Capítulo 5

*

Despues de que las puertas se cerrarán Minho se dejó caer.

-felicidades, - dice cansado- han firmado su muerte.

-Thomas, ¿qué hicimos?- miro en todas direcciones asustada.

-no lo sé, pero hay que mantenernos con vida -aprieta mi mano.

Nos quedamos unos minutos pensando en que haríamos. A ninguno de los tres se nos ocurre algo.

-y si lo atamos a esas lianas- sugiero.

-buena idea- dicen Thomas y Minho al unismo.

Atamos a Alby con una liana y Eñempezamos a subirlo. Llevamos la mitad del muro cuando escuchamos un chillido horrible, paramos en seco.

-¿qué es eso?- pregunta un asustado Thomas.

-¡tenemos que irnos, ya!- exclama en voz baja Minho, y suelta su liana.

Con Thomas no podemos con Alby, ya que no soy tan fuerte. Minho ya se fue, nos dejó solos y unos ruidos metálicos se oyen muy cerca.

-Thomas, ¿qué es eso?- trato de mantener el equilibrio, para que Alby no caiga.

-tranquila, vamos a terminar de subir a Alby y después nos vamos ¿si?- me dedica una sonrisa calida.

-esta bien.

Subimos un poco más a Alby, con demasiado esfuerzo. Unos pasos metálicos se escuchan detrás de nosotros, lo se sea eso no debe ser bueno. Amarramos las lianas contra otras, buscamos dónde escondernos. Hay un agujero en uno de los muros es muy estrecho, máximo cabe sólo una persona. Para poder caber tengo que ponerme abajo de Thomas y si les digo que nuestros cuerpos no pueden estar más cerca es porque no pueden estarlo.

Los sonidos se hacen más cercanos, vemos varias patas mecánicas pasar frente a nosotros. Estoy rezando para que nos vea, no quiero morir hecha pedazos. El Penitente paso por nuestro lado y no nos miro.

-creo que ya se fue- susurra.

Sale, ya que se asegura que no está, me ayuda a salir. Es verdad, no esta o eso creíamos hasta que algo viscoso nos cayó en la cabeza.

Nos miramos, nos damos una mirada de corre o muere. Thomas me toma de la mano y salimos corriendo con el Penitente pisandonos los talones. El patrón que corríamos era fácil de recordar:

Derecha.

Izquierda.

Izquierda.

Derecha.

Hasta que paramos en seco al llegar a un precipicio. No sé cuanto sea de profundidad, pero de que me quebrare el cuello al caer y moriré, es seguro. Thomas busca alguna salida, no encuentra una y yo entre más segundos pasan más entró en pánico.

Escuchamos el sonido metálico de esa cosa. Ahora sí me quedo en shock, todo el cuerpo me tiembla y los ojos los tengo abiertos como platos.

-hay que saltar, Angie -informa, se prepara para saltar.

-no voy a saltar- miro hacia el abismo-. Thomas voy a morir... no quiero morir de esta forma y tampoco quiero morir descuartizada por una criatura babosa.

Mi respiración es irregular, como si hubiese corrido diez kilómetros. Siento mis latidos resonar en mis orejas, se me va a salir el corazón del pecho. Mis manos están sudadas y las froto en mi pantalón.

-no vas a morir. Voy a cuidarte, ¿ok?-me acaricia la mejilla.

Asiento. Estaba calmandome, cuando el Penitente aparece; de nuevo me congeló.

-mirame, Ángel, mirame- toma mi cara entre sus manos, obligándome a verle-. ¿confías en mi?

-sí- susurro.

-entonces, ¡salta!-. Toma mi muñeca, jalando de esta cuando salta.

Saltamos, nos sujetamos de la maleza. No ouedo creer que salte desde esa altura, aferró más en cuanto miro hacia abajo. El desgraciado Penitente también salto quedando abajo de nosotros. Trata de atraparnos, me muevo de un lado a otro impidiendo que me atrape. Thomas grita 《sueltate》, lo pienso unos segundos, después me suelto. Me preparó para recibir el tremendo golpe que me espera. En estos momentos puede que me tomó a una pierna; sin embargo, el golpe no llega. Abro mis ojos, caí en los brazos de Thomas.

-¿creíste que te dejaría caer?- pregunta incrédulo-. Primero caigo yo.

Sonríe. Por unos milisegundos me pierdo en su mirada, sus ojos son los más bonitos. Seguimos corriendo hasta que chocamos con algo, doy un salto del susto, pero solo es Minho.

-ustedes están locos- comenta Minho recuperando el aliento.

-¡corran!- grito, ya que el Penitente viene detrás.

Minho nos informa que más adelante hay un pasillo que se cerrará y nos vamos hacia allá. Thomas se queda parado al otro lado. Voy a ir por él, pero Minho me toma del brazo.

-¡vamos, Thomas!-grita Minho-. Tú puedes.

-¿qué estás esperando?- exclamó, desesperada.

Thomas llama al Penitente. Esta demente, venimos huyendo de esa cosa y él la esta llamando. El pasillo comienza a cerrarse, le falta mucho para llegar y el Penitente le viene pisando los talones. No lo logrará, cierro mis ojos con fuerza. Escucho el sonido sordo y la pequeña brisa que proviene del pasillo cerrado.

Lentamente abro mis ojos, tengo miedo de abrirlos. Lo hizo, logro salir a tiempo. En un impulsó de felicidad, me lanzo sobre el. Lo rodeó por la cintura, él pasa sus brazos por mis hombros.

-tonto, me asusté- lo abrazo más fuerte.

-necesitarás más que un Penitente para desacerte de mí.

Me alejo de él, sin romper el abrazo , lo miro mal.

-las puertas se abrirán pronto, tenemos que ir por Alby- dice Minho, algo incómodo.

Miro a Thomas, me separo de él. Nos vamos a buscar a Alby; lo encontramos justo donde lo dejamos. Lo bajamos, nos turnamos entre los tres para llevarlo de regreso. No recuerdo bien por donde habíamos venido, me confundo con facilidad. No puedo concentrarme bien, aun sigo aturdida por la persecución del Penitente.

Escuchamos las puertas abrirse a lo lejos. Nos sonreímos y apresuramos el paso para llegar; giramos a la derecha y hay esta Chuck hablándole a los demás y señalando en nuestra dirección.

Atravesamos las puertas. Me apoyo en mis rodillas. Siento mis piernas débiles, mis párpados los siento pesados. Siento como si trajera una piedra arriba de casa uno.

-¿vieron a algún Penitente?- pregunta Chuck.

-sí, -contesta Minho- y no sólo eso, también lo mataron.

Todos nos miran  asombrados. Mis piernas flaquean, me inclino un poco para adelante y me voy de cara contra el suelo. Escucho todo lejano, veo borroso.

-¿Ángela? ¿Estás bien?- Thomas se acerca a mi.

Abro mis ojos de vez en cuando. Sólo veo algunos fragmentos.

-¡Jeff, Clint, vengan rápido!- grita otro Habitante.

-vas a estar bien- escucho la voz de Newt.

-ayúdenme a llevarla a la Finca- dice uno de los Doc.

Vuelvo a cerrar los ojos, cuando los abro alguien me lleva en brazos. Siento como si mi garganta estuviera en llamas, mi lengua la siento seca. Para cuando vuelvo a abrir los ojos, los Docs ya están revisandome. Todo se escucha con eco.

-oye, Shank, ¿qué crees que le pasó?- dice uno de ellos.

-está deshidratada, no ha dormido nada en doce horas. Tiene que descansar- contesta otro.

-debería quedarse al menos dos días, para que recupere fuerzas.

-si, también lo creo.

Me encanta esa idea. Descansar por dos días, comer y dormir. Just o lo que necesito, y si no les importa comenzaré ahora.

-¿Cómo esta?- pregunta alguien a quien no reconozco.

-hola, Minho. Estará bien, sólo tiene que descansar, hidratarse bien y comer algo.- Responde Clint.

-esta bien, gracias. Si no les importa, me gustaría quedarme un rato, en lo que vienen Alby, Newt y Thomas.

Ambos le dicen algo, no escucho muy bien. Estoy por sumergirme en una negrura, cuando la voz de Minho me trae de vuelta y me mantiene consiente.

-no sé si te conosco- suspira-. Desde el día que llegaste, te me hiciste familiar y esa misma noche soñé contigo. Éramos amigos o algo por el estilo. Te prometí cuidar de él, aunque siendo sinceros, no tengo idea de quién sea él. Ahora sé quién eres y,- toma mi mano- ¿sabes qué?, tienes potencial para ser una corredora, lastima que ahora que más o menos recuerdo que eres mi amiga no te dejaré hacerlo, te voy a proteger- besa mi mano.

Quiero despertar y decirle que soñe lo mismo. Estoy recuperando algo de mi pasado, ya sé ahora que tenía un amigo, y ese es Minho. La negrura me vuelve a llamar, esta vez con más intensidad. Me dejó llevar y me sumerjo en ese mar, ese mar tan tranquilo que me llama a gritos.

Mañana hablaré con él. Por ahora sólo quiero dormir.

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