —dijo colocándose en mejor posición.
—Sí peor esto es lo mejor. Empezar el día con tu aroma tu frescura. Después de que te tenga completamente mojada, gritando mi nombre, te tomaré de espaldas, donde pueda tener acceso a ese increíble trasero que tienes.
Sabía que a Charlotte le encantaba que le hablara sucio. Era algo que a mí también me gustaba hacer. Era uno de los vínculos que hizo que nos uniéramos más de una vez en el sexo. Soltando una risita antes de abrir las piernas y ceder en todo esto. Me encantaba el sabor que provocaba su excitación, era como estar en una dulcería. Maravillosa en muchos aspectos. Sumergiendo mi cara en sus piernas me olvide de todo. No pensaba en nada más que en Charlotte. Charlotte, Charlotte...
Al momento de entrar a casa después de una larga sesión en el gimnasio, vi a Holly abrazada del pecho de Louis. Aun no acepto esta mierda, ya han pasado dos semanas y sigo sin aceptarlo. Sabía que mi hermana cortaría todo con Adam en cuanto ese idiota regresara en dos días. Nunca me gusto Adam, era la leche más agria que hubiera probado. Cuando teníamos trece años, él maldito prepotente le grito a una de las chicas de la clase de Holly, como todo buen súper héroe que quería ser en ese entonces, demostrarle a mi hermana gemela que yo era su héroe que no había nadie más en este mundo. Quería que fuéramos ella y yo contra las barreras del espacio. Aun quería ser ese súper héroe que habitaba en mis pensamientos, quería salvarle la vida a mi hermana mayor. Por esa razón, no aceptaba que Louis me quitara mi lugar.
Los vi separarse al tiempo que Hol se ponía roja como un tomate. Todos en la familia Montgomery/Hamilton estaban conscientes de lo que estaba pasando entre ellos. No intentaban siquiera ocultarlo, no más. Si tuviera una maldita lista de lo que quería para el futuro de mi hermana, estaba seguro que Lou podía llenar cada aspecto a la perfección. ¿Qué más que tu mejor amigo, tu hermano del alma, se case con tu hermana? Esto era perfecto, hubiera sido perfecto si no me sintiera tan traicionado.
Cálmate Rees, cálmate.
Era como si me faltara el aire solo de pensarlo. Mi hermanita acostándose con mi mejor amigo. Mierda. ¿Algún día superaría esto? No, no lo creo. Tenía dos semanas sin dirigirle la palabra. Desde el día que estrelle mi puño en su mandíbula. Ni un hola, ni un adiós. Esto estaba consumiéndome y por las miles de veces que había rogado que lo escuchara, sabía que él también se estaba consumiendo. Louis estaba quebrado por el hecho que había perdido a su mejor amigo.
—Hola Rees —dijo Holly desde el pasillo — ¿Cómo te fue en el gimnasio? —grito como si estuviera a kilómetros de distancia. Era obvio que ella quería que arregláramos las cosas entre Lou y yo. Aun no estaba listo, no podía perdonarlo. Era como si supiera que un secreto más profundo estuviera oculto entre ellos, eso era lo único que me mantenía de no darle la mano a mi amigo y darle la bendición de poder estar con mi hermana.
Esa mierda aun no va a pasar.
Ignorándolos a los dos, camine por el pasillo directo a las gradas de caracol, quería irme a mi habitación y no salir hasta que Lou estuviera en su casa. No quería verlo, me recordaba la traición, el enojo. Me recordaba lo idiota que fui al no darme cuenta. Unos pasos se escucharon contra la madera del suelo. Era el sonido de tacones, era Holly, no tenía que girar para corroborarlo. A menos que Louis se esté volviendo en travestí y su primer accesorio fueran zapatos altos. Me gire para corroborar que mi amigo siguiera siendo hombre. Así era, Holly era la que corría detrás de mí.
—Hola, pequeña —susurre tomándola en mis brazos de una manera sobreprotectora. No era su culpa que estuviera enojado con Lou, bueno en realidad si era toda su maldita culpa. Decidí no decírselo, no quería que pensara en esto, la haría sentir mal y eso era lo que menos quería.
—No hagas esto. Sabes lo mucho que sufre no hablándote. No puedes portarte como un imbécil todo el tiempo.
—Si puedo —dije firme —. El imbécil se acostó con mi hermana.
—Si pero tu hermana —menciono el hermana como si fuera algo muy específico — se lo permitió.
—Eres una tonta Hol —dije intentando alejarme de ella antes de decir algo de lo cual me arrepentiría Lugo.
—Lo quiero —me quede parado a unos pasos de ella. No podía siquiera dar media vuelta para enfrentarla. Respirando, gire para verla a los ojos. Algún día tenía que enfrentarlo.
—No lo apruebo aun, no cuando sé que hay algo que aún no me dices. No hasta que vea que esta mierda va más en serio como iba con Tammy. No hasta que vea que no es un maldito juego.
— ¿Te han dicho que eres posesivo, Rees?
—Bueno —dije dándole un beso en la mejilla —, cuido lo que es mío.
No espere respuesta. No quería ninguna respuesta. Camine hasta mi habitación antes de soltar una carcajada. Lou cada vez estaba más ahuevado que nunca lo perdonaría. Ya lo había perdonado. Tiempo atrás lo perdone. Pero aún no estaba saltando en un pie por este maldito. No aun.
Tomé mi celular una vez que cerré la puerta de mi habitación. Tenía a una pequeña desesperada en la otra línea escribiendo como loca. Un día de estos iba a volverme loco, muy loco. Estaba cayendo en redondo por esta chica, lo peor... aún tenía miedo. Miedo de no ser el perfecto ejemplo para mi hermana, para mis padres. Temía no ser lo que todos esperaban a que fuera... perfecto.
Si todo sale bien... hoy en la noche subo otro, solo esperemos que el trabajo me deje hahaha Gracias por leer y votar...
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